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viernes, 11 de septiembre de 2015

42º aniversario del golpe de estado fascista contra el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende


"Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde,
 de nuevo se abrirán las grandes alamedas 
por donde pase el hombre libre,
 para construir una sociedad mejor"

Salvador Guillermo Allende Gossens

Médico. Presidente de Chile entre el 4 de noviembre de 1970 y el 11 de septiembre de 1973, por la coalición Unidad Popular (Partido Radical, Partido Socialista, Partido Comunista, Movimiento de Acción Popular Unitario, Partido de Izquierda Radical, Acción Popular Independiente, Izquierda Cristiana, MAPU Obrero y Campesino y CUT-Central Única de Trabajadores).
Derrocado y muerto por un golpe de estado fascista promovido por la CIA, hoy hace 42 años, el 11 de septiembre de 1973.
Hoy recordamos a Salvador Allende y honramos así su memoria, convencidos de que el futuro será socialista o no habrá futuro. El 11 de septiembre de 1973 murió el hombre y nació el símbolo universal que pertenece ya a la clase trabajadora de todos los países. Hoy dedicamos a Salvador Allende nuestro pensamiento, pero también a la Unidad Popular chilena, afirmando la idea de que es el ejemplo de unidad a seguir en nuestra época actual.
Salvador Guillermo Allende Gossens, héroe y mártir del Socialismo, ¡hasta la victoria final!




*

Aquí están también, reunidos con nosotros, representantes de organizaciones obreras, venidos de todas partes del mundo; intelectuales y artistas de proyección universal, que han querido solidarizar con el pueblo de Chile y celebrar con él una victoria que, siendo nuestra, es sentida coma propia por todos los hombres que luchan por la libertad y la dignidad.

A todos los que se encuentran aquí, embajadores, artistas, trabajadores, intelectuales, soldados, Chile les extiende la mano de su amistad.

Permítanme, huéspedes ilustres, decirles, que ustedes son testigos de la madurez política que Chile está demostrando.

A ustedes, que han contemplado por sus propios ojos la miseria en que viven muchos de nuestros compatriotas.

A ustedes, que han visitado nuestras poblaciones marginales -las callampas- y han podido observar cómo se puede degradar la vida a un nivel infrahumano en una tierra fecunda y llena de riquezas potenciales, habrán recordado la reflexión de Lincoln: «Este país no puede ser mitad esclavo y mitad libre».

A ustedes, que han escuchado cómo la Unidad Popular llevará a cabo el programa respaldado por nuestro pueblo. A ustedes formulo una petición: lleven a sus patrias esa imagen del Chile que es, y esta segura esperanza del Chile que será. Digan que aquí la historia experimenta un nuevo giro. Que aquí un pueblo entero alcanzó a tomar en sus manos la dirección de su destino para caminar por la vía democrática hacia el socialismo.


(Salvador Allende, fragmento de su discurso en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, el 5 de noviembre de 1970)







"Venceremos", himno de la Unidad Popular (1).
Versión de Víctor Jara. Del canal de HALETNA en Youtube.


La unión de la mayor parte de la izquierda chilena, agrupada en la Unidad Popular, llevó a Salvador Allende a la presidencia de Chile el  4 de noviembre de 1970. Daba comienzo así la vía chilena al socialismo, a través de una transición democrática no violenta, a través de pasos en la transformación de la sociedad capitalista chilena en un estado socialista. 


La grandeza histórica de la Unidad Popular de Chile, consistió en que no era un partido único el protagonista del proceso, sino la unión de todas las fuerzas democráticas de izquierdas que compartían la misma aspiración de cambio social progresivo y sin pausa. El mismo planteamiento que en España ya había intentado el Frente Popular durante la II República en enero de 1936. Este planteamiento defendido en la vía chilena, que se concretaba en la formación de un bloque hegemónico para derrotar a las fuerzas reaccionarias, estaba en sintonía con la línea defendida por Antonio Gramsci cuando lideraba el Partido Comunista de Italia. Aunque el Partido Comunista de Chile había defendido la candidatura de Pablo Neruda para encabezar la Unidad Popular, finalmente fue Salvador Allende -del Partido Socialista- el candidato elegido.



