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sábado, 28 de noviembre de 2015

Fragmentos inconexos para un cuadro expresionista del paisaje humano africano. (2) Y llevamos la "civilización" y el desarrollo a los pueblos "sin historia".


El bosquimano disecado de Banyoles, reflejo de la negación de su naturaleza humana.







































Acceder a parte 1: África y el esmoquin de Yves Saint Laurent

Y llevamos la civilización para salvar a aquellos salvajes. Las gentes de los lúgubres pueblos que no tenían historia.

Eric Robert Wolf fue un antropólogo e historiador estadounidense, de origen austriaco, muy influenciado por el marxismo. Se le conoce sobre todo por un breve pero magnífico ensayo, que todavía hoy los especialistas seguimos recomendando como una de las primeras lecturas que debe realizar todo aquel que quiera iniciarse en los estudios sobre campesinado: Los campesinos (descargable en pdf pulsando en el link). Pero sin duda la obra más sobresaliente de Wolf fue Europa y la gente sin historia (publicada en 1982; pulsa en el link para descagar en pdf). La historiografía convencional, tendía a tratar a los pueblos africanos como si careciesen de historia antes de la llegada del hombre blanco, como si hubieran estado viviendo congelados en el tiempo, en aisladas sociedades estáticas. Wolf puso fin a esa imagen, demostrando que los pueblos no europeos, incluyendo los africanos, siempre habían estado inmersos en procesos globales relacionados con la historia del mundo. En el caso de África, la ausencia de fuentes escritas no significaba que tales pueblos no tuviesen un amplio y dilatado pasado histórico con anterioridad a la llegada de los colonizadores.

Sin embargo en el siglo XIX, cuando se produce la gran expansión colonial, la imagen que tenía Europa del continente negro, era otra. El deslumbramiento social que provocaba la nueva sociedad industrial, con sus inventos y adelantos, hacía pensar que Europa era la culminación del progreso humano, el estadio más avanzado del esfuerzo civilizatorio. En contraposicion, aquellos pueblos de piel negra que habitaban en el continente africano, parecían ser la antítesis del progreso y de la evolución; la antítesis incluso de la sociedad y de cualquier orden social que pudiese identificarse como genuinamente humano. Era imposible que tuviesen una historia, reservada ésta para las llamadas "grandes civilizaciones" en la eurocéntrica visión del proceso histórico. Se les atribuía una forma de vida inalterable en el tiempo, al margen del cambio social y, en consecuencia, de la historia. Eran gentes sin historia.

Y en esta negación llega a cuestionarse incluso la propia "humanidad" del africano. ¿Pertenecen a la raza humana? Difícil de creer. De ahí que en ocasiones se les llegase a exhibir como atracción de circo, o como curiosidad de museo, como sucedió con el llamado negro de Banyoles. Éste se trataba un bosquimano kung san muerto y disecado, en los años 30 del siglo XIX, por los hermanos Verraux. Posteriormente fue enviado a Europa y vendido al Museo Darder de Banyoles (Girona, Catalunya), como objeto encaminado a satisfacer la curiosidad y morbo de los visitantes. Tal acto de barbarie, como suponía matar, disecar y exhibir a un ser humano como atracción de feria, resultaba moralmente admisible en tanto se cuestionaba su condición humana.

Era difícil para la etnocéntrica mente europea, aceptar que aquellas extrañas criaturas con rasgos humanos, pudiesen gozar del beneficio de los bellos principios políticos y morales de Liberté, Egalité, Fraternité. 

Pero el evolucionismo de Darwin había influenciado radicalmente la teoría social, dando lugar a una corriente dominante en el pensamiento europeo de la 2ª mitad del XIX: el evolucionismo social unilineal. Interesan dos premisas de la teoría social evolucionista:

A) Todos los pueblos del mundo pasaban por las mismas fases de desarrollo, pero a diferente ritmo o velocidad.
B) Dichas fases constituían un proceso lineal de evolución hacia metas de progreso cada vez más altas y superiores y, por tanto, más deseables en sus niveles más evolucionados.

De esta forma se consideraba que había pueblos que, debido a su menor ritmo de evolución, estaban más "atrasados" y por tanto alejados de las metas humanas de progreso y bienestar. Al contrario, la deslumbrante sociedad industrial era el culmen del progreso hasta ese momento, prueba de que Europa había evolucionado mucho más deprisa. Por lo tanto, ya no se trataba de negar la naturaleza humana del negro africano como sucedió en un primer momento, sino que simplemente los pueblos africanos estaban perdidos en el tiempo, anclados en primitivas fases de desarrollo de las cuales eran incapaces de salir por si mismos. Privados del progreso que Europa conocía, su existencia debía ser necesariamente infeliz y dramática.

Este modelo teórico tan eurocéntrico basado en la sucesión de una secuencia fija de estadios evolutivos que siguen una pauta universal, fue críticamente triturado y descartado por la Antropología desde comienzos del siglo XX, aunque desgraciadamente siguió teniendo éxito fuera de la disciplina antropológica. Pero casi nadie se cuestionaba su validez en la segunda mitad del XIX, cuando tiene lugar la última gran expansión colonial. De manera que el evolucionismo social unilineal, acabó convirtiéndose en la más poderosa y contundente herramienta de legitimación y justificación del colonialismo. Veamos.

La expansión imperialista resultaba imprescindible en aquella fase del capitalismo, que requería de las materias primas que podían facilitar las colonias, a la vez que éstas se convertían en mercados para las manufacturas elaboradas en la metrópoli. El imperialismo, como supo ver Lenin, era la fase superior e inevitable del capitalismo, que había explotado como modo de producción hegemónico con la revolución industrial, aunque sus orígenes fuesen anteriores. Las dos guerras mundiales del siglo XX, fueron producto de la colisión provocada por la expansión del imperialismo.

Esta expansión conduce a los países europeos a avalanzarse como buitres sobre las tierras africanas, cuyos últimos territorios sin descubrir dejan de ser desconocidos con las expediciones del XIX. Entre el 15 de noviembre de 1884 y el 26 de febrero de 1885, tuvo lugar en Berlín uno de los acontecimientos más vergonzosos y lamentables de la historia europea en la edad contemporánea: la llamada Conferencia de Berlín, convocada por Francia y RU, en la que el canciller alemán  Otto von Bismarck ejerció de anfitrión. El objetivo era resolver los problemas ocasionados por las disputas en el reparto de los territorios africanos. A consecuencia de la Conferencia, las potencias imperialistas acordaron la repartición de África, dibujando el mapa colonial que se mantuvo, con cambios menores posteriores, hasta el fin del colonialismo.

