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jueves, 9 de enero de 2014

El derecho a decidir en España. Una reflexión basada en la Historia. Parte II: antecedentes históricos (de la dinastía borbónica a la II República).


Caricatura de 1869, sobre la sucesión monárquica. Isabel II con el niño que luego será Alfonso XII. La figura de la boina roja representa un carlista.




Casa de Borbón

Como ya dije en la entrada anterior, salvo en Aragón y Cataluña donde la actividad comercial y la producción manufacturera rural habían alcanzado un nivel significativo, en el resto de los reinos la población se dedicaba a la agricultura en su mayor parte. Eso sí eran muy descentralizados, cada reino era independiente de los demás, tenían en común el rey y nada más.

Como se dijo anteriormente se proclamó rey después de una terrible guerra el nieto de Luis XIV, Felipe. Fue resuelta por el Tratado de Utrech, donde Felipe para obtener la corona cedió los reinos de la península italiana a Austria y Gibraltar a Inglaterra. Además cedió Menorca a Inglaterra, aunque posteriormente volvió a la monarquía borbónica.

Felipe V  (por Louis-Michel van Loo, c. 1739)
  Museo del Prado
En la Guerra de Sucesión unos reinos peninsulares apoyaron a Felipe y otros al candidato austriaco. Cuando terminó la guerra, Felipe centralizó la administración. O sea de un conjunto descentralizado pasó a uno totalmente centralizado, excepto para el Reino de Navarra, el Señorío de Vizcaya, Álava y Guipuzcoa, que mantuvieron sus fueros e instituciones propias al haberse mantenido fieles a la causa borbónica, aunque perdieron los nombres de reino y señorío.

A Aragón y Cataluña que no habían apoyado a Felipe se les castigó. Por el Decreto de Nueva Planta se abolieron casi todas sus leyes específicas y se impusieron las castellanas. Se obligó a que todos los documentos oficiales y comerciales fueran en castellano. La realidad es que se impusieron las leyes y el idioma castellanos en todo el reino salvo las excepciones anteriormente dichas.

Con la mentalidad propia de su país de origen, estableció la Ley Sálica, que daba preferencia a los miembros varones de la familia real a reinar antes que las mujeres.

No voy a entrar en los siguientes reinados de la dinastía hasta Fernando VII. Lo único es decir que, con cada reinado, Fernando VI, Carlos III y Carlos IV, el estado se fue centralizando cada vez más, con lo que, en lo que eran los antiguos reinos y señoríos, creció el descontento.

A partir de 1808 se desarrolló la Guerra de Independencia. No voy a referirme a ella más que señalar que Napoleón impuso como rey a su hermano José, que en todo el jaleo de la guerra intentó una liberalización del sistema. La parte que permaneció fiel a la dinastía borbónica intentó un acercamiento a los aires que emanaron de la Revolución Francesa e intentó la redacción de la Primera Constitución Española, en Cádiz, La Pepa.

Fernando VII por V. López Portaña
 (c. 1814-1815). Museo del Prado.
Después de la Guerra de la Independencia, volvió la dinastía borbónica con Fernando VII, que abolió cualquier intento de alguna liberalización y libertad y gobernó como el rey más absoluto de todos. En su reino hubo mucho descontento por la represión, las hambres y las epidemias de peste que se producían periódicamente.

Durante el reinado de Fernando VII se produjeron las emancipaciones de casi todas las colonias españolas en América. Sólo continuaron bajo el dominio español Cuba y Puerto Rico. Además estaba la colonia de Filipinas en Asia.

Al morir Fernando se originó un problema, ya que tenía dos hijas, ningún hijo varón. Aunque Carlos IV había abolido la Ley Sálica, la cosa parece que no estaba tan clara porque no se había publicado, pero fue proclamada reina su hija mayor, que reinó con el nombre de Isabel II.

