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viernes, 3 de enero de 2014

Reflexiones en torno al sindicalismo hoy (1 de 3). ¿A dónde vas, CCOO; hacia dónde vas, sindicalismo?



(c) Imagen: Luis Raimundo GarcíaVía cortada.



1.
¿A dónde vas, Comisiones; hacia dónde vas, sindicalismo? 


A la hora de ponerme a escribir un artículo sobre Comisiones y el sindicalismo, de entrada considero oportuno hacer explícita mi condición de afiliado a la Federación de Enseñanza de CCOO. Lo digo con cierto rubor, lo que a su vez me hace pensar sobre qué extraña paradoja resulta que uno experimente cierta sensación de incomodidad reconociendo su afiliación sindical, como si se tratase de un asunto de mala conciencia o de un sentimiento de culpa. Desde luego es un síntoma, entre tantos otros, de que Comisiones Obreras se encuentra en una vía que no sabemos a dónde nos conduce; acaso una vía muerta, un viaje hacia ninguna parte, un previsible descarrilamiento... o acaso hacia una necesaria renovación, que sería lo deseable. 

La crisis de Comisiones tiene sus especificidades (factores internos), pero estaríamos ciegos si no viésemos que forma parte también de una crisis del sindicalismo en general, que de diferente forma azota a los sindicatos de todos los países. Existe un cierto sector del sindicalismo divino, de aquel que presume de pureza y virginidad sindicales, al que le gusta obviar este contexto marco de la crisis del movimiento sindical, como si no fuera con ellos. Sin embargo, les guste no, esos otros sindicatos que a menudo se plantean como alternativos y libres de pecado, también ellos se encuentran en una vía muerta semejante. La lluvia radiactiva que desprenden las nubes del capitalismo actual, nos cae encima a todos por igual, a los sindicatos 'pecadores' y a los 'castos' sindicatos guardianes de la 'pureza' de la lucha obrera

Si no existiese el sindicalismo tendríamos que inventarlo de nuevo. No habrá emancipación de la clase trabajadora sin sindicatos fuertes de clase. Pero sospecho que el movimiento sindical, en su conjunto, armado y diseñado para dar respuestas en una época con un escenario laboral muy diferente al actual, hace tiempo que discurre por una vía muerta, sin que los líderes y dirigentes sindicales -y activistas sindicales en general- se den por enterados o quieran enterarse. Max Weber decía que cualquier burocracia tiende a autoperpetuarse y a autoreproducirse a partir de sí misma. Las burocracias sindicales no son una excepción de lo que pensaba el sociólogo alemán, uno de los padres de la Sociología. Lo peor, sin embargo, es que los cambios que ha traído consigo esta última fase del capitalismo global, han pillado desprevenido al movimiento sindical, con los pantalones bajados como diríamos coloquialmente, sin que muestre capacidad para dar la respuesta renovadora que exigen los nuevos tiempos.

Planteo esta entrada en tres partes. La primera tiene un valor introductorio y muy personal, en la que expongo mi decepción particular con la nomenclatura del sindicato al que pertenezco, CCOO. Para ello haré alusión a dos personajes del mundo sindical que ejemplifican la deriva de Comisiones: García Díaz y José María Fidalgo. Pero también deseo dejar claro desde esta primera parte, que es necesario trascender la crítica a Comisiones Obreras e ir más allá, ya que en el fondo nos enfrenamos a una crisis del sindicalismo en el mundo, por mucho que sea una realidad que algunos datos estadísticos tienden a disimular.

En la segunda parte de la entrada, presentaré un conjunto de datos (principalmente estadísticos) sobre el sindicalismo en España y en Europa, con alguna mención a América Latina. Aunque no son cosas nuevas, la mayor parte de la gente las ignora en sus críticas. Por ello invitaré a refrescar la memoria a partir de la consideración de un conjunto de datos que nos permitirá, ya en la tercera parte de la entrada, hablar de las críticas concretas que se hacen a los sindicatos. En esa tercera parte hablaremos también de las causas y alcance de la crisis del movimiento sindical. Dada mi condición de afiliado a CCOO, al final de esta última parte expondré mi opinión particular sobre una espinosa cuestión: qué hacer con Comisiones Obreras, qué debemos hacer los críticos.


El sistema público de pensiones en la cocina ideológica del Poder y el papel de monaguillo de un destacado miembro de la nomenclatura de CCOO.

El pasado mes de junio, el llamado "comité de sabios" o "expertos" (eufemismo que permite ocultar su condición de ideólogos legitimadores de las aspiraciones de la gran patronal y del gran capital), aprobó un informe sobre la reforma del sistema de pensiones, que había sido encargado por el gobierno el PP. El informe viene a consagrar la tendencia ya iniciada durante el gobierno de Zapatero, con el ministro Solbes, y que ahora recibe varias vueltas de tuerca definitivas con el gobierno de Rajoy. Los resultados de dicho informe pretenden otorgar tecnocrática legitimidad a una reforma del sistema público de pensiones que provocará el empobrecimiento de las mismas, así como el endurecimiento de las condiciones necesarias para que un trabajador activo pueda jubilarse disfrutando de una pensión pública. Quienes cobran una pensión irán perdiendo capacidad adquisitiva. Y aquellos que están por debajo de los 40 años, muy pocos conseguirán llegar a cobrar el subsidio de jubilación cuando llegue el momento de retirarse de la vida laboral. Sin hablar ya de los trabajadores autónomos, ninguneados y condenados por unos y otros al gélido mundo del olvido y de la indiferencia.


