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sábado, 8 de abril de 2017

La paradoja del gasto público sanitario en EE.UU. Un aviso a navegantes contra las políticas neoliberales que nos imponen en España.


Viñeta alusiva al modelo de Salud de EE.UU.

Visual Capitalist (www.visualcapitalist.com@VisualCap) es una web cuyo editor es Jeff Desjardins, un autor que en absoluto nos parece que pueda ser etiquetado como "anticapitalista". La web está dirigida al mundo de las finanzas, de los negocios: inversores, ejecutivos, empresarios... Es una web de contenidos gráficos, entre los que destacan las infografías, en torno a datos económicos y socioeconómicos. Son datos de dominio público, pero el interés de esa web es que brinda una presentación visual que a menudo resulta muy didáctica, realzando los aspectos importantes.

El pasado 31 de marzo, VC publicó el artículo "EE.UU. gasta más dinero público en salud que Suecia o Canadá", cuya traducción ofrecemos a continuación junto con comentarios nuestros entrelazados (entrecomillado y en cursiva, el texto que corresponde al artículo).

El titular del artículo de Jeff Desjardins, resume una realidad que puede parecernos sorprendente a todos: ¿cómo se puede gastar tanto dinero público en Sanidad y ofrecer tan poco?

La imagen social más difundida que se tiene del sistema de salud estadounidense apunta a una situación lúgubre: es un sistema excluyente, restringido, elitista, que margina a una buena parte de la población o, en el mejor de los casos, la excluye de prestaciones médico-sanitarias importantes. Una enfermedad cuyo tratamiento sea costoso y no sea cubierto por el seguro médico privado que es el más generalizado, puede provocar que un estadounidense pase de llevar una vida ajustada al idealizado patrón cinematográfico de la "clase media" americana, a vivir debajo de un puente. Por ese motivo puede resultar chocante el elevado gasto público de EE.UU. en Sanidad. ¿Cómo comprender esta paradoja? Así lo explica Jeff Desjardins:

"El diagnóstico general es claro: los costos están fuera de control", dice el artículo. Y:
"De acuerdo con un informe de 2015 de la salud con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el gasto per cápita en sanidad privada en los EE.UU. es de 4.516 $ por año. 
Eso es 5 veces mayor que el de los países medios de la OCDE, que paga 806 por año."
Sigue diciendo el artículo de VC:
Por supuesto, el alto costo de la atención privada tiene sentido, ya que los EE.UU. tiene un sistema que gira principalmente en torno al sector privado. Si las empresas y los individuos están cubriendo la mayor parte de sus gastos de atención médica, entonces el gasto público debe ser extremadamente bajo, ¿verdad? 
He aquí el problema. Los EE.UU. gasta más dinero público en salud per cápita de Canadá, Suecia, Dinamarca, Alemania, Suiza, Francia, Japón, Australia, Nueva Zelanda, y el Reino Unido. De hecho, cada año, el gobierno de Estados Unidos gasta $ 4,197 por persona, mientras que el gasto promedio de la OCDE es de $ 3,677.
En otras palabras, los costos parecen estar fuera de control en todos los ámbitos en Estados Unidos, independientemente de si se trata de la atención privada o pública. Además, los números de arriba son de antes de los recientes aumentos de dos dígitos en las primas para la mayoría de los estados bajo el Obamacare. 
La combinación de lo público y privado juntos, asciende al 17,5% del PIB en asistencia sanitaria en el año 2015. Este número es tan alto como lo ha sido siempre, y empequeñece el gasto en otros países del resto del mundo.
Debemos tener en cuenta que los seguros públicos de salud como el Medicare, que son los que hacen el gasto público sanitario, canalizan toda la atención al sector privado, a la industria de la salud. Quien factura al Estado son los hospitales privados que atienden a personas con esos seguros públicos. Un usuario del Medicare cuando lo necesita, acude al privado, que luego pasa la factura a los fondos públicos. Por este motivo EE.UU. gasta tanto dinero público en Sanidad, aunque las prestaciones y la cobertura pública sean tan bajas en comparación con los países de la OCDE, por ejemplo España. Y si a ese gasto público sumamos el privado, como dice el artículo, la suma total se dispara también en comparación con el resto de los países capitalistas más desarrollados.