En todo el reino, como he dicho, había un gran descontento entre el pueblo y la incipiente burguesía. Ahora el descontento se extendió a la misma familia real. Carlos, un hermano de Fernando VII, no estuvo conforme y se proclamó rey. Le apoyaron grandes partes del actual País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia. Éste fue el principio de las Guerras Carlistas. Su ideario era bastante conservador, pero tenía un lema que era “Dios, Patria, Rey y Fueros”. O sea que en su propósito estaba mantener los Fueros de Navarra y el País Vasco y recobrar la descentralización que, en todo el país, había abolido Felipe V.

Isabel II se tuvo que apoyar en los liberales para mantenerse en el trono. Y de paso mantener el centralismo del estado.

El nacionalismo que estaba, desde Felipe V, en Cataluña, Valencia y Baleares, ahora se extendió al País Vasco; de hecho el Carlismo además de conservador fue nacionalista.

Mapa político de España en 1854


La primera Guerra Carlista fue la más dura. Ganaron los de Isabel y quedó un resentimiento en los vencidos.

Pocos años después hubo una segunda Guerra Carlista que fue breve. En el gobierno de Isabel II se empezó a amenazar con quitar los fueros que quedaban. Pero en el gobierno monárquico tuvieron bastantes otras complicaciones, hasta el destronamiento de la propia reina en 1868.



Caricatura de la época sobre los carlistas

Además en aquellos años se empezó a organizar el nacionalismo gallego. El idioma gallego, desde el siglo XV, había ido quedando relegado a las clases populares, mientras que la nobleza y la burguesía se decantaban por el castellano. También cuando en 1833 se dividió el estado en 15 regiones y 49 provincias, de lo que es la Galicia histórica se sacó El Bierzo y se incorporó a León, lo que disgustó a los gallegos.




I República

Después del destronamiento, hubo un periodo que duró más de cinco años de inestabilidad. En ellos hubo primero regencia, después el reinado de Amadeo I (era de la dinastía reinante en Italia, los Saboya), abdicación, Primera República, nueva regencia y vuelta a la monarquía borbónica con el hijo de Isabel II, Alfonso XII.

En la I República Española se produjo un hecho que indicaba muchas de los problemas que han ocurrido y están ocurriendo actualmente. Se produjo un movimiento cantonal, centrado principalmente en la provincia de Murcia, concretamente alrededor de la ciudad de Cartagena, por lo que esa zona se llamó el Cantón de Cartagena. En julio de 1873 hubo una rebelión, además de en Cartagena, en distintas zonas, por ejemplo en Alcoy, Sevilla, Málaga, Granada y otras ciudades. En total llegó a haber en España hasta 28 cantones. Pedían el proclamar una República Federal en España, pero desde abajo, no desde el poder. El centro de esta rebelión fue la ciudad de Cartagena, elegida porque era la única que tenía armas y defensas para poder soportar el acoso de las tropas gubernamentales. La sublevación comenzó el 12 de julio de 1873 y terminó con la derrota de los sublevados el 13 de enero de 1874.

Mapa del Cantonalismo en 1873


Creo que esto indicó un espíritu de las distintas regiones de España sobre una descentralización que en realidad nunca en toda su historia llegó a producirse bien. En este fenómeno hubo una gran aceptación popular y fue apoyado por el sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajado (CNT).


El desarrollo inicial de los nacionalismos modernos

En el ínterin de este periodo se desarrolló la tercera guerra carlista, que terminó en el reinado de Alfonso XII. El resultado fue que, excepto en los económicos, quedaron abolidos todos los fueros en las tres provincias vascas y Navarra.

