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sábado, 10 de enero de 2015

PEGIDA y el extremismo del centro. El peligro de la islamofobia/xenofobia en Europa.


Foto: Jodlbauer. Portada del magazine austriaco Bühne, 2/2014.
La actriz Maria Bill en el papel de Arturo Ui


Referencia documental del artículo
Fuente original en alemán: Götz Eisenberg: "Der Extremismus der Mitte", publicado en nachdenkseiten.de el 6-1-2015 (URL: http://www.nachdenkseiten.de/?p=24465)
Traducción al español para blogdelviejotopo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 10-1-2015.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).
Negrita e imágenes: son añadidos nuestros, igual que los cuadros de texto.


PEGIDA y el extremismo del centro
Götz Eisenberg

Una y otra vez, los defensores del anti-islámico y xenófobo movimiento PEGIDA alemán, alegan que los manifestantes, en su mayoría, no son "nazis", sino "gente normal y corriente" que proceden del "centro de la sociedad" o la "clase media"…. ¡Como si no fuera posible pertenecer al centro o a la clase media y ser nazi!

"Aún es fértil el vientre que parió aquello" 
[“Der Schoß ist fruchtbar noch, aus dem das kroch”]
Bertolt Brecht. El resistible ascenso de Arturo Ui.

*

La gente que viene a manifestarse bajo la bandera de PEGIDA, acrónimo de Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, se consideran a sí mismos procedentes del centro de la sociedad. Dice Oliver Decker,  quien investiga sobre el extremismo de derechas en la Universidad de Leipzig y es co-autor de los Estudios sobre el Centro (Mitte-Studien) [1]: “Jamás ellos mismos se considerarían de extrema derecha, pero esto no quita que tengan pensamientos extremistas de derechas”. Y continúa Decker: “la mayoría de los que se manifiestan como PEGIDA, procede de la pequeña burguesía, la clase que, como bien es sabido, había servido de base/masa del nacionalsocialismo". Pertenecen a los “tranquilos/silentes del país” que, si acaso, se hacen oír en las tabernas que frecuentan y cuando se creen entre sí. En estas tertulias sueltan sus peroratas despotricando contra los que no tienen hogar, los parados de larga duración, los solicitantes de asilo y toda esa gentuza política, corrupta hasta la médula, que no está dando ni golpe. La más usada frase al estilo PEGIDA y entre estos tertulianos de tasca es esta: ”¡Metidos a todos esos políticos en un mismo saco y dándoles, siempre acertarás!” Dicen que hay demasiados “gitanos” en el país y que “el judío”, en todas partes sigue metido en el ajo “estando detrás de todo esto”. Se debería volver al hábito del ‘Arbeitsbuch’, un cuaderno oficial en el que cada trabajador, a modo de control social,  tenía que acreditar sus empleos y su continuidad laboral [2]; y que era hora de volver a la mano dura contra los vagos y los zánganos. El hecho de que los profesores y docentes ya no puedan castigar a sus alumnos; y que los homosexuales pueden casarse, lo consideran un enorme disparate, amén de una gran vergüenza. Que una persona como Conchita Wurst saliera ganadora de la competición de Eurovisión, refleja para ellos la brutal decadencia con que se está anunciando el ocaso de Occidente.

Anhelan a un “hombre fuerte que los dirija” y “que sea capaz de unir al pueblo entero acabando con la pocilga con métodos drásticos”. A la enésima cerveza consumida, puede que el “pequeño  hombre” tertuliano suelte frases como éstas: “Si viviera nuestro ´führer’, con Hitler no se darían esas cosas”. Al colaborador del diario ‘taz’, Deniz Yücel, le llegó a responder un hombre que en el barrio berlinés de Marzahn se manifestaba contra la instalación de un asilo para refugiados, y preguntado por su orientación política: ”Soy de derechas. Pero no tan extremo. Bueno, digo, perseguir a los judíos, esto no tiene que ser”. Esta mañana, paseando por el mercadillo semanal, escuché como un carnicero decía a su cliente: “Y si decimos algo, en seguida, se nos arrincona”. Tan sólo es cuestión de que  aparezca alguien que saque a esta gente de sus “rincones”, uno que levante a toda esa locura,  (aún) privada e individual, al nivel de principios convirtiéndola en ideología de partido y de estado; uno que se dedique a recoger y reunir todo estos difusos gruñidos de descontento dispersos por los fondos sociales…ya lo hemos vivido alguna vez.

