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martes, 19 de marzo de 2013

La España de la crisis o el despertar de un sueño colectivo de grandeza.

Érase una vez un país potencia del mundo-mundial

Legionarios españoles en Afganistán

Al hilo de la entrada anterior, sobre el caso de tortura protagonizado por soldados españoles en Irak, uno no puede dejar de pensar en los numerosos conflictos internacionales en los que ha estado metido nuestro país en los últimos 20 años. No importa que dichos conflictos fuesen casos vergonzosos de prácticas de dominación neo-imperialista. No importa que siempre hayamos ido allí donde el gran jefe, el Tío Sam, nos ha mandado ir. No importa que todas esas intervenciones militares provocasen la muerte de decenas de miles de inocentes. No importa que, tras los conflictos, se escondiesen oscuros intereses económicos de esas grandes corporaciones que deciden los destinos del mundo, como si de una partida de ajedrez se tratase. No importa.

Militar español en Afganistán
La participación española siempre ha tenido lugar con fines humanitarios, para salvar vidas, para ayudar a la población civil, para contribuir a establecer la democracia y para proteger los derechos humanos; para facilitar la gobernabilidad, para asegurar la paz... Recuerdo algún anuncio publicitario de las Fuerzas Armadas en TV, dirigido a incentivar el alistamiento, en el que las imágenes que nos presentaban casi invitaban a pensar que nuestro ejército era poco menos que una ONG, al servicio de la necesitada y empobrecida población de unos países que eran tan bárbaros, salvajes y atrasados... que tenían la mala costumbre de matarse entre sí, cometiendo todo tipo de atrocidades. Los informativos presentaban una imagen semejante del papel de nuestras Fuerzas Armadas en el exterior. Tanto es así, que durante estos años -con el PP y también con el PSOE-, los gastos derivados de las misiones militares españolas, en su mayor parte se contabilizaron como ayuda y cooperación al desarrollo en las cuentas publicas. 

Paseamos a nuestros legionarios por Afganistán para que protegiesen a los afganos de sí mismos, demostrándoles que los nuestros eran más cawboys que los propios marines norteamericanos. Mandamos tropas a Irak para ayudar a mantener la paz, en medio de una guerra civil que era producto de un invasión apoyada por España. También estuvimos por los Balcanes, ayudando a desmembrar la antigua Yugoslavia, defendiendo un derecho a la autodeterminación de bosnios y kosovares que los gobiernos del PP y del PSOE se negaban y niegan a reconocer a vascos, catalanes y gallegos. Y participamos, aunque fuese de esperpénticos teloneros, en la fiesta de Libia, para derrocar a un supuesto tirano -eso dijeron- al que durante años los gobiernos del PP y del PSOE le habían dorado la pildora y rendido pleitesía. Y de paso también mandamos a nuestros chicos a dar una vuelta por Líbano.

Acudimos a todas las fiestas de fuegos artificiales organizadas por la OTAN y/o los EEUU. Nos sumamos a esa sana y civilizada costumbre que supone imponer la democracia a cañonazos y establecer la libertad bombardeando civiles y destruyendo sus ciudades y pueblos. Nos convertimos en parte de esos pacificadores de los que hablaba Mario Benedetti en su Oda a la pacificación:



Los españolitos estaban orgullosos de sus soldaditos. Eran tiempos en los que la progresía del PSOE no quería saber nada de daños colaterales. Ya, de la parroquia del PP, mejor ni hablar. Se apelaba a la responsabilidad de España en el concierto internacional, acorde con nuestro papel de potencia mundial (la 8ª, le encantaba repetir a Zapatero). España debía aportar efectivos militares porque era la responsabilidad y compromiso que se esperaba de acuerdo al importante papel que desempeñábamos en el mundo-mundial. Se lo escuchamos decir a Felipe González. Se lo escuchamos decir a Aznar. Se lo escuchamos decir a Zapatero... 