10 hombres y 1 mujer. Le llaman el "comité de sabios" o de "expertos", eufemismo que disimula su papel político de instrumento de legitimación al servicio del gran capital, de la banca y de las aseguradoras. En la imagen, reunidos con la ministra de Empleo y Seguridad Social del gobierno del PP, Fátima Báñez.

Los llamados "sabios" apelan a la necesidad de buscar una fórmula que garantice la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Es curioso que el capitalismo cada vez recurra más a la pretendida mano aséptica de "sabios" o "expertos" cuando se trata de asistir a los partos difíciles provocados por la ofensiva ultraliberal. De esta forma toma cuerpo la gran mentira: las decisiones políticas se nos presentan como decisiones que nada tienen que ver con lo político, en tanto son exclusivamente de naturaleza técnica, derivadas de un supuesto imparcial y objetivo saber científico (la ciencia económica). Es el papel que desempeñan estos "sabios" o "expertos", mercenarios académicos que vienen a legitimar el status quo de la clase dominante. Toda una estrategia perfecta de manipulación, puesto que el mensaje transmitido al ciudadano es que las decisiones que se toman son inevitables, no tienen que ver con la ideología y no existen otras alternativas. Se busca, de esta forma, la resignación social, la aceptación sumisa de la lógica del poder.

La realidad es otra. Tales informes son por supuesto de naturaleza política e ideológica, tienen un carácter parcial y están en función de decisiones que obedecen a la defensa de los intereses de determinados sectores. 

En efecto, detrás de toda esta representación escénica protagonizada por cráneos privilegiados, como diría Valle-Inclán, se esconde la vieja aspiración del capital financiero: la privatización generalizada del sistema de pensiones. Ya a comienzos de la década de los 90, desde los círculos de las altas finanzas se planteaba la cuestión de por qué el sistema de pensiones tenía que ser público en lugar de ser privado. En esta vieja aspiración neoliberal, la cuestión de la sostenibilidad (planteada desde una lógica argumental que constituye una gigantesca falacia) viene a ser la várita mágica que poco a poco sanciona la destrucción del sistema público para dar entrada a un sistema mayoritariamente privado. La llamada "crisis" ejerce de poderoso catalizador de este proceso. Dicho de manera coloquial: se trata de conseguir que, quien aspire a una pensión el día de mañana, o quien aspire a cobrar una pensión que le permita vivir mínimamente, no tendrá más remedio que pagar a lo largo de su vida un fondo privado de pensiones. Detrás de estos fondos están, ¡cómo no!, los bancos, el capital financiero.

En este sentido, el informe de este "comité de sabios" del que hablamos, no tiene más valor que el de ser una partitura musical escrita al gusto de los oídos del gran capital (de bancos y aseguradoras), para ser ejecutada por la orquesta sinfónica del poder político (léase gobierno). La lógica económica ni es única ni deja de ser lógica política, mal que les pese a muchos economistas sistémicos que se creen estar más allá de lo político; es el caso de estos "sabios".

Lo verdaderamente indignante es que uno de estos "expertos" que dieron su aprobación al informe, fue Miguel Angel García Díaz, jefe del gabinete de estudios económicos de CCOO

La oleada de críticas, a la actuación de García Díaz, resultó bochornosa para CCOO. Mismo desde el sector crítico de Comisiones, se le echó en cara el “desconocimiento de la realidad laboral inmediata y de los efectos de la crisis”, a la vez que se realizaba una dura crítica a todos los miembros del comité, a quienes no se consideraban ni “independientes”, ni “imparciales” ni “objetivos”. En la carta que este sector crítico envió al secretario general, Ignacio Fernández Toxo, se incidía en que los miembros del comité “son profesionales de parte interesada” y “con vínculos estrechos, conocidos y muy bien retribuidos económicamente, con entidades financieras y compañías aseguradoras”.

Lo cierto es que da igual que la cúpula sindical haya dicho en su momento que García Díaz actuó a título particular  y no en representación de CCOO. Poco importa que la nomenclatura sindical explicara que CCOO no comparte la opinión del "sabio". Miguel Angel García Díaz no es un afiliado de base, sino el jefe del gabinete de estudios económicos de CCOO. En este sentido, aunque actuase a título individual como miembro del citado comité, resulta inadmisible que una persona que comparte los criterios defendidos por el gran capital financiero, siga dirigiendo el gabinete de estudios del sindicato. La negativa de la cúpula de CCOO a cesar a García Díaz de sus funciones, como pretendía el sector crítico del sindicato, supone un respaldo tácito a una persona que defiende planteamientos opuestos a los intereses de la clase trabajadora, y que en cambio actúa de monaguillo ideológico de los intereses de clase de la oligarquía, al servicio de entidades financieras y compañías aseguradoras, como decían los críticos de CCOO. Que la cúpula de Comisiones por un lado nos diga que el sindicato no comparte los planteamientos de García Díaz y, por otro, lo mantenga al frente del importante y estratégico gabinete de estudios, suena a postura farisea.