Inti Illimani: "Canción del Poder Popular".

El gobierno de la Unidad Popular, puso en marcha un ambicioso programa de nacionalizaciones de los sectores más decisivos de la economía, como la minería y la banca, en contra de los intereses de la multinacionales extranjeras y de la oligarquía económica chilena. 


Salvador Allende con el Che Guevara

Lo mismo sucedió con la reforma agraria, que pretendía acabar con la dictadura rural y el monopolio de la propiedad ejercidos por los latifundistas. Chile se unía así a Cuba y al gobierno revolucionario de Velasco Alvarado (2), en la lista de países latinoamericanos que afrontaban una profunda reforma agraria en favor del campesinado. 

El gobierno de la UP abrió paso además a la participación de los trabajadores en las empresas a través de fórmulas de cogestión, lo que suponía un paso al frente en el proceso de apropiación de los medios de producción por parte de la clase trabajadora.

También cabe destacar las medidas sociales, sobre todo en el terreno de la educación y de la atención a la infancia. A nivel exterior, el gobierno de Allende fortaleció los lazos con Cuba y el Perú gobernado por Velasco Alvarado.



Fidel Castro en Chile con Allende, 1971


*  *


"De cuando en cuando la democracia debe bañarse
 en sangre para que pueda seguir siendo democracia" 
(Augusto Pinochet, 24 de septiembre de 1973)
[Cita sacada de Chile, la herida abierta, de Mario Amorós. Publicado en pdf por rebelion.org]


"El golpe de Estado en Chile fue casi perfecto"
(Teniente coronel de Infantería de Marina de los EUA, Patrick Ryan,
en uno de sus informes oficiales)



Pinochet, un asesino de masas
parido por EE.UU. y su CIA
El 11 de septiembre de 1973 dio comienzo una de las dictaduras más sanguinarias y rebosantes de crueldad, de cuantas ha conocido América Latina. Se calcula que al menos 60.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas. Alrededor de 200.000 chilenos tuvieron que huir del país.

El golpe de Estado formó parte de la llamada Operación Cóndor, prima hermana de la Operación Gladio en Europa. Fue puesta en marcha en las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, por Estados Unidos, a través principalmente de la CIA aunque no exclusivamente,  para eliminar cualquier activismo político de la izquierda en Américas Latina, mediante golpes de estado, el secuestro, la tortura, el asesinato y una estrategia de terror encaminada a reducir a cenizas cualquier atisbo de progresismo. Afectó a Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia; de forma más intermitente a Perú, Colombia, Venezuela y Ecuador.


El golpe de Estado 

Desde el mismo 4 de septiembre de 1970, fecha de la victoria electoral de la izquierda, la burguesía, aterrorizada ante la posibilidad de perder sus seculares privilegios de clase, empezó a conspirar contra la UP y fue deslizándose hacia el fascismo con la preparación de paros patronales, en especial de los camioneros, con la financiación de los grupos terroristas de la extrema derecha y con la estrategia de desinformación de sus periódicos, radios y televisiones. 

También importantes oficiales empezaron muy pronto a preparar la subversión contra el Gobierno, aunque la autoridad del general Carlos Prats, comandante en jefe del ejército, logró mantener a las Fuerzas Armadas dentro del orden constitucional. Pero la dimisión de Prats en agosto de 1973 y el ascenso de Pinochet a la jefatura del ejército sellaron la suerte de la democracia más arraigada de América Latina. (...) 