Y es que, por alguna extraña razón, a los diferentes gobiernos españoles del PP y del PSOE, les entró a lo largo de este nuevo período de Restauración borbónica de nuestra historia, un complejo de grandeza y de superioridad que les condujo a creerse actores importantes en la escena internacional

Felipe González fue el primero en convencernos de lo muy importantes que éramos los españoles. ¡No éramos unos cualquiera en la Europa que estrenábamos, oiga! Y qué mejor que permanecer en la OTAN, por ejemplo, para ser consecuentes con esa importancia y con la responsabilidad y compromiso derivados de la misma. 

Aznar, sin duda, después se llevó la palma de oro en este certamen de complejo de superioridad, en mayor medida que cualquier otro presidente de gobierno anterior o posterior. Presumía de su amistad íntima con Balir y Bush y se vanagloriaba de haber situado a España en primera línea del concierto internacional. Finalmente acabó creyéndose su origen divino, como un césar de la antigua Roma. Y para demostrar que era alguien, hasta se permitió conspirar con los golpistas que intentaron echar abajo el gobierno democrático de Hugo Chávez en 2002.
Aznar, Bush y Blair.
Complejo de grandeza continuado después con Zapatero, a quien también le gustaba alardear de la importancia de España en el escenario mundial. Parecía poco menos que volvíamos a ser una especie de Imperio Español de Felipe II en versión siglo XXI. ZP (Zapatero) nos dejó frases lapidarias que muestran como a veces el Poder acaba produciendo más monstruos que el sueño de la Razón, como diría Goya:

- "Somos la 8ª potencia mundial, la envidia de Europa y pronto superaremos a Francia como ya hemos hecho con Italia" (Marzo 2008)
- "España ha vuelto al corazón de Europa" (Octubre 2008) 
- "La cuestión no es qué puede hacer Obama por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por Obama" (30 de julio  de 2009)
- "Estamos en la Champions League de la economía" (Septiembre de 2008)

Un discurso que además encontraba eco en los medios de comunicación y que llevó a los españoles a creérselo: éramos una potencia del mundo-mundial y de una buena parte de la galaxia. Un sentimiento de superioridad inundaba los labios de los españolitos cuando se comparaban con los demás países. Ser español era lo más grande. Hasta ganábamos campeonatos de Europa y un Mundial de fútbol; una especie de virus de la estupidez colectiva contagiaba a las masas, que gritaban eufóricas arrastradas por un orgasmo colectivo: Yo soy español, español, españo..l!". Triunfaba de nuevo el rancio y esperpéntico patrioterismo hispano, aquel que siempre nos sumió en el reino de las sombras y de la sumisión a los poderosos. Mirábamos prepotentemente por encima del hombro a los despreciables sudacas que venían a trabajar a nuestro país; compadecíamos a los pobres negros que desembarcaban de la patera; experimentábamos un riesgo de contaminación social ante la presencia de inmigrantes rumanos y de otros países del Este. Participábamos en guerras porque nuestra condición de país VIP así lo exigía. Hasta teníamos un rey bocazas que se permitía la chulería barriobajera de mandar callar a un presidente, Chávez, democráticamente elegido, amado por su pueblo y respetado en toda América Latina. Y en medio del éxtasis colectivo, por si había alguna duda de que España era un líder mundial, ZP se sacó de la chistera la Alianza de las civilizaciones, que al momento se ofreció para liderar. Y el españolito seguía gritando Yo soy español, español, español..!". Hasta conseguimos lo más difícil, lo que parecía imposible de lograr: de estar siempre de segundos, arrebatamos a los argentinos el primer puesto en el ranking mundial sociológico del ego colectivo. Para ego... ¡el nuestro! (es broma; no se enojen conmigo mis hermanos argentinos. Nuestra amada Argentina vive en el corazón y en el respeto de todos los que son gallegos y quien escribe lo es).


