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martes, 29 de octubre de 2013

El manicomio de la derecha española. Hasta el Opus Dei reconoce la ilegalidad de la doctrina Parot.

La mentira permanente en la que vive la derecha española, periódicamente provoca situaciones sociales y políticas kafkianas, propias de una dimensión surrealista de la realidad. El engaño, la mentira, siempre implica una desconexión con las coordenadas reales de la vida social. El resultado, a menudo, es una forma de locura peligrosa que acaba transformando el escenario político en una suerte de manicomio, en un happening político representado por locos.



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Mentirijillas y mentiras en dosis letales. Los límites de la mentira política.

A menudo se dice que la clase política miente. Es un imaginario social. Un estereotipo. Un tópico. Un elemento retórico del discurso ciudadano sobre la realidad política. Lo cual no quiere decir que no tenga un fondo de verdad dicho imaginario. Si somos realistas, tendremos que reconocer que posiblemente un político que no sepa mentir, es un mal político. La acción política es eficaz en tanto mantiene una capacidad de encantamiento de masas, de seducción, de canto de sirena. Esto es la vida misma porque podemos extrapolarlo a otras esferas, como las relaciones personales, el amor, el sexo, etc. Engaño y autoengaño son omnipresentes en la vida social. Qué terrible sería la vida sino contásemos con el bálsamo de las mentirijillas. Pero la mentira política, igual que cualquier otro tipo de mentira, tiene sus límites, más allá de los cuales se vuelve inaceptable al convertirse en socialmente tóxica, en nociva para el ciudadano, en veneno que pone en peligro la salud del sistema político. En dosis razonables, es perfectamente digerible por el cuerpo social y hasta cierto punto inevitable; en grandes dosis resulta letal.

Un límite es cuando a un político se le pilla en una mentira; en un sistema políticamente sano, esto debiera tener consecuencias. Nos encanta criticar el sistema estadounidense (y creo que es criticable por un montón de motivos), pero en EE.UU. la mentira es de las pocas cosas que jamás le perdonan a un político. Nosotros, en cambio, nos levantamos todos los días y nos acostamos, pillando a los políticos en mentiras sin que esto tenga consecuencias. Lo terrible es que quizás nos hayamos acostumbrado a ello, dando lugar a una normalización social de la mentira política.

Esto último tiene que ver con otro límite mucho más severo: cuando la mentira se vuelve omnipresente, cuando el más mínimo componente de verdad se evapora, cuando ya no resulta posible decir 'en esto miente' y 'en esto dice verdad'. Cuando se traspasa esta barrera, ya no tenemos un político que únicamente miente, sino que en su lugar pasamos a tener a un estafador de la ciudadanía. La política entra en un territorio marcado por una liminalidad en la que ya todo vale. Y ésta es la situación en la que parece que vive España con el gobierno del PP. La hoja de ruta del gobierno de Rajoy y de su partido, discurre por los raíles de la mentira permanente. En este sentido es un gobierno de estafadores, de trileros de la política. Tanto es así, que ya hemos asumido que cuando el gobierno dice que no subirá los impuestos, es que va a subirlos; cuando dice que no recortará en pensiones, es que sí va a recortar; cuando dice blanco, sabemos que va a ser negro. Cuando se alcanza tal estado de las cosas, la metástasis del sistema político exige de respuestas radicales y quirúrgicas.

Las mentiras del caso de la doctrina Parot

La doctrina Parot poco tuvo que ver con la Justicia y la Legalidad. En cambio, tuvo mucho que ver con la esfera política. Subrayo tres dimensiones de su naturaleza política.

En primer lugar, formó parte de la guerra sucia contra ETA, porque fue una respuesta política al movimiento abertzale para forzar el abandono de la lucha armada por parte de ETA. Y digo que formaba parte de la guerra sucia porque suponía una clara violación del estado de derecho, de un principio elemental del sistema judicial en una sociedad democrática, de un componente básico de los derechos humanos. La doctrina Parot sentaba un peligroso precedente al ser una puerta abierta para asomarse al abismo de una forma de entender la Justicia propia de épocas absolutistas. 

En segundo lugar, su condición política residía en que se impulsó con una clara intencionalidad electoralista y populista, desde el ventajismo y oportunismo políticos.