Cuando tuve conocimiento de estos hechos, mi primera reacción impulsiva fue pensar en romper en pedazos mi carnet de CCOO. Hubo gente que lo hizo. Luego decidí esperar a ver cuál era la respuesta de los responsables del sindicato y, sobre todo, aguardar a ver si cesaban a Miguel Angel García Díaz como jefe del gabinete de estudios, lo que parecía lógico que se produjese de forma fulminante. Una vez que constaté que la cúpula de CCOO seguía otorgando su apoyo a García Díaz (aunque se desmarcarse de su trabajo), opté por tomarme unos meses de reflexión antes de decidir abandonar o no Comisiones Obreras. Sinceramente, no sé todavía lo qué haré; a ello me referiré en la tercera parte de esta entrada. Pero este tiempo de reflexión lo que sí me ha permitido es pensar sosegadamente sobre la crisis no sólo de Comisiones sino del sindicalismo en general, en España y en el mundo.


García Díaz, durante su participación en un foro de UPyD
En cualquier caso, el hecho de que un personaje como García Díaz dirija el gabinete de estudios de CCOO (en el que ha trabajado gente, todo hay que decirlo, que ha hecho excelentes estudios), demuestra la pérdida de rumbo que sufre Comisiones Obreras, controladas por una nomenclatura que nada tiene que ver con los ideales de los que emergió el sindicato en la clandestinidad, durante la dictadura. García Díaz ha sido además un colaborador de UPyD, en cuyas foros ha llegado a participar, si bien es cierto que parece que no está afiliado al partido de Rosa Díez.


Miguel Angel García Díaz, es la gota que colma el vaso, porque llueve sobre mojado: José María Fidalgo, ese ilustre payasito reaccionario.


Fidalgo, entre Montoro (izda.) y Rato (derecha), ilustres defensores del ultraliberalismo del PP. Rato fue el responsable del hundimiento de Bankia.  

Desgraciadamente, el affaire protagonizado por Miguel Angel García Díaz no es un hecho aislado en Comisiones Obreras. Lamentablemente, la burocracia que controla CCOO hace mucho que está abonada permanentemente a un esperpento sindical, a una traición a los orígenes del sindicato.

La nomenclatura de Comisiones Obreras convierte en papel mojado los principios que dan razón de ser a la organización, expresados en la "Declaración de principios" de sus estatutos:

Definición de principios
Los principios en que se inspira el sindicalismo de nuevo tipo de la Confederación Sindical (CS) de CCOO son (...):
Reivindicativo y de clase.  CCOO reivindica los principios de justicia, libertad, igualdad y solidaridad (...). Se orienta hacia la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad socialista democrática.

La vergonzosa deriva de CCOO (que provoca que muchos tengamos ese sentimiento de rubor e incomodidad pública que mencionaba al principio, cuando confesamos estar afiliados), está representada paradigmáticamente en la figura del ex secretario general del sindicato, José María Fidalgo.

Fidalgo dirigió el rumbo de Comisiones durante ocho largos años, desde abril de 2000 a diciembre de 2008. Es un ejemplo de las miserias de una buena parte de la cúpula de CCOO. Si tuviese que calificarlo coloquialmente sin pelos en la lengua, diría que es un payaso reaccionario.
  
El pasado mes de noviembre, Fidalgo protagonizó un miserable y vergonzoso acto, teniendo en cuenta que durante ochos años fue secretario general del sindicato que lideró la resistencia de los trabajadores, junto al Partido Comunista de España, durante la dictadura franquista. Junto con el ex ministro del PP Josep Piqué, Fidalgo aceptó presentar el libro de memorias del ex presidente Aznar, titulado El compromiso del poder.  No faltaron las flores de Fidalgo para Aznar durante la presentación. Cualquiera que no supiera quién fue Fidalgo, pensaría que se trataba de un miembro más del Partido Popular.


Fidalgo con Aznar, en una de sus participaciones en actos de la FAES. La foto es de 2008, siendo todavía secretario general de CCOO. La cama del poder siempre ofrece calor a los traidores.

José María Fidalgo, médico de profesión, es de los sindicalistas arribistas que se subieron al carro durante la Transición. Ajeno a la lucha contra el franquismo, se afilia a CCOO en 1977, cuando ser sindicalista ya no suponía una amenaza de cárcel y de represión. 

Defensor de causas como la energía nuclear, su trayectoria discurre salpicada de polémica. El 1º de mayo de 2003 en Madrid, trabajadores de SINTEL indignados y sintiéndose traicionados por Fidalgo, le agredieron golpeándolo con el palo de una bandera en la cabeza, suceso del que fue testigo nuestro compañero Manuel y que quizás nos cuente en detalle en un comentario. Pero fue sobre todo después de dejar el cargo en 2008, cuando Fidalgo decidió salir del armario político y mostrar sin tapujos sus inclinaciones políticas conservadoras. En 2011 pidió públicamente el voto para UPyD en las elecciones municipales y autonómicas, participando en algunos actos de campaña del partido de Rosa Díez. No es de extrañar que desde UPyD se dijese: "Con Fidalgo hay una muy buena relación, y ha habido encuentros tanto en actos públicos como a nivel privado".