De creernos los más grandes a descubrir nuestra triste condición de... república bananera (perdón, quise decir monarquía bananera).

Y entonces despertamos. Descubrimos nuestra condición de mísera monarquía bananera, encabezada por un rey distinguido por un extraño amor hacia los elefantes.  De repente empezamos a perder nuestras casas en manos de los bancos. Los que tenían los ahorros de toda su vida en las llamadas acciones preferentes, despertaron un día y comprobaron que aquello que creían tener en realidad no lo tenían y que los bancos les habían estafado. Empezó a verse gente buscando comida en los contenedores de basura de los grandes supermercados. En 2012, el 21,1 % de los españoles vivían ya por debajo del umbral de pobreza (eldiario.es). Recientemente hemos alcanzado casi la cifra de 5 millones de desempleados (26% población activa). La vida se encarece mes a mes pero los salarios bajan en términos reales. Se dispara el índice de suicidios y alguno hasta se quemó a lo bonzo para dejar testimonio de su drama. Miles de españoles vuelven a emigrar de nuevo, a buscar trabajado lejos de su país, aunque alguien, desde el gobierno del PP, ha tenido la desfachatez de decir que los españolitos vuelven a emigrar por espíritu aventurero. Y desde esa mafia empresarial llamada CEOE, dedicada a ejercer el terror social, José Luis Feito en tono soberbio indicó que los españoles deberían irse "a trabajar a Laponia" si fuera necesario. Y medio país se puso a buscar en el mapa dónde quedaba la maldita Laponia. 

Para colmo, nos vemos obligados a asumir la triste realidad de ser uno de los países más corruptos de Europa, algo que era muy evidente y que nos negábamos a ver. Y por si fuese poco, el partido en el gobierno se orina encima de los trabajadores sin trabajo y una de sus diputadas, Elena Fabra, grita en medio del Congreso "¡que se jodan!", refiriéndose a los desempleados. Los economistas sistémicos dicen que tengamos calma, que allá por el año 2020, 2025... la cosa va a empezar a mejorar. Y es que ya se sabe, los pobres tienen el vicio de la impaciencia.

Despertamos y descubrimos que vivíamos gobernados por una tiranía bipartidista PP-PSOE que se repartía el poder en un tiki-taka como el de la selección de fútbol, creando un bucle gatopardista en el que, ganase quien ganase, siempre ganaba la oligarquia económica y perdían los trabajadores. Sí. Empezamos a comprender que ese maldito bucle, alimentado por los medios de comunicación sistémicos (los grandes agentes de socialización política), nos conducía a estar gobernados por la alternancia entre un centro-derecha socioliberal, camuflado con una fraudulenta etiqueta de socialista (PSOE), y una derecha rancia en la que convivían neoliberales, neocons, protofascistas e incluso fascistas sin complejos (PP). Y que tanto unos como otros, eran quienes nos habían inducido al sueño, pero también despertado del mismo. 

Y entre tanto continúa la demolición a pasos agigantados del estado del bienestar. Comienzan a darse cada vez más casos de personas que no pueden hacer frente al pago de las medicinas que necesitan. La mayor parte de la población de menos 35 años, difícilmente podrá llegar a jubilarse algún día. Cada vez hay más gente que agota la prestación por desempleo sin haber encontrado trabajo. Eso sí, semana a semana, recibimos un curso acelerado de cómo convertirnos en trabajadores asiáticos:

Los futuros contratos de trabajo en España

Despertamos y lejos de reconocernos en aquella potencia que soñamos, descubrimos que formábamos parte de un grupo de países llamados despectivamente PIGS. No éramos los seductores príncipes apuestos del cuento, que el PP-PSOE nos había hecho creer, sino unos simples cerditos... ¡oink, oink..! Abrimos los ojos y descubrimos nuestra triste condición de esclavos de la Troika. Vimos que nuestra economía era pura economía de casino, especulación, pelotazo..., y que en realidad, producir, lo que se dice producir... producíamos NADA. Y empezamos a percatarnos que esa Europa a la que pertenecíamos orgullosos, en realidad era una feria montada para el beneficio de  la oligarquía financiera, levantada intencionadamente sobre cimientos neoliberales que ahora nos asfixian y estrangulan. La izquierda real, la de verdad, nos lo había advertido (1), pero la gente prefirió seguir conectada a Matrix.