Por último, en tercer lugar, la doctrina Parot se convirtió en realidad gracias a la instrumentalización política que los dos grandes partidos españoles, el PP y el PSOE, hacen del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional. Ambos tribunales, lejos de ser instancias jurídicas independientes, son un "tuya-mía" entre el PP y el PSOE; es decir, son instrumentos políticos. De manera que, en tanto existía un consenso entre ambos partidos, la doctrina Parot resultó aprobada estando en el gobierno Zapatero. El acuerdo PP-PSOE al respecto, fue absoluto. 

Es muy significativo que la doctrina Parot se aprobase siendo Rubalcaba Ministro del Interior, un político de la vieja guardia que tuvo ocasión en el pasado de familiarizarse muy de cera con la guerra sucia contra ETA, aunque por supuesto no estuviese implicado en la misma.

La primera gran mentira estuvo en que se presentó a la ciudadanía una decisión política como si fuese una neutra e imparcial decisión judicial. Los medios de comunicación se encargaron además de crear la atmósfera social adecuada para que obtuviese el respaldo social, con un planteamiento amarillista cargado de sensacionalismo.

La segunda gran mentira, peligrosísima mentira, fue que se convenció a una buena parte de la sociedad que la doctrina Parot era la quintaesencia de la Justicia, una medida que venía a reestablecer el valor de lo "justo" además desde una escrupulosa legalidad. Fue así como, por parte del PP y del PSOE, la violación de un principio esencial de los Derechos Humanos, se transformaba, por la magia de la mentira política, en un fortalecimiento de la Justicia, de lo justo y deseable.

Era obvio que, antes o después, la doctrina Parot no pasaría el filtro del TEDH de Estrasburgo. Pero daba margen de tiempo suficiente para que diese el resultado político esperado. La doctrina Parot nació como herramienta política con fecha de caducidad, pero en tanto no caducó, funcionó. 

Y más mentiras. La esquizofrenia del PP.


El devenir político ha hecho que le haya tocado al PP lidiar con un toro no deseado: la resolución del TEDH. Es decir, el momento en el que caducaba esa fabulosa herramienta política que resultó ser la doctrina Parot.

El gran problema para el Partido Popular es que lleva tantos años utilizando el tema del terrorismo con fines partidistas, electoralistas y populistas, que ahora difícilmente podía encontrar una salida política a la sentencia de Estrasburgo. Estoy seguro que, en privado, los líderes del PP sintieron alivio con la sentencia del TEDH, ya que la aplicación de la doctrina Parot es uno de los muchos factores que están bloqueando la solución del conflicto vasco. Más tarde o más temprano, y mal que le pese a muchos, la resolución definitiva del problema vasco pasará por la puesta en libertad de los presos de ETA (en su momento ya se hizo algo parecido con los poli-milis). En este sentido, la doctrina Parot, aunque sirviese de presión contra ETA, nos alejaba de esa solución final. Por ello, soy de los que piensan que posiblemente el gobierno se haya sentido aliviado con algo que no dejaba de ser una patata caliente.

Pero de cara a su parroquia, el PP necesitaba jugar el rol de indignado con Estrasburgo. La inercia de su propio discurso le llevó a mostrar su disconformidad con la sentencia, aunque esto suponía la aberración política de contradecir al máximo tribunal de los Derechos Humanos (una sentencia que además se tomó casi por unanimidad). Dice Iñaki Gabilondo: el PP descubrió "el gran filón que ese dolor de las víctimas constituía y comenzó a hacer un uso indebido: lo utilizó como munición política". Precisamente esa instrumentalización se ha convertido ahora en un boomerang para el PP. 

En sus mentiras, el PP siempre ha contado con los medios de la caverna. Son el gran soporte de la derecha española. Pero en esta ocasión le han hecho un flaco favor. Tras producirse la sentencia, la caverna mediática se lanzó a una campaña sensacionalista en la que se transmitía el mensaje de que el TEDH obligaba a España a poner en libertad a terroristas, violadores de niños y todo tipo de peligrosos psicópatas sociales. ¡El orgullo patrio herido por culpa de Europa! En pocas horas la caverna mediática creaba y difundía una poderosísima y efectiva asociación semántica entre terrorista y violador múltiple, entre un problema que pertenece a la esfera política y otro que implica la existencia de una lacra social (la violencia sexual) propia de una sociedad enferma. Con ello la caverna mediática mostró su extraordinario poder de manipulación de masas, porque tal asociación de ideas, tal mensaje efectista... funcionó a la perfección. Y así la gente, que hablaba de la doctrina Parot mientras tomaba su café en el bar o compartía mesa familiar, pasaba con absoluta naturalidad de hablar del terrorista al asesino y violador de las niñas de Alcácer. Poderosa metonimia la creada por esta manipulación mediática. '¿Está usted a favor de la sentencia del tribunal de Estrasburgo? Entonces sepa usted que está defendiendo a los violadores'. ¿Por qué será que no deja de asombrarme la capacidad de manipulación y de demagogia de los medios de la caverna?

