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martes, 11 de febrero de 2014

Contribuciones críticas sobre el 'Podemos' de Monedero y Pablo Iglesias (1).



Imagen: arquitecturas imposibles de Jim Kazanjian'Untitled structure' (2007)

Iniciamos una serie de recopilación de contribuciones críticas en torno a la iniciativa "Podemos", impulsada por Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, con el apoyo del partido trotskista Izquierda Anticapitalista.

La primera de estas contribuciones es de Ángeles Diez Rodríguez, doctora en CC. Políticas y Sociología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Es un artículo publicado inicialmente en el blog La pupila insomne, del periodista y escritor cubano Iroel Sánchez. Se titula "Podemos, un fenómeno mediático que pretende ser político (1/3)" e interpretamos que es la primera parte de un artículo más amplio. La autora plantea la irrupción de Podemos en el contexto de la crisis política y económica del sistema y de la creciente contestación social,  para terminar con una reflexión que puede resultar paradójica para muchos: "la vía electoral de Podemos sería la opción más viable para la continuidad del régimen", a través del "lanzamiento de una figura mediática que viabilice una opción consensuada" encaminada a neutralizar el peligro de contestación social y la amenaza para el status quo. Se esté o no de acuerdo con algunas de las cosas que mantiene la autora del artículo, no cabe duda de que la reflexión que plantea merece la pena ser tenida muy en cuenta.

La segunda contribución recopilada es un breve artículo de Fernando de Sagarra, titulado "El candidato", publicado en su blog Rojo, ateo y cabrón. No hace mención explícita a Podemos, pero sí a uno de los ejes principales de la propagando de esta iniciativa: los procesos de primarias abiertos. En clave de ironía y sarcasmo, el autor desmitifica la que es una de las principales bazas no sólo de Podemos, sino también de otras agrupaciones políticas y sectores empeñados en presentar las primarias abiertas como si fuesen una panacea. Artículo muy corto pero incisivo y lúcido.

Las cursivas y negritas son de los textos originales.

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Podemos, un fenómeno mediático que pretende ser político (1/3) 
Ángeles Diez 


Nunca antes una candidatura electoral tuvo que ser tan justificada. Nunca un candidato tuvo que explicar tanto por qué se presentaba a las elecciones, ni tuvo ningún nominado a candidato que convencer a sus posibles electores de que se autoproclamaba candidato aunque en realidad eran los electores quienes, aun sin saberlo, le proclamaban candidato. Nunca un aspirante a representante tuvo tantas veces que decir que no aspiraba a representar a quienes se negaban a ser representados aunque en el fondo sí representaba lo que ellos proclamaban. Ni tuvo que decir tantas veces que su propuesta era de unidad y participación. Ni hubo candidato a las elecciones europeas que “desde abajo y desde la izquierda” tuviera tanto apoyo desde arriba y desde la derecha, desde los medios masivos y desde los medios alternativos.

El “we can” español ha tambaleado de nuevo la convulsa vida social volviendo a colocar en el terreno de la contabilidad política el conflicto social.  Este desenfoque,  este tratar de embridar de nuevo al 15M, es decir, tratar de encauzar el recalentamiento social que tan peligroso resulta para la institucionalidad, se intentó ya en los primeros momentos del estallido social que significó el 15M. Mayo del 2011 fue la peligrosa eclosión de la doble crisis que vive este país: la económica y la del sistema político. La primera, común al resto de Europa, no supone mayor peligro para el poder que la implementación de un nuevo ciclo de acumulación corrigiendo los desmanes –según las instancias económicas- del capital financiero, el reto está en conseguir la aceptación social combinando la represión y el control ideológico. Pero si el sistema político entra en crisis y si resulta incapaz de controlar el conflicto, entonces, empiezan a sonar las alarmas. Son esas mismas alarmas que empezaron a sonar a mediados de los años 70 cuando el modelo económico español daba muestras de agotamiento, la muerte del dictador y el conflicto social suponían un cierto peligro para la continuidad del régimen capitalista. Peligro cierto o mera posibilidad el capital no escatimó medidas preventivas.