Aunque se autodefine como socialdemócrata y ha coqueteado con el partido de Rosa Díez, no han faltado los cariñitos y besitos de Fidalgo dedicados al PP. Ha sido un participante asiduo en seminarios de la FAES (la fundación que actúa de cocina ideológica del Partido Popular, presidida por Aznar). También llegó a participar en el foro del Partido Popular en Las Palmas, en septiembre de 2011, confesando sus coincidencias con el programa social del partido de Rajoy. Tanto es así que llegó a barajarse la posibilidad de que fuese nombrado ministro de Trabajo del gobierno del PP en cuanto este partido ganase las elecciones (ver libertaddigital.com).

En 2008 Fidalgo compitió con Ignacio Fernández Toxo para el cargo de secretario general, lo que hubiera significado su tercer mandato. Aunque perdió esas elecciones, lo significativo es el fuerte apoyo que tuvo entre la cúpula sindical, ya que obtuvo el 49% de los votos (484 votos frente a los 512 que obtuvo Toxo). En otras palabras, al menos la mitad de la cúpula de Comisiones Obreras respaldaba a Fidalgo y esto es lo más preocupante. De hecho, la mitad de los miembros de la Comisión Ejecutiva que surgió de aquel congreso, eran fidalguistas.

Por estos motivos, cualquier parecido de una buena parte de la cúpula de CCOO con el sindicalismo de clase que aspira a superar el capitalismo, como dicta la declaración de principios de los estatutos, es pura coincidencia, un delirio. De ahí que no resulte exagerado afirmar que el problema de CCOO no es que exista un Miguel Angel García, sino todos los miguelangelgarcías que existen en Comisiones, que forman la burocracia sindical por arriba y controlan el destino del sindicato.


Fidalgo, en el acto de presentación del libro El compromiso del poder, de Aznar.  Junto a ellos Josep Piqué y Ana Botella, alcaldesa de Madrid y esposa de Aznar.


¿Problema de la parte o problema del conjunto?

Podríamos seguir poniendo ejemplos de la nefasta nomenclatura que controla CCOO. Por desgracia abundan a patadas. Todo esto justifica que los que estamos afiliados a Comisiones, nos hagamos la pregunta ¿hacia dónde vas, Comisiones? Lo cual nos obliga a plantear una pregunta mucho más genérica: ¿hacia dónde vas, sindicalismo? Porque, por mucho que haya sectores que les guste personificar los males en CCOO (y en UGT), lo cierto es que dichos males y problemas del sindicalismo van mucho más allá de las organizaciones concretas. Ojalá todo fuese un problema específico de CCOO y UGT. Pero me temo, por desgracia, que estamos ante un problema que afecta a todo el sindicalismo en el mundo, en el período actual del capitalismo.

Como hipótesis principal, sostengo que el sindicalismo se enfrenta a un problema estructural que va más allá de situaciones concretas y de organizaciones específicas, teniendo que ver con cambios experimentados por el capitalismo a los que el movimiento sindical no ha sabido dar respuesta. Esto es aplicable no sólo al caso español, sino que resulta extrapolable al movimiento sindicalista internacional. En este sentido, las inmovilistas burocracias sindicales, son una parte del problema, pero no todo el problema.

El sindicalismo, más allá de las organizaciones concretas y de las críticas específicas que podamos realizar, se encuentra en una vía muerta que conduce al país de ninguna parte. Y de poco sirve cambiar la locomotora si no cambiamos de vía. Abordaremos esta cuestión en la tercera parte de la entrada, pero antes veremos algunos datos que nos van a permitir contextualizar la necesaria discusión sobre el tema; será en la segunda parte.



Notas
Puesto que al hablar de García Díaz he mencionado el tema de las pensiones, recomiendo un excelente artículo de Agustín Moreno, titulado "¿Qué le pasa a CCOO con las pensiones?", publicado en junio del año pasado en www.cuartopoder.es  Agustín Moreno, sindicalista histórico de CCOO, es uno de los representantes más destacados del llamado Sector Crítico de Comisiones.