Si alguien va y me señala el “centro de la sociedad” como si de la certificación y garantía de la misma democracia se tratara, me veo tentado a responder: “Ahí está. Precisamente ahí nació el nacionalsocialismo. Que uno provenga del centro de la sociedad, aún no quiere decir que no puede ser nazi, ni mucho menos”. A la pregunta de un colaborador del diario berlinés ‘taz´si entre los manifestantes reunidos en Dresde había nazis, le responden: “Yo soy pintor, aquí no hay nazis, hay profesores, policías, amas de casa… de todo”. El ser nazi, parece que unos lo consideran una profesión, un oficio; y otros una particularidad de ciertos grupos marginales de la sociedad que, encima, se pudieran reconocer mediante determinados estigmas físicos. Pero el nazismo no es un rasgo o una característica de clase o estrato social, antes bien es una cuestión de consciencia, y ante todo de algo inconsciente y de cómo este inconsciente es manejado. Como los productos de esta sociedad que somos, ninguno de nosotros es libre de “frialdad o impasibilidad burguesa”, que según T.W. Adorno,  igual que una pesadilla, se viene a apoderar de la sociedad y sus ciudadanos en el curso de unas relaciones de truque cada vez más generalizantes, y que acaba por dañar y reducir sistemática y definitivamente su capacidad de identificarse con el sufrimiento ajeno. Más allá del concepto/noción político/a, existe un fascismo de los sentimientos/sentimental, que se ubica muy por debajo de la cabeza. Hay gente a la que ya le entra una especie urticaria parda al tener que ver a otras personas, evidentemente no de su condición y clase, y detectar en ellas el más mínimo detalle diferente y extraño.

El adulto medio de este tipo de cultura es el producto de aniquilación del deseo y represión interiorizada. Al encontrarse con algo ajeno, fuera de él, que pudiera indicar un aumento de libertad y felicidad o, simplemente, se presenta como algo distinto, pierde los estribos. La persona educada autoritariamente, siempre tenderá a proyectar, combatir y erradicar en los demás todo aquello que tuvo que matar tan dolorosamente en sí misma. Sobre esta base de una vida ya en parte dañada/matada por el adiestramiento pedagógico se viene a desarrollar una maldad/malicia conformista, un híbrido entre  adaptación y la agresión, que conlleva la tendencia de resarcirse con el otro, persiguiéndolo, por algo más vivo, más espontáneo: “¡Ese no se controla tan bien como yo!”. A aquel otro, engañado por su suerte, el resentimiento y la hostilidad le salen de todos los poros. “¡Igual injusticia para todos!” llega a ser la máxima de su vida sin vivir. Este fascismo de los sentimientos o de la insensibilidad cabe entenderlo como una toma de posición por lo muerto en la propia persona. Fascismo o no fascismo viene a ser, por tanto y en primer lugar, una cuestión de respeto y desprecio de todo lo vivo y, luego, una decisión política, stricto sensu, entre izquierda y derecha. Que una persona, en términos sociológicos, cuente entre la clase/estrato media/o no dice nada en absoluto sobre si es nazi y fascista o está de lado de aquellos que luchan por la libertad y el libre desarrollo de lo vivo.

El escritor Horst Krüger presenció durante cuatro semanas como “testigo mudo” los juicios sobre Auschwitz celebrados en 1964 en Francfort del Mena. Plasmó sus impresiones en su obra autobiográfica Das zerbrochene Haus, Eine Jugend in Deutschland, Hamburgo, 1976 [La casa quebrada, Una juventud en Alemania]. El primer día del juicio al que asistió, durante un descanso, preguntó a un colega suyo: “¿Y los acusados? ¿Dónde están los acusados?” En la sala sólo había percibido las flemáticas caras de los ciudadanos de Francfort, y caras de gente amable. El colega le aclara que los acusados estaban  sentados inmediatamente delante de él. Krüger entendió entonces que ya no cabía distinguirlos, que eran como todos los demás. “Aquí son acusados veintidós hombres, ocho de ellos encarcelados, catorce en libertad bajo fianza, y todos ellos de aspecto más o menos tan natural como los demás, portándose como los demás, caballeros bien nutridos y bien vestidos de edad avanzada: académicos, médicos, comerciantes, artesanos, conserjes, ciudadanos de nuestra nueva sociedad alemana de abundancia, ciudadanos federales libres, que tienen aparcado sus coches en la plaza delante del tribunal y que han acudido igual que yo. Nada nos diferencia”.