Pero... ¿qué tiene que ver en esto la teoría social evolucionista unilineal? ¿Por qué fue una herramienta de legitimación y de justificación del colonialismo? Es muy sencillo de entender. Al colonizar los territorios africanos, la ideología dominante establece que se está haciendo un favor a los pueblos de África, que se trata de una acción humanitaria, ya que viven en fases primitivas de la evolución social que Europa ya ha superado. La civilización superior (porque se encuentra en un estadio superior de la escala social evolutiva), al ejecutar el dominio colonial permite a esos pobres infelices evolucionar mucho más deprisa, quemando por anticipado fases de desarrollo que harán disminuir su distancia con aquellos pueblos que gozan del más alto nivel de progreso material y moral (los europeos o los de origen europeo). Tal es el planteamiento imperante. En otras palabras: no se trata de conquista y de explotación, sino de llevarles la civilización, de salvarlos de si mismos, de su dramático destino. Toda la ideología de legitimación del imperialismo, descansa sobre esa teoría social del evolucionismo unilineal.

Fue así como la explotación y el sometimiento al yugo del colonizador, se convertía en un noble y humanista ejercicio de altruismo, en un bondadoso proceso a través del cual se les llevaba la llamada civilización. En su infinita bondad, el hombre blanco quería salvar al negro de la infelicidad y sufrimiento que le provocaban sus condiciones de vida. La dureza extrema y a menudo cruel del colonizador, se combinaba con el paternalismo originado en un sentimiento de superioridad moral. Había que salvar a los salvajes... de si mismos. Entre tanto, África surtía de materias primas y de riqueza a las potencias coloniales.

No han cambiado mucho las cosas hoy en día. Ya no hablamos de "civilización", sino de "desarrollo", aunque viene a ser lo mismo. Ya no hay administración colonial, pero sí gobiernos de élites corruptas que sirven al nuevo dominio del capitalismo post-colonial. Y como antaño, nos movemos entre la superioridad moral y el paternalismo. Seguimos aspirando a salvar al africano de sí mismo. Y entre tanto, sigue alimentando con sus riquezas nuestro capitalismo de la narcotizante sociedad de consumo.

Resulta laborioso transmitir un discurso en contra del "desarrollo", en tanto su concepción toma forma de categoría fetiche en la praxis de gobiernos, ONGs y agencias internacionales. Sin embargo la crítica al "desarrollo" es más necesaria que nunca, dado que tal como se entiende desde el célebre discurso de Harry Truman el 20 de enero de 1949 (1)hablar de desarrollo es sinónimo de desenvolvimiento de relaciones capitalistas de producción que excluye cualquier posibilidad de un desarrollo endógeno basado en modelos alternativos al capitalismo. Como dice Arturo Escobar (2):
"Pese a estar expresada en términos de metas humanitarias y de la preservación de la libertad, la nueva estrategia [del desarrollo] buscaba un nuevo control de los países y de sus recursos. Se promovía un tipo de desarrollo acorde con las ideas y las expectativas del Occidente poderoso, con aquello que los países occidentales juzgaban como curso normal de evolución y progreso. Como veremos, al conceptualizar el progreso en dichos términos, la estrategia de desarrollo se convirtió en instrumento poderoso para normatizar el mundo. (...) La lenta preparación para el lanzamiento del desarrollo fue tal vez más clara en África que en otras partes. Allí se presentó, como una conexión importante entre la declinación del orden colonial y el nacimiento del desarrollo." 

Una reflexión final

Mencioné el caso del bosquimano disecado de Banyoles como paradigma del imaginario eurocéntrico decimonónico tendente a negar incluso el carácter humano del africano. Considerados presos de una dependencia infantil que incentiva nuestro paternalismo, el desarrollo eurocéntrico y capitalista se contempla como la única medicina que puede salvar a los pueblos africanos. Somos la imagen de una idea de opulencia que ellos envidian y que nosotros mismos nos hemos creído. 

Al respecto, hace tiempo el antropólogo Marshall Sahlins se planteaba en qué consistía una "sociedad de la opulencia" (3). Para ello tomaba como ejemplo precisamente el de los bosquimanos, aquellos africanos cuya humanidad quedaba cuestionada en el s. XIX. A través de su análisis, un provocador Sahlins viene a mostrarnos cómo si queremos encontrar una sociedad de la opulencia no debemos buscarla en nuestra sociedad capitalista, sino en lo que era la vida tradicional (antes de ser aculturizados por el "desarrollo") de pueblos como los bosquimanos africanos o los aborígenes australianos. Te invito a leerlo en una entrada que le dedicamos en este blog: "El concepto de sociedad de la opulencia en Marshall Sahlins. Lecturas breves de Antropología para no iniciados."


Bosquimanos Kung, noreste del desierto del Kalahari 


@VigneVT
Blog del viejo topo

Ir a primera parte: "África y el esmoquin de Yves Saint Laurent".

Notas

(1) Se considera que el discurso de Truman en su toma de posesión como presidente de EE.UU., marcó el inicio del paradigma ideológico sobre el cual se sustentó posteriormente la noción de "desarrollo":
"La doctrina Truman inició una nueva era en la comprensión y el manejo de los asuntos mundiales, en particular de aquellos que se referían a los países económicamente menos avanzados. El propósito era bastante ambicioso: crear las condiciones necesarias para reproducir en todo el mundo los rasgos característicos de las sociedades avanzadas de la época: altos niveles de industrialización y urbanización, tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la producción material y los niveles de vida, y adopción generalizada de la educación y los valores culturales modernos. En concepto de Truman, el capital, la ciencia y la tecnología eran los principales componentes que harían posible tal revolución masiva. Solo así el sueño americano de paz y abundancia podría extenderse a todos los pueblos del planeta." (Escobar, op. cit., pág. 20).
(2) Arturo Escobar: La invención del Tercer Mundo. Construcción y deconstrucción del desarrollo. Pág. 55. Fundación Editorial el perro y la rana, Caracas, Venezuela, 2007 (1ªed.).

