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lunes, 14 de abril de 2014

14 de abril, día de la República. Mujeres de las Brigadas Internacionales.







Soy miembro de los comunistas de Londres y
 puedo luchar como cualquier hombre 
(Felicia Brown. Mujer brigadista, miembro del
 Partido Comunista británico. Fue la primera persona de 
nacionalidad británica que cayó en combate durante la guerra) 


Tras la sublevación militar, la República se encontró aislada del mundo, abandonada a su suerte por el fariseísmo de las democracias occidentales. Únicamente la Unión Soviética y México dieron su apoyo a la defensa de la República. También, cerca de 60.000 voluntarios extranjeros de 54 países, acudieron desde todos los rincones del mundo para apoyar la causa republicana, en un ejercicio de sacrificio altruista y de solidaridad internacionalista contra el fascismo: fueron las llamadas Brigadas Internacionales. Convirtieron la causa de la defensa de la República Española en un símbolo de la lucha antifascista de los trabajadores de todo el mundo.

Entre los brigadistas internacionales había también mujeres. Esta entrada del blog está dedicada a aquellas mujeres que, abandonando su trabajo, hogar y su país, vinieron a España a defender la República, dando ejemplo de coraje y heroísmo. Hemos seleccionado unos cuantos ejemplos para honrar su memoria en este 14 de abril. 


Lise Ricol (Lise London)
(Montceau-les-Mines, Francia, 1916 - París, 2012)

J’étais, je suis et je resterais communiste, avec ou sans carte du parti
(Fui, soy y seguiré siendo comunista, con o sin carnet de partido)
Lise London, durante el proceso que sufrió en 1951, junto a Artur London.

Lise London era la última mujer brigadista que permanecía viva; falleció en 2012. En la  fotografiada, aparece en Charande en 1942; poco tiempo después fue detenida por la Gestapo e internada en un campo de concentración, del cual consiguió sobrevivir.

Lise Ricol -su nombre de soltera- falleció en París en 2012. Tenía 96 años. Mantuvo su compromiso de lucha por el socialismo hasta el final de sus días.

Cuando tuvo lugar el fallecimiento de Lise Ricol el 31 de marzo de 2012, los medios presentaron la noticia en términos de que había fallecido la última mujer brigadista que permanecía viva, lo cual no es correcto. Adelina Kondratieva falleció ese mismo año pero más tarde que Lise, el 14 de diciembre de 2012. Por tanto, la última brigadista en morir fue Adelina Kondratieva.

Lise nació en 1916, en la localidad francesa de Montceau-les-Mines, en el seno de una familia de emigrantes aragoneses. Su padre era minero desde muy corta edad, y en Francia siguió trabajando como tal hasta que la enfermedad de pulmón le impidió continuar, obligándole a cambiar de trabajo y a buscar ocupación en la construcción de carreteras. 

La joven Lise creció en un ambiente de pobreza, pero también de fuerte conciencia social y de lucha obrera. Cuando tenía 6 años, en 1922, su padre se afilió al Partido Comunista, lo que influyó en el desarrollo del pensamiento y conciencia políticas de Lise. Con sólo 15 años (en 1931), entró a formar parte de las Juventudes Comunistas, el mismo año en que comenzó a trabajar como mecanógrafa en la fábrica Berliet de Vénissieux, localidad a la que su familia había trasladado la residencia. En 1933, con 17 años, se casa con otro militante comunista, Auguste Delaune, yéndose a vivir con él a París. 

En 1934, con sólo 18 años, Lise Ricol viaja a Moscú, una estancia que resultó decisiva en su vida. Así lo describe Higinio Polo (Polo, 2012):
La militancia comunista es la razón de ser de la familia Ricol. En abril de 1934, Lise parte en tren hacia Moscú. Va a trabajar, durante dos años, en los servicios de traducción de la Internacional Comunista, donde encontrará de nuevo a Thorez [Secretario General del PCF]. En la capital soviética conoce también a una mujer vestida de negro que todavía no tiene cuarenta años y que la saluda con simpatía: sabrá, tiempo después, que se llama Dolores Ibárruri. Y ve a Dimitri Manuilski, a Stoyán Miniéevich Mínev (Stepánov), Togliatti, André Marty, Francisco de Paula de Oliveira, a un vietnamita llamado Nguyen Ai Quoc (que, muchos años después, sabrá que es el legendario Ho Chi Minh, a quien le hablaría de la guerra de España y de la resistencia) y a un comunista checo llamado Artur London, enfermo de tuberculosis, que había huido de Checoslovaquia a Moscú con un pasaporte falso proporcionado por el Partido Comunista Checo.
El enfriamiento de la relación con su marido y su amistad con Artur London, le llevó a unirse en 1935 a este último, que sería su pareja durante el resto de su vida. 

