Cartel del DKP (Partido Comunista de Alemania), Conferencia celebrada para conmemorar el 70 aniversario de la liberación del Fascismo. Fuente imagen: web del DKP. |
Os ofrecemos el siguiente texto de Jürgen Lloyd (miembro
del Partido Comunista Alemán, DKP), que es una adaptación de JW de una ponencia presentada
en la conferencia antifascista convocada por el DKP el pasado 2 de mayo en
Berlín. Se trata de analizar cuál es la estrategia que los comunistas deben
seguir en su lucha antifascista.
Como punto de partida, Lloyd asume como válida la conceptualización clásica de Georgi Dimitrov acerca de lo que es el fascismo, expresada en su ponencia en el VII Congreso Mundial de la
Internacional Comunista de 1935. Considera que “el fascismo en el
poder es la forma abiertamente terrorista de dominio por parte de los elementos
más reaccionarios e imperialistas del capital”; (...) no es un mero instrumento en manos del Capital”, sino una forma terrorista
y violenta de ese dominio capitalista y monopolista.
Sólo superando el dominio capitalista se
puede superar la amenaza fascista, de ahí que el movimiento antifascista deba
ser, para tener éxito completo, también anticapitalista. Pero la estrategia
comunista no puede olvidar que la lucha antifascista tiene lugar en un contexto
capitalista. Por ello considera que es preciso integrar mayorías sociales cuyos
intereses sean antagónicos con los del capital monopolista, todas aquellas partes
sociales que no constituyan un aliado potencial del fascismo.
Destacamos la insistencia de Lloyd que el fascismo no nace de una ideología o de una
mentalidad (planteamiento erróneo aunque extendido), sino que resulta vital entenderlo como una forma
de dominio de la burguesía monopolista.
De máximo interés es la afirmación final del autor: “la debilidad de la clase trabajadora”, creada “mediante
escisiones y/o la desorientación ideológica”, dificulta la lucha antifascista.
Referencia documental
Fuente original en alemán:
Jürgen Lloyd, "Wissen, wer der Gegner ist.Die Strategie der kommunistischen Bewegung im antifaschistischen Kampf". Publicado en Junge Welt, 13-5-2015. URL: www.jungewelt.de/2015/05-13/004.php
Traducción al español para blog del viejo topo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente y fecha de la traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 19-5-2015.
Negrita: añadidos nuestros. Imagen cabecera: del original.
* * *
HAY
QUE SABER QUIÉN ES EL ENEMIGO. La estrategia del movimiento comunista en la
lucha antifascista.
Un
artículo de Jürgen Lloyd en Die
junge Welt
El pasado día 2 de mayo, el
Partido Comunista Alemán (DKP) había convocado a una conferencia antifascista
en Berlín bajo el lema:
8 de mayo 2015. Día de la liberación del fascismo. La lucha continúa. El papel y los cometidos del Partido Comunista en la lucha antifascista, Ayer y Hoy.
Hoy y aquí, Junge Welt
ofrece la aportación de Jürgen Lloyd, director del Colegio ‘Karl Liebknecht’ de
Leverkusen, ligeramente modificada por nuestra redacción.
Esta ponencia, al igual que las demás, pronto estará disponible en un
compendio sobre la conferencia, pudiéndose bajar además en news.dkp.de
El hecho de que publiquemos
la ponencia de Lloyd, quien nos esboza los fundamentos de la lucha
antifascista, ha de marcar al mismo tiempo el inicio de un debate en torno a la
estrategia antifascista que, esperemos, se libre en estas mismas páginas (JW)
* * *
Cuando
a mediados de los años ochenta, al iniciar mi andanza participando activamente
en el movimiento antifascista y haciéndome socio de la asociación de las
personas perseguidas por el régimen nazi/alianza de los antifascistas [VVN-BdA
por sus siglas en alemán], ello no recibió la aprobación de la dirección de mi
partido, el SPD, que ya en 1948 había determinado su incompatibilidad con la VVN, un acuerdo que años
más tarde, al cabo de 62 años, fue anulado. No obstante, entré a participar en
dicha asociación donde me encontré con compañeros comunistas; como fueron el
sindicalista y antifascista Hein Kolberg de Aquisgran, recientemente fallecido;
Hartmut Meyer, entonces jefe de la
comisión neofascista dentro de la VVN de Renania del Norte Westfalia; o bien
Jupp Angenfort, quien era nuestro dirigente regional. Por ellos, pude experimentar
la fuerza orientadora/fuerte orientación que estos comunistas nos venían
ofreciendo mediante su ideología y cosmovisión científica. Y eran unos
científicos marxistas – aquí sólo menciono a Kurt Gossweiler de la RDA y
Reinhard Opitz de la RFA – quienes elaboraban un perfil exhaustivo del fascismo,
representando no solamente aspectos y fenómenos aislados, sino facilitando
nuestra comprensión integral de lo que el fascismo había sido en su conjunto y
de cómo debemos incorporar la lucha contra él según el progreso histórico en
cada momento.
