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viernes, 15 de mayo de 2015

Frentes dentro de los frentes dentro de los frentes. Intervenciones de la CIA en Europa occidental, años 50 y 60.


El 2 de agosto de 1980 tuvo lugar la matanza de Bolonia. Una bomba asesinó a 86 personas y dejó más de 200 heridos. El atentado se atribuyó a un grupo de extrema-derecha. Hoy en día todo apunta a que fue obra de Gladio, la organización terrorista secreta vinculada a la OTAN y a la CIA. Gladio fue una creación de la CIA para llevar a cabo operaciones clandestinas en Europa occidental. W. Blum en este nuevo capítulo de su libro, nos cuenta cómo surgió Gladio y para qué. Imagen: una parte de las víctimas mortales de la masacre.


Presentamos un nuevo capítulo del libro Asesinando la esperanza, de William Blum, dedicado a la intervención de la CIA en Europa occidental en las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo. 
Estamos ante un capítulo de especial interés, ya que los hechos mencionados vienen a mostrar la pantomima de la democracia europea después de la II Guerra Mundial, en especial su vasallaje al "Imperio". La financiación, por parte de la CIA, a través de redes de fundaciones y de todo tipo de organizaciones, de medios de comunicación y agencias de noticias, académicos, partidos y políticos, etc., convierte en una farsa esa democracia europea que nos han vendido como idílica. Es verdad que nada de lo mencionado por Blum nos pilla desprevenidos, pero el interés está en que el autor brinda detalles concretos y se refiere a hechos específicos que prueban todo aquello que denuncia.
Entre los diferentes aspectos mencionados, podemos destacar dos muy relevantes. Por un lado, cómo la CIA compró a partidos dominantes de la Internacional Socialista europea; el caso citado del Partido Laborista británico es un buen ejemplo, pero también otras organizaciones socialdemócratas. A través de los datos que Blum va facilitando, podemos entender mejor cómo el atlantismo de la OTAN va penetrando toda la vida política, social y cultural de la Europa occidental.
Por otro lado, tiene especial interés el epígrafe dedicado a la organización terrorista Gladio, un entramado clandestino montado por la CIA que comienza a operar en 1949 y cuyo principal cometido era contribuir a garantizar que la izquierda "real" nunca llegaría al poder en Europa occidental; la desestabilización política llevada a cabo por Gladio en Italia, es un buen ejemplo, porque el principal perjudicado fue el PCI.
Es un texto corto y os invitamos a leerlo con mucha atención y a difundirlo. Es necesario que este tipo de textos circule y en esto consiste la labor de información alternativa. Cada uno de nosotros tiene que convertirse en un divulgador de este tipo de trabajos (y que nuestros amigos cubanos de la Editorial Oriente nos perdonen por saltarnos el copyright al difundir capítulos de la edición en castellano del libro de Blum, pero en conciencia pensamos que es un imperativo moral hacer llegar al mayor número de personas el texto de William Blum; estamos seguros de que lo entenderán, igual que el autor de la obra). 


Para acceder a otros capítulos publicados en el blog, véase al final los hipervínculos en el índice del libro.
Referencia documental: William Blum: "Alemania, década de 1950. Cualquier cosa: desde delincuencia juvenil hasta terrorismo", en Asesinando la esperanza. Intervenciones de la CIA y del ejército de los Estados Unidos desde la II Guerra Mundial., cap. 15, pp. 125 a 130. Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005 (original en inglés: William Blum, Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004).
Fuente de digitalización y correcciones (cítese y manténgase el hipervínculo): blog del viejo topo
Imágenes: son un añadido nuestro.

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Europa occidental. Décadas de 1950 y 1960: frentes dentro de los frentes dentro de los frentes. 
(William Blum, Asesinando la esperanza. Intervenciones de la CIA y del ejército de los Estados Unidos desde la II Guerra Mundial)


En la conferencia del Partido Laborista británico en l960, Michael Foot, el futuro líder del partido y miembro de su ala izquierda, fue acusado de “simpatizar” con el entonces líder Hugh Gaitskell. Foot respondió preguntando en referencia a Gaitskell y otros del ala derecha del Partido: “Pero ¿con quién simpatizan ellos?“ (1)

Tal como se comprobó, habían sido simpatizantes de la CIA por espacio de varios años. También lo eran franceses, alemanes, holandeses, italianos y toda una corte de otros europeos occidentales; todos habían tomado parte en una operación de la CIA para ganar los corazones y las mentes de liberales, socialdemócratas y socialistas de diversos tipos, para mantenerlos fuera de las garras del oso ruso.

