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martes, 26 de febrero de 2013

El estado del bienestar: ¿crisis o fin del mismo? (1 de 2)

"Por supuesto que existe la lucha de clases,
 y mi clase la está ganando"
Warren Buffett (considerado el cuarto
hombre más rico del mundo)


La crisis del estado del bienestar o la crónica de una crisis sistémica anunciada

Para temblar: Mario Draghi decía que el 
estado del bienestar en Europa ha llegado a su fin.

En una reciente entrevista de radio realizada a Alberto Garzón (diputado de Izquierda Unida), éste recordaba unas declaraciones del ultraliberal Mario Draghi efectuadas hace algo más de un año. Lo más importante es que Garzón recordaba una afirmación del presidente del BCE que en su momento sorprendentemente pasó bastante por alto en los medios. Venía a decir Draghi, por entonces, que el estado del bienestar en Europa había llegado a su fin

Vicenç Navarro y otros autores han escrito posteriormente sobre esta frívola  declaración de Draghi que recordaba hace nada Garzón en la radio. Por el rastreo de fuentes que hicimos, está contenida en la entrevista que le hace el Wall Street Journal al presidente del BCE el 24 de febrero de 2012. Toda una declaración de guerra de clases, expresada con claridad, que debiera hacer recapacitar a los más aferrados votantes del PSOE para que abandonen su obstinada defensa electoral del socioliberalismo, para pasar a dar su apoyo  o bien al frente de izquierdas que hoy en día representa IU, o bien a las opciones nacionalistas de izquierdas que también existen. En plena guerra de clases como la que estamos viviendo, es socialmente suicida seguir apoyando opciones interclasistas y socioliberales.

Draghi con Guindos. Entre lobos se entienden.
Mario Draghi es uno de estos ilustres personajes que resultan  especialmente venenosos para la clase trabajadora y para la ciudadanía en general. Es un apóstol del neoliberalismo al más puro estilo predicado por la secta de los economistas seguidores del profeta del capitalismo salvaje, el Sr. Milton Friedman. 

Lo grave de las declaraciones de Draghi, es que éste es el presidente del BCE. Este hecho otorga verosimilitud a las intenciones que contienen sus declaraciones, intenciones que están en consonancia con los intereses que el propio Draghi representa (la gran burguesía capitalista). En el fondo vino a expresar el objetivo militar de esta oligarquía, una meta marcada y planificada en su hoja de ruta desde hace mucho años, desde bastante antes del comienzo de la crisis sistémica actual. Basta hojear el currículo de Draghi para darnos cuenta de que la cosa va en serio, que ni él ni la élite social, cuyos intereses defiende y representa, van de farol. Sugerimos un vistazo a su currículo en la wikipedia, ya que clarifica muy bien el tipo de bestia depredadora que es Mario Draghi.

Desde luego, el futuro que dibuja Draghi al dictar sentencia de muerte para el estado del bienestar, es lúgubre, dantesco, terrorífico. Nuestra burguesía nos ha despertado del sueño, una vez que dejado de existir aquello que tanto miedo le daba (el bloque socialista). Nos despierta de nuestro sueño para poder hacer realidad su sueño.

Pero, ¿cómo fue la gestación, parto y desarrollo de esa criatura con rostro hermoso y mofletes de buena persona, llamada estado del bienestar, a quien la burguesía capitalista quiere ahora aplicar la eutanasia (o mejor dicho, la está aplicando ya)? Retrocedamos en el tiempo.


Los componentes productivo y especulativo de la economía capitalista

Fijemos una cuestión que no deja de ser una perogrullada, pero que por desgracia no está suficientemente clara en la cabeza de la gente: la dicotomía producción / especulacion.

El modo de producción capitalista evoluciona a partir de un software estructural, de un sistema operativo que marca sus propias leyes y márgenes de maniobra, sin los cuales dejaría de ser capitalismo. Pero como proceso sigue un desarrollo temporal y espacial desigual. 

Actividad bursátil en el s. XIX
Especulación y producción, economía especulativa y economía productiva, han formado siempre parte del capitalismo desde sus inicios hasta hoy. Ahora bien, han sido dos elementos combinados en diferentes dosis o proporciones dentro de la economía capitalista, según las fases y geografía de expansión de ésta; es decir, en función de las coordenadas espacio-temporales de su desarrollo. 

En sus comienzos y de manera general, el componente productivo - la economía productiva real - tenía una importancia máxima en relación con el componente especulativo. Pero en su devenir, el capitalismo ha ido rebajando, en los países dominantes, la importancia del componente productivo y aumentando el papel del especulativo. Es el caso de los países de la UE.