Despertamos del sueño de grandeza. Habíamos estado soñando con lo que ZP nos decía en 2008: "España ha vuelto al corazón de Europa". Y al despertar descubrimos que, en realidad, éramos el culo de esa Europa.  Pasamos de ser un país-potencia, a ser un país-cerdo.























Notas.-
Julio Anguita
(1) Sobre esta advertencia de la izquierda real en aquellos años, han quedado un gran número de documentos. Sin duda destacan los relacionados con Julio Anguita, secretario general del Partido Comunista de España (PCE) entre 1988 y 1998, y coordinador de Izquierda Unida (IU) de 1989 a 2000. En aquellos tiempos los medios sistémicos y los partidos del establishment (PP-PSOE fundamentalmente), ante las advertencias de Anguita sobre lo que supondría para el futuro esa Europa neoliberal que se estaba construyendo, lo tildaban de loco y de alarmista. Pero el tiempo le dio la razón. Invitamos a ver una intervención reciente de Anguita, de 2012, en la que  precisamente recuerda esa crítica al Tratado de Maastricht que IU hizo en su momento, junto con las consecuencias derivadas del mismo (pulsar AQUÍ). También puede consultarse la entrada de Manuel G.en este blog el 1-1-2013 "El problema a resolver", artículo de Julio Anguita o descargar AQUÍ en formato pdf el artículo al que hace referencia la entrada.

9 comentarios:

  1. Sublime Vigne......es imposible decirlo más claro......gracias

    Vichi

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  2. Mis felicitaciones por esta entrada Vigne.
    En España lo que ha habido es un engaño. Con unas condiciones leoninas entramos en la UE en 1986. A cambio de desmantelar nuestra industria pesada, acerías, astilleros, ambos se deslocalizaron; aceptar una Política Agraria Común, donde los agricultores españoles perdieron, entramos en Europa.
    A continuación empezaron a llegar cuantiosas cantidades como ayudas para la obra pública. ¿Qué originó?, empezó una burbuja de obras que dieron bastante empleo de baja calidad.
    Hasta que llegó el gobierno del PP. Se estaban acabando los fondos europeos, FEDER creo que se llamaban. Se liberalizó el suelo y, como se acababa la burbuja de obras con fondos europeos, empezamos la burbuja inmobiliaria, con lo que se crearon muchísimos más puestos de trabajo de todavía mucha peor calidad. Muchos alumnos abandonaron los estudios al llegar a los 16 años, o otros menores vegetaban en los centros educativos hasta alcanzar esa edad. Y esto lo conozco de primera mano. Pocos alumnos se tomaron interés en prepararse, incluso sufriendo las burlas de sus compañeros que dejaban los estudios para trabajar. Pero esos alumnos se prepararon bien, y con los medios que hay hoy día constituyen un grupo de gente muy bien preparado. No resisto a poner el último párrafo de una carta de hoy 19 en El País, su título es “La generación más apropiada”. El párrafo dice lo siguiente:
    “En esas condiciones, hablar de la generación más preparada parece un poco exagerado. Tal vez se podría decir que la minoría más preparada está más preparada que antes, o sea que “tenemos la minoría más preparada, más preparada”. Y añadir que una buena parte de ella se marchará al extranjero.
    Con respecto a las intervenciones bélicas exteriores.
    No cabe duda que el PSOE cambió en 1979, pero el cambio se venía gestando desde 1974 cuando fue elegido Felipe en Suresnes con el apoyo de la socialdemocracia alemana. Todo lo posterior de “OTAN, de entrada no” fue una comedia para ganar. Después está la I guerra de Irak, recuerdo cómo la defendió Felipe.
    El PSOE se siguió “luciendo” en las guerras de Yugoslavia y Libia. Y en esto estuvo implicada la etapa de Zapatero, se ve que quería ganarse a Obama por encima de la ética de relaciones internacionales.
    Del PP, ni siquiera vale la pena hablar. Son lo que siempre ha sido la política de la corona española: imperialista.
    En vez de seguir España las políticas seguidas por Francia e Inglaterra, que eran imperialistas y siguen siéndolo con el añadido alemán, se preocuparon de desarrollar un tejido industrial, con todos sus defectos, pero así consiguieron una economía más sólida. O sea que en España no se ha hecho ni un capitalismo racional
    En España las únicas industrias históricas han sido el colonialismo y la picaresca.
    Y esto ha llevado a un nivel de corrupción como el que tenemos. Más elevado que el de muchos países del llamado Tercer Mundo.

