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miércoles, 28 de enero de 2015

El terror de París y la espiral de violencia global.


Con drones como este MQ-9 Reaper, la OTAN acelera la espiral de violencia, dice Daniele Ganser. Foto: Larry E. Reid Jr./Wikimedia


Referencia documental del artículo
Fuente original en alemán: "Der Terror von Paris und die globale Gewaltspirale". Jens Wernicke Interview mit Daniele Ganser. Publicado en nachdenkseiten.de el 20-1-2015 (URL: http://www.nachdenkseiten.de/?p=24659)
Traducción al español para blogdelviejotopo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 28-1-2015.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).
Negrita e imágenes: añadidos nuestros.



El terror de París y la espiral de violencia global.
Jens Wernicke entrevista a Daniele Ganser.

Sin demora alguna, los asesinatos de París no sólo han llevado a una masiva instrumentalización política de los muertos,  sino a una nueva autodefinición colectiva, que entraña el peligro de que “la barbarie”, entendida como un nuevo enemigo imaginario, quede ubicada  ante todo “en el exterior” y “entre los demás”, mientras la barbarie propia es ocultada y obviada más que nunca. Y las líneas de conflicto sociales y los puntos de ruptura verdaderos entre los de “Arriba” y los de “Abajo” se van perdiendo de vista precisamente a causa de este nuevo “Nosotros” que se viene a establecer. Hay que decir que el NO al colectivo que vienen formando Angela Merkel, Jens Stoltenberg, Matthias Döpfner, Benjamín Netanyahu, Ahmet Davotuglu y otros, para nada puede equipararse a un NO a la lucha contra la pobreza, la violencia y el terror, siendo ésta el primer paso necesario o la condición previa para emprender la lucha verdadera. Acerca de los trasfondos de los asesinatos de París y la “barbarie de los civilizados”, Jens Wernicke entrevista a Daniele Ganser.


Sr. Ganser, ahora  resulta que también Europa fue sacudida por un atentado terrorista, que nos plantea numerosas incógnitas, pudiendo ser la primera y la más importante de ellas: ¿es así que ahora todos estamos amenazados por islamistas radicales? ¿Acaso llevaban razón PEGIDA & Cía. al advertirnos la “Islamización de Occidente”?

Todavía no sabemos lo que realmente ha sucedido en París, aunque los medios de comunicación llevan días proclamando que el atentado fue perpetrado por islamistas radicales. Pero esto no que cierto. Nada está demostrado. Deberíamos mantener la calma y la atención. Un atentado terrorista no cabe dilucidarlo de la noche a la mañana, ni el famoso inspector Derrick de la tele lo hubiese podido lograr. Esto requiere su tiempo, tranquilidad, experiencia y sagacidad.

¿En que se apoyan los medios de comunicación al afirmar que el atentado lo realizaron islamistas radicales? Se apoyan en la policía francesa, que ya en la misma tarde/noche del 7 de enero había declarado que el atentado a la redacción de Charlie Hebdo había sido perpetrado por dos islamistas radicales. De ser cierta esta afirmación, estaríamos ante una aclaración milagrosamente rápida de un crimen complejo. ¡No habrían tardado ni 24 horas! ¿Cómo fueron capaces? Se dice que los asesinos exclamaron: “Dios es grande” y “Hemos vengado al Profeta”, según refiere la testigo Corinne Rey. Pero no pudo identificar a los hombres, que llevaron pasamontañas negros. ¿Cabe que sus exclamaciones puedan constituir una prueba? No, esto lo puede haber exclamado cualquiera. No procede pues que la policía se base y descanse únicamente en esta prueba.

Luego resulta que uno de los asesinos dejó olvidado su documento de identidad en el coche de fuga, lo cual se considera en la actualidad en Europa y los EEUU como prueba contundente. El sensacionalista periódico Blick de gran tirada en Suiza se pudo leer: “Después del atentado, uno de los hermanos dejó olvidado su DNI en el coche de fuga. Así que la policía pudo identificar a los autores inmediatamente”. Me parece una historia sumamente extraña. En seguida me pregunté cuántas veces había perdido yo mi DNI en los últimos cuarenta años? La respuesta es: nunca. También me pregunté por qué un asesino llevaría su DNI si es que planifica cometer un asesinato en masa? Y ¿cómo se ha logrado identificar en seguida a dos autores disponiendo de un solo DNI? Todas estas incógnitas quedan por aclarar, toda esa pirámide de “pruebas” se apoya en esa punta. Y cuando se rompe, toda la historia se derrumba.

