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sábado, 7 de septiembre de 2013

Petróleo, Política y el camino a Damasco. La banalidad del Imperio (un artículo de Jason Hirthler)





Título original: Oil, Politics and the Road to Damascus. The Banality of Empire
Autor: Jason Hirthler 
Publicado: 30 de agosto de 2013, en la edición digital de Counter Punch
URL: http://www.counterpunch.org/2013/08/30/the-banality-of-empire/
Traducción para blogdelviejotopo: Alga Roja
La imagen que encabeza esta entrada no pertenece al artículo original.
En caso de difusión de esta traducción: citar fuente del original en inglés y de la traducción al castellano.
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Petróleo, Política y el camino a Damasco. La banalidad del Imperio.
por JASON HIRTHLER


Uno debe preguntarse: ¿tiene el presidente sirio, Bashar al-Assad, un deseo de morirse, con el lanzamiento de un ataque químico a pocos kilómetros de donde estaba un equipo de inspectores químicos de la ONU? Debe tenerlo. Como lo deben de tener los enclaustrados mullahs de Qom según el sionista Benjamin Netanyahu, que proclama que lanzarían una cabeza nuclear contra Tel Aviv en el momento en que una cayese en sus manos. Lo presenta como un hecho consumado, aunque Irán sería automáticamente vaporizado por las armas de destrucción masiva estadounidenses. Porque, como Bibi [1] deja claro, hay que dejar de lado el instinto de supervivencia cuando se está tratando con locos.

Definiendo al enemigo

Assad, de la nefasta secta alauita, debe tener demencia similar, ya que según el gobierno de Obama lanzó un ataque con armas químicas contra los "rebeldes" sirios en Ghouta, un suburbio de Damasco, quizá en el momento más desacertado en los dos años de conflicto. Un momento en que Assad acababa de recibir a los inspectores de armas químicas de las Naciones Unidas en su país, para ver si las acusaciones de un hipotético ataque químico eran ciertas. El último ataque ha generado una riada de fraude retórico que no habíamos visto desde los momentos álgidos de la administración Bush, cuando Dick Cheney estaba de gira por los programas dominicales de entrevistas, agitando su manifiesto-amenaza inminente y burlándose sin control de los pacifistas sin agallas. Es la misma historia que cuando lo de Irak. Al igual que las acusaciones fabricadas contra un debilitado Saddam Hussein, Assad aguarda el veredicto de la Historia; una acusación falsa, una fiebre de la guerra en Occidente y luego el cielo caerá sobre su cabeza. Nadie lo está impidiendo. Los medios de comunicación en general, no se han molestado en señalar que Assad sería un suicida si lanzase un ataque con los inspectores en el país, dado que el uso de armas químicas era la "línea roja" que el presidente Barack Obama había señalado que el gobierno sirio no podía cruzar.

Rebeldes en una situación desesperada

Por otro lado, hay un montón de pretextos perfectamente razonables para considerar que el llamado "Ejército Sirio Libre" podría haber lanzado un ataque con armas químicas, ya que probablemente lo hicieron en mayo, según Carla Del Ponte de la ONU y la Comisión Independiente de Investigación sobre Siria. Se ha sugerido que el último ataque podría haber sido lanzado de nuevo por los rebeldes. A pesar del apoyo de Al-Qaeda y sus seguidores de Al-Nusra, que quieren echar a Assad por razones muy diferentes, esta mezcla de mercenarios ha ido cediendo terreno a las fuerzas del gobierno sirio a un ritmo vertiginoso en los últimos meses. Les convendría lanzar un ataque químico que los estadounidenses podrían atribuir rápidamente al régimen de Assad, lo que permitiría comenzar a utilizar los drones y misiles. De lo contrario, el gobierno podría someter a todas las facciones que estaban en contra y consolidar su poder, con lo cual sería mucho más difícil de desbancar. Mejor invocar una línea que ha sido traspasada en el polvo de una guerra civil y sectaria. Acusaciones sin fundamento que se emitirían desde el césped de la Casa Blanca, que serían sonoramente secundadas en Tel Aviv, donde los legisladores acaban de aprobar el establecimiento de otro asentamiento ilegal en la orilla oeste, donde los palestinos refugiados en Ramallah fueron masacrados por el FDI [2]. Intervenciones ilegales. Ocupaciones fuera de la ley. Sospechosa represión. El conflicto mundial en miniatura siempre está presente en el Knesset, el parlamento de Israel.

