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sábado, 15 de marzo de 2014

Liderazgo, ficción social y representación popular. Una reflexión a partir de Bourdieu.





En uno de los seminarios en los que participé hace un par de semanas discutimos distintos textos de Pierre Bourdieu. No me gustó demasiado "El espacio social y la génesis de «clases»"  porque me pareció una reflexión demasiado simple y sofista sobre la perspectiva marxista acerca de las clases sociales.

No obstante, precisamente este punto sofista me hizo pensar en los múltiples partidos que han surgido en España en los últimos meses como voz y salvadores de los explotados y la gente corriente.

Creo que el fragmento que extractamos es una descripción muy clarificadora del proceso por el cual los líderes se arrogan en representantes del colectivo y acaban por definir al mismo, creando tautológicamente su propio espacio social, mientras subliman al propio grupo al que dicen servir y/o representar. Se trata de la legitimación de una falacia que expulsa al pueblo de su propio ser, es decir, la versión contemporánea del "Todo para el pueblo, pero sin el pueblo" de los monarcas absolutos de la Edad Moderna.

Fragmento de "El espacio social y la génesis de las «clases»", de Pierre Bourdieu (1)
"El portavoz dotado del pleno poder de hablar y de actuar en nombre del grupo y sobre el grupo por la magia de la palabra de orden, es el sustituto del grupo que existe solamente por esta procuración. Personificación de una persona ficticia, de una ficción social, arranca a aquéllos que pretende representar del estado de individuos separados, permitiéndoles actuar y hablar, a través de él, como un solo hombre. En contrapartida, él recibe el derecho de tomarse a sí mismo como el grupo, de hablar y actuar como si él fuera el grupo hecho hombre (...). 
El misterio del ministerio culmina cuando un grupo sólo puede existir a través de la delegación a un portavoz, quien lo hará existir y hablará por él, es decir, en su favor y en su lugar. El circulo es entonces perfecto: el grupo está hecho por el hombre que habla en su nombre, quien entonces aparece como la fuente del poder que se ejerce sobre aquellos que son su fuente verdadera. Esta relación circular es la raíz de la ilusión carismática que hace que, en el límite, el vocero pueda aparecer y aparecerse como causa sui. 
(...) el fetichismo político se encuentra precisamente en el hecho de que el valor del personaje hipostasiado, un producto de la cabeza del hombre, aparece como carisma, misteriosa propiedad objetiva de la persona, encanto impalpable, misterio innominable. (...)"

Personalmente, al leer el texto de Bourdieu reconocí varios procesos de generación de liderazgos que hemos contemplado en los últimos tiempos. A partir de propuestas a priori asamblearias, se han perfilado como representantes de la indignación social distintos personajes que se proclaman como los auténticos conocedores del pueblo, sus necesidades y anhelos. En un segundo paso, en nombre de esa representación arrogada se proclaman a sí mismos como líderes, representantes de un apoyo social legitimador que todavía no han recibido. Entran en juego los medios de comunicación que con intensas campañas de publicidad política reafirman esta candidatura "espontánea". Y vemos atónitos agrupaciones de distinta condición jurídica y/o política con juntas directivas y candidatos ya definidos, sin haber sido elegidos por nadie, pero que "representan auténticamente" al pueblo, sin que haya habido ningún proceso real de elección, por mucho que nos hablen de círculos, asambleas, democracia on-line, etc.
  
Como decía antes, son los salvadores de la democracia, aquellos que devolverán al pueblo sus derechos,  deslegitimando la política existente, pero sin contar con ese mismo pueblo que sólo participa como invitado de piedra, jaleador del proceso a posteriori.

Además, cuando se cuestionan estos métodos y propuestas, la única respuesta que se recibe es que están empezando y que no somos constructivos y sólo queremos entorpecer el "empoderamiento" popular.



(1) Pierre Bourdieu, "El espacio social y la génesis de las «clases»",  en Revista Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, Vol. III, nº 7, sep. 1989, pp. 27-55. Universidad de Colima, México.

7 comentarios:

  1. Bourdieu lo que parece defender es el despotismo ilustrado.
    No me gustan los “líderes”. Casi todos tienden a creerse que sintetizan las ideas del colectivo que lideran y tienden a separarse de ese colectivo, con lo que casi siempre se equivocan. Eso si al final lo que hacen simplemente es un provecho propio de su posición.
    Ese “líder” lo que debe hacer es una comunicación y rendición de cuentas con su colectivo.