Ahora, como entonces, el presente sólo puede leerse desde el pasado. Dice Bensaïd “quien no tiene memoria ni de derrotas ni de victorias pasadas tampoco tiene demasiado futuro. El puro “presente del grito” no construye una política”[1] Como entonces, este presente de continuos estallidos, de calmas tensas, de búsquedas de referentes, no  constituye en sí mismo una propuesta política (de poder), ni es en sí mismo un proceso revolucionario, aunque lleve en su seno gérmenes revolucionarios y apunte a crear las condiciones subjetivas para la ruptura revolucionaria. Los gritos de estos últimos años (Prestige, No a la guerra, 15M, Stop desahucios, escraches, mareas verde, blanca, los mineros, las huelgas sectoriales, Gamonal) expresan resistencias con una potencialidad revolucionaria que no se está dando en ninguno de los países europeos, ni siquiera en los del sur –Grecia, Portugal, Italia- afectados en igual o mayor grado por el saqueo económico pero quizás menos marcados por la deslegitimación del sistema político. El 15M ha significado y significa la convergencia de las potencialidades presentes, la posibilidad de construcción de un sujeto político transformador, de ruptura con la institucionalidad del régimen, de momento sólo una posibilidad.

A mediados de los años setenta España vivió una encrucijada parecida. Entonces se planteó el dilema: ruptura o reforma. Del lado de la ruptura, consciente o inconscientemente, los jornaleros, los obreros explotados, los parados, los jóvenes sin futuro, la memoria de las víctimas del franquismo, los fusilados de las cunetas, los represaliados políticos… Del lado de la reforma, la clase política emergente, los nostálgicos resignados, las clases medias amenazadas, los obreros acomodados, los aspirantes a europeos, los intelectuales miedosos…Del lado de la ruptura, la memoria. Del lado de la reforma, el olvido.

Nuestra guerra civil fue un momento de excepcionalidad donde la explotación, la miseria, el hambre, pero también la conciencia de otro mundo posible construyeron el poder popular que se enfrentó al fascismo –el de dentro y el de fuera. No se fracasó, se sufrió la primera derrota del siglo XX, nuestra segunda derrota fue la Transición. A finales de los años 70, el miedo del poder a una posibilidad revolucionaria decantó el proceso hacia la reforma que llamaron la Transición española. Un producto que posteriormente tendría un alto valor de exportación. Todos los poderes, constituidos y constituyentes, se articularon en una estrategia común para conjurar la ruptura.

También entonces el conflicto social se daba en todos los ámbitos, en los centros de trabajo, en los barrios, en el campo, en la educación. La institucionalidad política, lastrada por el aparato franquista, se mostraba incapaz de reconducir el proceso. De ahí que, desde fuera y desde dentro, hubiera que favorecer y alimentar una “tercera vía”: un líder, una consigna vacía y un consenso. El régimen se travestiría, el miedo de los intelectuales –siempre con un pie en el estribo- los convertiría en bisagras de la reforma, las promesas europeistas alimentarían las esperanzas de bienestar, y la democratización del consumo sedaría los cuerpos y las mentes. Así se fraguó, desde el poder el centro de la UCD, luego el cambio del PSOE, después la democracia de todos los partidos.

En la coyuntura actual, tomando cierta distancia respecto de la retórica mediática. La propuesta de la plataforma Podemos, no se diferencia gran cosa de la propuesta normalizadora que significó la Transición española. La diferencia más significativa es que las elecciones se han convertido en el instrumento normalizador, en el cauce adecuado para restaurar el orden, igualmente adecuado para una derecha sin legitimidad suficiente y para una izquierda aún asustada por la guerra civil. Ilustración de esta situación es la valoración tan positiva de la policía, según el barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), justo cuando aumenta la represión.

Desde el 2011 cuando el 15M visibiliza el resquebrajamiento de la legitimidad del sistema político (“lo llaman democracia y no lo es”, “no nos representan”) el régimen baraja distintas opciones de continuidad: a) la restauración autoritaria (aumento de la represión y el control social, silenciamiento de las protestas, estabilización del sistema económico, amedrentamiento de las clases medias, reforzamiento de la ultraderecha), b) un gran pacto de salvación nacional (acuerdos entre la clase política para garantizar la estabilidad económica) c) canalización y normalización de la protesta.

Los dos primeros escenarios no están teniendo ni los apoyos ni la fuerza suficiente, el primero encuentra rechazo en Europa, demasiado riesgo para la economía, el segundo carece de base social, el tercero está por testarse, todo dependerá del acierto en la elección de los personajes a promover, de la potencia de las consignas y de la fabricación del consenso necesario. Objetivamente, el “we can” español se inscribe en este tercer escenario. Evidentemente, nada de lo que aquí planteo es el resultado de ninguna conspiración, se trata sólo del resultado no intencional de acciones que sí son intencionales. Es la propia coyuntura la que favorece, la que genera la oportunidad, para el lanzamiento de una figura mediática que viabilice una opción consensuada. Se trata de una coyuntura distinta a la del 2009 cuando Izquierda Anticapitalista, escindida de Izquierda Unida (IU) no contaba con ninguna figura capaz de arrastrar el voto de la izquierda social que perdía IU; ahora parece haberla encontrado.

