Aclaración importante

ACLARACIÓN. El blogdelviejotopo no está relacionado con la revista El Viejo Topo. Pese a utilizar también la metáfora "viejo topo" en el nombre, el blog es completamente ajeno a la revista, cuya dirección es www.­elviejotopo.­com / Sobre el significado del término "viejo topo" en la tradición marxista, consúltese http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/2013/06/el-termino-viejo-topo-en-la-tradicion.html

miércoles, 28 de enero de 2015

El terror de París y la espiral de violencia global.


Con drones como este MQ-9 Reaper, la OTAN acelera la espiral de violencia, dice Daniele Ganser. Foto: Larry E. Reid Jr./Wikimedia


Referencia documental del artículo
Fuente original en alemán: "Der Terror von Paris und die globale Gewaltspirale". Jens Wernicke Interview mit Daniele Ganser. Publicado en nachdenkseiten.de el 20-1-2015 (URL: http://www.nachdenkseiten.de/?p=24659)
Traducción al español para blogdelviejotopo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 28-1-2015.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).
Negrita e imágenes: añadidos nuestros.



El terror de París y la espiral de violencia global.
Jens Wernicke entrevista a Daniele Ganser.

Sin demora alguna, los asesinatos de París no sólo han llevado a una masiva instrumentalización política de los muertos,  sino a una nueva autodefinición colectiva, que entraña el peligro de que “la barbarie”, entendida como un nuevo enemigo imaginario, quede ubicada  ante todo “en el exterior” y “entre los demás”, mientras la barbarie propia es ocultada y obviada más que nunca. Y las líneas de conflicto sociales y los puntos de ruptura verdaderos entre los de “Arriba” y los de “Abajo” se van perdiendo de vista precisamente a causa de este nuevo “Nosotros” que se viene a establecer. Hay que decir que el NO al colectivo que vienen formando Angela Merkel, Jens Stoltenberg, Matthias Döpfner, Benjamín Netanyahu, Ahmet Davotuglu y otros, para nada puede equipararse a un NO a la lucha contra la pobreza, la violencia y el terror, siendo ésta el primer paso necesario o la condición previa para emprender la lucha verdadera. Acerca de los trasfondos de los asesinatos de París y la “barbarie de los civilizados”, Jens Wernicke entrevista a Daniele Ganser.


Sr. Ganser, ahora  resulta que también Europa fue sacudida por un atentado terrorista, que nos plantea numerosas incógnitas, pudiendo ser la primera y la más importante de ellas: ¿es así que ahora todos estamos amenazados por islamistas radicales? ¿Acaso llevaban razón PEGIDA & Cía. al advertirnos la “Islamización de Occidente”?

Todavía no sabemos lo que realmente ha sucedido en París, aunque los medios de comunicación llevan días proclamando que el atentado fue perpetrado por islamistas radicales. Pero esto no que cierto. Nada está demostrado. Deberíamos mantener la calma y la atención. Un atentado terrorista no cabe dilucidarlo de la noche a la mañana, ni el famoso inspector Derrick de la tele lo hubiese podido lograr. Esto requiere su tiempo, tranquilidad, experiencia y sagacidad.

¿En que se apoyan los medios de comunicación al afirmar que el atentado lo realizaron islamistas radicales? Se apoyan en la policía francesa, que ya en la misma tarde/noche del 7 de enero había declarado que el atentado a la redacción de Charlie Hebdo había sido perpetrado por dos islamistas radicales. De ser cierta esta afirmación, estaríamos ante una aclaración milagrosamente rápida de un crimen complejo. ¡No habrían tardado ni 24 horas! ¿Cómo fueron capaces? Se dice que los asesinos exclamaron: “Dios es grande” y “Hemos vengado al Profeta”, según refiere la testigo Corinne Rey. Pero no pudo identificar a los hombres, que llevaron pasamontañas negros. ¿Cabe que sus exclamaciones puedan constituir una prueba? No, esto lo puede haber exclamado cualquiera. No procede pues que la policía se base y descanse únicamente en esta prueba.

Luego resulta que uno de los asesinos dejó olvidado su documento de identidad en el coche de fuga, lo cual se considera en la actualidad en Europa y los EEUU como prueba contundente. El sensacionalista periódico Blick de gran tirada en Suiza se pudo leer: “Después del atentado, uno de los hermanos dejó olvidado su DNI en el coche de fuga. Así que la policía pudo identificar a los autores inmediatamente”. Me parece una historia sumamente extraña. En seguida me pregunté cuántas veces había perdido yo mi DNI en los últimos cuarenta años? La respuesta es: nunca. También me pregunté por qué un asesino llevaría su DNI si es que planifica cometer un asesinato en masa? Y ¿cómo se ha logrado identificar en seguida a dos autores disponiendo de un solo DNI? Todas estas incógnitas quedan por aclarar, toda esa pirámide de “pruebas” se apoya en esa punta. Y cuando se rompe, toda la historia se derrumba.

En el fondo los hermanos Cherif y Said Kouchai, de los que la policía sospecha detrás de estos pasamontañas negros, deberían ser interrogados, ya que rige el principio de escuchar a la parte contraria. Pero esto ya no es posible, porque ya no viven.

Mi resumen queda así de claro. Primero, el atentado no está aclarado, esto llevará más tiempo. Puede que fueran terroristas radicales los autores. También puede que no. Segundo, en todo atentado terrorista se debe investigar si se trata de una operación de bandera falsa, de la que en este caso se pretende inculpar a unos musulmanes, con el fin de hacer cundir en Europa y los EEUU el miedo y el odio para poder ampliar el Estado policial de vigilancia y mejor legitimar las futuras guerra contra países musulmanes.


[NOTA DE TRADUCCIÓN. En la fuente original, aquí se inserta una corta declaración en vídeo de Sabine Schiffer, del centro alemán Instituto para la Responsabilidad de los Medios (Institut für Medienverantwortung) que se cuestiona la inmediatez con que los medios divulgaron sus conclusiones, preguntándose por las fuentes de tales informaciones y/o aprioris, de los que cita algunos cuantos.]

¿Cómo llega usted a esta valoración?

Debo decir que llevo muchos años investigando sobre el fenómeno del terror. Tras cada atentado que se comete, el público primero queda en estado de choque y de conmoción. Y este es precisamente la meta: a los televidentes el miedo les ha de calar hondo. La meta de terror no sólo consiste en alcanzar a los muertos, sino ante todo a los que observen lo sucedido.

De ahí que inmediatamente después de un atentado se suelen presentar pruebas falsas que la gente recibe de buena gana por encontrarse en un estado emocional excepcional y quedar incapaces de reflexionar con calma.

Esto fue lo que pasó, por ejemplo, en Italia, donde en 1972 en Peteano murieron tres policías. De inmediato, el atentado fue atribuido a la extrema izquierda, pero las pruebas resultaron ser falsificadas. Marco Morin, el policía experto en explosivos, había entregado un informe falsificado a propósito que decía que el explosivo empleado en Peteano era del tipo que también solía emplear el izquierdista grupo terrorista Brigadas Rojas. Los medios de comunicación recibieron este informe sin rechistar, lo cual no solamente llegó a desacreditar a las Brigadas Rojas, sino  a los comunistas y socialistas italianos en general. Y esto es importante recordar, ya que hoy no sólo se les inculpa a unos islamistas militantes, sino práctica y colectivamente a todos los musulmanes. En Italia tuvieron que pasar 12 años, hasta que el juez italiano Felice Casson pudiera descubrir la mentira. Y es por ello que siempre digo: lo que se requiere es calma, sagacidad y tiempo para aclarar un atentado terrorista.