Referencia para citar la fuente de este texto: Vigne, blog del viejo topo
blogdelviejotopo.blogspot.com




[Acceder desde aquí a la 2ª parte de la entrada]
[Acceder desde aquí a la 3ª parte de la entrada] pendiente de publicación

16 comentarios:

  1. En efecto fui testigo de la apertura de cabeza de Fidalgo el 1 de mayo de 2003. Fue al terminar la manifestación al salir de la Puerta del Sol.
    SINTEL fue una empresa de Telefónica. Telefónica era una empresa pública que, desde que Vilallonga fue nombrado como máximo responsable por el gobierno Aznar, se dedicó a privatizar todas las empresas en las que tenía participación mayoritaria. SINTEL la compró una empresa de Mas Canosa cubano residente en Miami. Se produjo algo que está sucediendo ahora con muchas empresas, se intenta su ahogamiento para liquidarla. Se empezó a apretar a la plantilla, se llegó a dejar de pagar la nómina a la plantilla y al final en la primavera del 2000 se decretó el fin de la actividad de la empresa.
    Los trabajadores quedaron en la calle, con una mano delante y otra detrás. Unos cuantos trabajadores decidieron poner unas tiendas de campaña en la Castellana de Madrid. Por acreción se pusieron más tiendas y trabajadores hasta que se formó el “Campamento de la Esperanza”. El ayuntamiento no dio importancia al hecho al principio y se encontró con un problema en pocos días.
    Pero el hecho fue muy noticiable y la patata caliente pasó al gobierno.
    El gobierno de Aznar al cabo de un año se vio obligado a negociar. Hubo un acuerdo entre los trabajadores, el gobierno y CC.OOy UGT por el que tras varios meses de negociación se alcanzó un acuerdo, en que contemplaba indemnización económica y la oferta de recolocación de varios cientos de empleados en otras empresas de Telefónica.
    Al cabo de varios meses los trabajadores pidieron que se cumpliera la recolocación de trabajadores y tanto el gobierno, como CCOO, como UGT hicieron oídos sordos.
    Y llegamos al 1 de mayo de 2003. Los trabajadores de SINTEL muy enfadados fueron a la Puerta del Sol, donde incriminaron a los dirigentes de CCOO y de UGT. Uno de los trabajadores dio un golpe con el astil de una bandera en la cabeza de Fidalgo abriéndole una brecha por la que sangró abundantemente.
    A mi lado estaban varios dirigentes de CCOO, sindicato del que soy afiliado hace más de 37 años, y estos me contaron que se estaban temiendo el hecho, desde luego condenando la violencia, pero decían que una parte de la cúpula de CCOO dejaron abandonados a los trabajadores de SINTEL sin hacer caso a otra parte de los dirigentes que querían intervenir para apoyar le ejecución de las demandas pactadas.

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    1. Gracias por tu testimonio, Manuel.
      Espero que haya un poco de debate sobre todo cuando se publique la segunda y tercera parte. Llevo unos días leyendo datos y opiniones de aquí y de allí y cuanto más leo menos claras tengo las ideas y más complejo veo el tema. A ver si en unos días consigo elaborar la parte de datos y conceptos de cara a la tercera parte.

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  2. El problema de los sindicatos mayoritarios (el de los minoritarios merecerría un debate anexo a éste) es el fiel reflejo de la sociedad: apatía, conformismo, huida hacia adelante incultura, falta de conciencia de clase, burocracia asumida... corrupción. La tormenta perfecta está acabando con el sindicalismo. Que la clase currante se amarre los machos o que se prepare para lo que se avecina, si esto no cambia...

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    1. Me gusta la metáfora "La tormenta perfecta" aplicada al problema. Creo que lo que nos viene encima es precisamente eso: la tormenta perfecta.

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    2. Os mando un artículo de hace 5 años que puede ayudar a enriquecer el debate.

      http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69720

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  3. Dices que dudas si seguir afiliado,eres tan culpable como ellos,los sindicatos mayoritarios hace décadas que están podridos hasta la médula, y cualquier persona con una mínima conciencia social debería haber huido de ellos.
    En cuanto a su actitud hacia las pensiones públicas es normal,ellos son los cogestores de de los mayores fondos de pensiones privados(de mas de 50 empresas),y esta no es la primera vendida de los intereses de los trabajadores en este tema,ya que la anterior reforma fue pactada por ellos.
    Hoy en día CCOO y UGT son el mayor cáncer para los intereses de los trabajadores,ya que van de la mano del gobierno y de la patronal y mantienen sumisos y tranquilos a los trabajadores,pero la culpa es de quien los apoya, son la punta de lanza de las empresas contra otros sindicatos minoritarios menos serviles con el capital.
    Dicho esto y con toda la mierda que esta saliendo a flote de ellos( y la que queda) como es posible que aún tengan afiliados,muy sencillo porque las empresas durante años les dieron el poder de de supervisar quien entra en ellas,garantizándose así el clientelismo.
    Una reflexión mas,la única arma (sin recurrir a la violencia) que les queda a los trabajadores es la huelga,y con la que está cayendo una huelga prolongada(son las únicas efectivas y no las pantomimas de un día que organizan estos) supone una merma económica que muchos trabajadores no podrían soportar ¿cuantos sindicatos tienen caja de resistencia solidaria?..que yo sepa solo uno.
    Hace poco debatiendo esto con un amigo me decía que no se puede generalizar que también hay gente válida, honrada y comprometida dentro de ellos,y yo digo que no,quien sigue ahí es por ignorancia,comodidad,prebendas o poder,la gente válida se largó en cuanto vio lo que había,o en cuanto viendo lo que había intentó cambiarlo y no pudo porque están podridos hasta la médula.
    Todo esto lo digo sin acritud y con conocimiento de causa ya que en su día fui de esos últimos.
    Ahora en otro sindicato, donde por ahora puede llevar ese nombre,veo realmente el daño que causan a los intereses de los trabajadores y los problemas que nos crean siempre de la mano de la patronal,pero a pesar de eso duermo todas las noches muy tranquilo,ellos si tienen conciencia dudo que puedan decir lo mismo.