Pero hay otro problema a mayores. Para colmo, este modelo no significa que la atención sanitaria estadounidense revierta en una mayor esperanza de vida
El gasto sigue aumentando, pero el efecto de ese gasto parece tener rendimientos marginales decrecientes sobre la esperanza de vida - una métrica que es un indicador importante para la efectividad general de cualquier sistema de salud.
Termina concluyendo el articulista: "Está claro que los estadounidenses no están recibiendo más por su dinero cuando se trata de tratamiento médico. Así que... ¿cómo se puede arreglar?"




Detalle ampliado de la gráfica anterior:




Una reflexión sobre todo ello.

Después del triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, una de las primeras medidas tomadas por el gobierno revolucionario bolchevique fue sentar las bases para la creación de un sistema de seguridad social sin parangón. Por primera vez se creaba en el Mundo un sistema público de pensiones de jubilación para todos los trabajadores y un sistema público de asistencia médica universal.

Tras la II Guerra Mundial, el miedo a la propagación del Socialismo, condujo a las élites occidentales a la creación de un modelo que frenase el descontento de las masas trabajadoras. Fue así cómo empezó a desarrollarse en toda su extensión lo que conocimos como Estado del Bienestar, que básicamente consistió en tomar como préstamos algunos componentes del modelo socialista. Comenzamos a disfrutar de un sistema de pensiones y de asistencia médica, logros que ahora están en retroceso debido al desguace, lento pero sin pausa, del modelo del Estado del Bienestar, el Welfare State como lo denominan los anglosajones. El desarrollo del modelo en Occidente ha seguido dos vías muy diferentes: la opción del sistema público o la opción del sistema privado (por supuesto, ha habido hibridaciones). En España, nuestro modelo ha sido esencialmente público: pensiones y sanidad públicas. Actualmente, la inercia impulsada por el PP (aunque el PSOE no es ajeno a la misma), consiste en introducir transformaciones progresivas para ir pasando paulatinamente de la esfera pública a la privada, en temas como Sanidad y Pensiones. No hace falta incidir que el principal beneficiario de dicha transformación es el capital financiero.

EE.UU. optó desde el primer momento por un sistema privado. Centrándonos en la Sanidad, esto implica que los seguros médicos se suscriben con compañías privadas y que la atención médica es dispensada por hospitales privados que son un negocio más y que, lógicamente, buscan la maximalización de los beneficios económicos. Los seguros públicos, el más conocido de los cuales es el Medicare, en realidad lo que hacen es desviar sus pacientes a los hospitales privados, abonando después la factura. El resultado final es peor servicio (porque los hospitales privados tratarán de reducir costes en todo, hasta en una simple tirita) y mayor gasto público. Todo el sistema está organizado en función del Capital. Se trata de un negocio más, aunque más lucrativo que cualquier otro.

En una fase de recortes y privatizaciones (aunque las llamen externalizaciones eufemísticamente) como la que vivimos en España, esto debiera ser motivo para generar conciencia social de lo que se nos avecina. El sueño dorado de quienes realizan políticas neoliberales, es el modelo americano y hacia él quieren llevarnos y nos están llevando poco a poco. Es rigurosamente falso que la gestión privada sea mejor que la pública: simplemente incrementan costes y reducen gastos por la vía de reducir prestaciones y servicios (es decir, cobertura médico-asistencial).

Podríamos concluir diciendo que debemos tomarnos esta entrada sobre el sistema de EE.UU. como un aviso a navegantes. La privatización progresiva de Pensiones y de la Sanidad, son la pieza más codiciada del Capital. En un contexto en el que el proceso de acumulación capitalista tropieza con dificultades para encontrar nuevos escenarios para ello, privatizar aquello que hasta ahora hemos disfrutado ocupa un lugar prioritario en la agenda de los capitalistas.