Casson había descubierto que el atentado no lo había perpetrado la izquierda italiana, sino el derechista Vincenzo Vinciguerra, y que además existía entre las filas del los servicios secretos italianos un ejército secreto llamado Gladio, que había sido instalado por la CIA norteamericana y quedaba coordinado por unos comités secretos de la OTAN. Vinciguerra se confesó culpable declarando que la “estrategia de la tensión” había de aumentar el miedo entre la gente y legitimar que se extendiera el Estado policial de vigilancia: “Había que agredir a la gente civil, hombres, mujeres, niños, a la gente inocente por una simple razón: los atentados debían inducir a que la gente, todo el pueblo italiano le pidiera al Estado mayores medidas de seguridad”.

Y recuerdo otro atentado terrorista donde se falsificaron unos pasaportes: cuando en 1985 el servicio secreto francés hundió en Nueva Zelanda la nave Rainbow Warrior de Greenpeace bombardeándolo por haber protestado contra las pruebas nucleares francesas en el Pacífico, enviaron a dos agentes, un supuesto matrimonio suizo de apellido Turenge, con sendos pasaportes falsificados. Suiza nada tenía que ver con este atentado, ni hubo ningún ciudadano suizo a bordo. Esto documenta y nos enseña que los servicios secretos no suelen tener ningún problema en falsificar pasaportes con el fin de tender pistas falsas a su antojo. Nada más fácil que esto.

¿Pero no es así que podemos observar una radicalización creciente en determinados entornos, y hasta en muchos otros ambientes, que hace aumentar el peligro del terror?

Desde luego existe una tendencia a la radicalización. Estamos inmersos en una espiral de violencia, y esto no puede ser bueno. Dentro de los próximos 10 o 20 años debemos intentar salir de esta espiral que va girando cada vez más rápido. Y tan sólo lo vamos a lograr si aprendemos a resolver los conflictos, que siempre estarán allí, sin recurrir a violencia alguna.

No podremos salir de la espiral de violencia agrediendo o bombardeando cada vez más países musulmanes, ni ampliando el Estado policial de vigilancia en los países otanistas, un recurso que el ex colaborador de la NSA Edward Snowden critica con mucha razón.

Al contemplar la espiral de violencia detenidamente, vemos que se compone de muchos elementos distintos. Ciertamente, existen musulmanes radicales y violentos. Es un problema. En el norte del Sudán, el presidente musulmán Bashir les descalificó a todos los que no son musulmanes de “alimaña venenosa”, los cristianos son expulsados brutalmente y hasta los matan. Este es un elemento de la espiral violenta. Pero otro elemento consiste en la tortura por parte de la CIA que quedó descubierta recientemente. Plantea un problema muy serio porque parece ser que la CIA ha quedado fuera de control. Luego hay que recordar la guerra de Francia y otros países de la OTAN contra Libia en 2011 que cobró unas 30.000 vidas, en su mayoría musulmanas. Y está la guerra de agresión ilegal de Gran Bretaña y los EEUU contra Irak en 2003, que se cobró más de 100.000 vidas, la mayoría musulmanas. Son crímenes de lesa humanidad y constituyen vulneraciones imperdonables del derecho internacional.

En la actualidad nos deben ocupar las luchas en Siria y Ucrania. Cada grupo que en ellas participa -sean cristianos, musulmanes, judíos, hindúes, budistas, ateos- debería ponerse a reflexionar con toda la crítica posible su propia contribución a la espiral de violencia, para llegar a reconocer que, entre todos, estamos calentando la caldera. Lo que urge pues en primer lugar es autocrítica, debemos llegar a ver la viga en el propio ojo, y no sólo la paja en el ajeno.

Semejante autocrítica sería deseable, qué duda cabe, aunque parece que apenas existe. ¿Cómo se lo explica usted?

Esto no es cierto. La autocrítica existe, si bien es poco comentada en los medios de comunicación. Brandon Bryant, el piloto norteamericano de drones, por ejemplo, pasó recientemente por una reflexión muy emocionante sobre su actividad. Ha matado a 1.626 personas, y no por su propia mano mediante arma blanca, ni fusil, sino desde su monitor en su función de piloto de drones del Ejercito del Aire norteamericano. En un caso se percató que su víctima se iba desangrando por la herida que le había causado en la arteria de su pierna. Por otra parte, llegan a morir niños y mujeres en Afganistán y Pakistán en ataques perpetrados por drones. En su mayoría son musulmanes. Esta faceta de la espiral de violencia es la que muchos en Europa no quieren ver. Bryant se cuestionó su actividad y acabó por dimitir de sus servicios a las órdenes del Pentágono. Sobre estos sucesos hubo alguna que otra información en los medios, desgraciadamente muy poca, y de ahí que muchos conocen a “Charlie Hebdo”, pero ignoran quién es Brandon Bryant.

Con toda la autocrítica que hace falta, debemos poder condenar que se agreda la libertad de expresión, tal y como lo pretendieron los asesinatos en París. ¿Cómo lo ve usted?

Sin duda, la libertad de expresión es muy importante, aunque sea agredida una y otra vez, entre otros países, también en Rusia. Pero también se dan agresiones de la prensa por parte de OTAN, un hecho que solemos obviar u olvidar rápidamente. Un ejemplo, el 23 de Abril de 1999 la OTAN llegó a bombardear la redacción de una emisora de radio y TV en Serbia, causando la muerte a 10 periodistas la desaparición de otras 20 víctimas que en su mayoría quedaron sepultadas. El centro mediático quedó destruído.

Entonces, no hubo nadie, ni en Francia, ni en Alemania, ni em EEUU que dijera que se trataba de un acto terrorista contra los periodistas. El acto fue considerado más bien como algo normal y correcto, y el portavoz de la OTAN llegó a declarar que se había eliminado con éxito una emisora de propaganda.

Es ésta la viga en el ojo propio que la OTAN se niega a ver. Jens Stoltenberg, el Secretario General de la Alianza, declaró tras el atentado de París: “Los aliados vamos unidos en nuestra lucha contra el terrorismo. Plenamente solidarios, estamos al lado de nuestro aliado Francia”. Cualquier reflexión sobre el terror propio es tabú.

¿Considera usted que todas las personas se encuentran atrapadas en esta espiral global de violencia?

No. En la actualidad, somos unos 7.000 millones que habitamos el mundo en 200 países. Sólo el 1 %, que equivale a unos 70 millones, mata o tortura o manda a otros a hacerlo en su nombre. Resulta ser pues una minoría. El restante 99 % simplemente quieren vivir en paz, enamorarse, ganar algo de dinero, irse de vacaciones, encontrarse con sus amigos, fundar una familia, escuchar música… todas estas cosas normales de la vida. Pero por desgracia resulta que a este 99 % también se le puede engañar fácilmente. Se le puede contar que en estos momentos su libertad es defendida en el Hindukush. Y sin haber oído jamás de esa región montañosa, puede que se apunten o avalen esa misión bélica.