La CIA contra el PCI, primer operativo de la Agencia en el mundo. Italia, 1947-1948: elecciones libres al estilo Hollywood.


Por increíble que nos parezca hoy en día, el mito de los comunistas que comen niños, incluso a sus propios hijos, adquirió en las elecciones italianas de 1948 una fuerte difusión por parte del entramado de propaganda de la Iglesias Católica. Imagen: cartel de los Comités Cívicos de la Iglesia en las elecciones italianas de 1948, una campaña de propaganda que fue financiada por la CIA.

Referencia documental:
Original en inglés. Blum, William: "Italy, 1947-1948: Free elections, Hollywood-style", en Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II. Common Courage Press, 2004.
Traducción y edición en castellano. "Italia 1947-1948. Elecciones libres al estilo Hollywood", capítulo 2 de Asesinando la Esperanza. Intervenciones de la CIA y del Ejército de los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial), páginas 31 a 40. Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005. 
Fuente de digitalización y correcciones (cítese y manténgase el hipervínculo en caso de reproducción): blog del viejo topo
Nota del blog: hemos utilizado la traducción cubana que solo existe en edición en papel y que tuvimos que comprar de una librería de segunda mano de EE.UU., específicamente para elaborar esta entrada del blog. Puntualmente introdujimos alguna mejora sintáctica o léxica en la traducción cubana, sin que ello afectase al sentido del texto (aun así han sido retoques marginales en el texto traducido por la Ed. Oriente de Cuba). Para quien desee leer el texto original en inglés, está íntegro en el siguiente pdf:
http://vho.org/aaargh/fran/livres8/BLUMkillinghope.pdf
Imágenes: son añadido nuestro


Izda.: edición original en inglés de Killing Hope
Drcha.: la edición en castellano de Ed. Oriente (Cuba).



Jack Devine, ex Director Asociado de la CIA, afirmó (diario italiano La Stampa): 
"Sin la CIA, el Partido Comunista seguramente habría ganado las elecciones de 1948".
Aquellas elecciones determinaron, en buena medida, la historia política italiana posterior. El papel de la CIA fue clave, en un operativo que significó la puesta de largo de la Agencia en el mundo, al ser la primera operación de la misma como tal, estableciendo además un modus operandi que sería aplicado en otros muchos países. William Blum dedica el segundo capítulo de su libro a lo que sucedió en aquellas elecciones. 

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2. Italia, 1947-1948: elecciones libres al estilo Hollywood.
William Blum


"Aquellos que no crean en la ideología de los Estados Unidos no deben ser autorizados a permanecer en Estados Unidos", declaró el fiscal general estadounidense Tom Clark, en enero de 1948 (1).

En marzo, el Departamento de Justicia, presidido por Clark, determinó que los italianos que no creyeran en la ideología estadounidense no serían autorizados a emigrar, o incluso a entrar en los Estados Unidos.

Esto no era más que una táctica en la notable campaña estadounidense para asegurar que los italianos que no creían en la ideología de los Estados Unidos no pudiesen formar un gobierno de una ideología diferente en Italia en las elecciones de 1948.

Dos años antes, el Partido Comunista Italiano (PCI), una de las más grandes del mundo, y el Partido Socialista (PSI) habían acumulado juntos más votos y más escaños en las elecciones a la Asamblea Constituyente que la Democracia Cristiana. Pero los dos partidos de izquierda habían concurrido con candidatos diferentes y, por tanto, tuvieron que contentarse con algunos puestos ministeriales en un gabinete de coalición bajo un primer ministro demócrata-cristiano. Los resultados, sin embargo, fueron motivo de alarma suficiente para hacer surgir el temor a Marx en la administración Truman.

Para las elecciones de 1948, previstas para el 18 de abril, el PCI y PSI se unieron para formar el Frente Democrático Popular (FDP) y en febrero ganaron las elecciones municipales en Pescara con un 10% más de votos que en 1946. Los demócrata-cristianos alcanzaron un pobre segundo lugar. La perspectiva de que la izquierda se pudiera apropiar del control del Gobierno italiano se hizo más amenazadora que antes.

Fue en este punto cuando Estados Unidos comenzó a probar sus grandes armas económicas y políticas sobre el pueblo italiano. Toda la buena experiencia yanqui, todas las mañas conocidas en Madison Avenue para influir en la opinión pública, toda la parafernalia hollywoodense se pondría en acción en el "mercado seleccionado" como objetivo.

Las acuciantes necesidades internas de Italia, tales como la reforma económica y agraria, cuya ausencia había provocado un abismo extremo entre ricos y pobres, no debían ser los temas del día. Las líneas de fuego se dibujarían en torno a la cuestión de "democracia" contra el "comunismo" (dejando a un lado discretamente la palabra "capitalismo"). El hecho de que los comunistas hubieran sido el único grupo antifascista activo en Italia, y hubieran sufrido duras persecuciones durante la guerra, mientras el gobierno demócrata-cristiano de 1948 y otros opositores electorales de la derecha estaban repletos de colaboradores casi sin barnizar... esto también fue ignorado y de hecho se le dio la vuelta. Ahora era una cuestión de "dictadura" contra el amor de sus adversarios por la "libertad", el cual se daba por descontado. Como ejemplo, un grupo de congresistas norteamericanos visitó Italia en el verano de 1947, y concluyó de manera casual y arbitraria que "el país se encuentra bajo una gran presión desde adentro y afuera para inclinarse hacia la izquierda y adoptar una organización nacional totalitaria y colectivista" (2).

Para dar crédito a todo esto, la imagen completa tenía que ser embutida y ajustada al marco del modo de vida americano contra el modo de vida soviético, una propuesta sin duda impactante para los izquierdistas que se veían a si mismos como italianos y de ninguna manera como rusos o norteamericanos.