En septiembre de 1936 regresa a Francia, pasando a trabajar para el Partido Comunista Francés. Pero al mes siguiente, aunque estaba embarazada, decide acompañar a España a André Marty, para organizar a los brigadistas franceses que se unían a la lucha en defensa de la República. En España, Lise perdió al hijo que esperaba. En mayo del 37 se rencuentra con su pareja, Artur London, quien también se había unido a las Brigadas Internacionales. Lise trabaja para éstas primero en Valencia, más tarde en Madrid, posteriormente en Albacete y finalmente en Barcelona. Estando de nuevo embarazada, en otoño de 1938 Lise decide viajar a París para dar a luz. Después de nacer su hija Françoise, no pudo regresar a España ya.

Tras la ocupación de Francia por los nazis, Lise London se unió a la Resistencia organizada por los comunistas. Es capturada por la policía francesa colaboracionista con los nazis, junto a Artur London, en agosto del 42. 

Lise estaba embarazada de nuevo cuando fue capturada y tuvo a su segundo hijo en prisión; posiblemente su embarazo evitó que fuese fusilada. Fue condenada a cadena perpetua y trabajos forzados, siendo internada inicialmente en la prisión de Rennes y, más tarde, trasladada al campo de concentración de Ravensbrück. Escribe Higinio Polo (Polo, 2012):
Miles de mujeres trabajarán allí como esclavas, en turnos de doce horas: Ravensbrück es también un negocio, y hay fábricas, talleres, incluso una filial de Siemens y otra de Hasag. Ella misma trabajará en una fábrica Hasag, en un subcampo de Buchenwald próximo a Leipzig. Otras, trabajarán en canteras o en pantanos, dejándose las manos y la vida, sin rendirse. Lise será una de las mujeres que dirigen la organización comunista que existe en el campo de exterminio, y escuchará el horror de los “experimentos” clínicos con jóvenes polacas, las atrocidades de médicos nazis que cortan en vivo los músculos de las piernas de las detenidas para observar el resultado, y el heroísmo de las quinientas treinta y seis mujeres soviéticas que se negaron a trabajar en la producción de material de guerra para Alemania y que fueron castigadas a permanecer en formación durante todo el día, a la intemperie, durante el invierno: muchas murieron de frío, cayendo como fardos, pero las demás resistieron, y, tras cinco días, derrotaron a los nazis del campo de exterminio.
Su compañero, Artur London, fue internado en marzo de 1944 en el campo de concentración de Mauthausen, del cual consiguió sobrevivir. También Lise London logró sobrevivir al horror del campo en el que estaba internada (Ballesteros, 2008):
En abril de 1945, las tropas aliadas se aproximan a Leipzig; entre el miedo y la desorganización, las presas consiguen escapar, y Lise está entre ellas: forman una apocalíptica columna de doce mil mujeres, que caminarán con los pies ensangrentados, muriendo en las cunetas, perdiéndose por los caminos, intentando encontrar refugio en el caos del final de la guerra. Lise se refugia en Wurzen, y, tras días de espera, atraviesa con sus compañeras el río Mulde que ya está controlado por los soldados soviéticos: llevan semanas caminando por Sajonia. Inicia el regreso a París, por carreteras llenas de refugiados, a veces, entre muertos vivientes. Al fin, consiguen subir a un tren de refugiados.
Lise Ricol (Lise London), poco antes
 de su fallecimiento. Fotografía
 de Sofia Moro.

Tras la liberación y reencuentro con Artur London, Lisa mantuvo durante el resto de su vida su compromiso con la causa de la lucha por el socialismo, lo mismo que su marido. 