Con ello se empezó a radicalizar el Nacionalismo Vasco y en 1895 Sabino Arana creó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), partido de ideología conservadora y cristiana, cuyo último fin era constituir el Estado Vasco que comprenderían las tres provincias vascas españolas, Navarra y las tres provincias vascas francesas. O sea:
Sabino Arana
  • Iparralde (traducido como "la parte norte"): correspondiente a los antiguos territorios de Labort, Sola y Baja Navarra (Lapurdi, Zuberoa y Behe Nafarroa) que forman el País Vasco Francés, en el departamento de los Pirineos Atlánticos.
  • Hegoalde (traducido como "la parte sur"): correspondiente a las comunidades autónomas españolas del País Vasco y Navarra, y algún otro pequeño territorio.
Eso sí, el idioma vascongado se mantuvo bastante extendido entre la población, sobre todo fuera de las grandes ciudades.

En Cataluña nunca se perdió la lengua, que estaba muy extendida tanto entre el pueblo como entre la burguesía. Aquí el nacionalismo tuvo otras complicaciones. Tanto lo que se llamó el Reino de Valencia, como Baleares fueron conquistadas por el reino Catalano-Aragonés, pero el mayor dinamismo de la economía residía en Cataluña, por lo que la lengua y la cultura de esas zonas se derivó principalmente de las catalanas. Se empezó a formar la idea de los Països Catalans que comprenderían Cataluña, la Comunidad Valenciana, Baleares, Rosellón y la Cerdaña franceses y algunas zonas de Aragón. Esta idea encuentró una oposición importante en la Comunidad Valenciana y alguna también en Baleares y no digamos en Aragón.

En Galicia se dio también un desarrollo del nacionalismo. Entre 1875 y 1907 se desarrolló el Rexionalismo. En este período se dio una reestructuración cultural e ideológica, en la que sectores tradicionalistas y conservadores adoptaron las ideas galleguistas. Su acontecimiento destacado fue la fundación de la Asociación Regionalista Gallega, y tuvo cómo líderes principales a Manuel Murguía y Alfredo Brañas. Remata con la fundación de la Real Academia Galega (RAG) y el paso a las Irmandades da Fala.

Canarias tiene otra especificidad que los territorios peninsulares españoles. Está muy distante geográficamente del resto de España y al lado del continente africano. Sociológicamente se ha desarrollado de forma única en el país. Un caciquismo exagerado ha sido una constante. Y también tenía muchas diferencias con las Islas Baleares que desde hacía siglos estaba integrada en la civilización mediterránea.

Hay un tema que quizá haya marcado el carácter canario. Es el Tributo de Sangre. Consiste en que desde finales del siglo XVI, hasta principios del siglo XIX la corona ordenaba a las fuerzas vivas del archipiélago canario que un determinado número de canarios fueran a colonizar territorios americanos, Luisiana, Venezuela, Cuba, etc. Entonces estas fuerzas vivas indicaban a unas familias, elegidas por ellos, que recogieran sus cosas porque al día siguiente embarcaban para América. Evidentemente los habitantes dóciles no eran los elegidos para irse al continente americano.

Aunque había habido manifestaciones soberanistas tales como levantamientos y motines desde la conquista castellana, difícilmente podríamos clasificar dichas manifestaciones como nacionalistas. Es a finales del siglo XIX cuando los nacionalistas canarios empiezan a agruparse en organizaciones políticas más o menos importantes. En parte, compartiendo escenario político con el movimiento obrero, y vinculado con las comunidades canarias emigrantes en países como Cuba o Venezuela (a la que se llama la octava isla). En ese escenario nacería en Tenerife, a principios del siglo XX, el Partido Popular Autonomista (PPA), vinculado a la Asociación Obrera Canaria.

Secundino Delgado
Nicolás Estévanez, José Cabrera Díaz y, sobre todo, Secundino Delgado, sufren y denuncian la que consideran como "nueva realidad colonial", derivada del incumplimiento de los pactos y el fin de la coexistencia de canarios y naturales del resto de territorios de España.

Secundino Delgado da voz al movimiento con sus publicaciones (El Guanche o Vacaguaré, entre otras), en buena parte, ilegalizadas y/o publicadas en otros países. Por ello algunos le consideran el padre del nacionalismo canario. Secundino Delgado estuvo en un primer momento vinculado al independentismo cubano de corte anarquista, fundando posteriormente un periódico independentista canario en Caracas denominado El Guanche.