Era un empeño de grandes proporciones. Durante cerca de veinte años, la Agencia utilizó docenas de fundaciones norteamericanas, instituciones caritativas y similares, incluidas algunas de su propia creación, como instrumentos o vehículos de pago de todo tipo organizaciones en EE.UU. y en el extranjero, muchas de las cuales, a su vez, formaban otros grupos. Tan numerosas eran las instituciones participantes, tantas eran las interconexiones y solapamientos, que es poco probable que alguien en la ClA tuviera una visión del conjunto, no digamos ya ejercer control sobre ellas o sus finanzas (ver Anexo l).

Los beneficiarios finales de este flujo de efectivo eran partidos políticos, revistas, agencias de noticias, sindicatos, otras organizaciones laborales, grupos estudiantiles y juveniles, asociaciones de juristas y otras empresas comprometidas con el “Mundo Libre”, con las que se podía contar para extender el evangelio si se les daban suficientes fondos.

La principal organización establecida por la CIA en este período fue el altisonantemente llamado Congreso por la Libertad Cultural (CLC). En junio de 1950, científicos y literatos destacados de EE.UU. y Europa se reunieron en el Teatro Palacio Titiana, en la zona norteamericana de Berlín, ante una extensa audiencia, para crear la organización cuyo propósito era “defender la libertad y la democracia contra la nueva tiranía que barre el mundo”. El CLC pronto se proyectó en todas direcciones con seminarios, conferencias y un amplio programa de actividades políticas y culturales tanto en Europa occidental como en India, Australia, Japón, África y en todas partes.Tenía, además, más de treinta publicaciones periódicas bajo sus auspicios, entre ellas en Europa: Socialist Commentary, Censorship, Science and Freedom, MinervaSoviet Survey (o Survey), China Quarterly y Encounter en Gran Bretaña; PreuvesCensure contre les Artes et la Pensée, Mundo Nuevo y Cuadernos, en Francia (las dos últimas en español dirigidas hacia América Latina); Perspektiv en Dinamarca; Argumenten en Suecia; Irodalmi Ujsag en Hungría; Der Monat en Alemania; Forum en Austria; Tempo Presente en Italia y Vision en Suiza. También había vínculos del CLC con The New Leader, Africa Report, East Europe y Atlas en Nueva York. (2)

Por lo general, las publicaciones del CLC eran revistas culturales y políticas bien escritas que, en palabras del antiguo ejecutivo de la CIA Ray Cline, “no podrían haber sobrevivido financieramente sin los fondos de la CIA”. (3)

Entre las otras organizaciones relacionadas con los medios que recibían subsidios de la CIA en Europa estaban la agencia de noticias germano-occidental DENA (luego conocida como DPA) (4), la asociación internacional de escritores PEN, radicada en París, ciertos periódicos franceses (5), la Federación Internacional de Periodistas y el Forum de Figuras Mundiales, un servicio de noticias sobre personalidades radicado en Londres cuyas historias eran compradas por cerca de ciento cuarenta periódicos en odo el mundo, incluidos treinta en EE.UU. -entre los cuales estaba el Washington Post y otros cuatro diarios importantes. El comité eclesiástico del Senado de EE.UU. informó que los “diarios norteamericanos importantes” que utilizan este servicio tienen conocimiento de que el Forum estaba “controlado por la CIA”. The Guardian y The Sunday Times de Gran Bretaña también utilizaban el servicio, que antes se había llamado Forum Service. Hacia 1967, según uno de los principales escritores del Forum, el servicio de noticias se había convertido quizás en “el esfuerzo principal de la CIA en los medios en el mundo”, un logro no pequeño si se considera que la CIA, en su apogeo, estaba dedicando un 29 % de su presupuesto a la propaganda y a los medios (6).