El modelo compartido por republicanos y demócratas [3]

Independientemente del mecanismo de disparo, el gobierno parece decidido a sacar adelante el viejo y alocado plan de Donald Rumsfeld para Oriente Medio, que implicaría derrocar el gobierno de siete países vecinos, para garantizar un dominio incuestionable sobre el petróleo árabe y persa. Sus ojos están puestos en el premio. El resto son detalles. A los americanos parece importarles poco lo que ocurra con Siria, siempre que Assad sea derrocado y el señor de la guerra - que plante su bandera sobre las ruinas-  sea hostil a Teherán y esté dispuesto a echar por tierra cualquier deseo iluso de autodeterminación de la población. Después de todo, los EE.UU. han dejado un rastro de monumentos caídos y de infraestructuras destruidas en Afganistán, Irak y Libia. ¿Qué puede importar a nuestros caciques imperialistas que todo el mundo árabe sea un basurero en llamas, donde lo único que funciona son las torres de perforación del petróleo? Dejemos que los islamistas se degüellen unos a otros en la periferia de la hoguera, mientras nosotros vaciamos cada onza de gas natural y petróleo del corazón de la tierra. Uno recuerda la imagen de Daniel Day-Lewis en There Will Be Blood, burlándose de su joven rival evangélico, mientras gritaba “I drink your milkshake!” [4].

Cómo acelerar la máquina de propaganda

Las acciones de Estado más polémicas, siempre requieren una gran dosis de periodistas entusiastas [5] que contribuyan a fabricar el apoyo general del público, o al menos a sembrar una duda que impida el rechazo popular. Por ello el New York Times ha afinado su órgano, elevando su coro de instigadores del miedo a niveles más altos. The Washington Post está acelerando las estridentes llamadas para la intervención. La "sala de situación" [6] está trabajando a toda máquina. Fox News proporciona crecientes polémicas sobre la lentitud de Obama en política exterior. Los liberales miran desde la barrera, mientras su "mal menor" acrecienta el "mal mayor" [7]. Obama sintoniza con Clinton. Kerry sintoniza con  Cheney. Pero eso ya es lo habitual, la justificación antes del ataque. Todo recuerda a 2003. Lo único que necesitamos es una Judith Miller [8] que aparezca con una fuente secreta de las profundidades del gobierno de Assad. O un powerpoint de Colin Powell, con fotos de tubos huecos tomadas de Google.  Y  alguien que suba al púlpito y nos diga en tono lúgubre que sí, que sí..., otra vez debemos empezar una guerra contra esos nómadas salvajes que acampan sobre nuestro tesoro entregado por Dios [9].