Después de la guerra, se trasladaron a vivir a Checoslovaquia, donde Artur se convirtió en viceministro de Exteriores con el nuevo gobierno comunista checo. Sin embargo sufrió injustamente las purgas estalinistas en el 51, siendo uno de los 14 acusados de conspirar contra el Estado, en el Proceso de Praga (celebrado en 1952). El proceso había sido una farsa, con falsas pruebas obtenidas bajo tortura, pero acabó en 11 condenas a muerte y 3 cadenas perpetuas, una de ellas a Artur London. Con el tiempo se demostró su inocencia y fue oficialmente rehabilitado en 1956.

Mientras estaba en prisión, Artur  escribió parte de los textos que luego darían cuerpo a su libro La Confesión; se trataba de breves textos que pasaba secretamente a Lisa, en paquetes de cigarrillos, con la intención de hacerlos llegar al Partido Comunista Francés, para informar a los camaradas galos de lo que ocurría en Checoslovaquia. Años después, el libro sería adaptado al cine por Costa-Gavras en 1970, con guion de Jorge Semprún, en la película también titulada La Confesión.

Artur y Lisa dejaron Checoslovaquia en 1963, para instalarse definitivamente en Francia. Artur murió el 7 de noviembre de 1986, en París. Lisa sobrevivió 26 años al que fuera su compañero, hasta que falleció el 31 de marzo de 2012, también en París. Lise London o Lise Ricol, fue junto con Adelina Kondratieva, la última brigadista; ambas fallecieron ese mismo año. 

Una comunista convencida, honesta, ejemplo de internacionalismo, comprometida durante toda su vida: "Fui, soy y seguiré siendo comunista, con o sin carnet de partido", había declarado en la época del Proceso de Praga.

Lise Ricol (Lise London), de joven


Felicia Brown
(Surrey, Inglaterra, 1904 - Tardienta, en el frente de Aragón, España, 25 de agosto de 1936)

I am a member of the London Communists and can fight as well as any man.
(Soy miembro de los comunistas de Londres y puedo luchar como cualquier hombre) 
Felicia Brown 

Her story has all the ingredients essential to heroic legend, the willing sacrifice of her life to save that of a comrade.
(Su historia tiene todos los ingredientes esenciales de las leyendas heroicas, el sacrificio voluntario de su vida para salvar la de un camarada.)
Angela Jackson hablando de Felicia Brown,
 en British Women and the Spanish Civil War (Routledge, 2002)


Felicia Brown, de  joven
A Felicia Brown le corresponde haber sido la primera persona de nacionalidad británica caída en combate durante la Guerra Civil, apenas un mes después de comenzar la contienda.

Quienes conocieron de cerca a Felicia Brown, subrayan la sensibilidad que desde muy joven mostró por los acontecimientos políticos que sacudían Europa, especialmente la irrupción del nacional-socialismo en Alemania. Enseguida se involucró en el activismo político y en 1931 tuvo la oportunidad de viajar a la Unión Soviética. A su regreso se implicó de lleno en las actividades antifascistas y en 1933 se unió al Partido Comunista de Gran Bretaña.

Nada más producirse el golpe de estado fascista de 1936, Felicia Brown decide viajar a España para empuñar un fusil y unirse a los defensores de la República, pese a que carecía de experiencia militar, como muchos de los brigadistas internacionales. En su país había declarado: "I am a member of the London Communists and can fight as well as any man". Encontró la muerte enseguida, durante una emboscada, acribillada a balazos al intentar socorrer a un camarada italiano herido.