En febrero de 1948, después de que los ministros no comunistas en Checoslovaquia boicotearan las reuniones del gabinete en torno a una disputa sobre la política de empleo, el gobierno comunista disolvió el gabinete y tomó el poder. La Voz de América aludió a este hecho reiteradamente como una advertencia para el pueblo italiano del destino que les espera si Italia "se volvía comunista". Sin embargo, según todas las apariencias, el gobierno italiano cristiano-demócrata y el gobierno estadounidense habían conspirado el año anterior en una usurpación el poder incluso más descarada.

En enero de 1947, cuando el primer ministro italiano Alcide de Gasperi visitó Washington invitado por Estados Unidos, su principal preocupación fue suplicar una ayuda financiera decisiva para su país empobrecido y devastado por la guerra. Los funcionarios norteamericanos podían haber tenido una prioridad diferente. Tres días después de regresar a Italia, De Gasperi disolvió su gabinete -que incluía varios comunistas y socialistas- de manera inesperada. La prensa informó que mucho en Italia creían que la acción de De Gasperi guardaba relación con su visita a Estados Unidos y que estaba dirigida a debilitar la influencia de la izquierda en el Gobierno, en particular de los comunistas. Tras dos semanas de tortuosas demoras, se demostró que era imposible la formación de un gobierno de o de centro-derecha, tal como buscaba De Gasperi; el nuevo gabinete tuvo que incluir comunistas y socialistas, aunque la izquierda perdió varias posiciones claves como los ministerios de Relaciones Exteriores y Finanzas. 

A partir de entonces y hasta mayo, cuando el delegado de De Gasperi, Ivan Lombardo, encabezó una misión a Washington para renovar la solicitud de ayuda, los prometidos préstamos fueron "congelados" por Estados Unidos por razones no muy claras. En varias ocasiones durante este período, la izquierda aseguró sus convicciones de que la ayuda estaba condicionada a la expulsión de los izquierdistas del gabinete. El New York Times se sintió obligado a señalar que "algunos observadores aquí creen que un giro más hacia la izquierda en Italia retardaría la ayuda". Tal como se desarrollaron las cosas, el día que Lombardo llegó a Washington, De Gasperi disolvió nuevamente su gabinete y sugirió que el nuevo podría arreglárselas sin la participación de la izquierda. Esto fue precisamente lo que ocurrió, y durante los siguientes meses, una extremadamente generosa ayuda financiera norteamericana fluyó hacia Italia, además de ser cancelada la deuda de 1.000 millones de dólares del país con Estados Unidos (3).

En este mismo período, Francia, que también dependía en gran medida de la ayuda financiera estadounidense, también expulsó a todos sus ministros comunistas del gobierno. En este caso hubo una justificación inmediata: la negativa de los ministros comunistas a apoyar al primer ministro Ramadier en una votación sobre la congelación de salarios. A pesar de esto, la salida de lso ministros fue vista como una "sorpresa" y considerada "atrevida" en Francia, y la opinión generalizada fue que se había hecho presión con los préstamos norteamericanos, o se haría, para obligar a Francia a alinearse con Estados Unidos. Ramadier dijo: "Un poco de nuestra independencia nos abandona con cada préstamo que obtenemos" (4).


*

Al comenzar el último mes de la campaña electoral de 1948, el Times anunció que la posible victoria de la izquierda sería "el principio de la catástrofe" (5).

"Fue sobre todo este miedo [ha escrito William Colby, antiguo director de la CIA] lo que llevó a la formación de la Oficina de Coordinación de Políticas, la cual dio a la CIA la capacidad de asumir operaciones políticas, propagandísticas y paramilitares en el primer lugar(6)Pero las operaciones encubiertas, al menos en lo que se conoce, tuvieron un papel relativamente menor en la campaña norteamericana para quebrar a la izquierda italiana. Fue la manera abierta en que se trabajó, sin ningún tipo tapujo, lo que dio a todo el asunto un sello de singularidad y arrogancia -se diría incluso que de fanfarronería. La suerte del FDP comenzó a decaer con sorprendente aceleración ante una asombrosa movilización de recursos como los siguientes (7):


 Una campaña masiva de cartas de norteamericanos de ascendencia italiana a sus familiares y amigos en Italia - al principio escritas por los individuos con sus propias palabras, o con la guía de "cartas muestra" publicadas en periódicos, y pronto extendidas a cartas impresas y con porte pagado, cablegramas, "circulares adicionales" y afiches, que sólo requerían de una dirección y una firma. Al igual que medio millón de postales -emitidas por un grupo que se llamaba a si mismo Comité para Ayuda a la Democracia en Italia- que ilustraban el terrible destino que esperaba a Italia si votaba por la "dictadura", o incluso la "dictadura extranjera".
En total se calcula que unos 10 millones de caras y postales fueron escritas y distribuidas por periódicos, emisoras de radio, iglesias, la Legión Americana, individuos pudientes, etc.: los anuncios publicitarios de las empresas ofrecían enviar cartas a Italia incluso si las personas no compraban el producto publicitado. Todo esto con la aprobación expresa del secretario de Estado actuante y de la Oficina Postal que inauguró unos "Vuelos de la Libertad" especiales para dar mayor propaganda al despacho de este correo hacia Italia.
Las cartas impresas contenían mensaje tales como: "Una victoria comunista arruinaría a Italia. Estados Unidos retiraría toda la ayuda y probablemente ocurriría una guerra mundial". "Te imploramos que no entregues a nuestra hermosa Italia en manos del cruel déspota del comunismo. Norteamérica no tiene nada en contra del comunismo en Rusia [sic] pero  ¿por qué imponerlo en otros pueblos, otras tierras, y de esa forma apagar la antorcha de la libertad?". "Si las fuerzas de la verdadera democracia perdieran las elecciones en Italia, el Gobierno norteamericano no enviaría más dinero al país y nosotros tampoco enviaríamos más dinero a nuestros familiares".
Estos eran, por supuesto, los mensajes menos sofisticados. Otros ponían el énfasis en que Rusia dominaría a Italia , en la pérdida de la religión y de la vida familiar, pronosticaban la confiscación de las viviendas y las tierras.
El veterano periodista Howard K. Smith señaló en aquel momento: "Para un campesino italiano recibir un telegrama de cualquier lugar es algo extraordinario, y un cable del paraíso terrenal que representa Estados Unidos no es algo que se pueda pasar por alto".
Las cartas de amenazaban con cortar los regalos pueden haber sido igualmente intimidantes.  "Tales cartas [escribió en un periódico italiano un funcionario demócrata cristiano] cayeron sobre el sur de Italia y las aldeas sicilianas con la fuera de un rayo". Una encuesta realizada en 1949 indicaba que 16% de los italianos tenían parientes en Estados Unidos con los que estaban en contacto; a esos hay que añadir los que tenían amistades.