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    1. el talibanismo como el que usted expresa, es un cáncer reaccionario para la izquierda. Si algo sobra en la izquierda es la gente que va por la vida paseando una verdad absoluta maximalista.
      Entre otras cosas miente y manipula usted cuando habla de los fondos de pensiones y de los sindicatos. Es una monumental chorrada que le reto a usted lo demuestre porque raya la demagogia. Dice que tiene "conocimiento de causa" y suelta lo de la "huelga prolongada": a poco q tuviese un mínimo conocimiento del panorama laboral en España, no soltaría semejante boutade.
      Le contestaré con más calma cuando tenga tiempo

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    2. Primera parte.
      Llevo casi 39 años en CCOO. Primero en la clandestinidad y después en la legalidad. Por lo tanto puedo hablar con conocimiento de causa.
      No me considero culpable de traición a los trabajadores. Creo que ni yo ni muchísimas personas que estamos afiliados a los sindicatos, tanto mayoritarios como minoritarios.
      Estoy de acuerdo en que TODAS las instituciones políticas y sindicales, mayoritarias y minoritarias, no son perfectas. En TODAS las organizaciones hay gentes bienintencionadas y trepas.
      Es verdad que en CCOO y supongo que en UGT las cosas no funcionan como deberían, pero, por mi experiencia, hay cosas que sí funcionan bastante bien.
      Hay que tener en cuenta que tanto uno como otro sindicato al principio de la transición no tuvieron las ayudas que tuvieron los partidos políticos y la CEOE, y eso hizo que muchos de los defectos de ahora se sembraran entonces. Se tuvo que hacer la estructuración, la atención a los afiliados y muchas cosas más que había que hacerlas al mismo tiempo y muy rápidamente.
      Por ello la afiliación de los trabajadores españoles a los sindicatos está a la cola de los países europeos.
      En este comentario se utiliza el conocido dicho “calumnia que algo queda”. Se pueden acusar de muchas cosas, pero esas acusaciones hay que demostrarlas, si no es pura basura, que es lo que se trasluce en el comentario.
      Existe, como dice Vigne, un talibanismo por el que se dice que hay que hacer casi la revolución, casi tomar los Palacios de la Zarzuela y de la Moncloa. Lo digo por lo de la huelga prolongada. Tengo experiencia de eso. En 1988 hicimos huelga durante dos meses, con la particularidad de que se hacía dos días a la semana con el fin de que no se agotara la gente en el aspecto económico. Empezó la gente muy entusiasmada. A las dos semanas la quinta parte de la gente volvió al trabajo. Al mes, cuando se cobró menos, otro tanto lo dejó. La gente tenía sus argumentos, muy respetables, pero que perjudicaban a los demás. Al final se ganó, pero fue durísimo y muchos de los que la hicieron no volvieron a hacer ninguna.
      Sobre lo de que los sindicatos están vendidos al gobierno y a la patronal. No niego que hay cosas que en CCOO y en UGT se han hecho mal. Y he citado en mi anterior comentario uno de los casos. Pero otras muchas se han hecho muy bien. Voy a citar un caso de las últimas semanas. La huelga de la limpieza de Madrid. Hicieron lo que tenían que hacer los sindicatos apoyados por los trabajadores, hacer huelga y al tiempo negociar. Con ello se logró que no hubiera despidos.

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    3. Segunda parte.
      No creo en la huelga general indefinida. Hay “huelguistas de redes sociales”, ellos dicen que hay que lanzarse a las manifestaciones, hacer huelgas indefinidas, pero si la gente no es capaz de ir mayoritariamente a una manifestación por hechos tan graves como se están produciendo, hay que pensar que en acciones más contundentes no participarían.
      Los sindicatos minoritarios, me parecen muy bien. Como los partidos minoritarios. Tengo experiencia de esto último. En la transición salieron partidos políticos minoritarios que querían la sociedad comunista ya, PTME, ORT, y otras. No se comieron un rosco y casi todos sus dirigentes terminaron en el PSOE o se despolitizaron.
      Como he escrito antes la forma de actuar de los sindicatos apoyados por los trabajadores debe ser luchar y negociar. Otra cosa es los planteamientos de los partidos políticos, que además de apoyar o no a los sindicatos tienen que tener un modelo político de la sociedad que patrocinan. Los sindicados pueden o no ser afiliados de los partidos, pero no tiene porque ser condición necesaria para pertenecer a una organización sindical.
      Aseguro que duermo muy bien y estoy muy tranquilo con mi conciencia, habiendo participado en bastantes cosas de mi sindicato. Y como digo es mejorable como todos.
      En cuanto al comentario al que respondo, dice que lo hace sin acritud (como por cierto era la muletilla de Felipe González después de poner verde al resto), pues menos mal después de decir que los afiliados a los sindicatos mayoritarios somos cómplices. Podría decir que aquellos que se fueron de los sindicatos mayoritarios son cómplices de que los sindicatos mayoritarios no se perfecciones, es más fácil irse y no luchar dentro para mejorar. Yo participo, y lucho dentro y algo consigo. Otros no se atreven o les es más cómodo no hacerlo.
      Por terminar este comentario es PURA BASURA. Eso si sin acritud.