Todo
ello ayudó a que, dentro de este movimiento antifascista, yo comprendiese qué
significado y alcance tiene el interpretar la Historia como Historia de las
luchas de clase; la importancia que tienen el concepto marxista de clase y el
análisis leninista del Imperialismo para poder determinar y señalar con
exactitud el fascismo como nuestro enemigo común.
En
las biografías de muchos de nosotros, el antifascismo jugaba un papel importante, y ejercía su
influencia en las respectivas trayectorias de cada uno de nosotros hacia el
movimiento comunista. Pienso que no hay compañero o compañera en nuestro
partido para quien el antifascismo no fuera determinante de un modo u otro para que
encontraran su camino hacia el partido comunista. Si bien existen biografías
individuales muy diversas, este factor siempre figura entre los motivos, por lo
que sabemos y expresamos que el DKP siempre ha sido un partido antifascista y
que jamás podrá ser otra cosa.
Y
así lo manifiesto indistintamente para todas la edades. Puedo citar a nuestro
veterano compañero Heinz Kessler, ex ministro de Defensa de la RDA; al igual
que las Juventudes Socialistas Trabajadoras Alemanas [SDAJ, por sus siglas en
alemán], una asociación que sentimos cercana, y que lleva años dedicándose al
tema del “fascismo y antifascismo” que viene desarrollando en sus Seminarios de
Semana Santa [Osterschule] facilitando de este modo la entrada de nuevos
compañeros y compañeras en esa ideología que el KPD y las SDAJ tenemos en
común.
Pero
este significado que el antifascismo alcanza para los comunistas es tan sólo un
aspecto de la relación entre el movimiento antifascista y el Partido Comunista.
El otro aspecto integrante, que no debemos confundir nunca con aquel primero,
es la importancia y el papel que a los hombres y mujeres comunistas nos
corresponde en el movimiento antifascista.
Y
con ello, llegamos al planteamiento central de esta ponencia: ¿Qué estrategia
persigue el movimiento comunista en la lucha antifascista? Esta pregunta ya
implica algo fundamental: el tener y perseguir una estrategia significa actuar
de manera planificada y consciente de las causas y efectos. De existir algo así
como una estrategia antifascista, el antifascismo vendría a ser algo que se
pueda pensar y abordar de modo planificado; sobre la base de una comprensión,
de un entendimiento elaborado de los hechos reales y sobre la base de que logremos
determinar con exactitud quién es nuestro adversario.
El
plantearnos semejante estrategia dentro del movimiento comunista, ya presupone
pues que hombres y mujeres comunistas, de modo reflexivo, entren a abordar su
trabajo en el movimiento antifascista.
Nuestra
irrenunciable autocomprensión como Partido Comunista supone que entendamos que
el mundo pueda ser concebido y modificado y que nuestra lucha se realice y se
debata sobre el fundamento de argumentos y deducciones científicas. En nuestro
programa se dice al respecto: “El DKP aporta su entendimiento al análisis
científico de la Sociedad, con el fin de obtener conocimientos para concretar
su actuación política".
I. Los hombres y las mujeres
comunistas fundamentan su lucha antifascista en una estrategia.
Nuestras
reflexiones estratégicas en torno al antifascismo deben comenzar con el
análisis de lo que hay que combatir. Por ello resulta tan imprescindible que
vayamos concretando lo que entendemos por ‘fascismo’. Nuestro esfuerzo para
valorar lo que el fascismo es y nuestra estrategia antifascista exitosa han de
ir entrelazadas y vinculadas. Y así lo fueron a lo largo de la Historia del
movimiento comunista. Sosteniendo que “el fascismo en el poder es la forma
abiertamente terrorista de dominio por parte de los elementos más reaccionarios
e imperialistas del capital”, esto es, la calificación de que ya se servían Georgi
Dimitrov y la Internacional Comunista para describir ese dominio fascista,
hemos podido alcanzar hoy, unos 80 años más tarde, un entendimiento más exacto
del fascismo y una estrategia antifascista más correcta que se plasman en unos
resultados válidos y útiles. Tal y como lo reconocieran y señalaran los
comunistas hace 80 años, NO es así que en el fascismo dominaran el ‘lumpen’
ni la clase media amenazada de descenso,
ni el Partido nazi, con sus dirigentes y simpatizantes, ni tampoco ninguna
coalición cualquiera entre todas estas fuerzas, NO, el fascismo, desde el momento
en que llega al poder – así lo habían analizado los comunistas, y así se ha
venido confirmando en la Historia – activa e impone los intereses de clase de
las partes más imperialistas y reaccionarias del capital monopolista dominante. Tal y como lo declarara Dimitrov en su
ponencia en el VII Congreso Mundial de la Internacional Comunista en 1935, el
fascismo no es un mero instrumento en manos del Capital, sino el dominio mismo
que ejerce el Monopolio del Capital imperialista, esto es, una forma existencial
de ese dominio capitalista y monopolista. Así lo habían reconocido los
compañeros durante el VII Congreso Mundial y en ello fundamentaron su alianza
estratégica. Y así debería servir hoy en día de fundamento para nuestro trabajo
en nuestras alianzas antifascistas.