Reproducimos un fragmento sobre esta brigadista inglesa, extraído del artículo de Rosa María Ballesteros García, titulado "El efecto de Cronos. Brigadistas olvidadas por la Historia" (Ballesteros, 2008):
Felicia Browne
A Felicia, una pintora y escultora británica, de filiación comunista, le sorprendió la guerra cuando se disponía a asistir en Barcelona a la Olimpiada Popular. Allí, en Barcelona, participó en las luchas callejeras contra los militares sublevados, incorporándose a continuación a una columna de combatientes que partió con destino al frente de Aragón. Allí murió en acción de guerra a los pocos días de su llegada. Fue la primera miliciana inglesa que pagó con su vida.
Cambiando pinceles por fusil Felicia, militante del Partido Comunista Británico, de 32 años, se unió a las milicias el 2 de agosto de 1936. Había estudiado en la Escuela de Arte de Slade, perteneciente al University College London. En 1934 ganó un importante premio con el diseño de una medalla para conmemorar el centenario de los “Mártires de Tolpuddle”. La Asociación Internacional de Artistas a la que pertenecía, dijo de ella en 1936 que “tenía la capacidad de representar el mejor tipo de mujer nueva”. Fascinada por las cosmogonías de Dante y Kafka, era también una “divertida caricaturista” y una “excelente ilustradora”. Para algunos de sus colegas artistas fue “demasiado generosa para pertenecer al siglo XX”.
No le resultó fácil a Felicia integrarse en las milicias, pero finalmente los esfuerzos disuasorios del Partido Comunista y de los jefes de unidad se estrellaron contra su férrea voluntad. Se incorporó a la columna del PSUC que estableció su cuartel general en Tardienta, donde llegó a haber 1500 hombres por aquellos días de agosto de 1936. Allí, en aquel pueblo aragonés fue donde la miliciana encontró la muerte. El 25 de ese mismo mes y en el intento de volar un tren franquista cargado de municiones, Felicia Browne cayó cerca de la estratégica estación de la localidad. Al contrario que algunos compañeros asesinados, como John Cornford o Ralph Fox, cuya memoria es guardada por un monolito en el lugar de su muerte, en Lopera (Jaén), de Felicia no hay rastro material que recuerde su caída.


Mika Feldman (Mika Etchebéhère), “La capitana”.
(Moisés Ville, provincia de Santa Fe, Argentina, 1902 - París, 1992)

La obra escrita por Mika Etchebéhère,
 publicada inicialmente en  francés 
(París, 1975) con el título  Ma guerre 
d'Espagne à moi Edición española de 
1987, por Plaza & Janes.
La capitana brigadista
 Mika Etchebéhère 




La argentina Mika Feldman, "La capitana", fue la única mujer que tuvo mando militar sobre la tropa durante la Guerra Civil. Su nombre de soltera es Mika Feldman (Micaela Feldman), aunque a menudo las fuentes se refieren a ella con el apellido de casada: Mika Etchebéhère o también Mika Feldman de Etchebéhère.

Nacida en Argentina, en Moisés Ville (provincia de Santa Fe). Su familia era judía de origen ruso y había llegado a la Argentina escapando de los progroms de la época zarista. Cursó estudios universitarios de Odontología en Buenos Aires y ya en sus años de estudiante en la universidad, empezó a movilizarse como activista con distintos grupos anarquistas, comunistas y socialistas. Después de casarse con Hipólito Etchebéhère, un universitario que estudiaba Ingeniería y que era de origen francés, en 1924 decide afiliarse con su pareja al Partido Comunista de Argentina (PCA), en el que está poco tiempo debido a sus simpatías hacia Trotski.