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    4. Tu comentario es basante narcisista y descalificador. Juzgar a todos los trabajadores como vendidos porque no comparten tu opinión resulta un planteamiento totalmente integrista. Hay posiciones que desde la izquierda más extrema se dan la mano con la derecha más radical. Nada gustaría más a la patronal que la desaparición de los sindicatos.
      Como muchos afiliados tengo mis dudas y soy muy crítica, pero creo que son el lugar donde estar y mejor intentar renovar que destruir indiscriminadamente desde el pedestal de la pureza ideológica.

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    5. Es bastante patético que no se atreva usted a mencionar el sindicato al que pertenece y desde cuyo espacio ideológico-estratégico habla. Sin duda debe sentirse avergonzado de su afiliación, porque no veo razón para que mantenga el misterio y el enigma. Ya ve: otros, por muy críticos que seamos con nuestra organización sindical, damos la cara y decimos abiertamente dónde estamos.

      A partir de ahí y leyendo sus descalificaciones gratuitas y ofensas personales que nos dedica, que entran dentro del insulto, tengo mis dudas de si habla usted desde esa izquierda iluminada, divina y mística que presume de estar en posesión de la verdad absoluta sin que nadie le haga caso, o, si por el contrario, lo hace desde ciertas posturas de extrema derecha que gustan de presentarse con un barniz de obrerismo.

      De sus palabras se interpretan: que yo estoy “podrido”, que carezco de la “mínima conciencia social”; viene a negar que yo sea una persona “válida, honrada y comprometida” y que si estoy en Comisiones es porque soy “ignorante”, “por comodidad” y por “prebendas y poder”. Mire usted, todo eso es una ofensa en toda regla. Si su aportación al debate se va a basar en el insulto y en la ofensa personal, realmente resulta bastante cortito y limitado.

      Sobre los fondos de pensiones… Escucha usted campanas sin saber dónde y tan siquiera si son campanas, salvo que no se trate de ignorancia y sí de un intento de manipular y de faltar a la verdad sin pudor alguno. Me inclino a pensar que quizás sea una mezcla de ambas cosas: ignorancia y a la vez voluntad de mentir y manipular. ¿Sabe usted de lo que está hablando? Lo dudo.

      Culpar a los sindicatos del aburguesamiento de la clase trabajadora… es para mear y no echar gota. El impacto del movimiento sindical en la socialización política de los trabajadores siempre ha sido muy limitado, pero me parece bien que le gusta recitar poesía y pensar otra cosa. Dice usted “duermo todas las noches muy tranquilo”: no me extraña, los tontos suelen dormir bien (no es insulto; es descriptivo). Se lo digo sin “acritud”, como dice usted y decía Felipe González.

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    6. tu sindicato ¿no será Manos Limpias? Lo parece
      David G.D.

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    7. Me parece patético que os indignéis por mis comentarios cuando no os indignáis por lo que pasó y esta pasando en ese sindicato,luego me llamáis talibán no hay mas talibanes que vosotros los que aún viendo lo que ocurre ,el auto del post pone un ejemplo,uno de los muchos que puede poner, y aún así no queréis ver la realidad.
      Luego echáis la culpa a la falta de afiliación,como no va haber afiliación en España si los dos sindicatos mayoritarios que deberían de dar ejemplo no hacen mas que vender los derechos de los trabajadores e ir de la mano del gobierno de turno con el dialogo social,solo hay que ver que por muy triste que parezca los trabajadores tenían mas derechos en la dictadura que ahora y todo gracias a ellos.
      Me reitero en lo que dije solo se puede estar por ignorancia y con eso me refiero a no saber lo que se cuece en las cúpulas sindicales,por comodidad ya que es muy cómodo estar en el sindicato que tiene mas poder o para trepar ,como muy bien sabe el señor Toxo que ya no puede poner un pie en su ciudad natal ni el 10 de marzo sin que tenga que salir escoltado por los abucheos de los trabajadores del naval a los que debió de haber defendido en su día.
      Si no es cierto lo que digo con todo lo que esta pasando y si son sindicatos democráticos como es que no se revelan las bases con todo lo que esta pasando y cambian las cúpulas,muy sencillo porque los pocos que lo intentan son apartados hasta que desisten y abandonan.