No es que NO PODAMOS PERMITIRNOS LA SANIDAD PÚBLICA, como a menudo nos dicen: ES QUE NO PODEMOS PERMITIRNOS LA PRIVADA.


Blog del viejo topo















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9 comentarios:

  1. Desde hace ya tiempo manejo un razonamiento:
    Un servicio público prestado por una empresa pública debe cubrir los gastos, por tanto debe costar y recaudar, lo que cuestan los gastos. Además esa empresa pública puede controlar fácilmente la calidad del servicio por la comunidad a la que sirven.
    Un servicio público prestado por una empresa privada tiene que cubrir los gastos y además tener un beneficio. Por lo tanto es más caro ofreciendo el mismo servicio. Además es más difícil controlar la calidad del servicio por la comunidad a la que sirven.

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  2. Soy de su misma opinión, es de 'cajón de madera de tabla', de algún sitio tiene que salir el beneficio y termina resintiéndose el servicio que se presta —además, la subcontratación de distintas parcelas de actividad está en función de lo que se paga, menos te cuesta, menos te dan— sin olvidar que se va 'perjudicando' en todo lo posible la situación —salarios, condiciones de trabajo, menores plantillas, nula formación real— de los trabajadores de la empresa o de los propios empleados públicos gestionados por una empresa privada.

    En Madrid es paradigmática la situación de la Sanidad semi o completamente privatizada: se remozan las paredes, se idean logotipos, se ponen muchas pantallas en las que el propio paciente debe interaccionar, al personal de información le trajean de color rojo, se trabaja sábados y domingos, las listas de espera no mejoran, las zonas de la capital más 'sencillas' de trabajar se las dejan a las empresas privadas (con ilustres nombres de la política autonómica y nacional entre los accionistas) y los empleados hacen más trabajo por un 25% menos de sueldo que hace cinco años.

    Queda por tratar un asunto nada baladí. Los empleados públicos y su tendencia a la funcionarización (estabilidad, inamovilidad,estancamiento profesional y de conocimientos...) más descarada. Es uno de los males que aquejan a la sanidad pública que urgen un tratamiento distinto al actual. Por supuesto, no estoy echándoles la culpa de la situación a los trabajadores, pero es necesaria una reorganización de los centros de trabajo y de la propia actividad bajo criterios de eficacia y verdadera profesionalidad.

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  3. Difícilmente calarán en la población en general los acertados razonamientos de este artículo, mientras la gran mayoría de funcionarios públicos elijan la sanidad privada aún pudiendo optar por la seguridad social. Por no hablar de aquellos ciudadanos-funcionarios y no funicionarios- que, estando en la medicina privada, se pasan rápidamente a la pública en cuanto padecen alguna enfermedad que requiere tratamientos complejos y costosos, siendo en muchos caso estas personas "coladas" e "impulsadas" en las largas listas de espera gracias a sus influencias, dineros y contactos.
    No pretendo decir que la situación de la sanidad española sea similar a la de la de Estados Unidos, ni negar que el sítema público español tenga virtudes y excelentes profesionales. Pero ello no excluye que, desde hace muchos años, también esté infestada de enormes desviaciones al sector privado con fondos públicos, así como de diferencias de trato según la clase social y recursos del paciente.

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    1. Precisamente ese desvío (además progresivo) de fondos públicos al sector privado vía "externalizaciones" es la punta de lanza de lo que se denuncia, y lo que abre el camino al modelo americano.
      No conozco cifras de qué sistema eligen la mayoría de los funcionarios. Imagino que la mayoría sigue con MUFACE. En mi caso desde siempre opté por la Seguridad Social por un convencimiento profundo de que es mejor sistema, y la experiencia me lo ha demostrado. Y creo que hay toneladas de argumentos a favor de la sanidad pública; uno de ellos, quizás el más importante, es el que apuntas: si tienes que someterte a una operación costosa y/o de riesgo, más vale estar en un hospital público que privado. MUFACE es un anacronismo que debiera desaparecer. Con todos sus defectos y fallos, el sistema público es de lo mejor que hay en el mundo. O lo era, porque con tantos recortes y privatizaciones se está deteriorando a pasos agigantados.