En el fondo los hermanos Cherif y Said Kouchai, de los que la policía sospecha detrás de estos pasamontañas negros, deberían ser interrogados, ya que rige el principio de escuchar a la parte contraria. Pero esto ya no es posible, porque ya no viven.

Mi resumen queda así de claro. Primero, el atentado no está aclarado, esto llevará más tiempo. Puede que fueran terroristas radicales los autores. También puede que no. Segundo, en todo atentado terrorista se debe investigar si se trata de una operación de bandera falsa, de la que en este caso se pretende inculpar a unos musulmanes, con el fin de hacer cundir en Europa y los EEUU el miedo y el odio para poder ampliar el Estado policial de vigilancia y mejor legitimar las futuras guerra contra países musulmanes.


[NOTA DE TRADUCCIÓN. En la fuente original, aquí se inserta una corta declaración en vídeo de Sabine Schiffer, del centro alemán Instituto para la Responsabilidad de los Medios (Institut für Medienverantwortung) que se cuestiona la inmediatez con que los medios divulgaron sus conclusiones, preguntándose por las fuentes de tales informaciones y/o aprioris, de los que cita algunos cuantos.]

¿Cómo llega usted a esta valoración?

Debo decir que llevo muchos años investigando sobre el fenómeno del terror. Tras cada atentado que se comete, el público primero queda en estado de choque y de conmoción. Y este es precisamente la meta: a los televidentes el miedo les ha de calar hondo. La meta de terror no sólo consiste en alcanzar a los muertos, sino ante todo a los que observen lo sucedido.

De ahí que inmediatamente después de un atentado se suelen presentar pruebas falsas que la gente recibe de buena gana por encontrarse en un estado emocional excepcional y quedar incapaces de reflexionar con calma.

Esto fue lo que pasó, por ejemplo, en Italia, donde en 1972 en Peteano murieron tres policías. De inmediato, el atentado fue atribuido a la extrema izquierda, pero las pruebas resultaron ser falsificadas. Marco Morin, el policía experto en explosivos, había entregado un informe falsificado a propósito que decía que el explosivo empleado en Peteano era del tipo que también solía emplear el izquierdista grupo terrorista Brigadas Rojas. Los medios de comunicación recibieron este informe sin rechistar, lo cual no solamente llegó a desacreditar a las Brigadas Rojas, sino  a los comunistas y socialistas italianos en general. Y esto es importante recordar, ya que hoy no sólo se les inculpa a unos islamistas militantes, sino práctica y colectivamente a todos los musulmanes. En Italia tuvieron que pasar 12 años, hasta que el juez italiano Felice Casson pudiera descubrir la mentira. Y es por ello que siempre digo: lo que se requiere es calma, sagacidad y tiempo para aclarar un atentado terrorista.

Casson había descubierto que el atentado no lo había perpetrado la izquierda italiana, sino el derechista Vincenzo Vinciguerra, y que además existía entre las filas del los servicios secretos italianos un ejército secreto llamado Gladio, que había sido instalado por la CIA norteamericana y quedaba coordinado por unos comités secretos de la OTAN. Vinciguerra se confesó culpable declarando que la “estrategia de la tensión” había de aumentar el miedo entre la gente y legitimar que se extendiera el Estado policial de vigilancia: “Había que agredir a la gente civil, hombres, mujeres, niños, a la gente inocente por una simple razón: los atentados debían inducir a que la gente, todo el pueblo italiano le pidiera al Estado mayores medidas de seguridad”.

Y recuerdo otro atentado terrorista donde se falsificaron unos pasaportes: cuando en 1985 el servicio secreto francés hundió en Nueva Zelanda la nave Rainbow Warrior de Greenpeace bombardeándolo por haber protestado contra las pruebas nucleares francesas en el Pacífico, enviaron a dos agentes, un supuesto matrimonio suizo de apellido Turenge, con sendos pasaportes falsificados. Suiza nada tenía que ver con este atentado, ni hubo ningún ciudadano suizo a bordo. Esto documenta y nos enseña que los servicios secretos no suelen tener ningún problema en falsificar pasaportes con el fin de tender pistas falsas a su antojo. Nada más fácil que esto.

¿Pero no es así que podemos observar una radicalización creciente en determinados entornos, y hasta en muchos otros ambientes, que hace aumentar el peligro del terror?

Desde luego existe una tendencia a la radicalización. Estamos inmersos en una espiral de violencia, y esto no puede ser bueno. Dentro de los próximos 10 o 20 años debemos intentar salir de esta espiral que va girando cada vez más rápido. Y tan sólo lo vamos a lograr si aprendemos a resolver los conflictos, que siempre estarán allí, sin recurrir a violencia alguna.