¿Pero es realmente así que entre los 70 millones de autores de actos violentos que hay en el mundo, la religión viene a ser el criterio decisivo?

No. Estos 70 millones proceden de países diferentes y pertenecen a religiones diferentes. En su mayoría son hombres. A menudo se trata en el fondo de poder acceder a los recursos naturales, como son el petróleo o el gas; y las religiones suelen aprovechar o instrumentalizarse, ante todo, para introducir a estos grupos en la espiral de violencia, cuasi a modo de “declaración justificante”; pero en el fondo no se trata de nada confesional, nada decisivo a la hora de librar guerras territoriales o en torno a los recursos geoestratégicos.

Y resulta que a estos hombres violentos los caracterizan las ideologías más diversas. Pueden encontrarse en los Estados Unidos teledirigiendo un dron a las órdenes del Pentágono, pensando que de este modo luchan por la libertad, los derechos humanos y la democracia. O se trata del presidente de Sudán que mata a cristianos, supuestamente a las órdenes de Dios o de su religión. O trabajan para el servicio secreto en Italia manipulando los datos de un acto terrorista para engañar a la gente; facilitarles a sus mandatarios la reelección y/o ahogar cualquier brote de rebelión social, etc.

Sea como fuere, afirman que empleando la violencia son capaces de erradicar el mal. Pero la Investigación sobre la Paz, en la que participo activamente nos demuestra a las claras que no es así. Que se trata de un graso error. El mal nunca cabe erradicarlo empleando la violencia. Todo lo contrario, la violencia siempre provoca más mal conocido y por conocer, por lo que deberíamos, en lo posible, resolver nuestros conflictos sin violencia.

En lo que a los asesinatos de París se refiere, ¿ve usted una entrada o una salida de esa “espiral de violencia”? Y ¿se imagina usted que a causa de los (pre)juicios precipitados que hubo se pueda crear el peligro de obviar/desatender los posibles intereses geopolíticos y de otra índole, que puedan estar al fondo de los sucesos, y determinar de modo precipitado y por tanto equivocado a los autores, por no haber profundizado lo suficiente en sus móviles?

Bueno, algunos estados y los poderes asociados a ellos, seguramente lo verían con buenos ojos que “Occidente” a causa de lo sucedido en París se fuera a aliar en contra “del Islam”.

En este encuadre, que no pocos gustan de definir como “la lucha entre las culturas” con el fin encubrir el creciente neocolonialismo de Occidente, se trata ante todo de cuestiones geopolíticas y de materias primas. Deberíamos ponernos pues a descubrir lo que hay detrás de lo que se nos viene a presentar como “lo obvio”, esto es, los sucesos e intereses de fondo. Hay quien dice “Estado terrorista” cuando no pretende otra cosa que iniciar una guerra contra otro país a causa de los recursos que pueda haber.

Pero si esto es así, ¿qué se puede, qué se debería hacer en estos momentos?

Debemos recordar constantemente que pertenecemos a ese 99% que rechazamos la espiral de violencia. Deberíamos entrar a defender, con valentía y sinceridad, la resolución de los conflictos sin violencia alguna, así como la tolerancia ante las religiones que no sean la nuestra. Aunque esto no sea muy popular en los tiempos que corren. Pero en tiempos de miedo y desconfianza hay que pontificar.
Quien conozca a un musulmán, debería ir hacia él y abrazarlo; o si esto resulta imposible, darle la mano e dirigirle una palabra amable. Contamos con más de 2.000 millones de cristianos y más de 1.500 millones de musulmanes en el mundo. Por lo que no tiene ningún sentido de que estos dos grandes grupos entren en guerra, el uno contra el otro.

La guerra, el terror y la tortura generan grandes sufrimientos. Los musulmanes deberían dejar de matar a los cristianos en su respectivos países. Y la OTAN debería dejar de bombardear a los países musulmanes. Debemos intentar salir de la espiral de violencia.

Estoy convencido que esto será posible en el siglo XXI. Pero para ello hace falta un cambio de mentalidad y de consciencia que logre superar el miedo y el odio reconociendo el valor de cada individuo, de cada ser como tal.

A mi me sirve de orientación y ejemplo la actitud de Sophie Scholl que con toda su valentía se opuso durante la II Guerra Mundial al nacionalsocialismo pagando finalmente con su vida:
Cada uno llevamos en nuestro interior las normas (éticas y morales) que hacen falta, aunque las busquemos muy pocas veces. Puede que no lo hagamos, porque suelen ser las más rigurosas que existen.
[Wir haben alle unsere Maßstäbe in uns selbst, nur werden sie zu wenig gesucht. Vielleicht auch, weil es die härtesten Maßstäbe sind.]

Sr. Ganser le agradecemos el habernos concedido esta entrevista.


Daniele Ganser, doctor en Filosofía, es un historiador suizo, especializado en Historia Contemporánea a partir de 1945 y Política Internacional. Centra su investigación en temas relacionadas con la paz, la geoestrategia, las guerras encubiertas, la lucha por los recursos y la política económica. Es profesor de la Universidad de San Galo (HSG) impartiendo clases sobre historia y el futuro de los sistemas energéticos; y de la Universidad de Basilea donde enseña a postgraduados en materia de análisis de conflictos en torno a la lucha global por el petróleo. Dirige el Swiss Institute for Peace and Energy Research (SIPER) [Instituto Suizo para la Investigación por la Paz y Energía] con sede en Basilea.
Entre sus múltiples publicaciones, por mencionarse en esta entrevista, destacamos Los ejércitos secretos de la OTAN:, traducido y publicado en castellano por la Ed. El Viejo Topo (pulsa en el enlace para acceder al detalle del libro):

http://www.elviejotopo.com/web/libros_detalle.php?idLibro=255


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Las NachDenkSeiten publican esta entrevista en fecha de 20-01-2015
Fuente en alemán: http://www.nachdenkseiten.de/?p=24659

Una traducción de Tucholskyfan Gabi
para blogdelviejotopo

Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).


domingo, 25 de enero de 2015

PCE: Syriza versus KKE, ¿"corazón partío"? ¿Un falso dilema?




Hoy se celebran elecciones en Grecia. Los sondeos apuntan a una victoria de Syriza, un conglomerado de fuerzas muy variadas que ha ido rebajando su tono de respuesta a la Troika, lo que también ha ido generando dudas entre personas que anteriormente mostraban una clara simpatía. También es cierto que tendemos a simplificar demasiado las cosas, que la información que la mayoría maneja es muy escasa y que entre estar en la oposición y estar en el gobierno el guión cambia sustancialmente siempre.