A primeras horas de la mañana del 11 de septiembre los militares traidores fueron haciéndose con el control del país sin apenas resistencia. Cerca del mediodía cuatro aviones Hawer Hunter bombardearon el Palacio de La Moneda, la casa de los presidentes de Chile, donde Salvador Allende puso fin a su vida tras negarse a entregar al fascismo el poder que el pueblo le había otorgado. (...)

Las huellas de la CIA 

La responsabilidad de la destrucción de la democracia chilena recae no sólo en sus actores locales (las Fuerzas Armadas, la burguesía, la derecha y la mayor parte de la Democracia Cristiana), también corresponde al presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, y a su secretario de Estado, Henry Kissinger. Ya el 27 de junio de 1970, y ante la probable victoria de Allende en las elecciones presidenciales, Kissinger advirtió de las intenciones de su Gobierno: “No veo por qué tenemos que permanecer cruzados de brazos cuando un país se desliza hacia el comunismo por la irresponsabilidad de su propio pueblo” (...)

A Washington, por supuesto, le fue indiferente la legitimidad de la victoria de la izquierda y se preparó para impedir que el Congreso Pleno confirmara la elección de Allende el 24 de octubre13 ya que, según la Agencia Central de Inteligencia (CIA), más allá de perjudicar a los intereses económicos de su país ésta “representaría un claro golpe psicológico para Estados Unidos y un claro progreso psicológico para los ideales marxistas”. El 15 de septiembre de 1970, Nixon autorizó a la Agencia a alentar un golpe de Estado en Chile y la emplazó a estrangular su economía. 

Después del fracaso de todas las maniobras de la CIA y de la ITT (Intenational Telecom adn Telegraph) para evitar que Salvador Allende se convirtiera el 3 de noviembre en presidente de Chile, Nixon y Kissinger prometieron que no descansarían hasta que fuera derrocado el primer marxista que llegaba al poder por la vía electoral. 

Según el informe Acción Encubierta en Chile 1963-1973, elaborado por una comisión del Senado de Estados Unidos, en los tres años siguientes Washington entregó ocho millones de dólares a los partidos opositores (sobre todo a la Democracia Cristiana), a grupos terroristas de corte fascista como Patria y Libertad, a las organizaciones sociales y empresariales reaccionarias y a los principales medios de comunicación derechistas, en especial al influyente diario El Mercurio.

Una de las obsesiones de la CIA fue la penetración en las instituciones militares para impulsar la conspiración contra el Gobierno. El abogado valenciano Joan Garcés, uno de los principales asesores políticos del Presidente, explica que la UP había heredado “unas Fuerzas Armadas cuyo equipo, doctrina y entrenamiento estaban por completo en manos de Estados Unidos”. Sólo entre 1966 y 1973, 1.182 oficiales chilenos fueron adiestrados en la siniestra Escuela de las Américas (entonces radicada en Fort Gullick, Panamá), donde les inocularon el anticomunismo visceral de la Doctrina de Seguridad Nacional y les enseñaron las prácticas brutales de tortura que pusieron en práctica a partir del 11 de septiembre de 1973. Además, entre 1970 y 1972 los créditos norteamericanos a sus Fuerzas Armadas aumentaron de 800.000 a 10.900.000 dólares. (...)

Para justificar el golpe de Estado la junta militar ordenó la inmediata elaboración del llamado Libro Blanco sobre el Cambio de Gobierno en Chile, que fue distribuido con generosidad en Estados Unidos y en otros países occidentales. Este inverosímil Libro Blanco sostiene que las Fuerzas Armadas se vieron “obligadas” a intervenir para impedir que Allende instaurara un régimen dictatorial a partir del denominado Plan Z, un absurdo ardid inventado por la propia dictadura.

El Informe Church reveló que dos colaboradores de la CIA participaron en la elaboración del Libro Blanco; de hecho, el 19 de octubre de 1970 la oficina central de la Agencia envió este cable a sus agentes en Santiago: “Un golpe no tiene pretexto o justificación que se pueda aducir para hacerlo aceptable en Chile o Latinoamérica. Por lo tanto, parecería necesario crear uno que salvaría a Chile del comunismo”. En 1964, para justificar el derrocamiento del presidente brasileño Joao Goulart, los agentes de la CIA inventaron el Plan XX, de similares características.