Escribe Rosa María Ballesteros García en "El efecto de Cronos. Brigadistas olvidadas por la Historia" (Ballesteros, 2008):
“Que en esta guerra, que es la nuestra, mueran españoles me parece normal —dice Mateo—; pero que extranjeros como tu marido, como el Marsellés, como tú misma, venga aquí a luchar por nosotros, a morir por nuestra causa, eso es algo grande”. Este pensamiento, expresado por un miliciano español, lo recoge Mika en su obra Mi guerra de España.
Mika Etchebéhère (Mica Feldman), argentina de padres rusos, llegó a Madrid el 12 de julio de 1936 para reunirse con su marido Hipólito Etchebéhère (1900-1937). Seis días después de su llegada se produce el levantamiento del ejército, y la pareja de revolucionarios, de inspiración trotskista, se une a la Columna del POUM. En el frente de Guadalajara, en Atienza, donde cayó muerto su marido apenas un mes de entrar en combate (el 16 de agosto), Mika asume la responsabilidad de la columna donde, con la posterior militarización de las milicias, alcanzará el grado de capitana, única mujer con mando de tropa en la guerra de 1936-39. (...) Sufrió, con sus hombres, los mismos peligros y rigores, como la vez que quedó enterrada en la trinchera tras la explosión de una bomba: “Ni bala ni metralla, solamente tierra por todo, pegajosa, hedionda. Ningún grito es posible. Mi boca está en la tierra...sólo el pensamiento funciona, anda, estoy lúcida, demasiado, rechazo esta muerte nunca prevista, sucia, estúpida, infamante”, escribe en sus memorias. La muerte, que ya se había llevado al marido, Hipólito, mientras defendía su posición, había pasado muy, muy cerca de ella. Gracias a los esfuerzos de sus compañeros que, como topos humanos, cavan con palas y uñas para rescatarla había salido ilesa. Había nacido una leyenda:
Los protejo y me protegen. Son mis hijos y al mismo tiempo son mi padre. Les preocupa lo poco que como y lo poco que duermo y, a la vez, encuentran milagroso que resista tanto o más que ellos los rigores de la guerra (Etchebéhère, 1976).
La capitana Mika, única mujer que ejerció mando en tropa durante la guerra española, formó parte de uno de los batallones comandados por el famoso anarquista Cipriano Mera (1896-1975) luchando en varios frentes (...).
Cuando el ejército franquista tomó Madrid, Mika consiguió huir y llegar a París y de allí a Argentina. En el 46 regresó a la capital francesa para quedarse. Participó como activista en el mayo francés del 68 y posteriormente en todas las movilizaciones contra la dictadura militar argentina. Murió en la capital francesa en 1992, cuando tenía 90 años. 


Adelina Abramson (Adelina Kondrátieva)
(Buenos Aires, 1920 - Moscú, 2012)


Adelina Abramson. Foto: archivo
 de la familia Abramson.
 Fuente de difusión: CEDOBI.
Decíamos antes que en 2012 fallecieron las dos últimas brigadistas que seguían vivas. El 31 de marzo moría Lise Ricol y el 14 de diciembre fallecía Adelina Kondratieva.

Adelina Abramson (nombre de soltera) era argentina de nacimiento. Nacida en Buenos Aires, en 1917, en el seno de una familia rusa de exiliados políticos. El padre de Adelina, Benjamin Abramson, había sido condenado a muerte por el régimen zarista por su activismo y militancia políticas, pero consiguió huir y llegar a Argentina. Era el año 1910. 

La familia de Adelina permaneció en argentina hasta que en 1932 el padre, que era  trostkista,  decidió que era el momento de regresar a Moscú y tomar parte en la construcción del estado socialista. Adelina tenía entonces 12 años. Ingresó a los 14 años en la escuela soviética y poco después en la Unión de Juventudes Comunistas de la URSS. Y con sólo 17 años, ya comenzada la guerra española, Adelina Abramson se desplaza a España con su padre, para unirse a la lucha contra el fascismo.


Adelina Abramson en la Plaza del Altozano de Albacete (España), delante del actual Museo Municipal, en 1937. Foto: La Vanguardia.

Adelina Abramson. Foto: archivo
 de la familia Abramson.
 Fuente de difusión: CEDOBI.
Adelina Abramson, o Adelina Kondratieva, pasa a desempeñar labores de intérprete y de traducción en el Estado Mayor de la Fuerza Aérea de la República, que tenía su sede en Albacete. 

Regresó a Moscú en 1938, ocupando el rango de Teniente Superior del Ejército Rojo (de 1941 a 1949). Después de la guerra se incorporó al Instituto Militar de Idiomas. Continuó estudiando, después de conseguir entrar en la Academia Obrera para adultos, y con el tiempo llegó a doctorarse en Ciencias Históricas, especializándose en el estudio del movimiento sindical en Latinoamérica. Sus memorias de lo que había sido la experiencia española, están recogidas en su libro "Mosaico Roto". Fue miembro de sección española del Comité Soviético de Veteranos de Guerra.


Adelina Abramson, durante su visita a España en 2009


Salaria Kea O'Reilly  
(Milledgeville, Georgia, EE.UU., 1917 -  Akron, Ohio, EE.UU., 1990)

Salaria Kea (agachada a la izquierda), junto a una
 ambulancia del Batallón Abraham Lincoln

Comunista, estadounidense, mujer, negra. Salaria Kea fue una persona cargada de coraje, convicción, ideales, compromiso social y entrega a la causa en la que creía.