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  2. Gracias, Alga Roja, por esta lúcida reflexión.
    Recuerdo en este contexto la novela "Los Convidados de Piedra" que Jorge Edwards sitúa en la convulsa Chile de 1973, no tantos años atrás, cuando el golpe de estado terminó con el gobierno de la "Unidad Popular"...

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  3. "un grupo sólo puede existir a través de la delegación a un portavoz, quien lo hará existir y hablará por él, es decir, en su favor y en su lugar."

    Un movimiento como Podemos y movimiento por la democracia necesita primeras figuras, diferentes, plurales para ir caminando. Pero la filosofía de ambos es amplair el protagonismo de una mayoría participativa.

    Para hablar en público hay que saber, tener algo que decir y atreverse.

    No es certera la ref. para el caso.

    Ana Mª.

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    1. Una de las causas que nos ha llevado hasta la actual situación, es la existencia de una amplia mayoría social anclada en el convencimiento de que la política es una cuestión de personas, de "figuras" como usted dice, en lugar de pensar en términos de programas y de contenidos concretos. Las "figuras" han acaparado la política española desde la Transición, aupadas en un liderazgo cocinado desde medios de comunicación. El resultado es la política espectáculo (ver "El triunfo de la política-espectáculo" en http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/2014/01/el-triunfo-de-la-politica-espectaculo.html y también "El carisma en el teatro de la política" en http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/2014/01/el-carisma-en-el-teatro-de-la-politica.html
      En este sentido Podemos es más de lo mismo, porque Pablo Iglesias no es más que un producto televisivo y mediático, pura imagen, mera fachada.
      Es bueno denunciar las tergiversaciones de la realidad. Podemos no es un movimiento como se dice, por mucho que Pablo Iglesias manipule insistiendo en esa idea:
      1º) Podemos nació como una asociación política que está legalizada como tal, con unos estatutos legales y una junta directiva que NO SON ACCESIBLES. Esto se ha ocultado y se oculta. De hecho los estatutos en los que se basó Podemos en su lanzamiento, han sido ocultados cuidadosamente. Todo un ejemplo de "transparencia".
      2º) También pasa por alto que Podemos surge como una iniciativa en torno a un partido político como es Izquierda Anticapitalista.
      3º) Podemos acaba de legalizarse como partido.
      Por todo ello, no entiendo el empeño de seguir con la falsedad de que Podemos es un "movimiento". Es distorsionar completamente lo que significa la idea de "movimiento político".
      Respecto a lo último: mire, para hablar en público lo único que se necesita es un medio de comunicación. Vamos a dejarnos de milongas y llamarles a las cosas por su nombre. Podemos sin publico.es, sin La Sexta y algún otro medio, sería NADA. Aún así, a pesar de todo eso, sigue siendo nada o casi nada.
      Lo mismo o parecido podemos decir de iniciativas como la de Elpidio Silva, Partido X, etc.
      Es de lamentar que mucha gente no sea capaz de vez la "ingeniería" política sistémica que hay detrás de todo esto.
      Yo sí creo que es una referencia completamente pertinente la de Bourdieu. De forma precisa, alude a la configuración del liderazgo político en las democracias burguesas.
      Saludos.

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    2. Para mí el gran acierto de podemos ha sido el candidato, primero hacen una presentación teatral en cuatro y después una pantomima de primarias, con un candidato carismático, mediático, físicamente atractivo, con apariencia juvenil e inteligente. Han conseguido que el candidato elegido por unos pocos parezca elegido por todos. El resto de partidos no han sido tan listos en la elección de sus candidatos.

      Yo, como tú, opino que el candidato es accesorio, que lo importante son el programa y los actos del conjunto del partido. Por eso creo que los partidos tendrían que elegir sus candidatos con preceptos publicitarios, como ha hecho podemos, ya que un candidato es un reclamo. Está claro que IU no entiende esto, ya que Cayo tiene sus muchas virtudes, pero sinceramente….. Menos mal que el resto de partidos tampoco lo entienden, hasta hoy claro, cuando vean que podemos, sin programa y sin apenas infraestructura, consigue un montón de eurodiputados las cosas cambiarán.

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    3. Leyendo ahora el comentario que hice hace un año y medio me resulta curioso como cambian los propios puntos de vista. Ahora pienso que no son del todo así las cosas.

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    4. Soy javi, que estaba en el bloger de mis otras cosas.

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