Otro importante receptor de la beneficencia de la CIA fue Axel Springer, el barón de la prensa germano-occidental que recibió secretamente cerca de siete millones de dólares en la primera mitad de los 50 para ayudarlo a construir su vasto imperio. Springer, hasta su muerte en 1985, era el jefe del mayor conglomerado de publicaciones en Europa del Oeste, y se levantaba como un pilar de los sentimientos anticomunistas y pro occidentales. El editor del influyente semanario germano-occidental Der Spiegel, Rudolph Augstein, ha observado: “Ningún hombre en Alemania, antes o después de Hitler, con la posible excepción de Bismarck o los dos emperadores, tuvo tanto poder como Springer”. Su relación con la CIA continuó, según se dice, al menos hasta principios de los 70 (7).

*

El creador del programa norteamericano, el jefe de la División de Organizaciones lntemacionales de la CIA, Tom Braden, escribió más tarde que la Agencia colocó un operativo en el CLC y que otro se convirtió en editor de la revista más importante del Congreso: Encounter (8). Es de presumir que hubiera al menos un agente u oficial de la ClA.en cada uno de los grupos fundados. Braden afirmó: “Los agentes podían [...] proponer programas anticomunistas a los dirigentes de las organizaciones”. Añadió sin embargo que era una política “protegerla integridad de la organización al no pedirle que apoyara todos los aspectos de la política norteamericana” (9).

Los periódicos del CLC apelaban a la izquierda no marxista (Forum, en contraste, era conservador), que generalmente evitaba la lucha de clases y la excesiva nacionalización de la industria. Estos periódicos se adherían a la tesis del “fin de la ideología” de Daniel Bell, cuya razón de ser era que si nadie podía ser llamado a morir por el capitalismo, la idea de morir por el socialismo o cualquier otra ideología también carecía de sentido. Al mismo tiempo, abogaban por un capitalismo reformado, un capitalismo con rostro humano.

Sin embargo, para los guerreros fríos en Washington que pagaban las cuentas, la idea de reformar al capitalismo no era de interés. Lo importante era el compromiso de las revistas con una Europa occidental unida, fuerte y bien armada, aliada de EE.UU., que pudiera constituir un dique contra el bloque soviético; el apoyo al Mercado Común y a la OTAN; el análisis crítico de lo que era visto como el componente intelectual de la subversión internacional comunista; el escepticismo ante el desarme, el pacifismo y la neutralidad abrazados por sus similares de la prominente Campaña por el Desarme Nuclear (CDN) en Gran Bretaña. Dentro del marco de las presunciones y de la Guerra Fría tenían lugar las críticas a la política internacional de EE.UU.; por ejemplo, una intervención norteamericana en particular no era la manera más efectiva de combatir el comunismo, pero de ninguna manera que la intervención en sí misma estuviera mal, o que EE.UU. estuviera apoyando al lado equivocado.

Publicaciones “privadas” como éstas podían defender los puntos de vista que los órganos oficiales del Gobierno de EE.UU. no podían sostener sin perder credibilidad. Lo mismo se aplicaba a muchas otras organizaciones “privadas” en la nómina de la ClA por entonces.

En 1960 el CDN y otros elementos del ala izquierda del Partido Laborista alcanzaron el éxito en la conferencia del partido al imponer una política de desarme nuclear unilateral y completo, así como de neutralidad en la Guerra Fría. Además, fueron rechazadas dos resoluciones de apoyo a la OTAN. Aunque el Partido Laborista no estaba en el poder en aquel momento, sus acciones recibieron considerable propaganda y valor psicológico. Washington contempló el giro de estos eventos con no poca preocupación, pues tales sentimientos podían extenderse fácilmente a los otros partidos importantes de los países de la OTAN.

El ala derecha del Partido Laborista, que tenía relaciones cercanas, por no decir íntimas, con el CLC, Encounter, New Leader, y otros “efectivos” y frentes de la ClA, asumió una campaña para revertir la resolución sobre el desarme. El comité establecido con estos fines hizo una llamada para obtener fondos y pronto pudo informar que habían recibido muchos pequeños donativos, junto con una gran suma de una fuente que prefería permanecer anónima. Para el año siguiente había dinero suficiente para sostener una oficina permanente, personal y un directivo a tiempo completo, trabajadores de campo, gastos de viaje y publicar toneladas de literatura que era enviada a una extensa lista de correos dentro del movimiento, así como un boletín que se distribuía gratuitamente, etcétera.