Grecia desde luego es un polvorín. Nuestro compañero Manuel García nos brindaba hace unos días una síntesis con el título "La tragedia griega en el siglo XXI" (pinchar en el enlace para acceder). Si Syriza consigue formar gobierno, de lo que haga o deje de hacer posiblemente tendrá un efecto bien en el fortalecimiento o bien en la decadencia de este tipo de fórmula política, que inicialmente fue lanzada en España por Izquierda Unida, seguida después por formaciones como Die Linke (Alemania), Syriza (Grecia) o el Bloco de Esquerda (Portugal). Si una vez que empiece a gobernar, se valida el temor de muchos a que Syriza acabe siendo un mero recambio socialdemócrata para parchear las contradicciones sociales del sistema capitalista, en tal caso no resultaría fácil entender que los comunistas de algunos países siguiesen apoyando este tipo de formato político. Podría hacer recapacitar, por ejemplo, a los comunistas españoles que están en IU, una organización similar a Syriza. 

Decía Manuel Delgado que Syriza (igual que Podemos) "tienen mucho de efecto placebo" del sistema (ver "Podemos no es un partido: es un club de fans. Podemos vs Syriza"). Pronto saldremos de dudas y veremos qué vaticinios resultaban ser los acertados.

A la izquierda de Syriza, el Partido Comunista de Grecia (KKE) mantiene en solitario su identidad política, que le lleva a tener asegurada una cantidad de votos nada despreciable. Una posición que, en el caso portugués, resulta todavía más sólida: en las elecciones municipales del 2013, el Partido Comunista de Portugal (PCP) fue la tercera fuerza política con un 11% de votos, barriendo a un Bloco de Esquerda (equivalente a IU y a Syriza) que únicamente era capaz de obtener un 2,4% de los votos; en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, los comunistas lusos obtuvieron el 12,7% de los sufragios y el Bloco un 4,6%. No hay duda de que la praxis política del KKE y del PCP (y ojo, que el PCP siempre ha ido en coalición salvo en las constituyentes del 75 y en las generales del 76), inducen al debate entre los comunistas.  

El caso es que en las redes sociales, militantes y simpatizantes del PCE se pronunciaron y pronuncian sobre sus preferencias ante el dilema griego Syriza versus KKE (¿es real o falso el dilema?). Teniendo en cuenta que Syriza e IU son formalmente socios politicos en el PIE (Partido de la Izquierda Europea), cabría esperar que el entorno de base del PCE cerrase filas con la coalición griega en cuanto a preferencias, pero no ha estado tan claro y estamos viendo valoraciones de distinto signo. Las imágenes de la concentración del KKE el pasado viernes en Atenas, despertaron incluso el entusiasmo de muchos y quizás también una cierta envidia saludable que me pareció muy significativa. Hubo quien directamente apuntaba a todo: "quiero que gane Syriza, pero que el KKE obtenga un gran resultado", venían a decir algunos. El "corazón partío", como dice la canción.

El KKE en la Plaza Sintagma de Atenas en su cierra de campaña.
Foto: tomada de larepublica.es


El sondeo de "Camaradas del PCE"

Facebook de "Camaradas del PCE"

La página de Facebook "Camaradas del PCE", decidió hacer una encuesta entre sus muchos seguidores. El sitio se define como:  
Página de militantes del PCE. Defendemos la lealtad entre camaradas y la lealtad al Partido como premisa para construir una mayoría social.
La encuesta se planteaba de la siguiente forma:
Esperamos que ambos partidos encuentren el camino de la Unidad para cambiar Grecia y que se inicie el cambio real en Europa. Pero si fueras griego/a, ¿a quién votarías? ¿A Syriza o al KKE? A ver quien más "me gusta" 
Podemos leer en el sitio: 
No es una encuesta científica, desde luego, sino un sondeo realizado entre los seguidores de la página "Camaradas del PCE" en la que se preguntaba: "¿A quién votarías si fueras griego/a?". Este es el resultado de este sondeo. Sea como sea, deseamos mucha suerte y altura de miras a Syriza y al KKE y que en Grecia comience el cambio real en Europa!
El caso es que el resultado de este sondeo fue el siguiente:





Con todos los "peros" que se quieran poner a este sondeo, pudiera interpretarse como reflejo de un cierto nivel de duda que puede haber entre las bases militantes y simpatizantes del PCE, respecto al modelo que representa Syriza.

Quizás no se trate tanto de una postura manifiestamente contraria a Syriza, pero sí de desconfianza o de prudencia ante lo que quepa esperar. Contrasta con el entusiasmo y confianza desmedida manifestados por los lideres orgánicos del PCE. 

En cualquier caso, cada cual que saque sus conclusiones y haga su lectura. Por mi parte creo que es buena la prudencia por el momento. Lo que nos pide el corazón a veces es distinto a lo que nos aconseja la cabeza y, por otro lado, no debemos perder de vista que en los tres casos mencionados, Portugal, España y Grecia, existen diferencias de calado que tendemos a pasar por alto. Pero, por supuesto, el debate en torno a la cuestión me parece interesante, necesario, muy positivo y saludable, siempre que se realice con fundamento y con la cabeza fría.

Bien es cierto, ¡ojo!, que a lo mejor el tema de fondo no es tanto la contraposición entre KKE y Syriza, como me apuntaba alguien cuyas opiniones acostumbro a tener muy en cuenta por lo certeras que resultan. Quizás se trate de un falso dilema, con lo cual tenemos otro aspecto más a considerar y a discutir.

Sea como fuese y como cierre a esta reflexión, en mi opinión el formato de Izquierda Unida no solo me parece válido, sino que si apostamos por la unidad frentista de la izquierda, no veo otro posible (al menos hoy por hoy). Eso sí, IU debe huir de la tentación de socialdemocratización y debe profundizar en su identidad de fuerza anticapitalista. En cuanto al PCE, estimo que debe centrarse más en el Partido. Estar dentro de IU no puede suponer que el PCE deje de tener vida propia como da la sensación de que ocurre en algunos sitios, en los que es como si el Partido estuviese en el armario. Más PCE en el marco de una IU que busque y profundice en su condición de alternativa a las propuestas socialdemócratas y socioliberales. Cualquier otra cosa sería jugar a lo que no somos o a lo que no debemos ser.  



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jueves, 22 de enero de 2015

La cueva en la que Stalin recibía instrucciones del Diablo. Recordando una anécdota del franquismo.



Si me preguntáis qué primeros recuerdos tengo de la idea de lo que era un comunista, os diría que me vienen tres a la cabeza en mi ya lejana infancia-pubertad.

El primero es que existía una especie de bruja mala, malísima, llamada La Pasionaria, entregada en cuerpo y alma a hacer el Mal, y que vivía en un país, imaginario para mí, llamado Rusia. Por alguna extraña asociación de ideas, la imaginaba con un grano enorme en la nariz.

La segunda es que los comunistas, aunque no supiera lo que eran, pensaba que debían ser... un pecado muy gordo, tan grande que tan siquiera se podía nombrar el término: mejor hablar de "los rojos". E iban contra el Niño Jesús. De manera que cada vez que veía una imagen del Niño Jesús pensaba en la extrema maldad de esos rojos que querían hacerle daño.

Y la tercera, como no, el oro de Moscú. Porque los rojos, en su extrema maldad, habían arruinado a España llevándose todo el oro a Moscú para dárselo a los otros rojos que vivían en el imaginario país de Rusia. Solo por odio. ¡Hacía falta ser malos para hacer eso! Menos mal que vino Franco y nos salvó de los rojos.