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    2. Acabo de ver esto, que ratifica lo que dices:
      "El 85% de los pacientes con pólizas privadas utiliza la sanidad pública" http://cincodias.elpais.com/cincodias/2014/05/06/economia/1399396129_688230.html

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    3. Totalmente de acuerdo, de hecho, he conocido a personas de economía saneada que contaban con mutuas privadas que deben en estos momentos su vida o su calidad de vida a haber sido tratados por la sanidad pública cuando su salud de agravó o su enfermedad se hizo compleja y de tratamiento costoso. Yo no soy funcionario, pero si un férreo defensor de un sistema sanitario público y universal como el mejor que puede tener una sociedad, por eso siempre me ha chocado que una parte de los trabajadores públicos españoles opten por mutuas privadas y-aunque este no sea el tema a tratar por lo que pido disculpas-colegios concertados para sus hijos, puesto que considero que, sin duda, los mejores profesionales de la educación en España se encuentran en los centros públicos.

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  4. Dile a los funcionarios que se jubilan con 60 años (y 35 de antigüedad) que dejen MUFACE y pasen a Seguridad Social en donde deben esperar a los 65 años (o a los 63 años y 6 meses, perdiendo dinero mensualmente) para la jubilación, recibiendo la misma pensión en ambos casos. Sin olvidar la casi inexistencia de listas de espera para los especialistas y la atención prácticamente en el momento en las urgencias que puedan surgir. Si luego hay algún problema serio de salud o una emergencia quirúrgica o un tratamiento prolongado, ya se preocupan las subcontratas (aseguradoras privadas) de MUFACE de mover los hilos (cualquier profesional de la medicina que se precie pasa consulta en su servicio de hospital de Seguridad social y en la correspondiente clínica privada avalada por aseguradoras propiedad de los bancos, y no siempre precisamente en este orden) para que la Seguridad Social se haga cargo del paciente y sin largas esperas. Y estoy dejando fuera a militares y asimilados en donde la jubilación es más 'sangrante' por aquello del pase a escalas en la reserva. En Seguridad Social se quedan aquellos a los que no queda más remedio (cuerpos específicos que no pueden optar a MUFACE por ley) y cuatro gatos como Vigne o que en su día prefirieron, supuestamente, quedar con una mayor jubilación, lo que ya casi nunca ocurre.
    Por supuesto que debería desaparecer MUFACE, pero es imposible dada la gran cantidad de empresas y castas (perdón, subclases o grupos sociales) que chupan de las ubres del dinero público, de un lado, y del dinero de los bolsillos de los funcionarios, que también cotizan, por supuesto.

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    1. No contaré mi caso porque es muy largo, pero en síntesis...En el 2000 me internaron para una operación que, llegado el momento, se complicó y los médicos valorando riesgos optaron por la vía más costosa pero más segura. Todos los médicos a los que les he contado esa historia clínica, que es larga de contar, coinciden en decirme que si hubiera sido un hospital privado a lo mejor no estaba contándolo ahora, porque habrían priorizado el criterio de los costes por delante del criterio de los riesgos.
      Nunca entenderé (ni defenderé) que la Salud pueda ser un negocio. Y desde luego creo que MUFACE es una lacra anacrónica. Por desgracia, hay gente que no lo ve así.

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  5. ¿Qué diríais de los servicios públicos en materia de salud mental? En mi entorno hubo y sigue habiendo necesidad de atención. Mi experiencia: Enormes listas de espera y paliativos farmacéuticos en la atención ambulante, y falta de facultativos y medios en la atención interna. No hay dinero, dicen...

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