Ahora bien, mientras que en los países que fueron los ejes del desarrollo capitalista en el pasado, se fue dando esta evolución inversamente proporcional de sus componentes productivo-especulativo, a medida que el proceso de globalización ha ido avanzando, el ingrediente productivo de la economía capitalista se ha ido concentrando cada vez más en otros escenarios, caso de los llamados países emergentestigres asiáticos, etc. Es eso que tantas veces se ha llamado deslocalización de los procesos productivos, aunque tiene que ver con más cosas que con la simple deslocalización.


La creación del estado del bienestar en Europa sobre la base de un capitalismo todavía muy basado en la economía productiva real

Keynes
El estado del bienestar en Europa comienza a desarrollarse bajo un capitalismo todavía fuertemente sustentado en una economía productiva real, en un crecimiento económico fundamentado sobre esta última. La posguerra europea vino acompañada de un ciclo intensamente expansivo de la economía productiva. Este crecimiento permitió crear el estado del bienestarsiendo su base de financiación y dándose además una dinámica de feedback: el desarrollo del estado del bienestar incrementaba todavía más el crecimiento de la economía productiva, siguiendo la lógica que Keynes había señalado; y este crecimiento permitía seguir ampliando a su vez el estado del bienestar. Una lógica que funcionó en tanto que existían posibilidades para la expansión del tejido productivo real. Es importante tener esto último en cuenta para lo que más tarde comentaremos.

Recordemos que las políticas keynesianas carecen de sentido si no existe la posibilidad real de hacer crecer el tejido productivo. El éxito de las políticas keynesianas se basan en el feedback antes señalado. El estímulo genera una respuesta productiva, pero debe existir potencialmente tal capacidad de respuesta. En el período en que se crea el estado del bienestar, existía esa capacidad.

Un estado del bienestar que nacía además como contestación al peligro de la expansión del socialismo. El Welfare State fue fruto de un consenso general de las fuerzas políticas sistémicas (no sólo de los socialdemócratas como a los publicistas de esta corriente política les gusta exhibir): demócrata-cristianos, liberales, socialdemócratas, conservadores… Constituyó un gran pacto sistémico para garantizar la paz social. La oligarquía capitalista, a cambio de esa paz social que frenaba la amenaza rojaaceptó incorporar en el nuevo modelo elementos que eran característicos de un sistema socialista: educación gratuita y universal, sistema de pensiones, sanidad al alcance de todos, derechos laborales, todo tipo de coberturas socio asistenciales, etc. Es decir, aquello que acabó por dibujar los pilares del estado del bienestar. Y todo ello requería de una base de financiación que, insisto, existía en aquel momento: el ciclo expansivo de la economía productiva de la que antes hablamos.


Noviazgo y boda de la socialdemocracia con el capitalismo

Willy Brandt y Richard Nixon en 1971
Momento histórico en el que la socialdemocracia va a cometer uno de sus más grandes errores: el abandono de la meta del socialismo democrático como modelo deseable, acompañado de la aceptación de un capitalismo basado en el estado del bienestar como meta última de la política socialdemócrata. Modelo que además se consideraba: A) que podía ser incluso mejorado, B) que podía ser exportado a lo que entonces se llamaba Tercer Mundo. Es decir, la ficción de que el modelo podía y debía ser implantado en los países de la periferia geopolítica. Ficción ésta - la de la exportabilidad del estado del bienestar - que todavía mantiene hoy en día el PSOE en España, a pesar de todo lo que está cayendo.  

Enrico Berlinger, secretario general del PCI (1972-1984)
En otras palabras, si para los comunistas de la Europa occidental, el estado del bienestar era apenas una transición o un instrumento para seguir avanzando en la consecución del socialismo mediante procedimientos democráticos que además resultasen socialmente no traumáticos, para los socialdemócratas el estado del bienestar era el punto de llegada. Únicamente había que preocuparse, según la propuesta socialdemócrata, de pulir el modelo, mejorarlo en algunas cosas…, pero en sí resultaba la negación de cualquier posibilidad de transición que tuviese por objetivo superar el capitalismo.

Es el momento en que, en virtud del gran pacto social con los representantes políticos de la oligarquía capitalista (las fuerzas políticas conservadoras), la socialdemocracia pasa  a desempeñar su más triste papel en el teatro de la Historia: el de convertirse en comadrona de los partos difíciles del capitalismo (1). Si Dante Alighieri viviese hoy y escribiera La Divina Comedia ahora, sin duda la socialdemocracia tendría un puesto reservado en su Inferno.