Eran otros tiempos. Tiempos en los que un oscuro profesor de Religión, Don Jesús D.P., nos hacía entrar en estado de shock al hablarnos de las miles de vidas humanas que asesinábamos y enviábamos por el desagüe del baño cada vez que nos masturbábamos. Maldita coincidencia, en aquella tarde oscura de tormenta, escuchábamos el ensordecedor sonido de los truenos mientras nos arengaba Don Jesús. Así que cada vez que mis hormonas tocaban la trompeta, una vez aplacado el natural furor, un sentimiento de culpa me invadía: yo era un genocida compulsivo y me esperaba el Infierno. Mil veces peor castigo que el que te saliesen granos en la cara a causa del cachondeo hormonal propio de la edad.

Era la España de Franco. El tardo-franquismo como luego se le llamó, vivo y coleando durante toda la Transición.

Hoy, mi compañero de blog Manuel García (ver su última entrada "La tragedia griega en el siglo XXI"), me contaba una anécdota que ahonda en ese imaginario político-social del franquismo que dio cuerpo al más kafkiano anti-comunismo. Manuel, Manolo, es un veterano comunista, militante del PCE desde el 76 y luego también de Izquierda Unida (IU) hasta el momento actual. Voluntad de hierro para un compromiso firme, mente fría para pensar y corazón caliente para poner toda la pasión en resistir contra la barbarie, Manolo siempre ha sido militante de base. Aguantó los tiempos más difíciles sin dejarse comprar por ese PSOE que secuestró una gran parte del voto de los trabajadores durante 30 años. Y ya jubilado sigue en la lucha como el primer día, sin perderse una movilización ni una asamblea o reunión. Por su nivel de compromiso, pasión y firmeza, para mí representa el perfil del militante que necesitamos en la izquierda. Que aprendan otros, más jovenzuelos y profesionales de la política, que alegando que son de izquierdas y que se sienten defraudados por Cayo Lara, salen corriendo para irse con los que no son ni de derechas ni de izquierdas (no hace falta dar nombres).

El caso es que tuve con él un intercambio de pareceres acerca de algunas cuestiones relacionadas con la URSS, en cuya historia es un experto. Y ya al final, Manolo me contaba una anécdota que -con su permiso- paso a reproducir:
 Con respecto a Stalin, os voy a contar una anécdota que yo he vivido. Era en verano, 1951 o 1952, no sé el año, pero entre esos dos años. Era verano porque no tenía colegio y estaba de veraneo. Supongo que era en 1952, pues el protagonista fue Gabriel Arias Salgado, ministro de Información y Turismo desde 18 de julio de 1951 hasta julio de 1962. Lo oí por la radio, en las noticias de RNE, cuando todas las emisoras tenían que conectar. Decía más o menos lo siguiente:
 "Stalin, cuando va a su tierra de Azerbaiyán, se mete en una cueva donde va también el diablo que le dice lo que tiene que hacer y por eso Stalin tiene tantos éxitos en la política".
Palabrita de Marx (Karl) que lo he oído, y me impresionó y, entonces, me dio mucho miedo (yo podía tener siete u ocho años).Por cierto G. Arias Salgado fue el padre de Rafael, ministro con UCD, y Fernando, diplomático.

Gabriel Arias-Salgado y de Cubas.
Jurando cargo ante la mirada de Franco.

Según recuerda Manolo, en la locución se dijo Azerbaiyán, y no Georgia, que era la tierra de Stalin.

Por cierto, también en España llegó a circular, en el primer franquismo, el imaginario de que los comunistas comían niños. En Italia, esto formó parte de la campaña del Vaticano contar el PCI en las elecciones de 1948 (ver en este blog "La campaña de EEUU y del Vaticano contra el PCI en las decisivas elecciones de1948 (2 de 3). El papel de la Iglesia").

Un poco de humor para terminar: Stalin, "Voy a comerme a tus hijos".



viernes, 16 de enero de 2015

Oskar Lafontaine: contra toda participación bélica. La paz en lugar de la OTAN.


Referencia documental del artículo
"La paz en lugar de la OTAN” ("Frieden statt NATO"), conferencia de Oskar Lafontaine en la XX Conferencia Internacional de Rosa Luxemburgo, 10 de enero de 2015, en la sociedad científica Urania Berlín (Berlín, RFA). 
Publicado en alemán por JungeWelt el 14-1-2015 con el título "Contra toda participación bélica" ("Gegen jede Kriegsbeteiligung").
Traducción al español para blogdelviejotopo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 16-1-2015.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).
Negrita y cuadros de texto: son añadidos nuestros.

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Contra la participación bélica [La paz en lugar de la OTAN]
Oskar Lafontaine
Traducción del alemán: Tucholskyfan Gabi (blog del viejo topo)

Si fuera el caso que los periodistas y políticos estuvieran obligados a participar activamente en las intervenciones militares, la pesadilla, el espectro bélico acabaría rápidamente.
Oskar Lafontaine en su intervención en la XX Conferencia Internacional de Rosa Luxemburgo, el 10 de enero de 2015, en Berlín.


"Siendo la política exterior en su conjunto un montaje mentiroso, es nuestro deber irrumpir en esas mentiras, si realmente pretendemos avanzar hacia una política exterior de paz" (Oskar Lafontaine). Imagen: Lafontaine durante su intervención en la XX Conferencia Internacional de Rosa Luxemburgo, en Berlín el pasado 10 de enero. Foto de  Andreas Domma.


Esta mañana escuché en la radio France Inter un debate sobre lo sucedido en Francia, sobre los atentados terroristas y los asesinatos perpetrados. Hubo quien hablaba sobre el perfil-tipo de esta gente delincuente que, como era de esperar, se presentaba así: joven, varón, de religión musulmana, en términos sociales o bien marginado o bien perteneciente a un grupo profesional que le sirve de tapadera, etc., etc. No me he molestado en seguir escuchando, ya que se me pasó por la cabeza pensar que en el mundo entero tenemos terroristas cuyo perfil de delincuente en todas partes viene a ser el mismo: carente de amor al prójimo, carente de amor a la vida. Y si no somos capaces de llevar el debate preguntándonos por dónde se extiende  el terrorismo; y si no somos capaces de llevar el debate preguntándonos si también en nuestro tan buenista Occidente existe una responsabilidad en relación con los atentados terroristas; si no somos capaces de plantearnos en qué consiste el terrorismo, jamás seremos capaces de llevar un debate razonable ni llegaremos a resultado alguno.


Marginación e impotencia.

Durante largos años de mi presencia en el Parlamento alemán, el Bundestag, una y otra vez le he rogado a la canciller Merkel que me definiera el ‘terrorismo’. “Usted pretende combatir el terrorismo”, le decía, “por favor, díganos qué es el ‘terrorismo’, porque sin saberlo no podremos combatirlo”. Nunca obtuve ninguna respuesta, y eso tiene su por qué. Tiempo después, uno de estos funcionarios ha ideado la llamada ‘Ley antiterrorista’ según la cual y, por favor, escúchenme bien, el terrorismo es el ilegítimo recurso a la violencia con el fin de conseguir objetivos políticos. Menos mal que hay risas. Exponiéndolo así en el Bundestag, pregunté: “¿Sabe usted lo que acaban de acordar? Ustedes acaban de determinar (había transcurrido poco tiempo desde la Guerra de Irak) que Bush, Blair y todos los demás que han estado a favor de esta guerra, son terroristas”. 