Cuatro pasos para la guerra

¿Qué se puede esperar en los próximos días y semanas? He aquí un pequeño adelanto. No es ninguna sorpresa, porque la fórmula se ha perfeccionado durante décadas. Sus arquitectos tienen sus nombres inscritos en las paredes de la Casa Blanca, mérito infame. El modelo requiere que Obama ordene una serie de anti-democráticas y belicistas medidas que serán reformuladas como   pro-democráticas y antibelicistas:
  • En primer lugar, va a ignorar a la gente que lo eligió. Enunciará alguna perogrullada moral desde una postura de profunda ansiedad, la del hombre de la paz obligado a enfrentarse a la necesidad de la violencia noble. Su entrecejo fruncido lentamente se transformará en la férrea mirada de la determinación, el defensor de la libertad que viene a rescatar a los desventurados proletarios  sirios. Agitará la bandera  de los derechos humanos universales, declarará que las acciones tienen consecuencias, y señalará con el  dedo acusador a Bashar al-Assad. Sólo el nueve por ciento de la población estadounidense está a favor. Pero Obama estará demasiado traspasado por su cruzada moral para darse cuenta.
  • Después ignorará el Congreso. Es el equivalente formal de ignorar a la gente. Pero a diferencia de reírse de un sondeo de opinión de Reuters, no tener en cuenta a toda la rama legislativa del gobierno, requerirá un elaboración más  matizada del Departamento de Justicia (DOJ). No hay problema. Durante la guerra de Libia, el Departamento de Justicia afirmó que el suministro de armas, ataques con aviones no tripulados, lanzamientos de misiles y otras armas, no incrementaban "las hostilidades". Por lo tanto, no era  guerra. Así que no era necesario molestar al Congreso para que diera su aprobación.
  • Sintiéndose más seguro cada día, Obama ignorará a las Naciones Unidas. Él y su segundo John Kerry,  ya han dicho que es demasiado tarde para que los inspectores de armas de la ONU en Damasco investiguen las acusaciones de utilización de  armas químicas. Han dicho un montón de tonterías acerca de que las pruebas son inservibles, sin tener en cuenta que el sarín permanece durante meses en el terreno. En cualquier caso, se podría convocar la Asamblea General de la ONU o el Consejo de Seguridad para autorizar la guerra, pero la irritante presencia de Rusia, que amenaza con el veto, impide que el  Consejo de Seguridad legitime la beligerancia del gobierno de Obama. Rusia, por supuesto, se esconde detrás de una fachada de inocencia sorprendida, diciendo que ya fue engañada por Estados Unidos en Irak en 2003, y que no se dejará engañar otra vez. Esto, también, es un sofisma.
  • Después, bombardeará. Los misiles se dispararon desde la seguridad del Mediterráneo o de la calma similar de las nubes altas. Los misiles se dirigirán a zonas densamente pobladas en Damasco, muy a gran pesar de nuestro gran líder. Imágenes de musulmanes llorosos inundarán los informativos. Las ONG,s reunirán listas de muertos colaterales. El número de refugiados - ya en un millón - se elevará a dos. Y Siria, parte de la cuna de la civilización, empezará a parecerse a Irak, Afganistán y Libia en su caleidoscopio de infraestructuras destruidas, matanzas sectarias, abuso desenfrenado de mujeres, malformaciones genéticas en los neonatos,  y el zumbido constante de los Predators y Reapers vigilando la matanza desde el cielo.
  • Pero, al final, el petróleo y el gas será nuestro, y en Washington, eso es todo lo que importa.

Jason Hirthler (@JasonHirthler) es un veterano de la industria de las comunicaciones. Vive y trabaja en Nueva York y se puede contactar con él a través de la dirección jasonhirthler@gmail.com 



Web: www.counterpunch.org
Artículos recientes de esta web, relacionados con el tema (en inglés): "The Grand Narrative for War. Manufacturing Consent on Syria", de Anthony Dimaggio; "No Mas! Barack Obama and the Neo-Liberal Coup", de Rob Urie; "Syria and the Hypocrisy of Colonialism", de Jennifer Loewenstein. 
También de Jason Hirthler: "10 mitos sobre Obama y el partido Demócrata", traducido al castellano por PIA.