Kea nació el 13 de julio de 1913, en Milledgeville, una localidad de Georgia, un antiguo feudo esclavista del sur de los Estados Unidos. Su padre, jardinero de profesión, fue asesinado poco después de nacer ella. Su vida no resultó fácil. Su vocación nació mientras trabajaba en las vacaciones de verano en la clínica de un médico local. Completó la formación secundaria, pero las escuelas de enfermería de Akron, donde residía, se negaron a aceptarla a causa de su condición afroamericana. En el verano de 1930 decidió trasladarse a Nueva York y allí consigue entrar en la Escuela de Formación del Hospital de Harlem. Enseguida comenzó a trabajar como enfermera, primero en el Sea View Hospital y luego en el Hospital de Harlem.

En Nueva York, Salaria Kea empezó a implicarse activamente en la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos. Tomó contacto con diferentes grupos de izquierda y en 1935 entró a militar en el Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA). Ese mismo año tomó parte de la campaña para organizar y facilitar asistencia médica en Etiopia, después de que las tropas fascistas de Mussolini invadieran y ocuparan el país. Es un momento crucial en la vida de Salaria Kea, ya que significó una clara toma de conciencia por la causa de la solidaridad internacionalista, lo que más tarde le conduciría a venir a España con las Brigadas Internacionales.

En 1936 se presentó a la Cruz Roja como enfermera voluntaria para dar asistencia a las víctimas de las inundaciones del Medio Oeste. Fue rechazada por ser negra: "la única razón, según se me dijo, es que mi piel causaría más problemas que lo que podría ayudar", escribiría años después (citado en Ballesteros, 2008)

Teniendo conocimiento de la misión médica estadounidense que se organizaba para servir en España, Kea tomó la decisión de unirse a esta misión, enrolándose en el Batallón Abraham Lincoln (formado por voluntarios estadounidenses, la mayoría de los cuales eran militantes o simpatizantes bien del Partido Comunista de los Estados Unidos, o bien de otras organizaciones obreras de carácter socialista). Fue así como Kea llegaba a España el 27 de marzo de 1937, a bordo del buque SS Paríscon un grupo de doce enfermeras y médicos, dirigidos por el cirujano de origen judío Edward K. Barsky.  

Sobre esta misión médica, escribe Ballesteros García (2008:29):
Fue ésta una de tantas expediciones subvencionadas por el Medical Bureau to Aid Spanish Democracy, fundado por Barsky, una organización apoyada, entre otros, por Albert Einstein, que transportó equipos completos, con médicos y enfermeras. Llegaron con hospitales totalmente equipados, ambulancias, cámaras quirúrgicas móviles, medicamentos…
 
Salaria Kea, durante la guerra

Salaria Kea, durante la guerra


En España, Kea prestó servicio primero en Madrid y más tarde en Cuenca y Murcia. Uno de los hospitales en los que desarrolló sus labores, fue el Hospital Americano en Villa Paz (ubicado en una finca cercana al castillo de Castillejo, en la provincia de Cuenca), que había sido organizado por la American Bureau to Aid Spanish Democracy. Allí conoció a Pat O'Reilly, que estaba convaleciente de las heridas sufridas mientras luchaba con una unidad de brigadistas británicos. Patrick O' Reilly era irlandés y se convirtió en la pareja de Kea para el resto de su vida. Se casaron allí mismo, en el hospital, pero la guerra les separó inicialmente. Salaria Kea fue capturada por el ejército fascista, aunque consiguió escapar. Posteriormente logró reencontrarse con Pat en Estados Unidos y jamás volvieron a separarse ya.