Quisiera explicárselo mediante este ejemplo:  si no aprendemos que al menos en el mundo árabe a Bush se le considera un gran terrorista, por los cientos de miles de personas que fueron asesinadas a causa de su errónea valoración, entonces en Occidente jamás podremos determinar cómo hay que combatir el terrorismo, jamás.

Siempre me he preguntado e intentado plantearlo también en el Bundestag: “¿Cómo perciben ustedes el mundo? ¿Qué creen que pasa en los corazones de la gente joven al tener que presenciar cómo se aniquila a toda su familia, porque un dron se haya perdido en un festejo nupcial, donde muchas personas inocentes acaban pagando con sus vidas? Entonces, ustedes van y pasan al orden del día, pero si luego resulta que aquí se produce un atentado terrorista, la indignación es mayúscula”. 

Así no podemos acercarnos al tema. Una condición previa debe ser que superemos por fin esa doble moral, que viene a sostener las grandes equivocaciones de este mundo.

Marginación e impotencia, éstas eran dos de las palabras que he leído en numerosos comentarios en torno a la reflexión de que ambas han de provocar determinadas reacciones; se trata de un fenómeno social ubicuo que no siempre podemos localizar. Pero donde localicemos fenómenos de marginación y de impotencia, siempre tenemos que contar con reacciones violentas. Y esto también vale decirlo para nuestra sociedad. Hay muchas personas que se sienten marginadas; hay muchas que se sienten impotentes, en todos los países de este mundo, en todos los sistemas de este mundo. Y en algún momento estas personas empiezan a creer que se pueden defender u oponer mediante actos violentos. Y de esto cabe sacar una sola conclusión, a saber, que hemos de construir unos órdenes sociales que no marginen a nadie y que a nadie le hagan sentirse impotente ni perplejo. Y si hablamos sobre terrorismo debemos concretar lo que entendemos por tal. Por ejemplo, al condenar el asesinato, lo debemos condenar siempre, se cometa donde se cometa, y con independencia de quien lo comenta. Y esta consciencia es la que en gran parte está faltando en nuestra sociedad occidental

Estos sucesos que deberían dar lugar a una discusión sobre política exterior, tan sólo admiten una única conclusión. Las guerras intervencionistas, esas guerras terroristas, son la base que facilita que el terror se esté extendiendo por todo el mundo. Si bien podemos hablar y dialogar sobre esto y aquello, pero sobre una cosa no: si alguna vez – y debo discutir el caso de modo muy hipotético – se brindara la ocasión de que Die Linke entrara a participar en un gobierno federal, debe de quedar muy clara una condición  y es que ese gobierno jamás debería participar en guerra intervencionista alguna, jamás; esa condición sería fundamental para nosotros.

¿Qué es lo que piensan aquellos que acuerdan semejantes guerras? ¿Qué es lo que sienten? ¿Qué es lo que los lleva a encomendar la gesta militar a otros? ¿Es que se imaginan tan siquiera lo que ello puede significar? Hoy en día, nuestra respuesta no puede ser otra: aquellos que encomiendan la guerra a otros ya ni tienen idea sobre los detalles que vienen a encargar, y menos aún tienen la capacidad para reflexionar sobre lo que están haciendo. Aquí podemos remitir al viejo Kant -y lo hago encantado- porque quiero llegar a la gente que aún no piensa como pensamos nosotros. Este gente debería meditar por qué Kant, en su escrito sobre ‘La paz perpetua’, viene a acertar en un pensamiento que reproduzco en su sentido: “Si los que tienen que decidir, tuvieran  que sufrir la guerra en sus propias carnes, entonces no tomarían estas decisiones”. 

Y cuando me invade la ira, llego a decir: tan sólo nos haría falta un batallón de periodistas a favor de una guerra intervencionista y otro compuesto de políticos a favor, y que se alistasen y movilizasen de inmediato al librarse una guerra de estas características... entonces estoy seguro que la pesadilla ya habría terminado. Jamás llegaríamos a tener ninguna intervención.


Ninguna fortuna sin crimen.

Ahora, si me permiten, quisiera pasar al tema de esta conferencia “La paz en lugar de la OTAN”, donde cabe que nos preguntemos qué es lo que defendemos, cuál es nuestra convicción y cómo podemos contribuir a que se vaya generando la paz. Estoy profundamente convencido, y creo poder decir según nuestra más profunda convicción, que la paz en el mundo sólo podremos alcanzarla si logramos construir un orden social que sea realmente democrático. Quiere decir un orden social donde prevalezcan los intereses de la mayoría de la ciudadanía, ya que podemos estar seguros, tal y como vimos en la guerra de Afganistán, tal y como se ve en todas partas, de que la gran mayoría no acordaría guerra alguna, porque supondría tener que mandar a sus hijos, a sus hombres y mujeres al combate. Y es por ello que necesitamos sociedades democráticas, que en estos momentos no existen en ninguna parte del mundo.

Y resulta además que las sociedades democráticas están, estarían irresolublemente vinculadas a un orden económico que tenga como centro el hombre, la persona. Un orden que ya tuviera superado la explotación del hombre; en que el patrimonio obtenido mediante el esfuerzo común, correspondiera a aquellos que se lo hubieran trabajado. Pero vivimos en un orden social en que se enriquece una minoría, por hacer trabajar la gran mayoría en beneficio suyo, cuando es así que queremos un orden social, que deje el patrimonio en manos de aquellos que lo hayan generado, y esto es la gran mayoría de la población. Tampoco es que sea una reflexión nueva: siempre cuando mediante esta fórmula de reparto de ingresos y patrimonio, se llegan a acumular los valores patrimoniales en manos de unos pocos, se invalida toda democracia. Los grandes patrimonios son incompatibles con la democracia, porque jamás se han podido generar democráticamente.

Hasta qué punto esto sigue siendo una lección pendiente hasta el día de hoy, lo vemos en el hecho de que el Sr. Chodorkowski sea recibido en las sociedades occidentales como un gran luchador por la libertad. Es para volverse loco. No se tiene que ser marxista, sólo se tiene que haber leído a Balzac para saber que detrás de cada gran fortuna siempre hay un gran crimen. Deberíamos pues dejar de alabar y recibir a estos los criminales.

¡Ay, si el SPD y Los Verdes pudieran comprender lo que ha sucedido en Ucrania! Como si lo ocurrido tuviera que ver algo con la democracia, el haber sustituido una oligarquía por otra nueva, y encima mediante un golpe de estado. Si realmente estuviesen luchando por la democracia, podrían contar con nosotros, pero no queremos ningún sistema oligarca que siga explotando brutalmente al pueblo.

A diferencia del sacerdote que fue elegido presidente federal y de la hija de sacerdote que es nuestra canciller, el papa de Roma sí se ha leído la Biblia y sabe qué dice. No nos dice que debamos hacer guerras, sino que “amarás al prójimo como a ti mismo” un mandamiento que para nada pega con la guerra ni la explotación. Este es el mandamiento central, y está bien que el papa diga: ”estamos viviendo una tercera guerra mundial y existen sistemas económicos que sin guerra no pueden existir. Por ello se producen y venden las armas”. Esta es la verdad que, por fin, alguien se atreve a pronunciar. Recibo de buena gana que el papa ya esté divulgando este mensaje en todo el mundo.

