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viernes, 19 de abril de 2013

"Brasil. Diez años después", en la revista "El Viejo Topo" del mes de abril.

El último número de la revista El Viejo Topo (nº 303, mes de abril), dedica un extenso artículo a analizar la situación actual de Brasil tras un década de gobierno del PT (Partido dos Trabalhadores), escrito por José Manuel Rambla:
"Tras una década de gobiernos liderados por el PT de Lula y ahora de Dilma Rousseff, el país ha experimentado cambios más que notables. No todo, sin embargo, coincide con los deseos de los millones de personas que auparon a Lula al poder diez años atrás. Como en todo balance, aquí se reflejan sus luces y sus sombras."
Con frecuencia criticamos sin miramientos a la socialdemocracia versión socioliberal que encarna el PSOE, y sin embargo muchos de quienes comparten tales críticas parecen mostrar un apoyo entusiasta a la labor de gobierno del PT en Brasil, primero con Lula y ahora con Dilma Rousseff. ¿Estamos utilizando la misma vara de medir? ¿Acaso no resulta incoherente lo anterior?

Como se recuerda al comienzo del artículo de la revista El Viejo Topo, hay quienes cuestionan abiertamente la idea del cambio, subrayando "el continuismo con las políticas neoliberales impulsadas por Cardoso y el Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB)". Hasta resulta irónico que Cardoso haya declarado de cara a las elecciones presidenciales de 2014 en relación con las críticas recibidas de no tener un proyecto definido: “Quien no tiene proyecto es quien está gobernando, porque ellos tomaron el nuestro. Ahora mismo están discutiendo la privatización de la distribuidora de energía eléctrica. Lo que pasó en Brasil fue una usurpación de proyectos”.

Lo cierto es que el desarrollismo del gobierno del PT se desmarca de un principio esencial de la izquierda política, al excluir en sus programas "cualquier referencia al conflicto de clases"No es extraño, dice el autor del artículo, "que en un reciente acto público la presidenta Rousseff alardeara de que el principal objetivo social de su política es 'ser un país de clase media' ".

¿Acaso no nos recuerda esto a la posición política del PSOE? Mismo los argumentos esgrimidos para la defensa del gobierno del PT, recuerdan a los que tantas veces utiliza el PSOE en España: las mejoras sociales llevadas a cabo. Así, en el caso del PT, sus defensores a menudo subrayan que gracias a los programas sociales han salido de la pobreza absoluta 16,4 millones de brasileños.

Es indudable la existencia de tales políticas sociales. Pero también lo es que en Brasil la desigualdad ha crecido, el latifundismo ha aumentado, el capitalismo se ha consolidado a través de la seductora sociedad de consumo.

En definitiva nos parece un artículo interesante porque invita al debate y a la polémica. Pero también a la comparación, porque los mismos argumentos utilizados en defensa del PT, por lógica habría que aplicarlos también a los gobiernos del PSOE. La discusión queda abierta y os invitamos a leer el artículo y a mostrar vuestra opinión.

El artículo se ofrece para descarga gratuita. Como sin duda muchos ya sabéis,  la revista suele ofrecer para su descarga libre algunos de los artículos publicados cada mes. En cualquier caso, consideramos que es positivo, al menos de vez en cuando, que compremos la revista en el kiosko, ya que es la única forma que hay de apoyar a este tipo de prensa alternativa y de izquierdas. Os recordamos que El Viejo Topo desapareció en su primera etapa, precisamente por problemas económicos.

Para descargar el artículo mencionado de José Manuel Rambla, accede desde aquí al sumario de la revista, en el que encontrarás el hipervínculo al pdf. 



Fotografía que acompaña al artículo, cuyo pie de foto resulta muy expresivo, igual que la imagen: "Favelas con rascacielos al fondo. Ahí se puede ver una muestra de las diferencias sociales..."

5 comentarios:

  1. Qué tal, muchachos. Brasil, ¡ay Brasil! Brasil es la mentira.
    Brasil es neoliberal. Tuvo una gran expansión industrial en el pasado sobre la base de políticas desarrollistas. Esto también ayudado por su población numerosa, la escasa organización sindical de sus trabajadores y el aplastamiento sangriento de las fuerzas de izquierda en un alineamiento total con los Estados Unidos. Pero su burguesía siempre ha tenido proyectos de "grandeza", de proyectar a Brasil al primer plano de las decisiones mundiales, en fin. Es una burguesía que se siente poderosa, y con razón, ya que en la puta vida se ha visto amenazada por algo que se parezca a resistencia popular.
    Por otra parte, desde su participación en la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado (el ejército brasileño encabezó el ataque a la Abadía de Montecasino. Subieron primero la cuesta y soportaron el fuego alemán hasta que estos tuvieron que recargar; solo entonces subieron los otros, pero ya no quedaban brasileños vivos) los yankis les han dado un trato preferencial en detrimento de Argentina, que no solo se mantuvo neutral sino que recién le declaró la guerra al eje 20 días antes de la rendición alemana. Este no es un tema menor. En los setenta, la recientemente creada Trilateral Comission le dio estatus de líder regional, según el método que tenía esta entidad imperialista de fortalecer, en cada región, a aquella nación que estuviera en mejores condiciones de representar y defender los intereses de los Estados Unidos.
    Es decir, su burguesía siempre sintonizó bien con los yankis y ello influyó en la concepciones más generales que nutren la ideología hegemónica en esa sociedad. Ellos quieren parecerse a los EEUU y también se sienten llamados por "algo" a ser los conductores de A Latina.
    Cuando Lula y el PT comprendieron esto, se deshicieron del marxismo, se hicieron desarrollistas y dejaron de perder elecciones.
    El sociólogo Petras (EEUU) dice que Lula tiene dos discursos, y cuando pasa eso, el que prevalece es el más de derecha. Yo diría que tiene un discurso y un hacer. Pero lo hace desde una perspectiva bastante brasileña, no como lacayo de tal o cual.
    Lo cierto es que el esquema económico de Cardozo no fue tocado en lo esencial. Se manejn con pautas de inflación, como manda el credo neoliberal, y por eso reciben capitales especultivos que revalúan artificialmente el real y dan un idea de crecimiento económico que no es tal. De hecho se están reprimarizando, es decir, lentamente están volviendo a los minerales, el café y, sobre todo, la soja en detrimento de la industria.
    Con la excusa de reprimir el narcotráfico tienen al ejército metido en las favelas y desplegando métodos de ejército de ocupación. La policía es intolerable; enseguida pelan el fierro y te cagan a tiros.
    Hay mucho más para hablar de su política exterior acá, con los vecinos, sobre todo con los más chicos. Con nosotros no joden mucho, pero cuando pueden nos cagan.

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    1. Un análisis de los últimos años de Brasil que me gusta. Probablemente desde la dictadura hasta hoy lo que haya es una continuidad. Nunca se rompió el modelo económico. Me da la impresión que ha sido algo parecido a España. Cuando han gobernado los neoliberales las políticas sociales se endurecen. Cuando gobiernan los social-liberales, se hacen algunas concesiones sociales y con eso se calla al pueblo. Pero la política económica sigue siendo neoliberal en los dos casos.
      Por cierto conocía la batalla de la Abadía de Montecasino, pero no la actuación de los brasileños en ella. Me lo creo. Allí hubo una carnicería y entra bastante en la lógica de americanos y británicos que buscaran carne de cañón.

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    2. En efecto, hay una continuidad. No obstante, no es lo mismo el discurso neoliberal de los 60-70, al del presente. Un neoliberal a lo Kennedy, MacMillan o Adenauer procuraba colocar los excedentes industriales en la periferia. Hoy (y esto es una interpretación personal y opinable) el capital financiero se desentiende de la producción y el empleo.
      Por eso, aquel Brasil de los 60 combinaba un anticomunismo feroz con un constante forcejeo por mantener y acrecentar su industria. De hecho, esa industria se construyó sobre la base de la exacción de la renta agraria, subsidios de todo tipo y proteccionismo aduanero. Su liberalismo se circunscribía a la política salarial, las metas de productividad y la exigencia a otros países para que absorbieran sus excedentes industriales. En todo ese período la inflación en Brasil no bajaba del 100% anual, pero la economía crecía a muy buen ritmo (y se concentraba).
      Hoy el neoliberalismo brasileño es de otro cuño, mucho más regresivo.
      En cuanto a España, bueno. Tengo que darte la razón porque vos has vivido ahí siempre;yo tenía otra imagen.

      PD Manuel, hay una peli rusa sobre Stalingrado doblada al castellano. ¿Te suena? ¿Sabés de dónde bajarla o verla?

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  2. Hola,

    Leo el mensaje.

    Haré una cosa. Como tengo el email de Aryentain, le escribiré un correo para él y vosotros (Manuel GR y Vignesuara).

    El otro día escribí un mensaje en el tema de Prisa, pero no lo habéis publicado.

    Saludos,

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    1. Hola compañero, perdón que me meta. Tu comentario sí que figura en la entrada "El triángulo de las Bermudas" 18.04.13 a las 22:06 h. :-))

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