En 2007, Salaria Kea recibió el homenaje de la ciudad de Nueva York, en la exposición del Museo de la Ciudad, titulada "Frente al fascismo: Nueva York y la guerra civil española”:

Muestra "Frente al fascismo: Nueva York y la guerra civil española”. Nueva York 2007


Elisaveta Párshina (Josefa Pérez Herrera, la dulce dinamitera)
(Oriol, URSS, 1913 - 2002, Moscú)

Una de las escasas fotografías que hay
de Elisaveta Párshina, durante su estancia
 en España
Elisaveta Párshina era rusa.  Llegó a Barcelona con 23 años, en octubre de 1936, pasando a llamarse Josefa Pérez Herrera. Inicialmente es destinada como traductora al aeródromo de Albacete. Aunque carecía de entrenamiento militar (jamás había empuñado un arma), deseaba combatir en el frente y con frecuencia trasladaba a sus superiores este deseo.

Elisaveta por fin consigue su propósito de ir al frente, a través de la mediación del letón Artur Sprongis, comandante de un unidad de combate nocturna encargada de reconocimiento y realización de sabotajes. Se trataba del XIV Cuerpo de Guerrilleros (Planells, 2002): 
El XIV Cuerpo de Guerrilleros era un destacamento nocturno de reconocimiento y sabotaje compuesto por cuarenta voluntarios andaluces, mayoritariamente campesinos y obreros sin experiencia militar, comandados por Sprongis. Integrado en la 11ª Brigada Internacional, sus miembros, eran conocidos como "Los Niños de la Noche". Con ellos, Elizaveta participará en  varias misiones tras las líneas enemigas.
La tarea era altamente arriesgada. Sprongis necesitaba una intérprete que acompañase a la unidad para cruzar el frente de Málaga y realizar acciones de sabotaje detrás de las líneas enemigas (Planells, 2002):
Elizaveta se encadenó a su destino. El amor medró al calor de las explosiones. En Andalucía dinamitaron juntos cuatro puentes de carretera y uno ferroviario. «Él me explicaba cómo debía colocarse la mina bajo los raíles y yo se lo traducía al grupo. El primer día me advirtió: "Si lo traduces mal todos saldremos por los aires"». 
Elizaveta habla de explosivos, detonadores y resortes con la emoción de la abuelita que desmenuza la receta secreta de sus bizcochos o enseña a su nieta a tricotar.«La caja de tres kilogramos de dinamita tenía un botón. Y había que colocarlo bajo la vía de tal modo que al pasar el tren doblase el raíl e hiciera contacto», explica. Peligro Durante el visionado de sus recuerdos, se detiene en un punto de la retaguardia franquista, en la carretera que une Teruel con Burgos. «Fue el momento más peligroso de todos», afirma. Eran las 11 de la mañana del 29 de mayo de 1937. El grupo se había infiltrado 20 kilómetros en el interior de las filas enemigas y cuatro compañeros habían parado un coche militar y sonsacaban información sensible a un par de oficiales. Desde lo alto de un cerro, Elizaveta contempla la escena junto a tres camaradas provistos de ametralladoras. «De repente, vi que a unos 50 metros se acercaban dos camiones con unos 40 uniformados.Di la orden de no disparar porque Artur y los nuestros estaban allí abajo». Sólo cuando el grupo se dispersó, Elizaveta ordenó abrir fuego. «Los franquistas no se esperaban aquel golpe en su retaguardia a plena luz del día», dice. «Sólo cinco o seis fascistas bajaron del camión para dispararnos. Los demás huyeron, estaban heridos o habrían muerto», recuerda. Tras la refriega, el XIV Cuerpo de Guerrilleros no se detuvo hasta llegar al Tajo. 

A finales de 1937, regresó a Moscú y poco después contrajo matrimonio con Artur Sprongis. Durante la invasión alemana de Rusia, Elisaveta Párshina pasó a trabajar para la inteligencia soviética, inicialmente en labores de contraespionaje. Después del 45, de una forma u otra, continuó ligada durante años a los servicios de inteligencia.

En 2002, el año en que falleció Elisaveta Párshina, fue publicada en castellano su obra La brigadista, diario de una dinamitera en la guerra civil, basada en el diario que escribió mientras formó parte de "Los Niños de la Noche", la unidad de sabotaje. Fue publicada por la editorial La Esfera Libros. Un relato que nos describe aquellos acontecimientos históricos desde el punto de vista de los propios actores sociales, en este caso de Párshina; es la historia viva, cotidiana, directa.