No podremos salir de la espiral de violencia agrediendo o bombardeando cada vez más países musulmanes, ni ampliando el Estado policial de vigilancia en los países otanistas, un recurso que el ex colaborador de la NSA Edward Snowden critica con mucha razón.

Al contemplar la espiral de violencia detenidamente, vemos que se compone de muchos elementos distintos. Ciertamente, existen musulmanes radicales y violentos. Es un problema. En el norte del Sudán, el presidente musulmán Bashir les descalificó a todos los que no son musulmanes de “alimaña venenosa”, los cristianos son expulsados brutalmente y hasta los matan. Este es un elemento de la espiral violenta. Pero otro elemento consiste en la tortura por parte de la CIA que quedó descubierta recientemente. Plantea un problema muy serio porque parece ser que la CIA ha quedado fuera de control. Luego hay que recordar la guerra de Francia y otros países de la OTAN contra Libia en 2011 que cobró unas 30.000 vidas, en su mayoría musulmanas. Y está la guerra de agresión ilegal de Gran Bretaña y los EEUU contra Irak en 2003, que se cobró más de 100.000 vidas, la mayoría musulmanas. Son crímenes de lesa humanidad y constituyen vulneraciones imperdonables del derecho internacional.

En la actualidad nos deben ocupar las luchas en Siria y Ucrania. Cada grupo que en ellas participa -sean cristianos, musulmanes, judíos, hindúes, budistas, ateos- debería ponerse a reflexionar con toda la crítica posible su propia contribución a la espiral de violencia, para llegar a reconocer que, entre todos, estamos calentando la caldera. Lo que urge pues en primer lugar es autocrítica, debemos llegar a ver la viga en el propio ojo, y no sólo la paja en el ajeno.

Semejante autocrítica sería deseable, qué duda cabe, aunque parece que apenas existe. ¿Cómo se lo explica usted?

Esto no es cierto. La autocrítica existe, si bien es poco comentada en los medios de comunicación. Brandon Bryant, el piloto norteamericano de drones, por ejemplo, pasó recientemente por una reflexión muy emocionante sobre su actividad. Ha matado a 1.626 personas, y no por su propia mano mediante arma blanca, ni fusil, sino desde su monitor en su función de piloto de drones del Ejercito del Aire norteamericano. En un caso se percató que su víctima se iba desangrando por la herida que le había causado en la arteria de su pierna. Por otra parte, llegan a morir niños y mujeres en Afganistán y Pakistán en ataques perpetrados por drones. En su mayoría son musulmanes. Esta faceta de la espiral de violencia es la que muchos en Europa no quieren ver. Bryant se cuestionó su actividad y acabó por dimitir de sus servicios a las órdenes del Pentágono. Sobre estos sucesos hubo alguna que otra información en los medios, desgraciadamente muy poca, y de ahí que muchos conocen a “Charlie Hebdo”, pero ignoran quién es Brandon Bryant.

Con toda la autocrítica que hace falta, debemos poder condenar que se agreda la libertad de expresión, tal y como lo pretendieron los asesinatos en París. ¿Cómo lo ve usted?

Sin duda, la libertad de expresión es muy importante, aunque sea agredida una y otra vez, entre otros países, también en Rusia. Pero también se dan agresiones de la prensa por parte de OTAN, un hecho que solemos obviar u olvidar rápidamente. Un ejemplo, el 23 de Abril de 1999 la OTAN llegó a bombardear la redacción de una emisora de radio y TV en Serbia, causando la muerte a 10 periodistas la desaparición de otras 20 víctimas que en su mayoría quedaron sepultadas. El centro mediático quedó destruído.

Entonces, no hubo nadie, ni en Francia, ni en Alemania, ni em EEUU que dijera que se trataba de un acto terrorista contra los periodistas. El acto fue considerado más bien como algo normal y correcto, y el portavoz de la OTAN llegó a declarar que se había eliminado con éxito una emisora de propaganda.

Es ésta la viga en el ojo propio que la OTAN se niega a ver. Jens Stoltenberg, el Secretario General de la Alianza, declaró tras el atentado de París: “Los aliados vamos unidos en nuestra lucha contra el terrorismo. Plenamente solidarios, estamos al lado de nuestro aliado Francia”. Cualquier reflexión sobre el terror propio es tabú.

¿Considera usted que todas las personas se encuentran atrapadas en esta espiral global de violencia?