► El Departamento de Estado respaldó las cartas anunciando: "Si los comunistas gann [...] no habría que considerar ningún tipo de asistencia por parte de Estados Unidos". La izquierda italiana se sintió obligada a asegurar a los votantes en reiteradas ocasiones que esto no sucedería en realidad, lo que provocó que los funcionarios norteamericanos, entre ellos el secretario de Estado George Marshall, repitieran su amenaza (Marshall recibió el Premio Nobel de la Paz en 1953).

► Se difundió una serie diaria de emisiones de onda corta hacia Italia, apoyada por el Departamento de Estado y con la participación de prominentes personalidades norteamericanas (el Departamento de Estado estimaa que había 1,2 millones de receptores de onda corta en Italia en 1946). El Fiscal General aseguró por este medio al pueblo italiano que la elección era "un asunto de escoger entre democracia y el comunismo, entre Dios y el ateísmo, entre el orden y el caos". William Donovan, el jefe durante la guerra de la OSS [Nota de blog: agencia precursora de la CIA] alertó que "bajo una dictadura comunista en Italia" muchas de las "industrias de la nación serían desmanteladas y enviadas a Rusia y millones de obreros italianos serían deportados a Rusia para realizar trabajos forzados". Por si esto no fuera suficiente para impresionar a los italianos, un desfile de desconocidos pero apasionados refugiados de Europa del Este pasó ante el micrófono para rememorar historias de horror sobre la vida detrás de "el telón de hierro".


► Varias emisoras comerciales de radio emitieron para Italia los servicios especiales que se realizaban en las iglesias católicas estadounidenses para rogar por el papa en esta "su hora más crítica". En una emisora de onda corta, durante toda una semana, cientos de italo-americanos de todos los ámbitos de la vida pronunciaron discursos de un minuto dirigidos a Italia. La emisora WOV en Nueva York invitó a las italianas que se habían casado con soldados norteamericanos durante la guerra a enviar mensajes a sus familias.



► La Voz de América (VOA) aumentó de manera drástica sus transmisiones diarias hacia Italia y divulgaba noticias acerca de la asistencia norteamericana o gestos de amistad hacia Italia. Una constelación de estrellas del espectáculo, incluyendo a Frank Sinatra y Gary Cooper, grabaron una serie de programas de radio destinados a ganar amigos e influir en el voto en Italia. Se realizaron cinco transmisiones de las amas de casa italo-americanas y también fueron reclutados para la causa algunos italonorteamericanos con credenciales de izquierda. El líder obrero  Luigi Antonini exhortó a los italianos a "aplastar la quinta columna moscovita [que] sigue las órdenes de la tiranía feroz de Moscú" o de lo contrario Italia se convertiría en un "país enemigo totalitario".

Para contrarrestar las acusaciones de los comunistas en Italia sobre la falta de oportunidades de los negros en Estados Unidos, la VOA transmitió la historia de una pareja negra que había hecho una fortuna en el negocio de la chatarra y había construido un hospital para su propia gente en la ciudad de Oklahoma (hay que recordar que en 1948 los negros estadounidenses aún no habían llegado a la condición de ciudadanos de segunda clase).



► Las emisoras italianas transmitieron un show de una hora desde Hollywood destinado a recaudar fondos para los huérfanos de los pilotos italianos muertos en la guerra (no se informó si el mismo se hizo para los huérfanos de los pilotos alemanes).

► Los funcionarios norteamericanos en Italia hicieron una amplia distribución de folletos ensalzando la ayuda económica estadounidense y organizaron exposiciones entre los grupos con bajos ingresos. El Servicio de Información de los Estados Unidos presentó una exposición con el título "El obrero en América" e hizo un amplio uso de películas documentales y largometrajes para vender el estilo de vida americano. Se estima que en el período inmediatamente anterior a las elecciones, más de cinco millones de italianos veían cada semana documentales estadounidenses. El film Ninotchka, que satirizaba la vida en Rusia, fue señalado como una película particularmente eficaz. Fue presentado en los barrios obreros y los comunistas hicieron algunos esfuerzos para impedir su presentación. Después de la elecciones se dijo que un trabajador pro-comunista había comentado que "lo que nos liquidó fue Ninotchka".

► El Departamento de Justicia notificó que a los italianos afiliados al Partido Comunista se les negaría el sueño de tantos italianos, la emigración a América. El Departamento de Estado emitió entonces un decreto que prohibía la entrada en Estados Unidos a cualquier italiano que hubiese votado a favor del Partido Comunista (un telegrama del Departamento dirigido a un político de Nueva York decía: "Votar a los comunistas parece implicar la afiliación al Partido Comunista tal como lo contempla la Ley de Inmigración y por lo tanto, requeriría la exclusión de Estados Unidos"). Se instó a que esta información fuese destacada en las cartas a Italia.

► El presidente Truman acusó a la URSS de planear la subyugación de Europa occidental, y llamó al mundo a recibir entrenamiento militar en Estados Unidos, así como a un nuevo reclutamiento en el servicio militar para detener "el amenazante control comunista y la entronización de estados policiales". Durante la campaña electoral, barcos de guerra norteamericanos y británicos se veían con frecuencia encontrados anclados en puertos italianos. Time, en una edición ampliamente dedicada y comentada sobre Italia unos días antes de las elecciones, dio el visto bueno al sentir que "Estados Unidos debería dejar clara su disposición de usar la fuerza, si fuese necesario, para evitar que Italia se vuelva comunista" (8)

► Estados Unidos e Italia firmaron un tratado de "amistad, comercio y navegación", válido por diez años. Fue el primer tratado de su tipo que asumió EE.UU. después de la guerra, algo que se destacó para consumo italiano.

► Un "Tren de la Amistad" recorrió EE.UU. recogiendo regalos, y luego viajó a través de Italia distribuyéndolos. El tren estaba pintado de rojo, blanco y azul, y llevaba grandes letreros que expresaban la amistad de los ciudadanos norteamericanos hacia el pueblo italiano.

