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miércoles, 17 de febrero de 2016

Cohesión y conflicto en IU


Imagen: "Fractura". Flickr de Gonzalo Santander.


Ayer, un militante del PCE e IU, @desdelacantera, me equiparaba con Hermann Tertsch por haber mostrado mi solidaridad con los camaradas madrileños de la agrupación de Villaverde del PCE. Unas horas antes, @antifator -en cuyo perfil figura "Apoyando el proyecto de @agarzon"me calificaba de "Basura zamorana" por haber acudido a Zamora y respaldar la Declaración de Zamora. Por desgracia no son hechos excepcionales: el debate político en IU ha ido dejando paso cada vez más a este tipo de dinámicas.

Toda formación social está sometida a fuerzas centrífugas y centrípetas, una metáfora de la Física que a veces se ha utilizado para hablar de conflicto y cohesión sociales. El antagonismo entre las partes que configuran el conjunto social provoca conflicto, una fuerza centrífuga que amenaza con romper el conjunto. Los intereses comunes dentro de una parte y la conciencia de su existencia, genera una fuerza centrípeta que refuerza la cohesión de esa parte (1)

Esta doble dinámica de conflicto/cohesión por supuesto está presente en las organizaciones políticas, como lo está en cualquier institución social. De hecho, realizo esta reflexión porque me planteo qué es lo que genera el elevado nivel de conflicto que vive Izquierda Unida. Trasladado a lo personal, en ocasiones llega a ser incluso insoportable y desmotiva al más paciente, actuando como factor de desmovilización


¿Qué genera conflicto en IU?

No pretendo realizar un análisis exhaustivo sobre el tema, pero sí trazar algunas pinceladas que sirvan a la reflexión. 


1. Consideración previa. El modelo político de IU conlleva un plus de conflicto estructural.

Hay un principio con el que, en mayor o menor grado, la inmensa mayoría de las personas de izquierdas están de acuerdo: el principio estratégico de unir esfuerzos con organizaciones y movimientos afines buscando alcanzar objetivos a corto y medio plazo partiendo de una base programática. La palabra de moda para aludir a este principio es la de "confluencia". Eso responde a una amplísima tradición histórica de la izquierda en todos los países del mundo y el nuestro no es una excepción. El problema no está tanto en el principio en sí (muy difícil de cuestionar) como en su interpretación y aplicación, ya que ha sido a menudo utilizado para justificar estrategias políticas injustificables, detrás de las cuales se esconde un reparto de cargos y prebendas políticas, como si de una feria se tratase. El término fetiche "confluencia" ha permitido colar, con frecuencia, intereses personales ocultos y mucho juego político opaco. 

La buena aplicación del principio exige de líneas rojas que establezcan qué alianzas son adecuadas o inadecuadas (¿se puede confluir con un partido que defiende la OTAN?, por ejemplo), pero sobre todo exige que previamente se pongan encima de la mesa contenidos, es decir programas (todo lo contrario que ha hecho IU en Galicia y Catalunya, donde la negociación de confluencia se planteó sobre un reparto de poltronas y puestos de poder sin que preocupasen los contenidos: el carro delante de los bueyes).

Si aceptamos pues la validez del principio mencionado, veremos que la creación de IU fue una respuesta en sintonía con el mismo. En el fondo ha sido siempre la propuesta de Izquierda Unida, y de hecho es la formación que más ha avanzado en esa línea, aunque a menudo lo que se ha sumado son burbujas políticas (y tampoco es que exista otra cosa, mal que nos pese).

Ahora bien, todo movimiento que busque unir sensibilidades y formas distintas de entender la izquierda, como es el caso de IU, se encontrará con una realidad que debemos tener muy en cuenta: cuanto más unas, más alto será el nivel de conflicto, porque más difícil resultará dar cohesión y armonizar los intereses de las partes. Enfatizo mucho esto porque cualquier iniciativa dirigida a un objetivo aglutinador ambicioso, se encontrará con muchas de las dificultades o problemas que observamos en IU. Se puede pensar que IU es una jaula de grillos (lo es); que a veces IU parece un manicomio (normalmente así es); divisiones que en ocasiones tienen fundamento pero que otras veces resultan ridículas; egoísmos personales (¡cuánto daño hacen los egos!), etc., etc., etc. Quiero decir que hay un nivel de conflicto interno que no es consustancial a Izquierda Unida, ya que cualquier iniciativa con objetivos similares se encontrará con el mismo tipo de conflicto, ya que resulta inherente al modelo.

