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jueves, 16 de marzo de 2017

La falacia burguesa de la libertad de información y el proceso de concentración de capital en la industria mediática.


Viñeta de Mannfred Salmon

Uno de los grandes éxitos de la ideología dominante es el de convencernos que las libertades y derechos formales de la democracia burguesa son reales. Lenin expresó a la perfección este engaño, en un aforismo muy popular sacado de su obra El Estado y la Revolución:
 "La libertad de la sociedad capitalista sigue siendo, y es siempre, poco más o menos, lo que era la libertad en las antiguas repúblicas de Grecia: libertad para los esclavistas"
Sin embargo vivimos la ficción como real, y es que los mecanismos de dominación ideológica son sutiles y poderosos.

Entre todas las libertades reconocidas por la democracia burguesa, sin duda una de las más esperpénticas y falaces es lo que conocemos como "libertad de prensa" o "libertad de información". Se nos vende como libertad y derecho a una información fidedigna y solvente. La extensísima lista de periódicos y cadenas de radio y TV, es presentada como prueba indiscutible de que existe una pluralidad que garantiza la diversidad de puntos de vista. Pero en las cuestiones decisivas que más afectan a nuestras vidas, los mensajes emitidos por esa supuesta "pluralidad" son unívocos, van en la misma dirección siempre. Y no puede ser de otra forma: los medios son propiedad del Capital. Al final, la supuesta pluralidad no es más que un engaño retórico, en tanto que el discurso de los medios es único y refuerza el pensamiento único en los aspectos fundamentales. En lo importante, todos los medios van a coro. Evidentemente esa libertad de información es un privilegio exclusivo de los propietarios de los medios, es decir, del Capital.

A.J. Liebling  (1904-1963, Nueva York) sintetizó hace muchos años lo anterior al escribir en New Yorker (14-05-1960, p. 105-12): "La libertad de prensa está garantizada sólo para aquellos que poseen una" (1)Liebling también nos legó una perla sarcástica sobre la desinformación de los medios que en teoría informan, al decir "La gente de todo el mundo confunde lo que leen en los periódicos con las noticias". A su manera y más recientemente, el popular actor afroamericano Denzel Washington, incidía en algo parecido, al declarar el pasado mes de diciembre"Si no lees los periódicos, no estás informado. Si lees los periódicos, estás mal informado".

La inexorable ley de hierro de la que Marx hablaba, por la cual el capital tiende a concentrarse cada vez en menos manos, afecta también -lógicamente- a las empresas de comunicación. En este sentido, la revista mexicana Contralínea, en colaboración con Red Voltaire, acaba de publicar un artículo titulado "El nuevo orden mediático mundial". Tengo mis dudas de que pueda hablarse de ese "nuevo orden mediático mundial" tal como plantea el artículo. Posiblemente sea una afirmación muy del gusto de Thierry Meyssan, cabeza de Red Voltaire (un periodista sobre el que aconsejo prudencia y cierta distancia, por mucho que gusten y se compartan algunos o muchos de los análisis que realiza). Pero ese "nuevo orden" en realidad es muy viejo, ha existido siempre con el capitalismo, con la salvedad de que el proceso de acumulación de capital actúa también en las corporaciones mediáticas, de forma que cada vez son menos. Esto último está bien explicado en el artículo y me parece correcto, pero sus autores erran al querer presentar como novedoso lo que no es nuevo. Veamos un par de afirmaciones discutibles en el texto publicado en Contralínea:
  1. "En sólo meses, el contenido de los medios de difusión nacionales e internacionales ha sufrido un profundo cambio en Occidente. (...) Simultáneamente, el contenido de los medios se transforma. El año pasado todavía mostraban cierta lógica y tendencia a la objetividad. Y se aportaban mutuamente la contradicción en una sana emulación. Ahora actúan como manada, basan su coherencia en la manipulación de emociones y arremeten con saña contra las personas a las que denuncian."
  2. "Esta manera de proceder viola el principio del pluralismo, elemento básico de la democracia, y abre el camino a la imposición de una sociedad totalitaria."
¿Podría explicarnos Contralínea y Red Voltaire cuándo ha existido pluralismo informativo, respecto a las cuestiones básicas, en los medios burgueses? 