► El gobierno de EE.UU. declaró que favorecería la tutela italiana sobre algunas de sus antiguas colonias africanas, como Etiopía y Libia: una propuesta totalmente descabellada que nunca sería aceptada en el mundo de la postguerra (la URSS hizo una propuesta similar).

► Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia maniobraron en pos de que la URSS vetara por tercera vez una moción para que Italia fuese admitida en las Naciones Unidas (la primera negativa rusa se basó en que no se había firmado aún un tratado de paz con Italia. Después de la firma del mismo en 1947, plantearon que aceptarían la propuesta si se hacía miembros también a otros del bando enemigo en la guerra como Bulgaria, Hungría y Rumanía).

► Los mismos tres aliados propusieron a la URSS que se llevaran a cabo negociaciones para devolver Trieste a Italia. Trieste, que era el principal puerto italiano en la costa adriática, en la frontera de Yugoslavia, había sido convertido en "ciudad libre" por el tratado de paz de las potencias aliadas. an a cabo con el fin de regresar a Italia Trieste. La aprobación de la URSS era necesaria para alterar esto, y la propuesta occidental tenía la finalidad de poner en evidencia a los rusos. Los italianos tenían un intenso apego sentimental con Trieste, y si los rusos rechazaron la propuesta los comunistas italianos se verían en una posición difícil. La aceptación soviética conllevaría el antogonismo de sus aliados yugoslavos en cuya frontera se hallaba el puerto. Para los soviéticos el camino más seguro y obvio habría sido retrasar su respuesta hasta después de las elecciones. Sin embargo, optaron por anunciar su rechazo cinco días antes de las mismas, con lo que pusieron otro clavo en el ataúd del FDP.

► Un "Manifiesto de la Paz a los italianos amantes de la libertad", que llamaban a rechazar el comunismo, fue enviado al primer ministro De Gasperi. Enre los firmantes estaban dos ex-secretarios de Estado, un ex-fiscal general, un antiguo juez del Tribunal Supremo, un ex-gobernador de Nueva York, la antigua primera dama Eleanor Roosevelt y muchos otros personajes prominentes. Este mensaje fue, al parecer, adecuadamente publicitado por toda Italia, una tarea fácil pues el 82% de los periódicos italianos estaban en manos de los enemigos de la izquierda.

► Más de 200 líderes sindicales de origen italiano sostuvieron una conferencia, originada por un cable enviado a 23 diarios en toda Italia en el que se urgía en términos similares a inclinar el pulgar hacia abajo a los rojos. Al mismo tiempo, el Consejo de Trabajadores Italoamericanos contribuyó con 50.000 dólares a las organizaciones sindicales anti-comunistas en Italia. La CIA ya estaba entregando fondos en secreto a estos sindicatos para contrarrestar la influencia de los sindicatos comunistas (9), pero ésta una práctica corriente y no tenía relación con las elecciones (según ex-oficial de la CIA, en 1945 los comunistas estuvieron a punto de hacerse con el control de los sindicatos, primero en Sicilia y luego en toda Italia y sur de Francia, pero la cooperación entre la OSS y la mafia frustró este movimiento) (10)

► La CIA, según admitió más tarde, dio un millón de dólares a partidos italianos del centro, una suma digna de un rey de Italia de 1948 (11), aunque otros informes sitúan la cifra en 10 millones. La Agencia también falsificó documentos y cartas supuestamente provenientes del PCI para desacreditar a este partido y a sus líderes; libros y artículos anónimos elaborados por la CIA contaban con gran detalle las supuestas actividades comunistas en Europa del Este y la URSS; se divulgaban folletos con la vida personal y sexual de los candidatos del PCI, presentados con retoques fascistas y antirreligiosos (12)

► Un grupo musical norteamericano, que incluía famosos instrumentistas de origen italiano, viajó a Roma para dar una serie de conciertos.

► El presidente Truman entregó, un mes antes de las elecciones, 29 barcos mercantes al gobierno italiano como "gesto de amistad y confianza en la Italia democrática" (en realidad se trataban de buques italianos capturados e incautados durante la guerra y otros para reponer a los que se habían perdido tras ser capturados).

► Cuatro días después, el Comité de Asignaciones de la Cámara actuó con gran rapidez para aprobar una "ayuda interina" adicional de casi 19 millones de dólares para Italia.

► Dos semanas más tarde, EE.UU. entregó a Italia 4.300.000 dólares como primer pago de los salarios adeudados a los 60.000 ex-prisioneros de guerra italianos que habían trabajado "voluntariamente" para la causa aliada. Esto provino de una revisión del tratado de paz que estipulaba que el Gobierno italiano fue responsable de dichos pagos.

► Seis días antes de las elecciones, el Departamento de Estado hizo público que Italia recibiría en breve 31 millones de dólares en oro como devolución por el oro robado por los nazis (el hecho de que sólo unos pocos años antes, Italia había peleado junto con los nazis en el bando enemigo parecía ahora un vago recuerdo).

► Dos días más tarde, el Gobierno de EE.UU. autorizó dos nuevos grandes cargamentos de alimentos hacia Italia, uno de ellos por valor de 8 millones de dólares en granos. Un número de barcos de ayuda habían sido descargados en Italia durante la campaña electoral en medio de grandes ceremoniales y discursos  del embajador norteamericano.
En un gran cartel se podía leer: "El pan que comemos: 40% harina italiana y 60% harina estadounidense enviada gratis". El cartel olvidaba aclarar si el dinero ahorrado iba en beneficio del consumidor o de los bolsillos de las empresas panaderas.

► Cuatro días antes de las elecciones, la Comisión Estadounidense para la Restauración de Monumentos italianos, Inc., anunció una serie adicional de subvenciones al Ministerio de Bellas Artes de Italia.

► 15 de abril fue designado "Día de Italia Libre" por los simpatizantes estadounidenses de una Italia Libre, con actividades para realizar en todo el país.