La monarquía de finales del siglo XIX y principios del siglo XX


Alfonso XII
El reinado de Alfonso XII fue corto aunque durante él hubo mayor tranquilidad que en el periodo anterior. Cuando murió dejó la corona en un hijo póstumo y por lo tanto en una regencia muy prolongada donde estuvo su mujer María Cristina.

En la regencia entre los partidos Liberal y Conservador se firmó el Pacto del Pardo. En él el partido en el poder al cabo de un tiempo dimitía, se llamaba al otro partido a formar gobierno, que inmediatamente disolvía Las Cortes, convocaba elecciones, que naturalmente ganaba, pues se manejaban lo que se llamaban los burgos podridos, y vuelta a empezar en sentido contrario.

En esa regencia volvió a ser bastante agitada. Sobre todo por la guerra de independencia de Cuba. Para reprimir a los independentistas se hicieron levas de soldados. En realidad los únicos soldados que iban a la guerra de Cuba eran los de las clases más desfavorecidas, lo que dio lugar a disturbios lógicos en los campos donde vivían labradores pobres y en los barrios obreros de las ciudades donde empezaba una incipiente industrialización. En las clases acomodadas al que le tocaba ir a ser soldado pagaba al estado una cantidad con lo que se libraba.

España perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En la clase dirigente y en los medios de comunicación supuso un trauma, que procuraron transmitirlo al pueblo como forma de fomentar el nacionalismo español, como forma de justificar las malas políticas de las clases dirigentes.

Caricatura Alfonso XIII
En 1902 subió al trono Alfonso XIII. A principios del siglo XX se hizo efectivo el dominio español en lo que era su zona en el protectorado del Marruecos. Concretamente se pactó en la Conferencia Internacional de Algeciras. Allí había muchos intereses mineros de familias y políticos españoles. Siempre había disturbios y agitaciones en la zona.

En 1909 sube la tensión en las cábilas y el gobierno manda más tropas. En julio el gobierno manda allí tres brigadas mixtas, con reservistas que eran obreros padres de familia, que ya habían terminado el servicio militar hacía años, principalmente eran de Madrid y sobre todo de Cataluña. Se produjeron disturbios tanto en uno como en otro sitio. En Barcelona se produjo la Semana Trágica que aumentó el sentimiento nacionalista catalán, ahora también en las clases populares. La represión organizada por el gobierno fue brutal y sangrienta. Hasta entonces el nacionalismo había estado circunscrito a la burguesía.

En Marruecos en esos días se produjo una emboscada de los rifeños en el Barranco del Lobo, que fue una sangría para las tropas españolas. Causó una gran conmoción, y hubo una copla que empezaba así:
En el Barranco del Lobo
hay una fuente que mana
sangre de los españoles 
que murieron por España
.
Esta copla era la versión patriótica. Pero hubo otra menos conocida se cantaba en la campiña de Jerez, en la que se aludía al conde de Romanones que era uno de los propietarios de la Compañía Española de Minas del Rif:
Los obreros de la mina
están muriendo a montones
para defender las minas
del conde de Romanones.
que luego los asesina.

En este reinado siguió imperando, con alguna corrección fruto de enfrentamientos personales, que los dos partidos, Liberal y Conservador, se turnaran en el poder.

Ocurrió posteriormente, en 1921, otro hecho luctuoso para el ejército español en Marruecos. Las causas fueron parecidas a las de 1909, los intereses de los accionistas españoles de las Minas del Rif. Fue el Desastre de Annual, donde
Alfonso XIII y el dictador
Primo de Rivera
murieron más de 10.000 soldados, lo que hizo que se investigara y se elaborara el Expediente Picasso (por el nombre del general que lo dirigió), y que, es posible que implicara a muy altos mandos e incluso al rey, pero que no llegó a hacerse público pues ocurrió el golpe de estado del general Primo de Rivera de acuerdo con Alfonso XIII.