Pero fue una etapa de euforia social, basada en la creación de la sociedad de consumo de masas, finalmente transformada en una adormilera de la conciencia de clase de los trabajadores. Una sociedad de consumo que convirtió a nuestra clase trabajadora en una meretriz de alto standing en comparación con las sufridas y explotadas clases trabajadora y campesina del Tercer Mundo. Poco importaban problemas como los límites del crecimiento desde el punto de vista medioambiental y de agotamiento de recursos. Poco importaba que hubiese un nexo entre el bienestar europeo y la explotación y expolio de los países del Tercer Mundo a través del sistema de relaciones que imponía el post-colonialismo. Además, la buena conciencia europea, cerraba los ojos ante hechos como la barbarie ejercida por dictaduras que el imperio norteamericano apadrinaba en regiones como América Latina. Era el mundo feliz y en consonancia con él, el capitalismo es rebautizado para recibir nombre de santo en el seno de la sagrada iglesia del capital: pasa a llamarse economía social de mercado. Y la socialdemocracia, elevada a cardenal de la curia de dicha iglesia, pasa a gozar de los beneficios políticos de tal cargo, al ser investida con los óleos sagrados que le otorgaban el monopolio práctico de la izquierda electoral, toda vez que potentes medios de comunicación sistémicos harían el trabajo sucio de eliminar cualquier competencia que viniese de la izquierda política real. 

Y el vals sonaba en los salones del mundo feliz, a modo de lo que podría ser una escena recreada por el mismísimo Visconti en El Gatopardo, aunque con otros personajes: la bella y seductora socialdemocracia en los brazos de la oligarquía capitalista al compás de la música.

Y descubrimos la sociedad de consumo


 El estado del bienestar, la criatura que nació con etiqueta de caducidad

La socialdemocracia, sin embargo, no había reparado en que la criatura nacía con una enfermedad congénita y mortal. La paradoja y la contradicción es que el propio estado del bienestar llevaba en su seno las condiciones de su destrucción a largo plazo: A) al debilitarse su base de financiación (la economía productiva real) y B) al desaparecer el miedo de la oligarquía a la amenaza del socialismo tras la desaparición del bloque socialista. 

La descolonización posterior a la II Guerra Mundial y el desarrollo siguiente de lo que se ha dado en llamar el post-colonialismo, sirvió de marco para el desarrollo de las economías periféricas, que continuaron siendo economías satelizadas y dependientes, aunque lanzadas muchas de ellas a un fuerte desarrollo de la producción, ayudadas en la existencia de unas materias primas que en Europa resultaban cada vez más escasas e incluso inexistentes.


Trabajadoras chinas de una fábrica de productos Adidas
Simultáneamente a lo anterior, el estado del bienestar comienza a provocar que los procesos productivos se vayan trasladando cada vez más a países del Tercer Mundo (que por otra parte son los que tienen las materias primas como decíamos, pero además tienen la mano de obra más barata, ausencia de derechos sociales, de normativas medioambientales, la no necesidad de afrontar el desarrollo de un estado del bienestar, gobiernos corruptos fáciles de controlar, etc.,). El capital no tiene patria y se ajusta a su propia lógica de implantación espacial. Primero fue la industria pesada, luego la industria ligera y de transformación, las manufacturas... Poco a poco, desde finales de los años 50,  el capital entra en una espiral de traslado de los procesos productivos desde el mundo feliz a la gran trastienda del mundo de los pobres. De manera que Europa se va convirtiendo poco a poco en lo que se ha denominado sociedad postindustrial.
(Continúa)

NOTAS.
(1) Este papel de la socialdemocracia de comadrona de los partos difíciles del capitalismo (expresión que no es mía, pero no consigo recordar quién es el autor de la misma), se refleja en multitud de ejemplos. Creo que el rol político del PSOE en España es un buen ejemplo. No olvidemos que los comienzos del giro neoliberal económico, en España tienen lugar con la llegada de Felipe González al poder (¿se acuerdan de Boyer?). Es el momento en que se inician las privatizaciones, se crean las ETT, las empresas privadas comienzan a inundar los servicios públicos, se legisla en favor del gran capital, el patrimonio del estado va menguando por la venta de activos a veces entregados a precio de saldo... Todo esto pasó desapercibido porque simultáneamente se desarrollaban aspectos cruciales del estado del bienestar, en Sanidad, Educación, Pensiones.. Mientras que por un lado se hacían políticas sociales, por otro se consolidaba la posición de la oligarquía económica surgida del franquismo, se contribuía a la creación de una UE sobre cimientos neoliberales, se consagraba el dominio del capital financiero, etc.  El actual capitalismo de casino que existe en nuestro país, comienza a blindarse durante el período de Felipe González. Domènech, Buster y Raventós,  lo recordaban hace poco en la revista Sin Permiso (en el artículo titulado "El caso Bárcenas en el contexto de la crisis de la Segunda Restauración borbónica"), cuando hablando de la corrupción actual decían:
La naturaleza institucional de esa corrupción echa sus raíces en el capitalismo oligopólico de amiguetes en que se transformó la estructura de poder empresarial heredada del franquismo con las privatizaciones de la Transición (tan bien descritas por periodistas económicos como Mariano Guindal o historiadores académicos como Mercedes Cabrera y Fernando del Rey). Tan es así, que hasta publicistas liberal-conservadores tan notorios como Guillermo De la Dehesa, se ven obligados a reconocerlo con la boca pequeña y la mirada estrábica (como si fuera un problema de corporativismo urgido de “liberalización”).
El mismo papel de comadrona de partos difíciles ejerció el PSOE en política exterior: OTAN y apoyo incondicional a las políticas neo-imperialistas norteamericanas.
Podríamos referirnos también al mismo papel desempeñado por la socialdemocracia en otros países. Recordemos como ésta en Italia actuó de forma permanente como freno sistémico contra el avance del PCI. Un ejemplo muy reciente lo tenemos en el asombroso, escandaloso y obsceno pacto entre el PASOK y la derecha de Nueva Democracia en Grecia para frenar a Syriza y para garantizar la aplicación de las medidas neoliberales de la troika.