Los asesinos en masa han vuelto a ser lo que eran antes de cometer sus crímenes. Llama la atención el gran número de contables entre ellos. ¿Será que toda la SS eran contables? se pregunta Krüger irritado y se asusta al reconocer que el fascismo, que había nacido a partir de la normalidad burguesa,  después de 1945 había vuelto a desaparecer en ella. El que fuera nazi no es un monstruo que regaña los dientes, sino el hombre amable de enfrente que pasea su perro por el parque y que les compra a sus nietos unos helados al volver de su oficina.  A los esbirros de los campos de concentración, de los que algunos se encontraban entre los enjuiciados en Francfort, Adorno los llamaba ‘monstruos normales’, de lo cual cabe inferir: la normalidad burguesa inofensiva no existe, el ‘normal’ ya se encuentra camino a convertirse en auxiliar del acto o las circunstancias. El ciudadano leal cumple con su deber y obedece, no importa bajo qué gobierno. De ahí la radical conclusión de Peter Brückner [3] “sólo aquel que no sirve para nada burgués, tampoco servirá para fascista”.

A juicio de Leo Löwenthal [4], el agitador fascista y la derecha política practican el “psicoanálisis inverso”. En vez de ir aclarando cada uno lo sordo que lleva latiendo en su fondo psíquico y los miedos que lleva flotando en su interior, para ir transportándolos al nivel consciente, como harían la práctica psicoanalítica y la ilustración democrática, aquellos se apoderan de la materia prima tal y como la encuentran ya dispuesta instrumentalizándola para sus propios fines. A la gente, insegura y/o desorientada, le vienen a enderezar un enemigo al que puedan culpar y responsabilizar de su infortunio. En estos tiempos de inseguridad y desorientación crecientes aumenta la necesidad de simplificaciones atenuantes, y quien facilite las polarizaciones más simples puede atraer oyentes y seguidores. La ilustración auténtica, en cambio, aquella que renuncia estrictamente a todo populismo y reclamo, resulta dificultosa y dolorosa. Debe ir cultivando el pedregoso campo que suponen los prejuicios y aprioris; someter la materia prima de opiniones cotidianas a unos complejos procesos de transformación y elaboración; debe recorrer largos caminos y rodeos para ir penetrando desde el nivel de la realidad aparente a la esencia de las cosas, por lo cual muy a menudo se encuentra compitiendo en inferioridad de condiciones.

Escribe Adorno en su libro Minima Moralia:
“Ante ello no queda más que persistir en la casi irresoluble tarea de no dejarse atontar por el poder de los otros ni por la propia impotencia”.

Götz Eisenberg
Traducción de Tucholskyfan Gabi, blogdelviejotopo.blogspot.com.es


Notas de traducción:
[1] Mitte-Studien Die Mitte-Studien der Universität Leipzig - Veröffentlichungen que reflejan la orientación hacia la extrema derecha en Alemania y sus fluctuaciones entre 2006 y 2012.
http://www.fes-gegen-rechtsextremismus.de/pdf_14/141120presse-handout.pdf
[2] Arbeitsbuch: Ejemplos:
Nazi Arbeitsbuch - Permanent Employment Record
http://fr.wikipedia.org/wiki/Livret_d%27ouvrier
[3] Peter Brückner, psicólogo social y docente, 1922-1982
[4] Leo Löwenthal https://es.wikipedia.org/wiki/Leo_L%C3%B6wenthal

Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir la ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).

Sobre Götz Eisenberg

Götz Eisenberg, nacido en 1951 en Arolsen/Hesse, es sociólogo y publicista. Trabaja como psicólogo en el centro penitenciario alemán de Butzbach.