En 1929 nació la ORGA de Santiago Casares Quiroga, una organización gallega de corte autonomista, republicano y de izquierdas. Fue la fuerza impulsora del Pacto de Lestrove en 1930 y de la creación de la Federación Republicana Gallega. Esta alcanzó un importante éxito electoral en las elecciones constituyentes de 1931, siendo la fuerza hegemónica en Galicia con 15 diputados.

El gobierno conservador de Eduardo Dato aprobó, en 1913, la creación de la Mancomunidad de Cataluña, una especie de gobierno autónomo que englobaba las 4 diputaciones provinciales y que estaba dirigido por líderes de la Lliga. A partir de 1918 fue el partido más importante de Cataluña, aunque nunca consiguió la mayoría de los escaños catalanes en las cortes generales españolas. Su naturaleza conservadora hizo que participase en los últimos gobiernos de la Restauración, y que en 1923 no se opusiera a la la dictadura de Primo de Rivera, que sin embargo disolvió la Mancomunidad.

Francesc Maciá
Poco antes de la dictadura de Primo de Rivera fue cuando, liderado por Francesc Macià, aparece el primer partido independentista catalán, Estat Català.

A principio de 1930 en una jugada parecida a la defenestración de Mussolini por Víctor Manuel III en Italia en 1943, Alfonso XIII hizo dimitir a dictador Primo de Rivera.

Pasada la dictadura, Estat Català se unió a partidos y organizaciones de izquierdas para constituir Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que se convirtió en hegemónico en Cataluña durante la II Repúbica.



La II República

Pocos meses después del fin de la dictadura, hubo elecciones municipales, y en los principales ayuntamientos ganaron de forma arrolladora los partidos partidarios de la república. Alfonso XIII tuvo que salir de España y se proclamó la II República.

En Cataluña ganó rotundamente ERC. Su presidente Francesc Maciá, proclamó ese 14 de abril, la República Federada Catalana dentro de la República Española desde el balcón de la Generalidad de Cataluña. El gobierno provisional del país logró negociar y calmar las ansias catalanas para hacer una constitución que dejara satisfechos los deseos autonomistas o independentistas.

En 1933 murió Maciá y la presidencia de ERC pasó a Lluís Companys.

En octubre de 1934, hubo una huelga revolucionaria en varios sitios de España, por ejemplo en Asturias, y Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la "República Federal Española", quebrando la legalidad republicana y desafiando de manera armada al gobierno, el cual declara el estado de guerra y ordena la intervención del ejército, que acabó con el intento separatista. Companys fue detenido y encarcelado, y el gobierno autónomo suspendido.

En febrero de 1936 ERC formó parte del Frente Popular, que ganó las elecciones generales. Poco después estalló la Guerra Civil.

El PNV, como he escrito antes, era un partido cristiano y conservador. Durante la dictadura de Primo de Rivera se suspendió toda actividad política en España; además se elaboraron leyes "antiseparatistas" por las que los delitos cometidos contra la "unidad de España" serían juzgados por Tribunales Militares; se prohibió la simbología nacionalista (por ejemplo, la ikurriña) y además se incluye a las provincias vascongadas en una nueva división administrativa junto con las provincias no vasquistas de Burgos y Logroño. Pese a ello el PNV no se movió mucho, si acaso protestó un poquito y no hizo nada más.

En febrero de 1936 el PNV fue por libre, no el el Frente Popular. En la república defendió todas las iniciativas conservadoras, excepto en las cuestiones autonómicas. En el País Vasco siempre tuvo mayoría en todas las provincias.

Pero ante la sublevación de Franco, que desde el primer momento atacó las autonomías, el PNV se mantuvo fiel a la república. Aunque no fue muy aguerrido durante la Guerra Civil.