¿Tiene solución? Desde luego se puede rebajar mucho el nivel de conflicto provocado por las características del modelo, pero entonces tendríamos que hablar de culturas políticas. Después haré referencia a ello.


2. Dirigentes que enfrentan a unos militantes con otros para ganar posición política.

A pesar de que esto siempre ha existido en IU, a partir de 2014 se produjo un peligroso salto cuantitativo. Sobre todo después de las elecciones europeas, se traspasaron límites a un nivel desconocido anteriormente. Ciertos líderes y notables del sector más próximo a Garzón, partidarios de la confluencia con Podemos, desplegaron en las redes sociales y en medios una campaña de descalificación, dirigida a quienes consideraban que eran un obstáculo en su camino. Entraron en un "todo vale", en el que la calumnia, la difamación, la mentira, la siembra gratuita de sospechas para desprestigiar políticamente a otros, etc., encendió los ánimos de los más hooligans. Al margen del daño que esto provocó al conjunto de IU a nivel electoral al lesionar gravemente la imagen de Izquierda Unida (y nadie en la cúpula de IU quiere hablar de ello), dejó una secuela mucho más grave que el histórico fracaso y descalabro electoral de Garzón: la división en la base militante/simpatizante. No les importó la fractura interna que estaban generando entre las bases, ni que la discordia sembrada alcanzase una cota irreversible, haciendo saltar por los aires la unidad básica que debiera imperar más allá de cualquier tipo de conflicto. El resultado fue el de una militancia rota por la división. Los líderes del sector mencionado señalaban con el dedo y una jauría de hooligans saltaba dispuesta a la práctica del macarrismo político. Esto todavía seguimos viviéndolo ahora, como puede verse por lo que sucedió tras la Declaración de Zamora: a la orden de Garzón, una manada de palmeros rabiosos se nos echó encima a los que apoyamos el encuentro.

A nivel de bases, la temperatura del conflicto llega a alcanzar tal nivel que no creo que las heridas abiertas lleguen a cicatrizar en muchísimo tiempo. Y, lo que es peor, al final los motivos y el debate ideológicos pasan a un segundo y tercer plano, porque acabamos en una situación de bronca de bar permanente.

Ya no se trata de tener o no tener razón política, sino de la gravísima irresponsabilidad que supone el conflicto interno generado por ciertos líderes, que han demostrado que IU les importa muy poco, ya que si les importase no habrían conducido sus legítimas estrategias y puntos de vista por esta senda pantanosa. 


3. Conflictividad provocada por la falta de respeto hacia los estatutos y demás normas.

La última etapa de IU se ha caracterizado por una grave falta de respeto hacia los estatutos y demás normas de la organización, lo cual ha sido otra fuente de conflictos internos. Un importante sector de dirigentes, una buena parte del CPF, no han tenido reparos en saltarse la disciplina normativa cuando les ha convenido. Y lo han hecho desde la impunidad que les otorga tener la sartén por el mango, comportándose como si IU fuese su cortijo particular. Hace muchos meses me refería a esto en "Una reflexión sobre alguna de las debilidades de IU. La indisciplina normativa"

El problema es muy grave porque ha ido a más. Es una puerta abierta al juego sucio y al todo vale, catalizando e incrementando el conflicto interno. 


4. Conflictos provocados por el déficit de democracia interna.

De ser una organización bastante modélica en su democracia interna, ésta se ha ido deteriorando a pasos agigantados en los dos últimos años. Una prueba de ello son las negociaciones de confluencia que de espaldas a la militancia se han llevado a cabo en ciertos sitios. A pesar de que a muchos dirigentes se les llena la boca hablando de participación y democracia de base, nunca anteriormente se había ninguneado y despreciado tanto a las bases. Incluso hay dirigentes que consideran que éstas deben quedar al margen de ciertas decisiones. Un ejemplo. En su Informe al Consello Político Nacional de Esquerda Unida, la coordinadora gallega, Yolanda Díaz, expresaba: "(...) tenemos que dejar de someter a un estrés insoportable a la organización cada vez que tengamos que formalizar una alianza electoral". Es un botón de muestra del involucionismo democrático que se vive en el seno de Izquierda Unida.

Cuanto más fallan los mecanismos de democracia interna y participación, más se acentúa el conflicto entre bases, ya que el debate político pasa a canalizarse por medios y formas inadecuadas.