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  4. Soy Antonio Pontiveros Rodríguez tengo 61 años actualmente estoy prejubilado desde los 60 hasta los 62 que paso a ser jubilado después de 47 años cotizados En mi juventud milite en el PCE clandestino en la cedula COMUNISTA DEL CERRO DEL AGUILA un barrio obrero de Sevilla junto a Francisco Sánchez Legrad y otro mucho compañeros Desde el SINDICATO VERTICAL DEL META DE SEVILLA pusimos en marcha las CCOO Junto a Ricardo Aragón, Martagón, José Antonio Nieto, Manolo Díaz y otros compañeros, eran los años 60/70 eran años de lucha contra el REGIMEN en la clandestinidad en movimiento obrero habíamos de todas las tendencias política Comunistas, Socialista, Católicos y algún que otro José Antoniano, Recuerdo aquello años con nostalgia eran años de SOLIDARIDAD entre los trabajadores y la población obrera Recuerdo el convenio del metal del 76 donde estuvimos 25 día de huelga y durante la huelga se creó un economato obrero en la calle Morería con todo aquello que se recogía del pueblo durante los días de huelga y todos los días se repartía bolsa con alimentos aquellos compañeros que lo solicitaba llegamos a tener 2 millones de pesetas de fondo para atender las necesidades más perentoria como COMPRA DE BOMBONAS DE BUTANO para aquellos compañeros que lo solicitaba ,aquello funciono hasta llegar a realizar un festival flamenco en el CAMPO DE FUTBOL DE SAN BENITO con la colaboración del PARROCO y LOS ARTISTA, JOSELE, EL GRAN SIMON, LOS MARAVILLAS, LOS DE LA O, SOLERA 4, LOS LUCERITOS SEVILLANO,LOS DEL GUADALQUIVIR y muchos más artistas esto fue posible gracias a ANTONIO FERRER de los MARAVILLAS y el gran esfuerzo de una clase trabajadora con conciencia de clase
    Todo esto se perdió una vez que entraron en escena los políticos CORRUPTOS y desembarcara en los sindicatos una vez legalizados los trepas y aprovechaos sin ideología arrinconando a los que habíamos luchado durante la DICTADURA Es una pena la situación política y laboral del país donde Políticos y SINDICALISTA chorizos traiciona al pueblo en nombre una mal llamada DEMOCRACIA que es la peor DICTADURA que ha sufrido y sufre este bendito país
    Hoy miro hacia atrás y me llego a preguntar si el DICTADOR era mejor persona que todos estos granujas que gobierna el país y la sociedad española
    MANDA COJONES QUE ME TENGA QUE PLANTEAR ESTA CUESTION

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    Respuestas
    1. Entiendo tu amargura. Y estoy de acuerdo en general, salvo en lo último.
      Llevo 38 años en el PCE. Y voy a continuar. También estoy jubilado y milito. Me escandalizan muchos políticos. Ha habido, y sigue habiendo, muchos trepas que se apuntan al partido que piensan que va a ganar. Por ejemplo ahora hay un aluvión de gente apuntándose a Podemos, como antes se apuntaron al PSOE o al PP, gente que incluso se consideraban de izquierdas.
      Desde luego, aquel que se ha apuntado al PCE sabe que en este Partido se viene a trabajar para cambiar la sociedad, no se viene a figurar.
      En IU, que no está sólo el PCE, ha habido gente que han sido trepas, eso no cabe duda, como gente que conozco de IU Madrid. Pero en PCE, espero, que no se apunte uno para chupar del bote.
      Yo conozco bastante gente del Partido que lo que hacen, además de trabajar en lo suyo honradamente, militan. Eso lo vengo haciendo desde hace cerca de 40 años.
      Con Franco había también estas cosas, pero no slían, o como mucho se rumoreaba. Aceite de Redondela con su hermano Nicolás, Sofico, permiso de importación ilegal para pagar favores, Matesa, recalificaciones de suelo, y un largo etc. que han servido para que muchas de las empresas constructoras de hoy se hayan fundado entonces con prebendas.
      Ahora salen estos escándalos porque, aunque poco, se puede investigar, entonces eso era impensable.
      Salud.

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    2. Antonio, gracias por tu testimonio. Personalmente, y mi compañero Manuel García lo sabe, siento un respeto máximo por los luchadores veteranos y los considero ejemplos a seguir.
      Únicamente aprovecho tu comentario para recordar al que nos lea que tengo pendiente publicar la tercera y última parte, en la que doy mi opinión sobre las causas y alcance de la crisis del movimiento sindical, y en concreto también mi opinión sobre qué hacer con Comisiones Obreras, qué debemos hacer los críticos. Todavía no he publicado esa última parte porque imagino que será muy polémica y tocará heridas en llaga, de ahí que quiera pulir mucho lo que quiero decir en ella.
      Como contaba aquí a principios de año, sigo pensando si abandono o no Comisiones. Tengo muy claro que la nomenclatura sindical y el rumbo por el que conducen al sindicato, no tiene nada que ver con mi forma de pensar y estoy en completo desacuerdo, pero quiero madurar más mi decisión e imagino que esperaré un período de tiempo prudencial para ver si los críticos son (somos) capaces de tomar el sindicato. Si esto no se produce, pues creo que abandonaré Comisiones con mucho pesar. Creo que o reconquistamos CCOO en un período de tiempo razonable, o lo mejor será intentar la voladura del sindicato (para que no sea utilizado por sectores al servicio del capital) y comenzar algo nuevo. De ello hablo en esa tercera parte que está pendiente de publicación.
      Un saludo.

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