Sin embargo, el 8 de marzo de 1977 Brady Tyson, subjefe de la delegación de Estados Unidos ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, afirmó: “Seríamos poco sinceros con nosotros mismos y con nuestro pueblo si no expresáramos nuestro más profundo pesar por el papel que algunos funcionarios gubernamentales, instituciones y grupos financieros privados desempeñaron en la subversión contra el Gobierno anterior de Chile, del Presidente Allende, elegido democráticamente, y que fue derrocado por el golpe militar del 11 de septiembre de 1973”.

(Fragmentos del libro de Mario Amorós: Chile, la herida abierta. Publicado por rebelion.org. Puedes descargarlo en pdf pulsando sobre este link)



Kissinger, PREMIO NOBEL DE LA PAZ, y Pinochet. El primero, el gran ingeniero de golpes de estado fascistas como los de Chile, Argentina e Indonesia. 


*   *   *


"Está matando a su propio pueblo". ¿Cuántas veces hemos leído y escuchado eso?

Es la frase repetida hasta la saciedad, la que se supone que debe convencernos para odiar al gobierno sirio y el motivo suficiente para justificar el asesinato de muchos más sirios con misiles crucero estadounidenses.

Las personas que salpican con estas frases sus informes y noticias, ¿piensan realmente en la gente?

¿Cuándo el gobierno de EE.UU. deciden de repente qué gobiernos que matan a su propio pueblo debe ser "sacados"?

Este 11 de septiembre se cumple el 40 aniversario del golpe de estado fascista de 1973 en Chile, que derrocó al gobierno democrático y socialista de Salvador Allende, quien había tratado de reducir la gran brecha existente entre ricos y pobres en ese país, a través de múltiples de reformas sociales. Allende murió en el golpe de Estado, junto a miles de compatriotas suyos. El general Augusto Pinochet, quien encabezó el golpe de Estado, fue responsable de "matar a su propio pueblo" muchas veces.

¿Acaso el gobierno de Washington fue a las Naciones Unidas para condenar el golpe de Estado? ¿Trató de promover sanciones contra el régimen militar brutal de Pinochet? ¿Se hizo algo al respecto, aparte de hacer declaraciones en plan santurrón sobre los derechos humanos?

No, al contrario. Pinochet era el hombre de Washington. Era un acérrimo anticomunista. Pero no importaba que Allende no fuese comunista. Las corporaciones estadounidenses con intereses en Chile querían deshacerse de él. Pinochet fue la respuesta de Washingtona la ola de progresismo que se extendió por América Latina, después de la Revolución Cubana.

El papel desempeñado por el secretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger, en aupar a Pinochet como dictador y la protección de gobierno militar, es de dominio público. El libro "Nixon, Kissinger y Allende: La participación de EE.UU. en el golpe de 1973 en Chile", da muchos detalles.

Una vez que Pinochet llegó al poder y reforzó su dominio a través de asesinatos, torturas y detenciones en masa, el camino estaba despejado para las corporaciones y los bancos de Estados Unidos que habían sido nacionalizados: podían volver a "su" propiedad, que Allende les había arrebatado. Las compañías del cobre Anaconda y Kennecott, habían exprimido a Chile y obtenido fabulosas ganancias antes de la llegada de Allende; una vez que los generales se hicieron con el poder, estos les dieron la bienvenida de nuevo para hacer negocios como de costumbre.

(Traducción de un fragmento del artículo From Pinochet to Suharto, U.S. supported dictators who ‘killed their own people’ -De Pinochet a Suharto, EE.UU. apoya dictadores que 'mataron a su propio pueblo'-, de Deirdre Griswold. Publicado el 9-09-2013 en Workers World. Leer el artículo completo en inglés pinchando sobre este link).



Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos. (...)

En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción, creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo, sobre todo, a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la abuela que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la Patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases para defender también las ventajas de una sociedad capitalista de unos pocos.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo lo oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder. Estaban comprometidos. La historia los juzgará. (...)

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.


(Fragmento del último discurso de Salvador Allende dirigiéndose al pueblo chileno, transmitido a las 9:10 de la mañana por Radio Magallanes, cuando el Palacio de la Moneda estaba sitiado por los militares golpistas, antes de que comenzasen a bombardearlo. Leer o escuchar el discurso entero pulsando sobre este link)






"se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre,
para construir una sociedad mejor"


En recuerdo de Salvador Allende

 y de la Unidad Popular chilena.







Notas
(1) La música de "Venceremos" fue compuesta por Sergio Ortega y la letra la escribió Claudio Iturray. El tema fue popularizado por los míticos grupos chilenos Inti-Illimani y Quilapayún. Sin embargo, la letra fue alterada para hacer una nueva versión que sirviese para la campaña electoral de 1970, como himno de la Unidad Popular. Esta adaptación de la letra  fue realizada Víctor Jara.

(2) EL general Velasco Alvarado había encabezado el grupo de militares peruanos que el 9 de octubre de 1968 tomaron el poder, constituyendo el llamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas. En poco tiempo nacionalizó los recursos mineros y la banca, y puso en marcha una reforma agraria que Fidel castro llegó a calificar como la más revolucionaria llevada a cabo en América Latina después de la cubana. Se expropiaron los latifundios a la oligarquía terrateniente y se crearon las Cooperativas Agrarias de Producción (CAPS). La industria pesquera pasó a ser propiedad del Estado y se impuso un estricto control directo de éste sobre el sector de las telecomunicaciones. El gobierno revolucionario también pretendió involucrar a los trabajadores en la participación, gestión y administración de las empresas. La reforma educativa permitió por primera vez en Perú la educación bilingüe para los indígenas que tenían sus lenguas propias. Aunque Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas pretendió inicialmente una política de no alineación, la creciente hostilidad de los EE.UU., obligó a buscar alianzas con el bloque socialista (lo que ya había sucedido en Cuba); de hecho se llevó a cabo una modernización de las fuerzas armadas con suministro de armamento soviético. El golpe de estado del 29 de agosto de 1975, encabezado por el General Francisco Morales Bermúdez, puso fin al proceso revolucionario.