5. Conflictividad inherente a la fragilidad de la cultura política.

El concepto de cultura política, aplicada a las organizaciones, es mucho más que el corpus ideológico, los objetivos a corto, medio y largo plazo, la identidad política, el bagaje de conocimientos de sus miembros y los marcos teóricos desde los que se aborda la realidad... Es mucho más que todo esto. Implica también una forma de ser y estar dentro de la organización y fuera de la misma, una ética, un sistema de valores, un conjunto de actitudes, etc. En este sentido, más importante que los resultados que podamos sacar mañana o pasado (algo coyuntural y volátil), necesitamos profundizar y desarrollar una cultura política acorde con la naturaleza anticapitalista de IU (lo cual sí es algo estructural y permanente). 

Pero la cultura política de IU deja mucho que desear. Muchos de los conflictos que se viven en IU, apuntan al factor personal de los militantes y simpatizantes. A menudo se observan unos niveles de mezquindad y de falta de honestidad que no pueden tener cabida en una organización que aspira a construir un hombre nuevo, una mujer nueva. Malamente construiremos algo algún día si no somos capaces de actuar de manera ejemplar ahora.


*   *   *

Apenas he pretendido dibujar unas pinceladas sobre la conflictividad enquistada dentro de IU. Por supuesto que hay más factores, pero creo haber remarcado cinco muy a tener en cuenta. 

@VigneVT


Notas
(1) Por su naturaleza, en el capitalismo el conflicto es permanente y la cohesión del sistema global es débil: los antagonismos de clase hacen que la lucha de clases sea omnipresente e inevitable. Pero encontraremos dinámicas de cohesión, inercia centrípeta, a nivel de clase y de segmentos de clase (el gran problema de la izquierda consiste precisamente en que la ideología dominante, en la medida en que bloquea la posibilidad de que exista conciencia de clase entre los trabajadores, les impide actuar de forma cohesionada). Por el contrario, en aquellas formaciones sociales caracterizadas por un escasa diferenciación social y el acceso colectivo e igualitario a los recursos, la cohesión del sistema, la fuerza centrípeta, es muy fuerte, neutralizando las tendencias disgregadoras. La igualdad y el interés común siempre genera cohesión social, mientras que la desigualdad y los intereses antagónicos generan conflicto. Debemos agradecer al marxismo precisamente que nos brinde la posibilidad de pensar la Historia y las sociedades actuales desde esta perspectiva; el marxismo visibiliza el conflicto, mientras que otros marcos teóricos lo ocultan (es la distinción clásica entre las teorías sociales del conflicto y las del consenso).

5 comentarios:

  1. Izquierda Unida necesita de un Coordinador o Coordinadora que concilie todas las posturas de esta Organización plural, como lo era hasta ahora Cayo Lara.

    Cayo consiguió cohesionar IU y hacerla crecer. Que cada uno y una valore qué teníamos antes y qué tenemos ahora.

    Gracias por este post y enhorabuena por el Blog.

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  2. Dices 'A pesar de que esto siempre ha existido en IU...' y pareciera que ello es fruto de la conjunción de diversas fuerzas políticas, pero esas discrepancias ya estaban en el PCE, su fuerza principal y la principal 'bronca' está generada por las lineas de fractura dentro de este.

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  3. Buenos días. Muy acertado, como siempre. Me gustaría aportar una opinión, que además es un asunto que me preocupa mucho en estos días, pues se acerca el comité provincial de cara al XX Congreso.
    Antes, coincidir contigo en la repulsa al empobrecimiento del debate que ha supuesto este proceso de adaptación de IU a la "nueva política". Yo mismo, que tengo un modesto/nulo alcance en las redes sociales, he sufrido los malos modos de los hooligans de la confluencia cuando, por ejemplo, defendía el error de Madrid en las municipales. Era y sigue siendo imposible hacer un comentario contrario a la estrategia confluyente sin recibir una respuesta despectiva. Ayer mismo tuve el honor de recibir la primera respuesta en Twitter de Alberto Garzón -o su CM- y fue para decirme que "hablaba desde el prejuicio". Al menos fue amable, sus seguidores muchas veces no lo son.
    Me parece muy correcta tu apreciación de que la participación en la propia IU conlleva en sí mismo un conflicto. En estos días hemos debatido a nivel local y provincial este aspecto y tanto en mi agrupación local como a nivel provincial (Sevilla) la opinión generalizada es la de hacer volver al Partido a unas posiciones marxista-leninistas, en referencia sobre todo a su organización y al rechazo a la participación en confluencias de corte socialdemócrata.
    En mi opinión particular me encuentro en una disyuntiva complicada. Firmé el manifiesto de Zamora porque me parece muy correcto lo que en él se reivindica. Al mismo tiempo, considero que el PCE debería tener la posibilidad de plantear una alternativa electoral por sí en los diferentes comicios. A nivel local, pongo por ejemplo, en mi agrupación nos encontramos con una IU y un PCA separados por completo debido a extraños pactos realizados por la parte de IU en el pasado, precisamente, para ocupar puestos en el ayuntamiento.
    Sin embargo entiendo que no es opuesto a nuestros intereses que el PCE participara en movimientos políticos como IU de cara a las elecciones, pero teniendo en cuenta que las elecciones de los actuales parlamentos no son más que teatros donde se escenifica el juego capitalista de la alternancia de gobiernos similares, es decir, usando esa posibilidad que ofrece -con sus artimañas- el capitalismo para dar voz al movimiento obrero, circunstancialmente. Y por supuesto las confluencias deben tener un punto de partida claro: OTAN no, UE no, ni Plan B ni Z ni el que toque en ese momento, etc.
    Creo que fue Engels quien dijo que el sufragio universal es un índice que muestra el nivel de madurez de la clase trabajadora, y que no puede ser más que eso. Pues bien, si lo vemos desde este punto podríamos decir que el nivel actual indica que falta en general un largo proceso de maduración, incluida IU. Salud.

