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jueves, 17 de diciembre de 2015

La canción sobre el enemigo de clase (Bertolt Brecht)



Cartel de Congreso Obrero en la II Internacional, Solidaridad del trabajo, 1889.

No se encontrará la palabra
que un día nos una a ambos.
La lluvia corre de arriba hacia abajo.
Y tú eres mi enemigo de clase.



La canción sobre el enemigo de clase
Bertolt Brecht (1898‑1956)

Texto de 1933. Puesta en música: Hanns Eisler (1898‑1962). 
Versión musical de Ernst Busch en Youtube: www.youtube.com/watch?v=61B2oN5tV3M 
Texto tomado de 321ignition.free.fr/pag/es/art/pag_002/brech_05.htm
Publicamos esta entrada en junio de 2013 y ahora la actualizamos en víspera de elecciones. Un poema de Brecht que merece la pena recordar y que mantiene plena vigencia 82 años después de haber sido escrito. En este sombrío tiempo en el que la búsqueda compulsiva del voto conduce al interclasismo y al abandono de la lucha de clases, y en el que Rajoy termina su legislatura en medio de una paz social vergonzosa para la clase trabajadora..., recordar a Brecht ayuda a realizar un ejercicio de lucidez política.


1.

Cuando pequeño, fui a la escuela
y aprendí, lo que es mío y lo que es tuyo.
Y cuando todo se había aprendido,
me parecía que no era todo.
Y no tenía desayuno que comer,
y otros sí tenían:
y así fue que sí lo aprendí todo
sobre la naturaleza del enemigo de clase.
Y aprendí, por qué y debido a qué razón
hay un desgarrón atravesando el mundo.
Y este perdura entre nosotros, porque la lluvia
cae de arriba hacia abajo.


2.

Y me dijeron: Si soy dócil,
entonces llegaré a ser como ellos.
Pero pensé: Si soy su oveja,
entonces llegaré jamás a carnicero.
Y vi más de uno de entre nosotros
que tragó su anzuelo.
Y cuando le aconteció lo que nos aconteció a ti y a mi,
entonces se extrañó.
Mas a mi, a mi no me extrañó,
pronto descubrí su juego:
La lluvia, así es, corre hacia abajo
y no corre, así es, hacia arriba.


3.

Ahí escuché que redoblaron los tambores,
y todos hablaron de eso:
Ahora deberíamos conducir guerras
por un lugarcito en el sol.
Y voces enronquecidas nos prometían
cielo, mar y tierra.
Y cabecillas gordos y grasientos
gritaron: no os postréis ahora!
Y creímos: no quedan más que unas horas,
luego tendremos esto y aquello.
Pero otra vez la lluvia corría hacia abajo,
y durante cuatro años tragamos hierba.


4.

Y una vez de repente se escuchó:
Ahora hacemos Republica!
Y ahí un hombre se parece al otro,
sea flaco u gordo.
Y los que estaban cansados por el hambre
jamás no habían estado tan esperanzados.
Pero los que estaban saciados porque comían,
estaban esperanzados como ellos.
Y dije: Ahí algo no puede ser cierto
y estaba lleno de dudas turbadas:
que sí, no es cierto, lo de la lluvia que
parece que corre hacia arriba.


5.

Nos dieron papelitos para votar,
entregamos las armas.
Nos dieron una promesa,
y dimos nuestro fusil.
Y escuchamos: que los que saben de las cosas,
ahora nos ayudaran.
Deberíamos emprender el trabajo,
ellos harían el resto.
Entonces me dejé conmover otra vez
y me quedé quieto, conforme a lo pedido
y pensé: Que bueno la lluvia
queriendo correr hacia arriba.


6.

Y poco después escuché decir,
ahora todo esta arreglado ya.
Si aguantamos la calamidad menor,
se nos dispensará de la mayor.
Y tragamos el frailuco Brüning,
para que no sea el Papen.
Y tragamos el junker Papen,
puesto que de lo contrario sería el turno del Schleicher.
Y el frailuco cedió su puesto al junker,
y el junker lo cedió al general.
Y la lluvia corría hacia abajo,
y corría copiosamente de verdad.


7.

Mientras anduvimos con papeletas para votar,
cerraron las fábricas.
Cuando dormimos frente a las agencias de empleo
que nos sellan la constancia,
les evitamos la preocupación por nosotros.
Escuchamos dichos como estos:
¡Siempre tranquilo! ¡Que esperáis, no más!
Después de una crisis mayor
¡viene un auge mayor!
Y dije a mis colegas:
¡Así habla el enemigo de clase!
Cuando él habla de buen tiempo,
se refiere a su tiempo a él.
La lluvia no puede ir hacia arriba,
aun cuando súbitamente tenga buenas intenciones
para nosotros.
Lo que puede es: puede acabar,
y es cuando brilla el sol.


8.

Un día los vi marchando
detrás de nuevas banderas.
Y muchos de los nuestros dijeron:
No más hay enemigo de clase.
Entonces vi encabezándolos
hocicos que ya conocía,
y escuché voces berreando
en el antiguo tono de sargento.
Y tranquillo entre banderas y fiestas
corría la lluvia noche y día.
Y cada uno que estaba acostado en la calle
podía sentirla.