Pero nosotros, la izquierda no podemos decir: “Hay que esperar, esperemos a que se dé otro orden económico”. Con ello nos íbamos a despedir de la política por el resto del tiempo disponible. Antes bien debemos intentar aprovechar los escasos márgenes operativos de que disponemos. Y tampoco tengo reparos en decir: “Si, puede valer la pena reflexionar sobre una eventual participación en el gobierno". Pero en tal caso, debemos saber y determinar exactamente lo que queremos. Entonces, no vale retractarse, y la condición de base ya la he mencionado. Y esta condición básica tendría mucho más alcance. Semejante participación nuestra en el gobierno, si acaso, cabe pensarla si la actual política exterior se reorienta y renueva sus fundamentos. Y esto quiere decir que necesitamos que la OTAN se disuelva, necesitamos edificar una nueva estructura de seguridad en Europa, incluida Rusia. Otra cosa es absolutamente inviable. Y esto implica que cuidemos las buenas relaciones entre países vecinos. Implica distensión. Implica ir hacia el otro, el vecino. Implica tomarse en serio sus angustias y preocupaciones. El grado de degeneración que han alcanzado los debates ya se muestra en la palabra “Putinversteher” [despectivo para la gente que “entiende a Putin”]. Al hacer política exterior, en el fondo, hay que tratar de comprender al otro. También debemos tratar de entender a Putin, si es que queremos llegar a vivir en paz con él. Debemos convertirnos en “entendedores de Rusia”, llegar a entendernos unos a otros, porque de otro modo no vamos a poder generar paz alguna, amigas y amigos.


Disolver la OTAN.

El primer Secretario General de la OTAN, Lord Ismay, decía al poco de acabar la guerra: “La OTAN ha sido creada para mantener a los rusos fuera, los americanos dentro y a los alemanes abajo”. Por eso conviene que nos preguntemos si algo ha cambiado hasta el día de hoy. Ya no resulta para nada plausible que todo aquello que se lograra en años de política de distensión y entendimiento con el Este [“Ostpolitik”] durante el gobierno de Brandt, se haya echado a perder. Digo que podemos aprender de nuestra historia: Alemania necesita buenas relaciones con Rusia, que es un interés fundamental nuestro. Entonces se decía que la paz solamente se consigue conjuntamente, nunca unos contra otros. Y esto sigue siendo vigente. Todo este parloteo sobre la guerra, todas estas sanciones no hacen más que tensar la situación. Lo que necesitamos es una política de distensión y mantener buenas relaciones vecinales en lugar de la política que está aplicando Merkel a Rusia.

Y esto quiere decir que un futuro gobierno en el que podríamos participar debería en todo caso negarse a todo intento de ampliación de la OTAN hacia el Este. Y es que este permanente intento de cercar a Rusia ha sido precisamente la causa de las tensiones. Se había prometido no extender/ampliar la OTAN, ni acercarla a las fronteras rusas. Esta promesa se ha incumplido. Cada conflicto tiene su prólogo, y con el incumplimiento de esta promesa comenzó el conflicto de Ucrania. La OTAN avanzaba cada vez más y se acabó diciendo que también se necesitaba a Ucrania, que Ucrania debía pertenecer a la UE y a la OTAN. Y esto se dirige claramente contra Rusia. Es una política completamente equivocada que debe ser reemplazada por otra nueva de entendimiento con Rusia, si es que se pretende alcanzar la paz.

Pero no sólo se trata de que, de ningún modo, debamos ser co-responsables de extensión alguna hacia el Este, Se trata también de no consentir que las tropas de la OTAN queden estacionadas a lo largo de la frontera con Rusia. Parece que ya no están en su sano juicio. ¿Qué razones tendríamos para estacionar tropas en la frontera con Rusia? Vienen a contarnos las viejas bolas de la Guerra Fría y pretenden hacernos creer que Rusia nos está amenazando.

Cuesta creerlo, pero la OTAN se está gastando un billón en armamento, frente a los 88.000 millones de Rusia en 2013. Dadas estas desproporciones, deben de estar locos afirmando que se sienten amenazados para justificar su determinación de seguir armándose. ¡¿Cuánto tiempo se creen que pueden seguir metiendo estas dementes bolas a la gente?!

Por esta razón debemos abordar en este contexto otro punto más: hay que acabar sin falta con las sanciones. No resulta tan difícil de entender que en un país que se desestabiliza de este modo, entrando su economía en una espiral de turbulencias y viéndose expuesto a crecientes peligros, en vez de aumentar la seguridad de este país no se logra sino que el desajuste vaya escalando más y más.  Hemos de saber que para la guerra moderna no sólo hacen falta tropas y  artefactos técnicos, sino además medios económicos. Hay que saber que el FMI no es otra cosa que el brazo alargado de la política de EEUU. Al igual que la OTAN. Y siendo así, ambos deben ser reformados y renovados a fondo. El FMI debe convertirse en una organización democrática, debiendo cambiar toda su política. No puede ser que se emplee este organismo al servicio de los intereses económicos de los EEUU desestabilizando al mismo tiempo los países afectados. Pero esto es precisamente lo que está pasando, amigas y amigos.


La RFA no es un país soberano.

Hoy día ya no se trata únicamente de conquistar territorios, antes bien se trata de conquistar mercados. Basta que miremos qué grupos empresariales ya han firmado contratos con Ucrania. Sigue vigente el viejo veredicto que dice que toda política exterior no es otra cosa que la constante lucha por materias primas y mercados nuevos. Esto no nos hace falta, ni por medio de la guerra, ni tampoco mediante otras inversiones financieras internacionales. También cabe comerciar libremente sin necesidad de que el otro se tenga que poner de rodillas.

Un papel decisivo durante muchos años, lo desempeñó la infraestructura de la OTAN. El exigir la salida de esa infraestructura viene a  sinónimo de todo lo que acabo de exponer. Hasta ahora, la OTAN era el instrumento para realizar la política ya definida de “mantener a los americanos dentro, los rusos fuera, y los alemanes abajo”. Empleando las palabras de Brzezinski, el que fuera consejero de Seguridad Nacional del gobierno norteamericano bajo Jimmy Carter: mediante este instrumento, cabe  ir avasallando y/o convertir en tributarios  a los estados de Europa occidental y central.

Desde luego, no debemos olvidar cual sigue siendo hasta el día de hoy la meta de la política exterior de los EEUU, que Brzezinski mismo nos deja escrito. Su meta es mantener y conservar su supremacía imperialista, ni de lejos contemplan  el orden mundial democrático en el que al tenor de la Paz de Westfalia pudieran participar todos los estados en igualdad de condiciones. Todo lo contrario, y cito literalmente: “Queremos defender la preponderancia de EEUU en todo el mundo y con todos los medios a nuestro alcance”. Pero, como no puede ser de otra manera, se suele instrumentalizar en la discusión pública esa leyenda, que nada tiene que ver con la realidad, de que se trata de expandir la democracia, los derechos de la mujer, los derechos humanos, en general. No y no, se trata de la ya referida política, pura y dura, de poder.  Cualquier democracia auténtica que se precie iría tan lejos de exigirle ni a su propio pueblo, ni a los otros, que asuman o soporten los sacrificios que tal proceder conlleva. Y hacen bien. Aquí aprovecho para volver a decir que para lograr un mundo pacífico hay que construir un sistema de sociedades democráticas.