Medios de comunicación, liderazgo e institucionalización son las tres patas que tratan de estabilizar la “democracia” española, o lo que es igual, de legitimar el golpe autoritario que necesita la economía. Si el conflicto social no hace viable la relegitimación de los partidos políticos la opción más razonable –desde la perspectiva del poder- será la relegitimación del sistema por la vía electoral. Frente a la acumulación de poder que representa Gamonal, frente a la reapropiación de lo político o frente al conflicto transformador, la vía electoral de Podemos sería la opción más viable para la continuidad del régimen.

Un proceso revolucionario es una potencialidad que aspira a convertirse en probabilidad. En el camino se entreveran momentos de calma con estallidos sociales y ambos tributan al proceso de acumulación de poder. Pero también en estos momentos las fuerzas conservadoras hacen su trabajo. Desde el punto de vista del análisis político este me parece que es el momento que vivimos.

Mi abuela que era campesina, religiosa y de Valladolid decía que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”.

[1] Daniel Bensaïd (2013): La política como arte estratégico, Viento Sur, Madrid, pág. 29.

Autora: Ángeles Diez Rodríguez (Doctora en CC. Políticas y Sociología y profesora de la Universidad Complutense de Madrid).
Publicado en La pupila insomne, 10-2-2014
Cabecera del blog La pupila insomne, del periodista y escritor cubano  Iroel Sánchez


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El Candidato
Fernando de Sagarra

Creo que ya he dicho a todo el que ha querido escucharme (y a muchos que no, que cuando me pongo soy un brasas del carajo) los motivos por los que no estoy a favor de los procesos de primarias abiertos. Por si acaso queda alguien por leerlos, los resumo:

Si en un proceso de primarias se elige a alguien que no es de la coalición en la que milito y los que lo eligen tampoco militan en mi coalición. ¿En base a que debo suponer que sentirá algún tipo de compromiso hacia mi coalición? ¿Como podría la coalición "castigar" a un representante que después no siguiera la linea política marcada por esta, si la elección de candidatos es un proceso exterior?

A estas cuestiones se me ha contestado con un "¿Tu sabes la publicidad que nos dará en los medios? ¿Y lo que se implica la gente?". Bueno admito que lo de la publicidad es algo que nunca nos viene mal, pero me ha dado por pensar que igual podríamos conseguir mas si termináramos de prostituir el proceso. Ya que vamos a ser putas, al menos seamos putas caras.

Yo sugiero que montemos un programa televisivo al estilo "Master Cheff", que podríamos llamar "El Candidato" (supongo que a la Sexta le podría interesar un programa en esa linea tan progreguay que lleva). En el un numero por determinar de interesados (podrían ser 12) serían seleccionados en un casting al que se presentase gente de toda España.  Habría que tener cuidado en que fuera paritario y darle también papel a las minorías étnicas y a las historias de superación (un retrón sería divino).

Podemos poner a un panel de "expertos" que les den lecciones de diversas habilidades necesarias (liderazgo, derecho administrativo, esgrima de puñal, etc) y que los fueran calificando a lo largo de los programas. Pero siempre dejando la elección ultima al pueblo soberano vía SMS (y así sacamos para pagar luego la campaña). Al ganador le daríamos la cabeza de lista en las próximas elecciones, pero los "perdedores" también serían útiles si resultan lo bastante mediáticos y podríamos reciclarlos para otras elecciones (para alcalde de su pueblo, por ejemplo)  o liberarlos como asesores y enviarlos de tertulianos a los programas de televisión.

Creo que este sistema mejoraría mucho el proceso de primarias y daría un nuevo enfoque, mucho mas moderno y actual, a los viejos partidos de izquierdas.

Autor: Fernando de Sagarra.
Publicado en el blog Rojo, ateo y cabrón, 19-1-2014
Otras entradas relacionadas con el tema en el blog Rojo, ateo y cabrón:

Cabecera del blog Rojo, ateo y cabrón, de Fernando de Sagarra

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Entradas relacionadas en el blog del viejo topo:

7 comentarios:

  1. Mi desacuerdo con Ángeles Díez en algunas cuestiones.
    A) Ángeles Díez se apunta a un mito muy extendido entre ciertos sectores de la izquierda, que es considerar que en los 70 existían condiciones para una ruptura. Se ha exagerado y mucho la existencia de una contestación social generalizada que aspirase a una ruptura revolucionaria. Existía un alto grado de conflictividad, existía una respuesta política y social muy significativa desde luego, pero no tan asumida por la mayor parte de la sociedad como quieren hacer creer algunos. La prueba es que la UCD arrasó electoralmente y llegado el momento lo que se vio fue que el apoyo electoral a las fuerzas de la izquierda resultó minoritario. En mi opinión es un mito, que por cierto comparten Pablo Iglesias y Monedero. Tan siquiera en Portugal, donde las movilización social resultó más masiva y contundente y donde además se contaba con el respaldo de las fuerzas armadas, el "Processo Revolucionário em Curso" (PREC) llegó a ser refrendado electoralmente.
    Es preciso acabar con dos mitos: 1º) que la Transición fue modélica y ejemplar, 2º) que la Transición se hizo en oposición a una mayoría social que quería otra cosa. Ambas lecturas son claramente ideológicas y no se sustentan sobre base empírica.
    B) Me parece muy maniqueo y poco serio la oposición que establece la autora entre quiénes eran los que querían una ruptura y quienes los que querían una reforma. Resulta de un reduccionismo tremendo.
    .
    Sí comparto la idea de que Podemos no deja ser una opción, africada por ciertos medios sistémicos, para frenar la amenaza de la izquierda y hacer viable la continuidad del status quo. Creo que acierta plenamente cuando dice: "Medios de comunicación, liderazgo e institucionalización son las tres patas que tratan de estabilizar la “democracia” española, o lo que es igual, de legitimar el golpe autoritario que necesita la economía."
    El tiempo se encargará de poner al descubierto los intereses que hay detrás de "Podemos", que sobre todo ha surgido más que de cara a las elecciones europeas, de cara a las generales de 2016 y a las elecciones de Madrid.

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    1. Hola, Vigne: dices que "El tiempo se encargará de poner al descubierto los intereses que hay detrás de "Podemos", que sobre todo ha surgido más que de cara a las elecciones europeas, de cara a las generales de 2016 y a las elecciones de Madrid" y no sé qué te ha hecho pensar eso pues oficialmente nadie en Podemos ha sugerido tal cosa en los medios de comunicación. Desde su creación, hace escasamente dos meses, el proyecto se ha centrado en las elecciones al Parlamento europeo y a día de hoy el grupo promotor o cúpula del partido político no habla de otra cosa.

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    2. Cuando hablamos de organizaciones (cualquier tipo de organización, no sólo org. políticas), creo que lo 'manifiesto' (objetivos explícitos) y lo 'intencional' (objetivos implícitos) son planos diferentes, que pueden llegar a coincidir mucho, poco o no coincidir en absoluto. Lo 'manifiesto' siempre es compartido, porque es público, es un aspecto visible de una organización. En el caso de Podemos, lo manifiesto es lo que vienes a decir en tu comentario.
      Ahora bien, ¿significa eso que el grupo promotor de Podemos, carece de otro tipo de intencionalidad no desvelada? Creo que podríamos caer en la ingenuidad si pensáramos que no existen otros objetivos (de carácter implícito) por parte de los promotores, que necesariamente no tienen por qué ser conocidos y/o percibidos por sus seguidores. La mayor parte de la gente lo que ve es un escenario y unos actores representando una función, pero pasa desapercibido lo que ocurre detrás y todo lo relacionado con esa representación.
      Algunos pensamos que el objetivo principal (de carácter implícito, no manifiesto) del grupo promotor no son las europeas, sino lo que viene después. "Podemos" viene gestándose en la sombra desde hace bastante tiempo. De cara a las siguientes citas electorales, el grupo promotor necesitaba "ya" sacar el producto al mercado político (cualquier oferta política necesita tiempo). En cambio para las europeas, es muy poco tiempo, tan poco tiempo que Podemos se presentó al público sin programa político. En ese sentido, las elecciones europeas son un simple test para el grupo promotor (si salen bien, estupendo; y en caso contrario no pasa nada). Obviamente, no pueden ir por ahí diciéndolo.
      Son muy variados los indicios que conducen a esa interpretación.

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  2. Tampoco comparto la sobrevaloración que hace A. Díez del 15M.
    Por otra parte dice: "las elecciones se han convertido en el instrumento normalizador". ¿Es que en una democracia burguesa las elecciones son algo distinto?