► El embajador de Estados Unidos, James Clement Dunn, viajó constantemente a lo largo de Italia explicando a la población "lo que ha representado para ellos la ayuda norteamericana en cada ocasión". Con la última entrega de alimentos, Dunn declaró que el pueblo estadounidense estaba salvando a Italia del hambre, el caos y la posible dominación extranjera. Sus discursos normalmente recibían por lo general una amplia cobertura de la prensa no izquierdista. Como contraste, el Gobierno italiano prohibió a varios de sus propios embajadores en el extranjero, que regresasen al país para hacer campaña en favor del FDP.


*

En su histórico discurso del 12 de marzo de 1947, más tarde conocido como la "Doctrina Truman", el presidente había proclamado:
"Creo que debe ser política de los Estados Unidos apoyar a los pueblos libres que están resistiendo los intentos de subyugación de minorías armadas o las presiones extranjeras. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a decidir sus destinos según su propia manera" (13).
No creo que sea necesario destacar cuán hipócrita demostró ser esta premisa, pero las voces que alzaban en EE.UU. contra la cruzada de su Gobierno en Italia eran pocas y apenas audibles por encima del rugido. El Comité Italiano-Americana para las Elecciones Libres en Italia emitió un comunicado para denunciar la invasión propagandística, declarando que: "Miles de estadounidenses de origen italiano se sienten profundamente humillados por el flujo continuo de sugerencias, consejos y presiones dirigidas a los italianos como si estos fuesen incapaces de decidir por sí mismos a quién elegir" (14).

El Partido Progresista también emitió un comunicado que señalaba: "Como estadounidenses repudiamos la amenaza de nuestro Gobierno de cortar la ayuda en alimentos a Italia a menos que las elecciones sean de nuestro agrado. Los niños hambrientos no deben quedar sin comida porque sus padres no hayan votado tal como se les ordenó desde el extranjero" (15).  El candidato de este partido a la presidencia en 1948 era Henry Wallace, el antiguo vice-presidente, quien se había expresado públicamente en defensa de una verdadera distensión con la Unión Soviética. La Historia no dio oportunidad de comprobar cuál hubiera sido la reacción -entre aquellos que no encontraban nada malo en lo que Estados Unidos estaba haciendo en Italia- si una campaña similar hubiera sido llevada a cabo por parte de la URSS, o de la izquierda italiana, en favor de Wallace en Estados Unidos.

*

Aunque algunos italianos deben haber estado convencidos, por momentos, de que el propio Stalin era el candidato principal del FDP, la intervención soviética real en las elecciones apenas merece un solo titular. La prensa norteamericana especulaba que los rusos enviaban chorros de dinero a las arcas del Partido Comunista (PCI). Sin embargo, una encuesta realizada por la Oficina Italiana de la Unión de Prensa reveló que los partidos anticomunistas tuvieron gastos siete veces y media mayores que el FDP en todas las formas de propaganda; solo los demócrata-cristianos llegaron a gastar cuatro veces más (16). En lo que concierne a otras acciones soviéticas, Howard K. Smith realizó la siguiente observación:
Los rusos trataron de responder con algunos débiles gestos durante un tiempo: algunos prisioneros de guerra italianos fueron liberados; se enviaron algunos equipos de impresión a Italia y fueron ofrecidos a todos los partidos para sus campañas. Pero no había manera de resistir a lo que cada vez semejaba más una gigantesca ola [nota blog: maremoto]. Hay evidencias de que los rusos consideraron que el show se encarnizaba demasiado con ellos y llegaron a temer la reacción de norteamericanos y británicos en caso de una victoria comunista en las urnas para ellos y en realidad se convirtió en aprensión de lo que podría ser la reacción estadounidense y británica a una victoria comunista en las urnas. (La preocupación de Rusia acerca del conflicto con Occidente fue expresada también a un mes de las elecciones italianas, en una de las célebres cartas del Cominform a Tito, en la cual se acusaba a los yugoslavos de tratar de involucrar a los soviéticos en un enfrentamiento con las potencias occidentales, cuando "debería ser bien conocido [...] que la URSS, después de una guerra tan terrible, no podría comenzar una nueva".(17)
La evidencia a la que alude Smith fue el rechazo soviético a la propuesta sobre Trieste. Dado el momento en que se produjo, informaba el New York Times"el inesperado procedimiento llevó a varios observadores a concluir que los rusos habían tirado al Partido Comunista Italiano por la borda" (18)El periódico del partido pasó un momento difícil al conocer la noticia, pero lo mismo le sucedió a Washington, pues contradecía la principal premisa fundamental de su campaña en Italia: que el PCI y la URSS eran uno solo en cuanto a sus fines y medios; que si usted compraba uno, obtenía también al otro. De modo que se adelantó la idea de que quizás la negativa soviética era una táctica para demostrar que EE.UU. no cumpliría su promesa en Trieste. Pero el anuncio soviético no había ido acompañado de propaganda en tal sentido, y no explicaría por qué los rusos habían esperado varias semanas para justo antes de las elecciones asestar este golpe a sus camaradas italianos. En cualquier caso, EE.UU. sólo podía salir del asunto mucho mejor parado que los rusos. 

Para cuando finalizó el espectáculo de Broadway en Italia, los demócrata-cristianos aparecían como los claros ganadores con un 48% de los votos. La coalición de izquierda había sido completamente humillada con apenas un 31% de los votos. Había sido una cruzada como la que Aneurin Bevan atribuyera a los conservadores en Gran Bretaña: "Todo la pericia de la política conservadora en el siglo XX [escribió el líder laborista británico] ha sido desplegada para permitir a los ricos persuadir a los pobres de utilizar su libertad política para mantener a los ricos en el poder".  