Sus oponentes no podían siquiera acercarse a este alud de propaganda. En la conferencia de 1961, las decisiones sobre el desarme y la neutralidad fueron desechadas y el Partido Laborista regresó al regazo de la OTAN. (10)

*

Los seguidores de la CIA han defendido invariablemente las diversas actividades de la ClA en Europa occidental sobre la base de que los rusos eran los primeros en llevarlas a cabo y tenían que ser contrarrestados. Cualquiera que sea el grado de verdad en este aserto, los hechos indican que, como hizo notar Tom Braden, el esfuerzo norteamericano se extendió a terrenos “donde ellos [los rusos] no habían comenzado a operar“ (11). Braden no especifica cuáles, pero al parecer los partidos políticos eran uno: la ClA tenía relaciones de trabajo y financieras con dirigentes del Partido Social-Demócrata de Alemania occidental, dos partidos en Austria, los demócrata-cristianos en ltalia y el Partido Liberal, además del Laborista en Gran Bretaña (12) y probablemente con al menos un partido en cada otro país del oeste de Europa, todos los cuales se declaraban independientes de las dos superpotencias, algo que los diversos partidos comunistas, recibieran apoyo o no de la URSS, no podían alegar y ser creídos.

Los medios resultan otro caso. Ni Braden ni nadie más, al parecer, ha citado ejemplos de publicaciones o agencias de noticias en Europa occidental —ya fuesen pro comunistas o contrarios a la OTAN— que fueran financiadas encubiertamente por la URSS mientras aparentaban ser independientes.

Lo más importante para tener en cuenta es que todas las diferentes empresas e instituciones sostenidas por la ClA en el oeste de Europa, tuvieron sus similares financiadas por la Agencia en todo el Tercer Mundo durante décadas, en una práctica rutinaria sin una contrapartida rusa a la vista. El fortalecimiento creciente de la izquierda en la Europa de postguerra fue motivación suficiente para que la ClA desarrollara sus programas encubiertos, y ésta fue una circunstancia derivada de la Segunda Guerra Mundial y de la vida económica, no de la propaganda y manipulación soviéticas.


Operación Gladio

2 de agosto de 1980, masacre en la estación de Bolonia, Italia.


El razonamiento en que se basó fuela conocida paranoia de la Guerra Fría: es posible que los rusos comiencen una invasión de Europa occidental sin que medien provocaciones de nuestra parte. Y en el caso de que lograran derrotar a los ejércitos y occidentales y los hicieran huir, algunos grupos debían permanecer para acosar a los rusos con sabotajes y guerra de guerrillas, además de actuar como contactos con los del “Mundo Libre”. Estos grupos debían ser provistos de fondos, armas, equipos y de comunicación y entrenamiento. Los planes para esta red paramilitar encubierta, cuyo nombre en clave era Operación Gladio (en italiano espada), comenzaron en 1949 e involucraban inicialmente a los británicos, norteamericanos y belgas. Con el tiempo se establecieron unidades en cada país no comunista de Europa —incluidas Grecia y Turquía y las neutrales Suecia y Suiza— con las excepciones aparentes de Irlanda y Finlandia. La cuestión acerca de si las unidades estaban más o menos bajo el control de los gobiernos nacionales o de la OTAN permanece sin aclarar, aunque desde un punto de vista operacional, parecían actuar bajo el comando de la ClA y otros diversos servicios de inteligencia.

Según evolucionaron los hechos, la completa ausencia de invasiones rusas hizo que la operación fuera utilizada de forma casi exclusiva para combatir a los movimientos de izquierda internos.

La información acerca de Gladio afloró en Italia en otoño de 1990, durante una investigación judicial sobre un atentado en 1972, en la cual se descubrió que los explosivos provenían de uno de los 139 depósitos secretos de armas que las fuerzas de Gladio mantenían en el país. Más tarde, el jefe de la investigación parlamentaria que se llevó a cabo sobre el asunto, reveló: “Cuando comenzó Gladio, los norteamericanos insistirían con frecuencia [...] en que la organización fuese utilizada para combatir cualquier insurgencia”. El general griego retirado Nikos Kouris contó una historia similar y declaró que la fuerza griega fue formada con ayuda de la CIA en 1955 para intervenir en caso de amenaza comunista, ya fuera externa o interna. “Había ex militares, soldados con entrenamiento especial y también civiles. Lo que los unía era un denominador ideológico común: eran de extrema derecha”.