El pasado domingo, tuvo lugar en Madrid la manifestación en contra de la sentencia del TEDH de Estrasburgo. Convocaba una de las asociaciones de víctimas: la AVT, Asociación de Víctimas del Terrorismo. Es una de las varias que existen. Alguna otra asociación de víctimas se desmarcó de la convocatoria. Fue apoyada por el Partido Popular, incluyendo miembros del gobierno. Increíble pero cierto.

La AVT es una asociación controlada por personas de extrema-derecha, impulsada en su momento desde el Partido Popular, alimentada permanentemente por éste. Como organización satélite, en el pasado el PP la ha utilizado contra el gobierno de Zapatero, de forma tan canallesca que difícilmente podríamos encontrar un parangón en la Europa actual. 

Una de las muchas bandera franquistas que se vieron,
y saludos fascistas durante  la manifestación de la AVT
La manifestación de la AVT tuvo mucho de revival franquista, por las muchas banderas franquistas que se vieron y por los gestos de saludo fascista realizados por manifestantes y que fueron captados por las cámaras. Pero también vino a provocarnos un déjà vu sobre aquellos tiempos en los que los Pirineos separaban el sagrado territorio de las esencias patrias de la pérfida Europa, representada simbólicamente en esta ocasión por Estrasburgo. Amplios sectores establecieron una sinécdoque entre el TEDH y Europa. El TEDH pasaba a ser un condensador de significados de una Europa hostil. Nuevamente, como en tiempos de Franco, el peligro para la patria venía de más allá de los Pirineros, desatándose una oleada de sentimiento nacionalista patriótico. Y como ocurría durante la dictadura fascista, cuando el Caudillo convocaba a las masas a la Plaza de Oriente para manifestarse contra la injerencia extranjera,  también en esta ocasión salió nuestra derecha neofranquista para manifestarse contra esa nueva injerencia europea, que pone en libertad a peligrosos terroristas y violadores de niños.

El Partido Popular intentó contentar a su parroquia recurriendo al miserable y canallesco 'la culpa es de Zapatero'; me gustaría llamarles hijos de puta por eso, pero me lo impide mi creencia de que las prostitutas son mujeres absolutamente honorables y dignas, igual que sus hijos, y ni estos ni sus madres merecen ser comparados con esta gentuza del PP.

Sin embargo, en esta ocasión echarle la culpa a ZP no le funcionó al PP, y sus huestes de la AVT cargaron abiertamente contra el gobierno. Es muy posible que Esperanza Aguirre o algún otro peso pesado pepero (¿Aznar?) haya estado detrás y que la bronca de la AVT tenga que ver con la guerra particular que el PP mantiene internamente.

Hasta el Opus Dei reconoce la ilegalidad de la doctrina Parot

La demagogia y la mentira a la que nuevamente recurre el PP tras el fallo de Estrasburgo, deja a Rajoy en una difícil situación. Por suerte para él, hace mucho que nuestro presidente de gobierno parece haber asumido la filosofía de Groucho Marx como eje de su discurso político. Así, cuando le preguntaron qué le diría a las víctimas del terrorismo al hilo de la sentencia del TEDH, se limitó a contestar: "que llueve mucho en Madrid". 