En el Frente Popular también estuvo el Partido Galleguista (PG) que aunque en él tenía una cierta fuerza la derecha, era autonomista, y las derechas españolas clásicas eran antiautonomistas.

Durante la república se elaboraron tres estatutos de autonomía, el Catalán, el Vasco y el Gallego. Se votaron favorablemente por la población, los tres en referéndum y el Catalán y el Vasco se aprobaron en el Parlamento Español. El estatuto Gallego no dio tiempo a ser aprobado parlamentariamente, pues se produjo la sublevación militar antes. El estatuto Andaluz estaba ya planificado para su elaboración, pero se impidió por la causa anteriormente dicha.

En resumen que la cuestión autonómica se había empezado a intentar resolver en la II República.


1 comentario:

  1. Gracias Manuel por la segunda parte de este recorrido didáctico, que permite ir viendo la "cuestión nacional" en el contexto histórico y también desmitificar algunos lugares comunes del nacionalismo español.
    En relación con la lengua gallega, en efecto durante siglos estuvo relegada a las clases populares.
    El fracaso de la revuelta Irmandiña es el origen de la situación de DIGLOSIA ( http://es.wikipedia.org/wiki/Diglosia ) que durante siglos hemos vivido en Galicia. La nobleza gallega se convirtió en una extensión de la nobleza castellana, lo que fue causa de que en Galicia el castellano siempre fuese la lengua del poder, de la dominación; poder y dominación que venían de fuera y que contaba con la colaboración de lo que quedó del mermado estamento nobiliario autóctono.
    Por otra parte, la burguesía gallega en su origen (origen muy tardío) en buena parte es foránea, con una relevante representatividad catalana y vasca, pero también de otros lugares. Esto también explica que el gallego nunca fuese la lengua de la burguesía. La burguesía gallega que se fue formando muy lentamente, imitó las modas y la cultura dominante que ha venido de fuera, asumiendo el castellano como lengua propia que le otorga prestigio social por su asociación semántica con "poder". Un ejemplo lo tenemos en aquellos emigrantes que iban a América y hacían fortuna, y que cuando volvían en público hablaban castellano presumiendo de prestigio social, y en la intimidad conservaban el gallego como lengua coloquial.
    Hasta bien entrado el siglo XX, Galicia ha sido abrumadoramente campesina. Si sumas a ese sector social mayoritario de campesinos, los pescadores y artesanos (de todos aquellos oficios tradicionales que había), pues tendrías lo que ha sido la población gallega en su mayor parte. Ahí es donde se ha mantenido el gallego como lengua de transmisión oral y, por tanto, ha sido no ya la lengua mayoritaria, sino abrumadoramente mayoritaria, ya que el castellano históricamente ha estado circunscrito a la minoría social que representaba el poder político, social, cultural y económico y que residía exclusivamente en las ciudades (en el débil tejido urbano existente).
    Con la industrialización y la aparición de una clase obrera gallega, el gallego pasa a ser también la lengua de esa clase obrera. Cosa por otra parte lógica, ya que dicha clase está formada por los campesinos que emigran a las ciudades y que conservan el idioma. La clase obrera en Galicia y las luchas de la clase obrera siempre han estado intrínsecamente unidas al gallego, frente a una burguesía que convierte al castellano en el idioma de la clase dominante.
    En este sentido el caso gallego es diferente a otros, como por ejemplo el catalán. En Cataluña el catalán ha sido la lengua de la burguesía, de la clase dominante. En Galicia no: el gallego ha sido la lengua de las clases dominadas; ha sido el idioma del pueblo.
    La normalización social del gallego en los últimos 30-35 años ha sido, por otra parte, bastante tramposa. La derecha castellano-parlante que ha gobernado en Galicia de la mano del PP, ha ido imponiendo un sistema de normalización lingüística "envenenado" que conlleva un germen de destrucción de la lengua a largo plazo, al ir castallenizando progresivamente el idioma gallego. Pero sin duda eso es ya otra historia :-)
    Un abrazo.

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