Fanny Edelman
(San Francisco, Córdoba, Argentina, 1911 - Buenos Aires, Argentina, 2011)

La argentina Fanny Edelman murió en 2011. Tenía 101 años. Desde muy joven y durante toda su vida, militó en el Partido Comunista de Argentina. Su padre era rumano y su madre rusa. Tiene en común con Mika Etchebéhère en que sus padres, de origen judío, también habían llegado a Argentina huyendo de los progroms zaristas. 


La brigadista argentina
 Fanny Edelman

Reproducimos una breve reseña biográfica, escrita Angels M. Castells y publicada en su blog angelsmcastells.com, con el título "En memoria de Fanny Edelman, de las Brigadas Internacionales, comunista y feminista":
"Ha muerto Fanny Edelman, una activa luchadora por los Derechos Humanos, en un hospital de Buenos Aires. Edelman es conocida y reconocida en todo el mundo por su larga, dilatada, exhaustiva trayectoria en favor de los derechos sociales y humanos y su intensa labor intelectual y política. Era también presidenta del Partido Comunista de la Argentina.Su antifascismo la llevó a defender en España la II República. En septiembre de 1937 llegó a Valencia junto a su compañero para participar de las Brigadas Internacionales. Entró en contacto con Miguel Hernández y Antonio Machado, con quien colaboró particularmente durante una campaña de alfabetización dirigida a los soldados. Tras el avance fascista, huyó a Barcelona y regresó a Argentina en mayo de 1938. La misma rebeldía antifascista que la había traído a España la hizo también destacar en el combate a la dictadura militar argentina. Con su ayuda se presentaron doscientos testimonios de familiares y víctimas de la última dictadura militar en el año 1978 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Fanny Edelman, cuyo apellido de soltera era Jabcovsky, ha muerto a los 100 años. Todo un siglo de vida en rojo de esa mujer que participó en la defensa de la República durante la Guerra Civil Española, formó parte del Socorro Rojo, trabajó durante 50 años en la Unión de Mujeres de la Argentina, fue secretaria general de la Federación Democrática Internacional de Mujeres y realizó importantes trabajos con la ONU, la UNESCO, UNICEF y la OIT. Fue además secretaria general de la Federación Democrática Internacional de Mujeres e impulsora del Año Internacional de la Mujer y del Encuentro de la ONU en Nairobi en 1975."
Con el fallecimiento de Fanny Edelman el 5 de noviembre de 2011, Cubadebate sacó una versión de la amplia entrevista que Stella Calloni le hizo con motivo de su 93 cumpleaños, es decir en el año 2004. La entrevista es bastante extensa y a lo largo de la misma Fanny repasa la historia argentina, su experiencia en el Partido Comunista y, como no, habla bastante de la guerra civil y de su experiencia en las Brigadas Internacionales. Aconsejamos su lectura con paciencia porque tiene partes muy interesantes. Especialmente emotivos son los recuerdos que Fanny expresa en esta entrevista, en relación con Dolores Ibárruri (Pasionaria) y con Miguel Hernández (Calloni, 2011):
[Sobre Dolores Ibárruri] Mi primer recuerdo es de cuando la vi en el Segundo Congreso de esta organización realizado en Valencia. Era una mujer muy bella, alta, vestida de negro, que impactaba, y su voz ardiente y su discurso estremecían a todos. En ese entonces la ví de lejos. Luego la conocí y estuve con ella en el año 72 en el Congreso de Fedim. Su vida ya es parte indisoluble de la historia del siglo XX, de las victorias y derrotas del movimiento popular. 
Y ¿cómo no evocar al gran poeta Miguel Hernández, detenido cuando iba a buscar a su mujer Josefina y a Manolín que aún estaba en el vientre de su madre. Lo mataron como a García Lorcas y antes de ser asesinado por el franquismo escribió en una pared de su celda: “Adios hermanos y amigos, despedidme del sol y de los trigos”. 




También aconsejamos el artículo que escribió Jorge Grela en Mundo Obrero, "Fanny Edelman: Imprescindible", publicado unos meses antes de su fallecimiento.



Referencias y fuentes:





Entradas del blog relacionadas

A) 14 de Abril, Brigadas Internacionales, Día de la República, republicanismo en España:
B) Otras relacionadas
C) Sobre la monarquía

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