9.

Se entrenaban con aplicación para tirar
y hablaron ruidosamente del enemigo
y señalaron furiosamente más allá de la frontera.
Y es que se refirieron a nosotros.
Pues nosotros y ellos, somos enemigos
en una guerra en que uno solo gana.
Pues viven de nosotros y reventan
si no seamos más los Coolíes.
Y es por esto también que
no debáis extrañaros
si se echan sobre nosotros, como la lluvia
se echa sobre el suelo.


10.

Y ese de entre nosotros que falleció de hambre,
cayó en una batalla.
Y ese de entre nosotros que murió,
ha sido asesinado.
Al que recogieron con sus soldados,
tener hambre no le agradó.
Al que le rompieron la mandíbula a patadas,
había pedido pan.
Al que habían prometido el pan,
ahora le dan caza.
Y al que traen en el ataúd de zinc,
ese dijo la verdad.
Y ese que entonces les daba confianza
cuando pretendían ser sus amigos,
lo que así imaginó
era que la lluvia corra hacia arriba.


11.

Ya que somos enemigos de clase,
sea lo que sea que nos dicen:
Ése de entre nosotros que no se atrevía a luchar,
se atrevía a morir de hambre.
¡Somos enemigos de clase, tamborilero!
Esto, ¡tu sonsonete no lo cubre!
Empresario, general y junker -
nuestro enemigo, ¡eres tu!
¡De esto, nada será movido,
ahí nada será arreglado!
La lluvia no corre hacia arriba,
¡por cierto no se le exige tal cosa!


12.

Por más que tu pintor retoque,
¡no va a tapar el desgarrón!
Uno de los dos perdura y el otro debe dejar su lugar,
o yo u tú.
Y sea que sea que aprenderé,
esto sigue siendo el abecé:
Jamás nada tendré de común
con el asunto del enemigo de clase.
No se encontrará la palabra
que un día nos una a ambos.
La lluvia corre de arriba hacia abajo.
Y tú eres mi enemigo de clase.





Interpretación artística actual de El Cuarto Estado (de Giuseppe Pellizza da Volpedo).


Deutsche Version

Das Lied vom Klassenfeind

1.

Als ich klein war, ging ich zur Schule
und ich lernte, was mein und was dein.
Und als da alles gelernt war,
schien es mir nicht alles zu sein.
Und ich hatte kein Frühstück zu essen,
und andre, die hatten eins:
Und so lernte ich doch noch alles
vom Wesen des Klassenfeinds.
Und ich lernte, wieso und weswegen
da ein Riss ist durch die Welt?
Und der bleibt zwischen uns, weil der Regen
von oben nach unten fällt.

2.

Und sie sagten mir: Wenn ich brav bin,
dann werd ich dasselbe wie sie.
Doch ich dachte: Wenn ich ihr Schaf bin,
dann werd ich ein Metzger nie.
Und manchen von uns sah ich,
der ging ihnen auf den Strich.
Und geschah ihm, was dir und was mir geschah,
dann wunderte er sich.
Mich aber, mich nahm es nicht wunder,
ich kam ihnen frühzeitig drauf:
Der Regen fließt eben herunter
und fließt eben nicht hinauf.

3.

Da hört ich die Trommel rühren,
und alle sprachen davon:
Wir müssten jetzt Kriege führen
um ein Plätzlein an der Sonn.
Und heisere Stimmen versprachen uns
das Blaue vom Himmel herab.
Und herausgefressene Bonzen
schrien: Macht jetzt nicht schlapp!
Und wir glaubten: Jetzt sind's nur mehr Stunden,
dann haben wir dies und das.
Doch der Regen floss wieder nach unten,
und wir fraßen vier Jahre lang Gras.

4.

Und einmal, da hieß es auf einmal:
Jetzt machen wir Republik!
Und der eine Mensch ist da dem andern gleich,
ob er mager ist oder dick.
Und was vom Hungern matt war,
war so voll Hoffnung nie.
Doch was vom Essen satt war,
war hoffnungsvoll wie sie.
Und ich sagte: Da kann was nicht stimmen
und war trüber Zweifel voll:
Das stimmt doch nicht, wenn der Regen
nach aufwärts fließen soll.

5.

Sie gaben uns Zettel zum Wählen,
wir gaben die Waffen her.
Sie gaben uns ein Versprechen,
und wir gaben unser Gewehr.
Und wir hörten: Die es verstehen,
die würden uns helfen nun.
Wir sollten an die Arbeit gehen,
sie würden das übrige tun.
Da ließ ich mich wieder bewegen
und hielt, wie's verlangt wurd', still
und dachte: Das ist schön von dem Regen,
dass er aufwärts fließen will.

6.

Und bald darauf hörte ich sagen,
jetzt sei alles schon eingerenkt.
Wenn wir das kleinere Übel tragen,
dann würd' uns das größere geschenkt.
Und wir schluckten den Pfaffen Brüning,
damit's nicht der Papen sei.
Und wir schluckten den Junker Papen,
denn sonst war am Schleicher die Reih.
Und der Pfaffe gab es dem Junker,
und der Junker gab's dem General.
Und der Regen floss nach unten,
und er floss ganz kolossal.