La estructura de la OTAN es, si se quiere,  la piedra de toque a la hora de debatir los necesarios cambios para acabar con el vasallaje y el deber tributario. En todas las guerras habidas se ha discutido si debemos o no entrar a participar en ellas. Prácticamente, la R. F. Alemana ha venido participando en todas las guerras que los Estados Unidos de América han llevado a cabo, ya que en todas sus guerras han recurrido a instalaciones norteamericanas estacionadas en Centroeuropa. En ningún momento estuvimos al margen. Y mientras así siga la cosa, no somos un país soberano.

Hace poco tuve el honor de coincidir en un debate televisado con la política de Los Verdes, la Sra. Göring-Eckardt. Le pregunté cuál era su postura frente a las guerras de los drones que parten desde suelo alemán. Constantemente quiso esquivar esta pregunta. Pero ¿cómo cabe discutir la actual política alemana, si obviamos esta pregunta? ¿Cómo cabe indignarse a causa del terrorismo si simplemente excluimos el hecho de que, sin fundamento jurídico alguno, miles de personas son asesinadas mediante drones que también son expedidos desde suelo alemán? ¿Cómo cabe, tan siquiera, que de algún modo nos justifiquemos en términos morales? Antes de señalarles a otros, debemos empezar con nosotros mismos, dejando de que se use nuestro territorio para enviar drones asesinos por todo el mundo.

Quien guarde silencio sobre este asunto, haría bien en no intervenir en la discusión actual, ya que obviamente está midiendo por un doble rasero. Por esta razón le estoy muy agradecido a Willy Wimmer por su reciente comentario al respecto en JungeWelt, donde dijo: "Debemos llegar a imaginarnos cómo se sienten a aquellos cuya familia entera es erradicada por drones. No es otra cosa que terrorismo puro y duro. Y solamente seremos capaces de combatirlo en todo el mundo si empezamos por nuestro propio terrorismo doméstico".

Un inciso sobre las prácticas de escucha: que un gobierno, que en virtud de nuestra Ley Fundamental viene obligado a proteger la libertad de sus ciudadanos, ni sea capaz de decirle a un aliado: “no procede que nuestra ciudadanía entera sea escuchada y espiada”, me parece señalar que el referido vasallaje y el deber tributario aún puedan ser males menores. Y pregunto en qué se queda el concepto de la libertad, al llegar a aceptar o tolerar la pérdida total de la privacidad ciudadana a manos de un poder aliado, prácticamente sin hacer nada para impedirlo.

La política en materia de exportación de armas hay que cambiarla sin demora. Un primer paso debe ser que suspender, de modo inmediato e irrevocable, los suministros de armas en zonas de conflicto o tensión. El año pasado, nuestra canciller llegó a decir, lo leí en dos ocasiones,  que Arabia Saudita es un aliado importante en la lucha contra el terrorismo. ¡Y luego van y se excitan por los crímenes del Estado Islámico EI! Está bien que lo hagan, pero también en Arabia Saudita se dan decapitaciones, lapidaciones, etc. siendo una dictadura reaccionaria-autoritaria,  que aterroriza a su propia población. Por ello no procede declararlo aliado en la lucha contra el terrorismo. Se trata de esa doble moral que nos conduce a un mundo cada vez menos pacífico.


Un mandamiento perverso.

En todos estos esfuerzos de implicar e integrar a la R. F. Alemana en mayor medida en esta política, se pretende justificarla mediante argumentos falsamente humanitarios. Cada vez que se cometan en alguna parte del mundo crímenes – la última vez en el conflicto entre el EI, el Estado Islámico,  y los kurdos – se plantean y deciden que deben intervenir manu militari por motivos humanitarios. Y siempre hay gente, también entre la izquierda, en los sindicatos, las iglesias que pican y se dejan engañar. El obispo protestante Wolfgang Huber publicó en el Frankfurter Allgemeine Zeitung un artículo donde dice que el mandamiento ‘No matarás’ significa también ‘No admitirás que otros maten’, o dicho de otro modo: “Debes intervenir militarmente allí donde existan conflictos”. Esa lógica argumentativa la encontramos una y otra vez, y muchos se dejan convencer. Sin embargo, existe un simple argumento en contra: si, ante los incontables conflictos en el mundo,  puedo elegir entre salvar miles de vidas humanas sin llegar a matar a nadie, y salvar miles de vidas humanas en una guerra, debiendo sacrificar en ella a otras cientos de vida humanas, la decisión dónde debo empezar a prestar mi ayuda, no debería ser tan difícil de tomar. Lo nefasto me parece ser que la ‘humanidad’ de esta gente siempre despierte allí donde cabe llamar a las armas, pero nunca donde pueden entrar a ayudar sin llegar a matar. Y en esto consiste la brutalidad de este debate. De ello cabe inferir la adolescencia de nuestra sociedad, que prefiere donar y dar menos para alimentar a los refugiados que para el suministro de armas.

Voy resumiendo: Winston Churchill, que era un gran cínico, dijo en una ocasión que en tiempos de guerra la verdad alcanza un valor tan alto que se la debe vigilar constantemente por una guardia de mentiras. Este cinismo es característica de toda la política exterior, que empieza siempre por los conceptos y términos, que en ningún otro medio se cuestionan ni se ponen en entredicho salvo en JungeWelt. Se habla por ejemplo del Ministro de Defensa de EEUU, o de su presupuesto de Defensa, etc., como si los Estados Unidos de America se tuvieran que defender de alguien… ¡Una gran mentira! Toda su política exterior es una construcción de mentiras, y a nosotros nos corresponde irrumpir en esta construcción si realmente queremos avanzar a una política exterior pacífica, queridas amigas, queridos amigos. 

Lo puedo resumir en una sola frase: también nosotros tenemos nuestra historia de la que debemos aprender nuestra lección, aprender de las guerras mundiales y del fascismo. De todo ello debe alimentarse ese impulso moral que nos obligue a hacer todo lo que esté en nuestras manos para que el mundo se vuelva más pacífico después de todo lo sucedido. Al terminar la guerra había una sentencia que no deberíamos olvidar jamás -y lo digo contra todos aquellos que puedan dudar de ello, yo no voy a apoyar ninguna otra política que no la observe - :

“De suelo alemán, nunca jamás debe comenzar otra nueva guerra”.
[“Von deutschem Boden darf niemals wieder Krieg ausgehen!”]


Nota de redacción de JungeWelt: el próximo día 28 de enero 2015, JungeWelt publicará un suplemento con las principales ponencias de esta XX Conferencia Rosa Luxemburgo; para mediados de marzo 2015 se prevé editar una publicación que reúna todas las aportaciones a la Conferencia, incluidos los artículos preparativos. Vídeo de este discurso de Oskar Lafontaine (Kurzlink.de/lafontaine):





Una traducción de Tucholskyfan Gabi
para blogdelviejotopo