Algunas lecturas cortas sugeridas (pulsar sobre los hipervínculos para acceder)
Algunos libros sugeridos (pulsar sobre los hipervínculos para descargar en pdf)
Algunos vídeos sugeridos (pulsar sobre los hipervínculos para descargar en pdf)
  • Autores varios: “40 años. Perspectivas históricas sobre el Golpe”. Ciclo de entrevistas a historiadores/as críticos chilenos sobre el golpe de estado. Conjunto de 6 vídeos ideales como material docente.  Jorge Gonzalorena: “El significado del Golpe de 1973″. Luis Corvalán Marquéz: “La intervención de EEUU en Chile”. Juan Carlos Gómez: “La UP: el socialismo en busca de una democracia plena”. Julio Pinto Vallejos: “Los trabajadores y la Unidad Popular”. Verónica Valdivia: “Los militares, la Unidad Popular y el Golpe”. Igor Goicovic: "Características de la izquierda chilena. El rol del PC, del PS, el MIR y de otros partidos de la izquierda desde los sesenta hasta el 11 de Septiembre". De la web marxismocritico.com
Cine
  • Patricio Guzmán: La batalla de Chile. La lucha de un pueblo sin armas. Dirigido y producido  por el cineasta chileno Patricio Guzmán, quien también escribió el guión. Está considerado como el mejor documental chileno de todos los tiempos y una de las obras maestras de la historia del cine documental político. En realidad se trata de una trilogía formada por tres películas diferentes:  La insurrección de la burguesía (1975, 100’), El golpe de estado (1976, 90’), El poder popular (1979, 82’). Narra el proceso que transcurre entre 1972 -cuando comienza a tomar cuerpo la conspiración de la burguesía para derrocar a Salvader Allende- y septiembre de 1973, momento en que tiene lugar el golpe de estado. La web del documental es www.labatalladechile.cl  Todos estos vídeos estaban en Youtube, pero han sido suprimidos por denuncias de las productoras mercenarias. Sentimos no poder ofrecerlos.
  • Missing (1982, 132'). Película dirigida por Costa-Gavras. "Descenso a los infiernos de la dictadura chilena. Un joven americano desaparece tras el golpe de estado de Pinochet. Su padre (un inconmensurable Jack Lemmon) viaja al país para buscarle. Desgarradora película con un excelente guión, basado en hechos reales, en la que el comprometido Gavras vuelve a enviar otra carga de profundidad a la adormecida sociedad occidental de los ochenta. No sólo narra con ritmo preciso e intrigante la búsqueda del hijo desaparecido, sino que es un complejo retrato de las diferencias generacionales, además de una veraz reconstrucción de los días posteriores al golpe chileno. Un filme magistral y, sobre todo, necesario" (reseña crítica de Pablo Kurt, en Filmaffinity). 
  • Alvaro Covacevich: El diálogo de América (1972). Documental de 45' muy interesante aunque fue poco difundido. Dirigido y producido por Alvaro Covacevich, documenta el diálogo mantenido, en noviembre de 1971, entre Allende y Fidel Castro en Santiago de Chile. Ambos hablan de la revolución y de las vías diferentes al socialismo, sobre el imperialismo, la oligarquía, el subdesarrollo, la dependencia cultural y económica, el proceso histórico en América Latina, etc. Estrenado en París en 1972 con una presentación de Pablo Neruda y de Martcel Marceau, recibió diferentes galardones. A pesar de que tiene un valor documental histórico y testimonial de máxima relevancia, no llegó a ser demasiado conocido por el público. Tenéis algunos fragmentos transcritos en www.tercerainformacion.es y lo podéis descargar de Youtube.

  • Otras películas y documentales. La página de Cultura de El País, publicó el artículo "El cine que retrató la dictadura de Pinochet", en el que tenéis breves reseñas de otras películas y documentales relacionados con la dictadura de Pinochet. Las enumeramos y os facilitamos los enlaces para visionarlas en Youtube, en el caso de aquellas que están disponibles:  El clavel negro (2007, del sueco Svarta nejlikan); Llueve sobre Santiago (1976, del chileno Helvio Soto); La ciudad de los fotógrafos (2006, del chileno Sebastián Moreno); De amor y de sombra (1994, de la estadounidense Betty Kaplan); Fiesta patria (2006, del chileno residente en Suecia Luis R. Vera); La frontera (1991, del chileno Ricardo Laraín); Machuca (2004, del chileno Andrés Wood); No (del chileno Pablo Larraín); La muerte y la doncella (1994, del francés de origen polaco, Roman Polanski).


Ver también en nuestro blog:
La derecha chilena como la española: desfigurando la Historia para limpiar la sangre de los dictadores. El PP y sus primos hermanos de Chile (RN y UDI)






1 comentario:

  1. Acabad con la moneda como factor de intercambios y habréis acabado con el sistema capitalista y sus males. Habréis acabado con la corrupción de la sociedad de derecho preconizada por nuestros nobles antepasados grecolatinos de la forma más suave y racional de entre las posibles. Y sino ya sabéis a que deberéis ateneros de forma sistemática: Al capitalismo de forma ineludible. Aunque por el rollo economicista no os entre en la mollera que se pueda operar perfectamente en solidaridad internacional sin moneda.

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