7.

Während wir mit Stimmzetteln liefen,
sperrten sie die Fabriken zu.
Wenn wir vor Stempelstellen schliefen,
hatten sie vor uns Ruh.
Wir hörten Sprüche wie diese:
Immer ruhig! Wartet doch nur!
Nach einer größeren Krise
kommt eine größere Konjunktur!
Und ich sagte meinen Kollegen:
So spricht der Klassenfeind!
Wenn der von guter Zeit spricht,
ist seine Zeit gemeint.
Der Regen kann nicht nach aufwärts,
weil er's plötzlich gut mit uns meint.
Was er kann, das ist: er kann aufhör´n,
nämlich dann, wenn die Sonne scheint.

8.

Eines Tags sah ich sie marschieren
hinter neuen Fahnen her.
Und viele der Unsrigen sagten:
Es gibt keinen Klassenfeind mehr.
Da sah ich an ihrer Spitze
Fressen, die kannte ich schon,
und ich hörte Stimmen brüllen
in dem alten Feldwebelton.
Und still durch die Fahnen und Feste
floss der Regen Nacht und Tag.
Und jeder konnte ihn spüren,
der auf der Straße lag.

9.

Sie übten sich fleißig im Schießen
und sprachen laut vom Feind
und zeigten wild über die Grenze.
Und uns haben sie gemeint.
Denn wir und sie, wir sind Feinde
in einem Krieg, den nur einer gewinnt.
Denn sie leben von uns und verrecken,
wenn wir nicht mehr die Kulis sind.
Und das ist es auch, weswegen
ihr euch nicht wundern dürft,
wenn sie sich werfen auf uns, wie der Regen
sich auf den Boden wirft.

10.

Und wer von uns verhungert ist,
der fiel in einer Schlacht.
Und wer von uns gestorben ist,
der wurde umgebracht.
Den sie holten mit ihren Soldaten,
dem hat Hungern nicht behagt.
Dem sie den Kiefer eintraten,
der hatte nach Brot gefragt.
Dem sie das Brot versprochen,
auf den machen sie jetzt Jagd.
Und den sie im Zinksarg bringen,
der hat die Wahrheit gesagt.
Und wer ihnen da geglaubt hat,
dass sie seine Freunde sind,
der hat eben dann erwartet,
dass der Regen nach oben rinnt.

11.

Denn wir sind Klassenfeinde,
was man uns auch immer sagt:
Wer von uns nicht zu kämpfen wagte,
der hat zu verhungern gewagt.
Wir sind Klassenfeinde, Trommler!
Das deckt dein Getrommel nicht zu!
Fabrikant, General und Junker -
unser Feind, das bist du!
Davon wird nichts verschoben,
da wird nichts eingerenkt!
Der Regen fließt nicht nach oben,
und das sei ihm auch geschenkt!

12.

Da mag dein Anstreicher streichen,
den Riss streicht er uns nicht zu!
Einer bleibt und einer muss weichen,
entweder ich oder du.
Und was immer ich auch noch lerne,
das bleibt das Einmaleins:
Nichts habe ich jemals gemeinsam
mit der Sache des Klassenfeinds.
Das Wort wird nicht gefunden,
das uns beide jemals vereint!
Der Regen fließt von oben nach unten.
Und du bist mein Klassenfeind.


8 comentarios:

  1. Y muchos años despues sigue siendo "que la lluvia no corre hacia arriba".

    Y algun@s seguimos pensando;

    No se encontrará la palabra que un día nos una a ambos. La lluvia corre de arriba hacia abajo.Y tú eres mi enemigo de clase.

    Gracias Vigne y Gabi....

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  2. Al leer esto, en algunos momentos, parece que estoy viendo nuestra sociedad.
    En efecto, la lluvia corre de arriba hacia abajo, no sube hacia arriba..

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  3. Gracias viejos amigos, mi viejo topo, sigues siendo necesario, como lo siguen siendo nuestros maestros del arte revolucionario que bebierón de las fuentes del Marxismo y del Leninismo. Adelante la historia no se acaba: VENCEREMOS!!!

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  4. Magnífico.
    Totalmente actual.
    Hoy día sus meados nos caen encima y nos dicen que es lluvia de sonrisas e ilusión

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  5. "Sister Trinity" nos ofrece además esta versión en inglés que sugiere leer en clave feminista

    https://femilyrics.wordpress.com/2014/04/03/the-song-of-the-class-enemy/

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  6. Somos dos.. tres... miles... cada vez más:

    https://www.youtube.com/watch?v=dwIQW5qDcHE

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  7. Dedicado a los topos (porque no ven -y tampoco quieren ver-) Podemitas.
    Menuda lacra que tenemos, vaya aburrida tarde que me han dado en el Twitter. Son penosos.

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    Respuestas
    1. Leí el hilo de Twitter. Tuviste mucha paciencia en aguantarlos

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