 Tal como en Alemania (ver capítulo dedicado a Alemania), la operación italiana estaba fuertemente ligada a los terroristas. Un antiguo agente de Gladio, Roberto Cavallero, hizo acusaciones  públicas sobre la existencia de un vínculo directo entre Gladio y la ola de atentados terroristas con bombas en Italia en los años 70 y principios de los 80, que causaron al menos 300 muertos. Dijo que él y muchos otros habían sido entrenados en Gladio para “preparar grupos que, en caso de avance de las fuerzas de izquierda en nuestro país, llenaríamos las calles y crearíamos una situación de tensión tal que se requeriría de intervención militar”. Cavallero se refería por supuesto a avances electorales del Partido Comunista Italiano, no a una invasión por la URSS. La peor acción terrorista fue la explosión de una bomba en la estación ferroviaria de Bolonia en agosto de 1980, donde murieron 86 personas. El Observer de Londres publicó más tarde: “Las bombas en el ferrocarril italiano fueron atribuidas a la extrema izquierda como parte de una estrategia para convencer a los votantes de que el país estaba en tensión y que no había más alternativa que votar por la seguridad a favor de los demócrata-cristianos. Todas las pistas indican que el atentado fue concebido dentro de Gladio”.

Uno de los hombres buscados para ser interrogado en Italia acerca de la bomba en Bolonia, Roberto Fiore, había vivido en Londres desde entonces y el Gobierno británico se negó a extraditarlo. Al parecer estaba bajo la protección del M16 (la CIA británica) al que había entregado información valiosa.

El secuestro y asesinato de Aldo Moro, líder de los demócrata-cristianos en 1978, atribuido a las Brigadas Rojas, parece ahora haber sido también la obra de agentes provocadores de Gladio, quienes infiltraron la organización política. Justo antes de su secuestro, Moro había anunciado su intención de entrar en una coalición gubernamental con el Partido Comunista.

En 1983 en Bélgica, para convencer al público de que había una crisis de seguridad, los operativos de Gladio, conjuntamente con la policía, escenificaron una serie de tiroteos en supermercados, aparentemente al azar, que, fuese intencional o no, causaron varias muertes. Un año después, un grupo de marines norteamericanos fue lanzado en paracaídas sobre Bélgica con Ia intención de atacar una estación de policía. Un ciudadano belga murió y uno de los marines perdió un ojo durante la operación cuyo objetivo era conmocionar a la policía belga y ponerla en alerta, además de dar la impresión a la población en general de que el país estaba a punto de ser sacudido por una revolución roja. Los fusiles utilizados fueron plantados luego en una casa de Bruselas que había sido utilizada por un pequeño grupo comunista.

Todavía en 1990 podían ser hallados grandes depósitos de armas y explosivos para la Operación Gladio en varios de los países participantes, y el primer ministro italiano Giulio Andreotti reveló que más de 600 personas figuraban aún en la nómina de pago de Gladio en Italia. En 2001, durante un juicio en Milán, el antiguo jefe de la contrainteligencia militar italiana testificó que los servicios de inteligencia de EE.UU. instigaron y apadrinaron el terrorismo de derecha en Italia durante la década del 70. El general Gianadelio Maletti declaró que “la CIA, siguiendo las directrices de su gobierno, quería crear un nacionalismo italiano que fuese capaz de detener lo que se veía como un desvío hacia la izquierda, y con este propósito, podía utilizarse el terrorismo de derecha. Creo que esto ocurrió también en otros países” (13).


William Blum
Capítulo 15 del libro Asesinando la esperanza, págs. 125 a 130
Fuente de la digitalización y correcciones: blog del viejo topo
Las imágenes son un añadido nuestro


Referencia documental y notas
Orginal en ingles: William Blum, Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004.
Traducción y edición en castellano: William Blum, Asesinando La Esperanza, Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005.
Nota sobre la traducción. El texto reproducido procede de la traducción cubana. Hemos respetado prácticamente de forma íntegra tal traducción. Tan solo de manera muy puntual y aislada hemos sustituido algún vocablo característico del idioma español de Cuba por lo que sería el equivalente más frecuente en el castellano peninsular. También de forma ocasional hemos reconstruido la sintaxis de alguna oración para amoldarla a lo que estamos más acostumbrados en España. No obstante, tales cambios han sido mínimos y en casos en los que estaban muy justificados, sin que en momento alguno supongan una alteración sustancial de la traducción cubana.
Fuente de esta transcripción y digitalización (cítese y manténgase el hipervínculo): blog del viejo topo.