William Blum
Capítulo 2 del libro Asesinando la esperanza, págs. 31 a 40
Fuente de la digitalización y correcciones: blog del viejo topo
Las imágenes y negrita son añadido nuestro




Notas
(1) En el discurso pronunciado ante el Cathedral Club Brooklyn, el 15 de enero de 1948, citado en David Caute: The Great Fear: The Anti-Communist Purge Under Truman and Eisenhower. Simon and Schuster, New York, 1979, p. 15.
(2) Robert T. Holt y Rober W. van de Velde: Strategic Psychological Operations and American Eisenhower. Simon and Chuster, New York, 1979, p. 15.
(3) Sobre la disolución del gabinete: New York Times, 21 de enero de 1947, p. 5; 26 de enero, p. 37; 3 de febrero, p. 1; 5 de mayo, p. 13; 14 de mayo; 29 de mayo, p. 3; 2 de junio, p. 24.
(4) New York Times, 5 de mayo de 1947, p. 1; 11 de mayo, IV, p. 5; 14 de mayo, pp. 14 y 24; 17 de mayo, p. 8; 18 de mayo, IV, p. 4; 20 de mayo, p. 2; Howard K. Smith: The State of Europe. Londres, 1950, p. 151 (incluye la cita de Ramadier que aparece también en New York Times, 20 de mayo).
(5) Time, 22 de marzo de 1948, p. 35.
(6) William Colby: Honorable Men: My Life in the CIA. New York, 1978, p. 109.
(7) A menos que se indique otra cosa, los acápites enumerados a continuación se derivan de las siguientes fuentes:
a) New York Times, 16 de marzo a 18 de abril de 1948, passim.
b) Howard K. Smith, pp. 198-219.
c) William E. Daugherty y Morris Janowitz: A Psychological Warfare Casebook. John Hopkins Press, Baltimore, 1948, pp. 319-326.
d) Holt y Van de Velde, pp. 159-205.
e) E. Edda Martínez y Edward A. Suchman: "Letters from America and the 1948 Elections in Italy", en The Public Opinion Quarterly, Princeton University, primavera de 1950, pp. 111-125.
(8) Citado en Smith, p. 202, sin dar fecha.
(9) Tom Braden: "I'm Glad the CIA is 'Inmoral'", en Saturday Evening Post, 20 de mayo de 1967. Braden había sido un alto oficial de la Agencia.
(10) Miles Copeland: Without Cloak and Dagger. New York, 1974, pp. 235-236; también publicado como The Real Spy World
(11) Memorándum de la CIA al Comité 40 (Consejo Nacional de Seguridad), presentado al Comité Selecto sobre Inteligencia, la Cámara de Representantes (el Comité Pike) durante audiencias privadas efectuadas en 1975. El grueso del informe del comité en el que aparece este memorándum fue filtrado a la prensa en febrero de 1976 y apareció por primera vez en forma de libro con el título: CIA - The Pike Report, Nottingham, Inglaterra, 1977. El memorándum aparece en las páginas 204-205 de este libro. Ver también notas sobre Iraq.
(12) Stephen Goode: The CIA. Franklin Watts, Inc., New York, 1982, p. 45; William R. Corson: The Armies of Ignorance: The Rise of the American Intelligence Empire. The Dial Press, New York, 1977, pp. 298-299. Corson tuvo una larga carrera en la inteligencia militar y fue secretario personal del Grupo Especial Conjunto DOD-CIA sobre Contrainsurgencia R & D del presidente.
(13) Public Papers of the President of the United States: Harry S. Truman, 1947. U.S. Government Printing Office, Washington, 1963, pp. 178-179. 
(14) New York Times, 8 de abril de 1948.
(15) Ibíd., 12 de abril de 1948.
(16) Smith, p. 200.
(17) Ibíd., p. 202.
(18) New York Times, 15 de abril de 1948.



Textos de William Blum en castellano en otros sitios.

Web personal del autor

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Índice del libro
(Los capítulos con hipevínculo están publicados en el blog; pulsa sobre ellos para acceder al contenido)

5. Corea 1945-1953: ¿fue todo lo que pareció ser?
6. Albania 1949-1953: el correcto espía inglés.
7. Europa del Este 1948-1956: operación factor fragmentante.
l0. Guatemala 1953-1954. Con el mundo por testigo.
11. Costa Rica. Mediados de los 50. Tratando de derribar a un aliado. Parte I.
12. Siria 1956-l957. Comprando un nuevo gobierno.
13. Medio Oriente 1957-1958. La Doctrina Eisenhower reclama otro patio para Norteamérica.
16. Guayana Británica 1953-l964. La mafia sindical internacional de la CIA.
20. Camboya 1955-1973. El príncipe Sihanouk camina en al cuerda floja de la neutralidad.
21. Laos 1957-1973. L’Armée Clandestine.
22. Haítí 1959-1963. Los marines desembarcan de nuevo.
23. Guatemala 1960. Un buen golpe merece otro.
24. Francia-Argelia. Años 60. L’état, c’est la CIA (El Estado es al CIA).
26. El Congo 1960-1964. El asesinato de Patricio Lumumba.
27. Brasil 1961-1964. Presentando el maravilloso mundo de los Escuadrones de la Muerte.
28. Perú 1960-1965. Fort Bragg se traslada a al selva.
29. República Dominicana 1960-1966. Deshacerse de la democracia para salvarla del comunismo.
32. Ghana 1966. Kwane Nkrumah se sale de la línea.
33. Uruguay 1964-1970. Tortura, tan norteamericana como el pastel de manzana.
36. Bolivia 1964-l975. Tras la huella del Che Guevara en la tierra del coup d´état.
37. Guatemala. 1962 hasta los 80. Una “solución final” menos publicada.
38. Costa Rica 1970-1971. Tratando de derribar a un aliado, parte II.
39. lraq 1972-1975. Las acciones encubiertas no deben ser confundidas con trabajo de misioneros.
40. Australia 1973-1975. Otra elección libre que muerde el polvo.
4l. Angola. 1975 hasta los años 80. El juego de póker de las grandes potencias.
42. Zaire 1975-1978. Mobutu y la CIA, un matrimonio hecho en el cielo.
43. Jamaica 1976-1980. El ultimátum de Kissinger.
45. Granada 1979-1984. La mentira, una de las pocas industrias surgidas en Washington. 
46. Marruecos 1983. Una jugada sucia con vídeo.
47. Surinam 1982-1984. Una vez más el famoso cubano.
48. Libia 1981-1989. Ronald Reagan encuentra la horma de su zapato.
50. Panamá 1969-1991. Traicionando a nuestro suministrador de drogas.
52. Iraq 1990-1991. El holocausto del desierto.
54. El Salvador 1980-1994. Derechos humanos al estilo de Washington.
55. Haití 1986-1994. ¿Quién me librará de este cura revoltoso?
Notas 
Anexo 1. Así es como circula el dinero.