2 comentarios:

  1. Es muy ilustrativa esta entrada.
    Ya hubo notra época de economía especulativa en los años 20 del siglo pasado, que terminó con el crac de 1929. Empezó una crisis que se intentó paliar con el keynesianismo, pero de la que sólo se pudo salir con la II GM.
    Al terminar la guerra, en 1945, había tres hechos:
    Uno que había que reconstruir lo destruido, con lo que se abrían oportunidades de negocio inmensas.
    Un segundo hecho era que se propiciaba la descolonización sobre todo en Asia y África, que se llevó a cabo en su mayor parte hasta 1962. Pero esas ex-colonias lo siguieron siendo a efectos prácticos, pues de ellas se sacaban a precios irrisorios gran parte de las materias primas que consumian los países del "estado del bienestar". Además en bastantes países de Europa, Francia, UK, que necesitaban mano de obra,permitieron la llegada de trabajadores de sus ex-colonias que trabajaban a precios bajos, permitiendo que los habitantes de esos países se pudieran beneficiar de ello.
    Y un tercer hecho fue la constitución de un fuerte bloque socialista que asustó a los capitales. Esto hizo que los partidos socialistas se convirtieran en lo que se llamaron socialdemócratas, renunciaran a transformar la sociedad y se conformaran, aliados en esto con los cristianodemócratas, con lo que se ha llamado "el estado de bienestar"
    Todo esto se vino abajo a partir de finales de los ochenta y principios de los noventa. Cayó el bloque socialista, el capitalismo dejó de tener miedo. Las antiguas colonias empezaron a reclamar un cierto control de sus recursos en materias primas y energéticas.
    Además países que no habían contado gran cosa en la economía mundial, los tigres asiáticos, sacaron la cabeza y pidieron su sitio en el capitalismo, China, India, Indonesia, etc.
    Todo esto ha hecho que se haya producido la deslocalización, como bien dice la entrada de Vigne, y las industrias se vayan a los países que producen más barato.
    Con todo esto para el capitalismo ya no tiene sentido el "estado de bienestar". Ya no existen fronteras para él. Hay que ganar cuánto más mejor.
    Para ello se ha convertido en un capitalismo especulativo. Ahora se está especulando con materias primas, se están comprando cosechas futuras, se acaparan materias primas para hacerlas subir de precio. Todo esto a costa de empobrecer a las poblaciones de los países que tenían en el "estado de bienestar", además de seguir o intentar seguir explotando a los productores de materias primas.
    Estos días está muy de actualidad la políticas italiana por los resultados electorales. Los italianos parece que están bastante cansados de la nomenclatura. Pues bien esta nomenclatura es la que colabora con los capitales a ganar dinero, y ellos se llevan también algo. Por ejemplo, ya que lo cita Vigne, Mario Draghi. El presidentye del BCE ha ocupado muchos cargos desde 1985 en el Banco Mundial, en Goldman Sachs y en el Banco de Italia. Pues bien desde 2006, con 59 años, cobra una pensión de 14.843 euros mensuales mientras viva, por los cargos que ha tenido pero esta pensión compatible con lo que gane en los cargos que siga ocupando.

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  2. La crítica a la persona de Mario Draghi resulta muy acertada, por lo que enlazo un corto sobre Goldman & Sachs de donde procede

    http://www.youtube.com/watch?v=8wbguTjGXBQ

    "If they say blues, they mean blues"...

    Cabría mencionar, además,

    - la renuncia al patrón oro/USD en 1971 por Richard Nixon por lo que el FMI les recomienda a sus miembros en 1976 suspenderlo también frene a sus respectivas monedas;

    - las nefastas 'reaganomics' de los años '80, su 'Tax Reform Act' de 1986, que podría considerarse hermana mayor de la SICAV europeas.

    ¡¡Le deseo much@s lecto@s a este gran díptico!!

    tucholskyfan Gabi

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