II. Nuestra estrategia
antifascista debe comenzar por saber
quién es el enemigo. Debe fundamentarse en el análisis del fascismo que hay
que impedir y combatir.
Ambas
afirmaciones, a saber, que el fascismo persigue los intereses de clase del
Capital monopolista y que lo hace de un modo violento y terrorista, nos brindan
la oportunidad de considerar todas aquellas partes de la ciudadanía que no
podamos incluir en el bando del capital monopolista, como aliados potenciales
contra el fascismo. Son sus intereses contra los que el Monopolio del Capital
pretende instrumentalizar su poder y dominio. Al igual que otras agrupaciones
políticas en una sociedad de clases,
nosotros vemos también en el fascismo una parte integrante de la lucha
entre clases. De ahí que venimos integrando la lucha contra él como parte de nuestra
actividad: el Monopolio del Capital de un lado, contra la inmensa mayoría de
ciudadanos, de otro. La orientación con arreglo a esta línea divisoria en la
lucha política nos sirve de guía a la hora de buscar alianzas. Y de este modo,
estamos en condiciones de buscar un frente muy amplio en el movimiento
antifascista. Pero no debemos confundir los fundamentos ya reconocidos y
consolidados con las conclusiones extraídas de ellos. Sin embargo, la referida
amplitud no es el principal criterio de nuestro trabajo a la hora de buscar
alianzas, más decisivo nos parece el enfrentamiento concreto entre las clases,
tal y como se libra en la lucha antifascista. La máxima amplitud de posibles
alianzas antifascistas no deja de ser una consecuencia que se produce de la
determinación temática, pero debe quedar siempre vinculada a un contenido
concreto para no perder su sentido.
III. La lucha antifascista
está integrada en la lucha entre los intereses de clase del Monopolio del
Capital y los intereses antimonopolistas de la gran mayoría de la ciudadanía.
Las
circunstancias que vienen a condicionar nuestras vidas, no son las del
fascismo, sino las propias de un sistema parlamentario burgués. La lucha
antifascista supone, por tanto, prevenir e impedirlo. El análisis en que se
basa nuestra lucha, debe explicar, por
lo tanto, las razones y condiciones que pueden generar el fascismo. Debemos
entender cuándo y en qué circunstancias el Monopolio del Capital pasa a ejercer
su dominio de forma fascista. Esta comprensión nos hace falta para poder
adoptar la medidas adecuadas para prevenir e impedirlo.
IV. Entender las causas y
circunstancias que originan el fascismo nos facilita la base para luchar impidiéndolo.
No
es casual que precisamente en este punto nos la tengamos que ver con un sinfín
de apreciaciones erróneas y/o insuficientes. Puede que la más grave sea la que
sostiene que el fascismo nace de la ideología o mentalidad de los fascistas o
de los seguidores que ellos hubiesen podido “seducir”. A este falso suponer
corresponde una orientación de la lucha antifascista restringida a impedir y
combatir semejante credo. Pero el fascismo ni es una opinión ni una ideología,
sino una forma de dominio burgués. Y puesto que la burguesía monopolista, para
imponer el fascismo, no depende exclusivamente del requisito de un movimiento
de masas dóciles, pudiendo instalar su dictadura fascista por medio de un
aparato militar violento, el restringir la lucha antifascista a combatir la ideología
fascista resulta ser insuficiente. Más aún: Tal restricción, en una situación
límite, puede resultar propensa a respuestas reaccionarias, favorables a la
guerra y la reducción de las prestaciones sociales.
Mediante
la demagogia, el miedo, el difundir imágenes reaccionarias del enemigo y otros
instrumentos se ha venido fomentando hasta el día de hoy el movimiento fascista
de las masas. Pero éstas, por si solas, nunca son la causa del fascismo, sino
un medio para que éste pueda imponer sus estructuras de dominio. La existencia
de un medio para el tránsito al fascismo – o bien ir disponiendo de una masa de
base o bien ir movilizando un aparato de violencia en dirección de una
dictadura – sería una de las condiciones previas necesarias para su creación.