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Notas del capítulo 15
(1)  Richard Fletcher: “How CIA Money Took the Teeth Out of British Socialism”, en Philip Agee y Louis Wolf, eds.: Dirty Work. The CIA in Western Europe. New Jersey, 1978, p. 200.
(2) Sobre el CLC, sus actividades y publicaciones, ver:
a) Para una historia elogiosa y detallada del CLC: Peter Coleman: The Liberal Conspiracy: The Congress for Cultural Freedom and the Struggle for the Mind of Postwar Europe, New York, 1989, passim; sobre las revistas del CLC, capítulos 5 y 11; sobre libros, Anexo D y en otras partes.
b) Russell Warren Howe: “Asset Unwitting: Covering the World for the CIA”, en MORE,
New York, mayo de 1978, pp. 20-27, revista asociada a la Escuela de Periodismo de la
Universidad de Columbia.
c) New York Times, 26 de diciembre de 1977, p. 37; 27 de abril de 1966, p. 28; 8 y 9 de
mayo de 1967, y otros números en 1967.
d) Revista Commentary, New York, septiembre de 1967.
e) Fletcher, pp. 188-200.
Entre otras revistas no europeas del CLC estaban: Thought y Quest en India; AportesCadernos Brasileiros e Informes de China en Latinoamérica; Black Orpheus y Transition en África; Horison, Social Science Review, Jiyu y Solidarity en Asia y Hiwar en Líbano.
(3) Ray Cline: Secrets, Spies and Soldiers. EE.UU., 1976, p. 129.
(4) New York Times, 26 de diciembre de 1977, p. 37.
(5) Washington Post, 15 de mayo de 1967, p. 1.
(6) Sobre el Forum de Figuras Mundiales: Howe: op. Cit. Howe es el escritor del Forum citado. Sobre el presupuesto de la CIA, ver informe del Comité de la Cámara citado en Howe, p. 27. Para un estudio detallado de la utilización de agencias de noticias norteamericanas por la CIA ver Carl Bernstein: “The CIA and the Media”, en Rolling Stone, 20 de octubre de 1977 y New York Times, 26 de diciembre de 1977, pp. 1 y 37.
(7) The Nation, New York, 19 de junio de 1982, p. 738. El artículo informa que algunos oficiales de la CIA han sostenido que Springer era más bien un liberal a principios de los 50 y que fue financiado para contraponerse a elementos neonazis y de derecha en Alemania. Esto debe ser tomado con reserva pues lo predominante en la política del gobierno de ocupación norteamericano durante este periodo, con independencia de los sentimientos propios de cualquier funcionario, era suprimir la influencia de personas y grupos de la izquierda: comunistas, radicales y socialdemócratas incluidos; al mismo tiempo, las autoridades estadounidenses estaban empleando “antiguos” nazis en todas las áreas administrativas y de inteligencia (ver capítulo sobre Alemania).
(8) Tom Braden: “I’m Glad the CIA is Immoral”, en Saturday Evening Post, 20 de mayo de 1967.
(9) Ibid.
(10) Sobre el Partido Laborista y la CDN ver Fletcher, pp. 196-197; The Times, Londres, 5 de octubre de 1961.
(11) Braden, p. 14.
(12) Sobre las relaciones de la CIA con partidos políticos:
a) New York Times, 7 y 9 de enero de 1976..
b) Jack Anderson en el San Francisco Chronicle, 11 y 12 de noviembre de 1981.
c) Coleman, pp. 183-185.
d) Chapman Pincher: Inside Story: A Documentary of the Pursuit of Power. Londres, l979, p.28.
(13) Sobre la Operación GIadio:
a) The Observer, Londres, 7 de junio de 1992.
b) The Guardian, New York, 5 de diciembre de 1990, p. 5, artículo desde Milán citando a la revista de cine italiana Panorama, la Agencia France Presse y otras fuentes europeas.
c) Washington Post, 14 de noviembre de 1990, p. A19.
d) Die Welt, Alemania, 14 de noviembre de 1990, p. 7.
e) Los Angeles Times, 15 de noviembre de 1990, p. A6.
f) The Guardian, Londres, 26 de marzo de 2001, p. 14 (general Maletti).