En enero de 2015, la editorial Brandes & Apsel, publica su nuevo libro Zwischen Amok und Alzheimer – Zur Sozialpsychologie des entfesselten Kapitalismus [Entre el pánico del ‘amok’ y el Altzheimer. Acerca de la psicología social en tiempos del capitalismo desenfrenado].







8 comentarios:

  1. Quisiera hacer recordar la clase magistral que Umberto Eco impartió el 24 de Abril de 1995 en la Universidad de Columbia de Nueva York en el 50 aniversario de la liberación de Europa del nacionalsocialismo.
    http://labastilla.foroactivo.com/t463-ur-fascismo-por-umberto-eco
    https://dedona.wordpress.com/2013/02/21/el-fascismo-eterno-umberto-eco/

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  2. Mi comentario al texto (1 de 2)
    Gracias Gabi por la traducción. Excelente como siempre y el tema de máxima actualidad, desde luego.
    Voy a contar por qué a mí esa entrada del blog me parece que es un texto que todo el mundo debiera de leer y grabarlo en la mente. Tiene que ver con un pensamiento que me ha acompañado a lo largo de mi vida y que está reflejado en el texto de Götz Eisenberg. Por eso me identifiqué con él. Cuando Gabi nos planteó, a Manuel y a mí, la posibilidad de traducirlo y nos envió el link al original alemán para que tuviésemos una idea inicial pese a las deficiencias del traductor de Google, al instante le envié un correo diciéndole 'esto hay que traducirlo'.

    En este blog hemos repetido varias veces una célebre cita de Bertolt Brecht, de su obra "La resistible ascensión de Arturo U": "No os regocijéis en su derrota. Por más que el mundo se mantuvo en pie y paró al bastardo, la perra de la que nació está en celo otra vez". Realmente poco importa si es la mejor traducción del alemán o no y es algo secundario (quizás Gabi me gruña porque es bastante purista de la traducción :-), ya que lo importante es la idea matriz que contiene esta cita: existe un caldo de cultivo, un magma del cual emerge el fascismo y periódicamente amenaza con entrar en ebullición. Esto nos lleva a una primera idea que está contenida también en el artículo de Götz Eisenberg:
    --- "el fascismo, que había nacido a partir de la normalidad burguesa, después de 1945 había vuelto a desaparecer en ella (...)"---
    Como tantas veces hemos repetido en la izquierda política, el fascismo no es algo diferente del capitalismo: es el plan B de los capitalistas, es la "operación quirúrgica" (como algunos calificaron el golpe de estado de Pinochet) que se pone en marcha cuando la burguesía ve peligrar sus intereses. Fascismo y democracia burguesa están unidos a través de vasos comunicantes que el pensamiento "sistémico" se niega a ver. El fascismo no es un accidente en el capitalismo, no es una patología del mismo, sino un efecto periódico y una necesidad periódica del propio capitalismo. frente al cual la única alternativa estable es el Socialismo (de ahí que digamos "Socialismo o barbarie"). El fascismo nace de esa "normalidad burguesa" mencionada por Götz Eisenberg, y tras realizar su "operación quirúrgica" se regresa a tal "normalidad", completando el círculo.

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  3. Mi comentario al texto (2 de 2)

