tag:blogger.com,1999:blog-8768269958715851894.post2023938376472946008..comments2023-08-09T12:11:10.164+01:00Comments on El blog del viejo topo: Voy a robar a chicos borrachos y no será mi culpaBlogdelviejotopohttp://www.blogger.com/profile/05071278955855981839noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-8768269958715851894.post-59717733220297910092016-08-12T19:49:17.386+01:002016-08-12T19:49:17.386+01:00Salgo a la calle arreglá, pero no discreta, porque...Salgo a la calle arreglá, pero no discreta, porque para llamar la atención de los tíos —es lo único que debe importarme porque soy hembra joven sin marido— me visto con lo que está de moda —que para eso los chinos se lo curran a buen precio y hay mogollón de tiendas— a la manera de las glamourosas que salen en la tele —gritando, siempre gritando, sobre lo que sea— y en las revistas de cotilleo. La pinta igual es de guarrilla, pero es que si no presento un buen escaparate quedo como una paleta y no se fijan en mí. Claro, que los tíos también tienen que ir maqueaos como corresponde, a poder ser marcando paquete, enseñando músculo y tabletas de chocolate, por supuesto, convenientemente tatuados. Un buen coche puede disimular lo de no ir demasiado por el gimnasio urbano todo a 20 más IVA. Queno se nos olvide el último modelo de teléfono móvil.<br /><br />Reproducción de las ideas imperantes en la sociedad que emanan de la clase dirigente y sus acólitos, perpetuando la idea de macho dominante y mujer sumisa, pero lo suficientemente agresiva como para ser sexualmente atractiva, con el añadido de ser fieles consumidores, no sólo de mercancías —ropa barata plagiada de las grandes firmas inalcanzables— sino de ocio poligonero o de centro comercial tal y como reflejan las series televisivas. Por cierto, en las series de buenos polis y malos delincuentes made in yanquilandia, hay siempre alguna poli mujer —cupo obligado junto con las minorías étnicas— que calza zapatos de tacón afilado muy propios como para perseguir a los malos en una carrera por la ciudad.<br /><br />No soy consumidor habitual de pornografía —no es que sea especialmente hipócrita, es que soy mayor— pero es evidente que también de ahí —se calcula en más del 75% la actividad de internet relacionada con el porno— es sorprendente como se reproducen en la vida cotidiana desde los cánones de belleza hasta las formas de vestir —¿desvestir?— y las maneras de tener sexo, cada vez con más violencia —violación más o menos encubierta pero finalmente aceptada— y con un papel sumiso de las actrices del porno.<br /><br />Lo llaman capitalismo, imperialismo la fase actual, y no es más que mierda que a todos nos chorrea por todos lados.<br /><br />Excelente el artículo. xxxhttps://www.blogger.com/profile/14498405569976220395noreply@blogger.com