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  4. De acuerdo a grandes rasgos con lo expuesto en este texto de Vigne, aunque me parece que en román paladino se puede decir que si un partido comunista olvida lo que es, deja de ser un partido comunista.

    El electoralismo —entendido como término peyorativo, por supuesto— del que han hecho gala IU y el PCE —la inmensa mayoría de dirigentes subyugados por el poder del voto provenían del PCE, que no significa fueran o sean comunistas, claro, pero que no le andan muy lejos al eurocomunismo carrillista— durante tantos años se ha desquiciado de manera tal a nivel de Federación, Comunidad autónoma, provincia, municipio, grupo, barrio, etc., que en la práctica ha supuesto, no ya la aparición de multitud de reinos de taifas, sino la completa desvirtuación del proyecto inicial y una especie de 'maricón el último' en donde todo vale siempre y cuando el secretario general, coordinador o líder carismático de turno aparezca ante los medios de comunicación y pueda decir: ha sido un éxito, tenemos chiquicientos mil concejales y sin nosotros no se puede gobernar, no se puede elegir alcalde, somos la releche en bote. Pues vale, ahí estamos y cómo estamos.

    Carlos M. Rojas dice al final que está tan verde el proceso de madurez de la clase obrera en España que será necesario un proceso de maduración —quién sabe si el fascismo que cabalga raudo y veloz por estas tierras acelerará ese proceso— también de IU. En mi opinión IU se ha pasado ya de madurez y está en proceso de putrefacción.

    En la literatura marxista —en mi entendimiento del término marxista = comunista, al estilo de Don Carlos Enrique Marx— no es raro encontrar referencias a procesos de depuración para limpiar el partido, buscando cohexión interna y desaparición del ala burguesa dentro del mismo. No se me ocurriría decir que 'muchos son los llamados y pocos los elegidos', pero a ver si es que muchos son los que se aprovechan de aquellos que los eligen para estar en las direcciones de IU y de paso ocuparse de 'cómo va lo mío'.

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  5. Dices histórico fracaso y descalabro electoral… Discrepo. El resultado a mi modo de ver ha sido espectacular. Garzón ha puesto el culo a podemos tantas veces como ha podido y Iglesias ha azotado ese culo tantas veces como ha querido. Garzón ha desmontado la federación más fuerte de IU, enterita, no ha dejado ni los cimientos y ha puesto a sus amigotes, amigotes en vez de afiliados. Garzón ha quitado el nombre a la organización justo antes de las elecciones, porque si, porque le salió de los huevos. Había territorios donde no se podía votar a UP, territorios que siempre habían dado diputados (Cataluña).

    Tenemos pues que: pese a no tener nombre, pese a que no se podía votar a IU en Cataluña y Galicia, pese al desmontaje de Madrid, pese a venderse a podemos,… Pese a todo eso se consiguieron un millón de votos, no me parece poco, al contrario. ¿Qué hubiéramos conseguido sin el liquidador Garzón?

    Hoy vemos que podemos tenía el primer objetivo de comerse a todo lo que estuviera a su izquierda y casi lo ha conseguido. Solo se han librado los dos diputados de Bildu y los dos de IU y ambas organizaciones están boqueando. Si hay nuevas elecciones no creo que IU esté en ellas, Garzón está para liquidar IU y temo que lo conseguirá.

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