La segunda condición sería la debilidad de la clase trabajadora y otros
sectores de la ciudadanía que podrían implicarse en la lucha antifascista. Y
esta debilidad puede haberse creado mediante escisiones y/o la desorientación
ideológica.
De
estas condiciones hay que distinguir la causa para la instalación del fascismo.
Ésta habrá que buscarla siempre en los específicos intereses del Monopolio del
Capital o uno de sus partes integrantes, en cada momento. Estos intereses los
debe considerar irrenunciables e inmediatamente factibles. Por otra parte, la
realización de estos intereses, en el marco del orden parlamentario, ya debe
quedar menos garantizada que de costumbre. Al coincidir esta causa con
las condiciones o circunstancias arriba mencionadas, se llega a
una situación en la que el fascismo se convierte en un peligro agudo.
V. A la hora de elaborar una
estrategia antifascista, debemos distinguir entre la causa que origina el
fascismo y las condiciones que se deben dar para que logre instalarse.
Lo
sabemos y lo expresamos claramente: sólo superando el dominio capitalista cabe impedir
principalmente el fascismo. Así que el movimiento antifascista, sólo podrá
acabar con éxito, si mantiene su carácter ANTICAPITALISTA.
Pero
no olvidemos que la lucha antifascista también procede en circunstancias
capitalistas. Esta lucha debe empezar por las condiciones previas necesarias
para que el fascismo llegue a dominar, además de oponerse con eficacia al
Capital monopolista susceptible de avanzar al fascismo. Para ello hace falta
ganar y movilizar amplias mayorías ciudadanas integrándolas en la lucha por sus
propios intereses, que habrán reconocido como antagónicos a los intereses
monopolistas. Será la única fórmula para elevar el antifascismo al grado de eficacia
necesaria. Y el criterio lo podemos determinar con toda claridad: la lucha
antifascista la tenemos que desarrollar hasta el extremo de invalidar el origen
de un movimiento fascista masivo; y de poder influir en los integrantes del
aparato militar para que ya no sirva para implementar la dictadura fascista.
Para
ello no será suficiente que manifestemos y tematicemos nuestro rechazo ante las
formas, horribles, repugnantes y cruentas, que el fascismo suele adoptar; para desarrollar la lucha antifascista,
ampliando y reforzándola, debemos emplearla contra aquellos contenidos y
conceptos que encontramos realizados en el fascismo en el poder. Debemos
emplearla contra los intereses de la alta burguesía, que pretende extender su
margen de influencia mediante la guerra, esto es, debemos defender la paz.
Nuestra lucha debe dirigirse contra el creciente interés en aumentar la
explotación laboral; en reducir las prestaciones sociales y en escindir la
oposición mediante ideas racistas y nacionalistas… debemos luchar por más
derechos democráticos y sociales. En una palabra: no importa si todos los que
se unen así lo entiendan o no, debemos considerarla como lucha antimonopolista
de la inmensa mayoría ciudadana contra los intereses de la clase burguesa y su
monopolio.
Pero
este propósito no hay que demorarlo hasta que el capitalismo caiga. Esta lucha
ya es factible y necesaria aquí y ahora. Pero para ello debemos definir
claramente su contenido y alcance. Sólo entonces, el antifascismo podrá
alcanzar la eficacia que se propone: impedir que el Monopolio del Capital, de
sus partes más reaccionarias e imperialistas, pueda avanzar hacia el dominio
fascista que pretende implementar.
En
su programa, los hombres y las mujeres comunistas del DKP decimos que “quien
quiere cambiar el mundo, primero lo debe conocer”. Y entre lo que conocemos y
sabemos sobre la realidad del peligro fascista en las sociedades imperialistas figura
que diferenciamos, no sin ver su interrelación o vínculo, entre la causa del
fascismo y las condiciones previas para que pueda entrar a imponerse. La
estrategia del movimiento comunista en la lucha antifascista viene respaldada
por tal entendimiento. Los comunistas nos destacamos por haber elaborado esta
diferenciación y por ir recordándola constantemente. Como ya nos enseñara Marx
[en sus tesis sobre Feuerbach], es cuestión de ir cambiando el mundo sobre esta
base.
Así
es como nos lo enseñaron hace ahora 70 años el Partido Comunista de la Unión
Soviética y el Ejército Rojo. ??????! [Nota traducción: el original termina de este modo].
Un botón de muestra de cómo actúa el enemigo
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STOP la próxima cumbre del G7 en Elmau/Alemania
ResponderEliminarhttp://www.stop-g7-elmau.info/wordpress/wp-content/uploads/stop-g7-elmau-convocatoria.pdf