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Textos de William Blum en castellano en otros sitios.

Web personal del autor

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Índice del libro
(Los capítulos con hipevínculo están publicados en el blog; pulsa sobre ellos para acceder al contenido)

5. Corea 1945-1953: ¿fue todo lo que pareció ser?
6. Albania 1949-1953: el correcto espía inglés.
7. Europa del Este 1948-1956: operación factor fragmentante.
l0. Guatemala 1953-1954. Con el mundo por testigo.
11. Costa Rica. Mediados de los 50. Tratando de derribar a un aliado. Parte I.
12. Siria 1956-l957. Comprando un nuevo gobierno.
13. Medio Oriente 1957-1958. La Doctrina Eisenhower reclama otro patio para Norteamérica.
16. Guayana Británica 1953-l964. La mafia sindical internacional de la CIA.
20. Camboya 1955-1973. El príncipe Sihanouk camina en al cuerda floja de la neutralidad.
21. Laos 1957-1973. L’Armée Clandestine.
22. Haítí 1959-1963. Los marines desembarcan de nuevo.
23. Guatemala 1960. Un buen golpe merece otro.
24. Francia-Argelia. Años 60. L’état, c’est la CIA (El Estado es al CIA).
26. El Congo 1960-1964. El asesinato de Patricio Lumumba.
27. Brasil 1961-1964. Presentando el maravilloso mundo de los Escuadrones de la Muerte.
28. Perú 1960-1965. Fort Bragg se traslada a al selva.
29. República Dominicana 1960-1966. Deshacerse de la democracia para salvarla del comunismo.
32. Ghana 1966. Kwane Nkrumah se sale de la línea.
33. Uruguay 1964-1970. Tortura, tan norteamericana como el pastel de manzana.
36. Bolivia 1964-l975. Tras la huella del Che Guevara en la tierra del coup d´état.
37. Guatemala. 1962 hasta los 80. Una “solución final” menos publicada.
38. Costa Rica 1970-1971. Tratando de derribar a un aliado, parte II.
39. lraq 1972-1975. Las acciones encubiertas no deben ser confundidas con trabajo de misioneros.
40. Australia 1973-1975. Otra elección libre que muerde el polvo.
4l. Angola. 1975 hasta los años 80. El juego de póker de las grandes potencias.
42. Zaire 1975-1978. Mobutu y la CIA, un matrimonio hecho en el cielo.
43. Jamaica 1976-1980. El ultimátum de Kissinger.
45. Granada 1979-1984. La mentira, una de las pocas industrias surgidas en Washington. 
46. Marruecos 1983. Una jugada sucia con vídeo.
47. Surinam 1982-1984. Una vez más el famoso cubano.
48. Libia 1981-1989. Ronald Reagan encuentra la horma de su zapato.
50. Panamá 1969-1991. Traicionando a nuestro suministrador de drogas.
52. Iraq 1990-1991. El holocausto del desierto.
54. El Salvador 1980-1994. Derechos humanos al estilo de Washington.
55. Haití 1986-1994. ¿Quién me librará de este cura revoltoso?
Notas 
Anexo 1. Así es como circula el dinero.

William Blum, Asesinando la esperanza
Portada y contraportada edición en castellano. 
Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005.




3 comentarios:

  1. "La excusa del enfrentamiento interno para ocultar las causas reales del conflicto"
    Aquí está uno de los autores materiales del atentado en Bolonia:
    http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2015/04/la-excusa-del-enfrentamiento-interno.html
    (Por gentileza de autor del artículo enlazado, Mikel Itulain @MikeMiguelMikel )

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  2. ¿Sabes donde adquirirlo en España?

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    1. Yo lo compré de segunda mano por Internet a través de http://www.iberlibro.com/ Inicialmente busqué un ejemplar en España y la web no me localizó ninguno. Haciendo una nueva búsqueda, me localizó un ejemplar en una librería de California, que es el que tengo.
      Acabo de ver que en Amazon tienen un ejemplar de segunda mano
      http://www.amazon.com/gp/offer-listing/959110491X/ref=olp_tab_used?ie=UTF8&condition=used

      Realmente no es fácil conseguirlo en castellano. La distribución de la editorial cubana no ha funcionado bien.

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