Notas de la traductora
[1] "Bibi". Diminutivo familiar de Benjamin; el autor se refiere a Benjamin Netanyahu.
[2] FDI: Fuerzas de Defensa de Israel.
[3] En el texto original: The Bi-Partisan Blueprint. Opté por una traducción libre para conservar el sentido del texto, ya que se refiere a que estamos hablando de un modelo que es común a los partidos republicano y demócrata, que se turnan en el poder en EE.UU. 
[4] “I drink your milkshake!”: la traducción literal sería "Me bebo tu batido". Es una metáfora que viene a significar un acto de fácil realización y de gran crueldad, equivalente a la expresión quitarle los caramelos a un niño, como decimos a veces nosotros. Procede de un diálogo de la película There Will Be Blood. Sobre esta metáfora se puede consultar la web Kknow Your Meme "I Drink Your Milkshake!".
There Will Be Blood (ver en labutaca.net) es una película dirigida en 2007 por Paul Thomas Anderson, basada en una antigua novela (1927) de Upton Sinclair ttulada Oil! (¡Petróleo!), novelista estadounidense que fue candidato al Congreso de EE.UU. por el Partido Socialista. Narra la historia de un magnate del petróleo y cómo, a medida que éste va haciendo a la gente cada vez más rica, los conflictos van en aumento, igual que las mentiras y la corrupción, poniendo en peligro los valores humanos más elevados "e incluso el vínculo entre padre e hijo, para terminar en un torbellino de violencia y autodestrucción" (ver en la Wikipedia "There Will Be Blood"). Estrenada en castellano con el título de "Pozos de ambición", en realidad una traducción más fiel del título original sería "Correrá la sangre"., que además supone una relación de significados muy expresiva: corre o mana el petróleo, también correrá o manará la sangre.
[5] Lo he traducido por periodistas entusiastas, aunque en el original lo que figura es cheerleading from the press; es decir, la animación de la prensa, en referencia metafórica y sarcástica a las populares cheerleaders.
[6] The ‘Situation Room’ (sala de situación). Se refiera a una sala de la Casa Blanca desde la cual se siguen los conflictos internacionales.
[7] El autor se refiere a que la pasividad de los liberales contribuye a incrementar el conflicto.
[8] Judith Miller fue, y sigue siendo, una polémica periodista estadounidense que en su momento trabajó para el  New York Times. Se caracterizó por su obsesión en hablar de las armas de destrucción masiva de Sadam Husein y de la amenaza que suponían para EE.UU., tanto antes como después de la invasión de Irak en 2003. Más tarde se descubrió que sus artículos e historias se basaban en informaciones falsas y en fuentes malintencionadas, lo que puso en un aprieto al New York Times y supuso el fin de su carrera como periodista respetable, al quedar bajo la sospecha de haber actuado de mala fe. Posteriormente, la polémica siguió acompañándola, al verse mezclada en ciertos asuntos turbios en los que aparecía la CIA por medio. En concreto se vio envuelta en el caso Valerie Plame, teniendo que pasar dos meses en la cárcel por negarse a revelar sus fuentes en este caso de la espía de la CIA. 
De ahí que Jason Hirthler haga esta referencia sarcástica a Judith Miller. 
[9] Nuestro tesoro entregado por Dios: se refiere al petróleo.


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3 comentarios:

  1. Puede que esta vez la arrogante USA se encuentre,que la fiesta no le salga gratis,saludos,

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  2. A finales de agosto, algunos medios publicaron que los turcos habían detenido a un grupo de rebeldes sirios con dos kilos de gas sarín. La mayoría de los medios sistémicos ocultaron esta noticia y no lo difundieron. Curiosamente, un medio de derechas como ABC, sí la difundió: http://www.abc.es/internacional/20130531/abci-sarin-siria-201305301816.html#.Uih7QTG-3G8.twitter Sobre esto, una de las cosas más vomitivas que pude leer en las redes sociales (en concreto en Twitter) fue a cierto señor colaborador habitual de La Marea y que presume de periodista independiente, cargar contra Izquierda Unida porque coincidía con el ABC en resaltar la posesión de gas sarin por parte de los rebeldes sirios. Este mismo periodista (twittero muy activo) se tomó muy en serio lo de descalificar cualquier información que procediese de RT por tratarse de un medio ruso. Bueno... quizás por ello, artículos como éste de Jason Hirthler, tienen un plus de valor, ya que es americano y es un medio americano quien lo publica, lo cual deja sin argumentos a más de uno.
    Ya en el mes de mayo, Naciones Unidas había advertido que los rebeldes tenían armas químicas,pero como dice Jason Hirthler esto parece importar poco a quienes apoyan la intervención. Sobre este comunicado del mes de mayo, puede leerse "La ONU tiene indicios de que los rebeldes sirios emplearon armas químicas" en http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/06/actualidad/1367832766_311214.html

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  3. Lamentable que hayamos tenido que enterarnos por los medios extranjeros, que el gobierno de Rajoy apoya la intervención. Como lamentable es el posicionamiento del PSOE, que adopta la misma postura que Obama y Hollande: da igual que no haya pruebas, da igual lo que se diga o se deje de decir..: intervención sí ó sí. Lamentable la cúpula del PSOE, y lamentable los integrantes de sus bases que están haciendo publicidad a favor de la intervención en foros, blogs y redes sociales. Difícilmente se puede llegar a traicionar los ideales socialistas de la forma en que lo hace el PSOE, porque no es la primera vez que apoyan las causas imperialista: llueve sobre mojado.

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