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  3. Hola. Soy Aryentain. Gracias por invitarme. Me llamo Juan y mi correo es jualso@gmail.com.

    Bueno, qué puedo decirte. Leer esto es para mí un volver a vivir. Sé lo que sienten. Creen que son la última porquería de la tierra, que cualquiera se los lleva por delante... La revisión crítica es brillante (con algunas cosas para el asombro, como las frases de Zapatero)pero hay que parar con eso ya. Si no te entrás a autoflagelar y no hay límite.
    ¿Cómo se sale de eso, che? ¿Qué será peor, quedarse en la zona euro sin soberanía y en la miseria o salirse y afrontar (en la miseria) la hostilidad de la civilizada Europa?
    Yo te digo algo. Acá, en A Latina a España se la rebanca; pero, claro, sin el PP y sin rey.
    Me pareció que reivindicabas la independencia de Cataluña, el País Vasco y los gallegos. ¿Es correcto eso? Se me ha cruzado por la cabeza la idea de una confederación. Pero vaya uno a saber, para mí es un tema muy espinoso.
    La corrupción no me parece un tema central. Le dan demasiada bola ahí. Todos los países tienen corrupción porque esta es esencial al sistema capitalista en su fase tardía. Para una revolución no es un problema que le quite el sueño a nadie. Se cura con una noche de San Bartolomé y después con trabajo ideológico, prevención y represión. ¿De verdad ustedes creen que los países del tercer mundo tenemos más corrupción? No me jodas, hermano. ¿Quién manipuló la tasa Libo? ¿Por qué Siemens no pudo denunciar a la Argentina en el CIADI? Se le canceló un contrato en marcha por mil y pico de millones (y ellos se quedaron bien en el molde) porque los tipos cometearon a medio mundo. ¿Qué hacen las calificadoras de riesgo? ¿A qué se dedican? ¿Acaso no saben de antemano y en exclusiva que mañana le bajan la nota a tal país?
    La seguimos. Saludos y gracias

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    1. Pues no pides nada, entender este país. Que si se hace, que si se deshace. Creo que muchos españoles tampoco entienden el país dónde viven.
      Puede darte alguna información en:
      http://www.eldiario.es/zonacritica/Contemplar-historia-pasma_6_112748730.html

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  4. Yo también creo que los sueños de grandeza se han venido abajo. Deberíamos intentar crear un país tomando a Cuba o Venezuela como ejemplo, donde no hay paro, donde todos tienen garantizada la salud y la gente no vive como aquí.

    Y con esto no digo que hagamos una dictadura, hay que hacerlo convenciendo a la gente, que están idiotas.

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  5. Gracias por tu explendido atriculo Vigne.




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  6. Abrazos y saludos para todos.

    Buen artículo.

    Republicaine.

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  7. Buenas tardes.

    Leo y leo y me sorprende la cantidad de buena información que das. Soy Pigadeta, un abrazo allí donde estes

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