    La anterior es la primera de las ideas importantes que está en el magnífico artículo traducido por Gabi. Pero hay una segunda idea que es la que decía que me ha acompañado toda la vida. Cuando pensamos en el fascista se nos va la mente a un señor con uniforme fascista, que saluda brazo en alto, que exhibe símbolos fascistas... Mirad, por supuesto que me preocupa ese tipo de gente, pero me preocupa muchísimo más el ciudadano "normal" y "decente" que llegado el momento va detrás de los anteriores porque lleva la semilla del fascismo en la cabeza sin que nos demos cuenta: y ésta es la segunda idea importante que contiene el artículo de Eisenberg, expresada de manera magistral y didáctica a través de lso ejemplos de la "gente normal":
    ---"El que fuera nazi no es un monstruo que regaña los dientes, sino el hombre amable de enfrente que pasea su perro por el parque y que les compra a sus nietos unos helados al volver de su oficina. A los esbirros de los campos de concentración, de los que algunos se encontraban entre los enjuiciados en Francfort, Adorno los llamaba ‘monstruos normales’, de lo cual cabe inferir: la normalidad burguesa inofensiva no existe, el ‘normal’ ya se encuentra camino a convertirse en auxiliar del acto o las circunstancias."----
    Por extraño que os parezca, me da más miedo ese "hombre amable de enfrente que pasea su perro por el parque" y que lleva en su mente la semilla del fascismo, que aquel que exhibiendo símbolos fascistas asesina a un hincha de un equipo de fútbol rival. A los que exhiben estética fascista los vemos; pero no vemos a la masa "normal", a ese "centro social" mencionado por Eisenberg, que son las serpientes que antes o después saldrán de los huevos incubados. Me viene a la cabeza la que es mi película favorita de Ingmar Bergman: "El huevo de la serpiente", una película que viene a plantear algo parecido.
    Mirad. Más de una vez hemos recordado en este blog otra cita, en esta ocasión de Ernest Hemingway. Y me da igual que penséis que nos repetimos, porque es de estas cosas que es preciso repetir a diario. Es una cita sacada de "Por quién doblan las campanas":
    «–¿Hay muchos fascistas en tu país?
    –Hay muchos que lo son y no lo saben. Pero se darán cuenta cuando llegue el momento»

    En resumidas cuentas, en mi opinión es de las traducciones más interesantes e importantes que ha realizado Gabi. Bajar la guardia ante el fascismo es contribuir a reeditar el suicidio colectivo que acompaña a la peste parda.

    Por cierto Gabi, genial y preciosa fotografía de la actriz Maria Bill haciendo de Hitler.

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  4. Y otra cita de Brecht que viene muy a cuento:
    "Entonces, ¿de qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?"
    Bertolt Brecht ("las cinco dificultades para decir la verdad", 1934)

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  5. El capitalismo desenfrenado o desatado en nombre del neoliberalismo, ha venido creando un clima social lleno de frialdad y hostilidad que se reproduce en los individuos como frigidez, indiferencia y desconsideración. Hasta la infancia se cubre de una sombra de frialdad: la sociedad del mercado desenfrenado se apodera de los niños por medio de los artefactos electrónicos. Semejante forma de socialización fomenta la producción de piscópatas. De este modo, crece un fenotipo cuya falta de vínculo, empatía y escrúpulo se ajusta al 'funcionamiento' de la sociedad en tiempos de mercados desatados. Pero Götz Altenberg no se limita a constatar esta situación que nos documenta con numerosos ejemplos, busca salidas y soluciones.
    Citando a Matthias Altenburg, alias Jan Seghers, en el 'Frankfurter Rundschau': "Observando algo cotidiano, Eisenberg va hilando un pensamiento que nos asombra tanto que una sola frase es capaz de quitarnos el velo mediático de los ojos".

    http://www.amazon.co.uk/Zwischen-Amok-Alzheimer-Sozialpsychologie-entfesselten/dp/395558108X

    Dos observaciones mías:
    1) Tampoco tiene pérdida la ilustración en la cubierta del libro.
    2) Y unos versos de R.M. Rilke de su "Stundenbuch/Libro de las Horas":

    Ich geh' doch immer auf Dich zu,
    Mit meinem ganzen Gehn.
    Denn wer bin ich und wer bist Du
    Wenn wir uns nicht verstehn.

    Me muevo siempre hacia ti
    En todo mi andar.
    Pues ¿yo quién soy, quién eres tú
    Si no nos comprendemos?

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  6. "El regreso del fascismo. A propósito de Charlie Hebdo". de Jorge Beinstein
    http://beinstein.lahaine.org/b2-img/Beinstein_chrliehebdo.pdf

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  7. Me temo que la peste se extiende:
    http://vozpopuli.com/actualidad/55799-lideres-del-pegida-aleman-acudiran-a-una-manifestacion-islamofoba-en-madrid

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    Respuestas
    1. APAGUEMOS LA LUZ A PEGIDA

      http://www.alemaniaparati.diplo.de/Vertretung/mexiko-dz/es/07-PoliticaEconomia/PoliticaDomestica/ManifestacionesPegida.html

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