He seleccionado un fragmento del artículo de un catedrático de Derecho, ya jubilado, publicado este lunes 28 de octubre en La Voz de Galicia, con el titulo "Dos sentencias". No es un catedrático cualquiera. No es un jurista sospechoso de ser un rojo, un tipo de izquierdas; tan siquiera progresista. Todo lo contrario, porque se trata de un miembro super numerario del Opus Dei, afín al Partido Popular: José Luis Meilán Gil. Diputado de UCD por la provincia de A Coruña entre 1977 e 1979, aunque posteriormente se retiró de la política activa siempre estuvo vinculada en su afinidad a la derecha del PP. En el último período de su vida antes de jubilarse, fue rector de la Universidade da Coruña. Transcribo una parte de su artículo de La Voz de Galicia:
Dos sentencias recientes que tienen que ver con ETA llevan a reflexionar sobre la misión y el ámbito del Derecho, su independencia de la política y, en concreto, sobre la duración de las penas y su finalidad última. Como es fácil deducir me refiero a la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contraria a la conocida doctrina Parot y a la relativa al caso Faisán, pendiente de lo que resuelva el Tribunal Supremo. La primera tiene una incidencia social de primer orden, cualquiera que sea el punto de mira. Desde el estrictamente jurídico no creo que pueda ser descalificada. El argumento fundamental no consiste en el modo en que los tribunales españoles decidieron contar la duración de la pena, sino el carácter retroactivo de la interpretación realizada, un cambio jurisprudencial discutible. La condena se había dictado aplicando el Código de 1973. Aunque resulte paradójico es la gloriosa servidumbre de la ley y, con mayor amplitud, de un Estado de derecho. No es legítimo forzar el Derecho al servicio de fines políticos. En el extremo lo mostró de un modo escalofriante el filme La solución final: se utilizó por los nazis para «justificar» el gaseado de los judíos. (...) La consideración política no debe utilizarse para beneficiar al enjuiciado. Tampoco para perjudicarlo. A los tribunales españoles no les queda otra salida que aplicar la sentencia del TEDH. El Gobierno no puede interferir en la aplicación (...).
Me pregunto, qué le queda al PP cuando uno de los más influyentes miembros gallegos del Opus Dei, destacado y reconocido jurista, se pronuncia en esa línea. Me temo que lo único que le queda, es seguir haciendo lo que siempre hace: seguir mintiendo y tirar palante.

Meilán Gil (izquierda), en su época de rector de la UDC en 2002, acompañado de Fraga (centro) durante la investidura como Doctor Honoris Causa  al que entonces era director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez (derecha),  El escándalo financiero de Caixa Galicia, del que Méndez fue uno de sus protagonistas, ha provocado que el actual equipo de gobierno de la UDC le haya retirado el Honoris Causa.

Recomendaciones
Ver también en este blog el excelente artículo de nuestro compañero Manuel GarcíaLa sentencia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la Doctrina Parot, publicado el viernes pasado (pinchar sobre el hipervínculo para acceder al mismo).

1 comentario:

  1. Saludos a la topera y muchisimas gracias por el articulo, una verdad entre tanta mentira. La mentira hay que retroalimentarla... con multiples embustes que hacen de "ladrillos",sino esa estructura, ese castillo de naipes...se viene abajo. Mantener una gran mentira supone un gran esfuerzo por quien o quienes la sostienen. Hay un problema basico. Que un sistema basado en la mentira... no tiene fin, es voraz y su final es la autodestruccion y es eso a nivel politico, es lo que pienso, le esta ocurriendo al PP. Hay antecedentes en Europa con nuestro vecino transmediterraneo Berlusconi... queriendo cambiar las reglas democraticas. Resulta paradojico que los herederos de la Roma antigua hayan estado gobernad@s por un verdadero hipocrita... el amor a la cultura griega... elevado a la maxima expresión, un grave error platonico. Por cierto, el record guinnes, de un sistema cerrado basado en la mentira, lo obstenta la religion del "tripartito divino" y sus multiples secuelas. Se consumen entre ellos disfrutando de un solo dios(hay que joderse), Siempre afiliadas al poder, algunas desde tiempos de Constantino, sobreveviven. Y es esto precisamente lo que el PP intenta desde su mayoria absoluta,engañar a todo un pueblo, con la sola intencion de perpetuarse, fracasaran:)cuando los problemas acucien seriamente a una gran parte de la poblacion. El terror se escribe en singular, no entiendo tipos diferentes de terror, sinembargo la doctrina Parot pone en pie lo contrario, la diferenciacion del terror y por su puestos de sus victimas, lo demuestra su cruzada contra la ley de memoria historica y el victimismo incrustado en la genetica del PP... bueno que eso... que tengo agujetas en lo datiles, pa´colmo... son la una y pico y yo con estos pelos. Un abrazo muy fuerte... desde Sevilla:)... que maravilla...:))

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