¿De verdad hasta hace unos meses los medios capitalistas "mostraban cierta lógica y tendencia a la objetividad" y ahora la han perdido de repente? 

Personalmente, tales afirmaciones me parecen poco serias. Al final, Contralínea y Red Voltaire lo que están vendiendo es la falacia de que puede haber "verdadera democracia" en una democracia burguesa. Si realmente fuesen dos medios socialistas - que en absoluto lo son, por muy majetes que nos resulten-, se darían cuenta que aquello que ahora creen percibir, viene dándose desde la Revolución de Octubre de 1917, cuando se inició la cruzada mediática burguesa contra los comunistas en todo el mundo.

Pero dejando de lado desacuerdos con el artículo, decía que hay una parte que me parece interesante. Paso a reproducirla:
Desde hace alrededor de 40 años puede verse un reagrupamiento paulatino de los medios de difusión en trusts internacionales. Hoy en día, más de dos terceras partes de la prensa occidental pertenece a sólo 14 grupos (21st Century Fox, Bertelsmann, CBS Corporation, Comcast, Hearst Corporation, Lagardère Group, News Corp, Organizações Globo, Sony, Televisa, The Walt Disney Company, Time Warner, Viacom y Vivendi). En este momento, la alianza montada entre Google Media Lab y First Draft está creando vínculos entre esos grupos, que ya se hallaban en posición dominante. 
En ese acuerdo mediático están además las tres principales agencias de prensa del planeta –Associated Press (AP), la Agence France-Presse (AFP) y Reuters–, lo cual le garantiza una posición hegemónica en materia de información. (...) 
Puede observarse que todos los miembros –sin excepción– del acuerdo de Google ya han venido presentando, durante los últimos 6 años, una visión unívoca de lo que sucede en el Oriente Medio ampliado. Pero no existía entre ellos ninguna forma de concertación previa… O no se conocía. Es interesante ver que en ese acuerdo también se encuentran cinco de las seis televisiones internacionales que participaron en el equipo de propaganda de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Al-Jazeera, BBC, CNN, France24 y Sky; sólo parece faltar Al-Arabiya).
En Estados Unidos, Francia y Alemania, Google y First Draft (expresión del inglés que significa “primer borrador” o “versión uno”) han reunido bajo su tutela medios localmente presentes en esos países y medios de alcance internacional, supuestamente para “verificar” la veracidad de ciertos argumentos. Además de que se desconoce quién se esconde detrás de First Draft y qué intereses han llevado a una firma comercial especializada en informática a asumir el financiamiento de esta iniciativa, lo cierto es que el resultado no tiene mucho que ver con un regreso a la objetividad.
El que desee leer el artículo completo, puede hacerlo pulsando aquí: "El nuevo orden mediático mundial".

Quedémonos con unas cuantas cosas importantes, sin caer en conspiranoias:
  1. La mayor parte de la "información" que nos llega procede en realidad de pocas fuentes, pese a que percibamos que existen muchos medios de comunicación. La diversidad que creemos percibir no es real. La pluralidad es un imaginario social incubado por la ideología dominante.
  2. Tales fuentes están controladas por el Capital y obedecen, lógicamente, a los intereses del Capital. Esto viene blindado por la propiedad privada de los medios de comunicación.
  3. El proceso de concentración de capital, afecta también a las corporaciones mediáticas. No puede ser de otra forma.
  4. El mensaje unívoco transmitido, en relación con las dimensiones fundamentales de la vida social, política y económica, en absoluto es algo nuevo. En términos marxistas, forma parte de los mecanismos de reproducción de la ideología dominante desde siempre.  
No está de más recordarlo cuando el locutor del telediario de turno, cierre el programa de noticias diciéndonos: "Así ha sucedido y así se lo hemos contado”.

Un tema importante que dejamos para otro día, y del que prácticamente nadie habla, es el de la "soberanía informativa". Habrá tiempo de abordarlo en este blog

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Notas

(1) Esta afirmación realista de A.J. Liebling, viene a mostrar la retórica vacía del artículo 19 de lDeclaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la ONU el 10 de diciembre de 1948: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."

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