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  3. Tampoco estoy yo de acuerdo con Ángeles Díez. La Transición no fue modélica, ni heroica. Había que haberla vivido. Fue un periodo bastante sucio. Hubo muchos muertos, las fuerzas mayoritarias no estaban a favor de la ruptura. Pero era lo que había.
    Hoy día se mira con las gafas actuales. Pero hoy día puede haber movilizaciones en Burgos, en Cuenca, y en muchos sitios que han sido bastante conservadores. En 1976-1979 había movilizaciones, es verdad, pero eran en Madrid, Barcelona y sus cinturones rojos, en Euskadi (aunque movilizados por el nacionalismo), y en otros sitios muy poco o en muchas provincias españolas nada.
    Cuando se tuvo algo, la sociedad de entonces, hace 37 años o sea más de una generación, se agarró con ilusión a lo que se podía obtener, y algo se obtuvo. Evidentemente no fueron unas condiciones democráticas ni siquiera comparables a los países de nuestro entorno.
    Hubo partidos como el Partido de los Trabajadores de España (PTE) y la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), que llamaban a la movilización para la ruptura política total y por una sociedad socialista. Sus movilizaciones fueron mínimas.
    Había dos organizaciones multipartidarias, la Junta Democrática Española (JDE), apoyada por el PCE, el PTE y el PSP, y la Plataforma de Convergencia Democrática (PCD), apoyada por el PSOE y la ORT. La primera más a la izquierda que la segunda. Posteriormente hubo actuación conjunta, la Plata-Junta. Pero estas organizaciones se organizaban por arriba y movilizaban en donde he contado más arriba. Posteriormente, y hay pruebas, de que el régimen postfranquista tenía escrito el modo de cambiar el sistema de un modo controlado y en ello estaban de acuerdo las organizaciones democratacristianas y socialdemócratas europeas. El PSOE estuvo de acuerdo con ello y fue quien pilotó casi totalmente los acuerdos. No se salió con la suya pues deseaba que el PCE no fuera legalizado hasta después de las primeras elecciones.
    Se hizo lo que se pudo. Si el PCE hubiera apostado por la ruptura total, no se puede saber lo que hubiera pasado. A lo mejor se hubiera logrado la ruptura, no lo creo. A lo mejor se hubiera llegado a donde se ha llegado ahora, es muy probable, pero eso sí en ambos casos hubiera ocurrido muchas más víctimas.
    Además había una fuerte estructura franquista en las instituciones y en las fuerzas armadas. Dentro de unos días voy a publicar una entrada, aprovechando el aniversario del 23-F, donde creo que se verá de forma muy clara lo que ocurría con los 'ruidos de sables'.
    Lo que sí es verdad que ahora hay un clima que probablemente se pueda ir cambiando la sociedad hasta conseguir gradualmente un cambio de sistema.
    Lo que es muy difícil es conseguir romper de pronto el sistema. España pasaría por un periodo de un par de años muy difíciles que no sé si la población lo aguantaríamos. Tendría que ser muy planificado, y el sistema es muy fuerte e iba a ser con montones de obstáculos casi insalvables.

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  4. Esto de la Universidad como puerta de entrada en la vorágine mediática chusquera que llaman política (la llaman política ... y no lo es, tararatá), me deja sin habla.

    Como si fuera alumno de esos chusqueros que en vez de dar clases y ganarse el dinero que les pagamos, se dedican a intentar ser el califa en lugar del califa. Con nuestro dinero y desde nuestras tribunas. No son nuestras; ni de ellos. Son del Kapital; para ellos, los chusqueros de la política de yo, yo, yo, mi, mi, mi.

    Santiago Alba, el dedo de mamá lo puso en órbita. Nepotismo.
    La novia "Tania" de Pablo Iglesias (que lástima que no se hubiese llamado "El Cid Campeador", que tien aún más tirón), contertulia habitual de los corrillos televisivos de su noviete. Más Nepotismo.

    Eso sí, tienen un Programa hecho desde abajo. Por ellos mismos, por ellos solitos; que curiosamente, mirándonos desde arriba nos informas de que está abajo.

    ¿Que lio! Voy a acabar votando al PP$OE; que me parece es el fin último de la movida sin "ternura". El 15M fue la leche; gracias a que nos movilizamos todos por una política de Izquierdas, tuvo mayoría absoluta la Derecha más rancias.

    ¿Conspiración? Que va, es que Lara, el dueño de Planeta, ahora es de Izquierdas. Será que comparte parte del monedero de Monedero. O al revés. Monedero, el Censor (no cónsul -de momento al menos- sino azote de la libertad de expresión).

    Viene a luchar por nuestros derechos; pero estratégicamente, lo que interesa es vulnerarlos.

    Pura lógica.
    Gracias por la serie de artículos.
    Chus

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  5. En Portugal no se dio el terrorismo tardo-franquista ideado por el estado para desarticular y aniquilar a la izquierda revolucionaria y a su punta de lanza más combativa. La gente tenía mucho miedo, todas las semanas morían manifestantes...

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