No. En la actualidad, somos unos 7.000 millones que habitamos el mundo en 200 países. Sólo el 1 %, que equivale a unos 70 millones, mata o tortura o manda a otros a hacerlo en su nombre. Resulta ser pues una minoría. El restante 99 % simplemente quieren vivir en paz, enamorarse, ganar algo de dinero, irse de vacaciones, encontrarse con sus amigos, fundar una familia, escuchar música… todas estas cosas normales de la vida. Pero por desgracia resulta que a este 99 % también se le puede engañar fácilmente. Se le puede contar que en estos momentos su libertad es defendida en el Hindukush. Y sin haber oído jamás de esa región montañosa, puede que se apunten o avalen esa misión bélica.

¿Pero es realmente así que entre los 70 millones de autores de actos violentos que hay en el mundo, la religión viene a ser el criterio decisivo?

No. Estos 70 millones proceden de países diferentes y pertenecen a religiones diferentes. En su mayoría son hombres. A menudo se trata en el fondo de poder acceder a los recursos naturales, como son el petróleo o el gas; y las religiones suelen aprovechar o instrumentalizarse, ante todo, para introducir a estos grupos en la espiral de violencia, cuasi a modo de “declaración justificante”; pero en el fondo no se trata de nada confesional, nada decisivo a la hora de librar guerras territoriales o en torno a los recursos geoestratégicos.

Y resulta que a estos hombres violentos los caracterizan las ideologías más diversas. Pueden encontrarse en los Estados Unidos teledirigiendo un dron a las órdenes del Pentágono, pensando que de este modo luchan por la libertad, los derechos humanos y la democracia. O se trata del presidente de Sudán que mata a cristianos, supuestamente a las órdenes de Dios o de su religión. O trabajan para el servicio secreto en Italia manipulando los datos de un acto terrorista para engañar a la gente; facilitarles a sus mandatarios la reelección y/o ahogar cualquier brote de rebelión social, etc.

Sea como fuere, afirman que empleando la violencia son capaces de erradicar el mal. Pero la Investigación sobre la Paz, en la que participo activamente nos demuestra a las claras que no es así. Que se trata de un graso error. El mal nunca cabe erradicarlo empleando la violencia. Todo lo contrario, la violencia siempre provoca más mal conocido y por conocer, por lo que deberíamos, en lo posible, resolver nuestros conflictos sin violencia.

En lo que a los asesinatos de París se refiere, ¿ve usted una entrada o una salida de esa “espiral de violencia”? Y ¿se imagina usted que a causa de los (pre)juicios precipitados que hubo se pueda crear el peligro de obviar/desatender los posibles intereses geopolíticos y de otra índole, que puedan estar al fondo de los sucesos, y determinar de modo precipitado y por tanto equivocado a los autores, por no haber profundizado lo suficiente en sus móviles?

Bueno, algunos estados y los poderes asociados a ellos, seguramente lo verían con buenos ojos que “Occidente” a causa de lo sucedido en París se fuera a aliar en contra “del Islam”.

En este encuadre, que no pocos gustan de definir como “la lucha entre las culturas” con el fin encubrir el creciente neocolonialismo de Occidente, se trata ante todo de cuestiones geopolíticas y de materias primas. Deberíamos ponernos pues a descubrir lo que hay detrás de lo que se nos viene a presentar como “lo obvio”, esto es, los sucesos e intereses de fondo. Hay quien dice “Estado terrorista” cuando no pretende otra cosa que iniciar una guerra contra otro país a causa de los recursos que pueda haber.

Pero si esto es así, ¿qué se puede, qué se debería hacer en estos momentos?

Debemos recordar constantemente que pertenecemos a ese 99% que rechazamos la espiral de violencia. Deberíamos entrar a defender, con valentía y sinceridad, la resolución de los conflictos sin violencia alguna, así como la tolerancia ante las religiones que no sean la nuestra. Aunque esto no sea muy popular en los tiempos que corren. Pero en tiempos de miedo y desconfianza hay que pontificar.
Quien conozca a un musulmán, debería ir hacia él y abrazarlo; o si esto resulta imposible, darle la mano e dirigirle una palabra amable. Contamos con más de 2.000 millones de cristianos y más de 1.500 millones de musulmanes en el mundo. Por lo que no tiene ningún sentido de que estos dos grandes grupos entren en guerra, el uno contra el otro.

La guerra, el terror y la tortura generan grandes sufrimientos. Los musulmanes deberían dejar de matar a los cristianos en su respectivos países. Y la OTAN debería dejar de bombardear a los países musulmanes. Debemos intentar salir de la espiral de violencia.

Estoy convencido que esto será posible en el siglo XXI. Pero para ello hace falta un cambio de mentalidad y de consciencia que logre superar el miedo y el odio reconociendo el valor de cada individuo, de cada ser como tal.

A mi me sirve de orientación y ejemplo la actitud de Sophie Scholl que con toda su valentía se opuso durante la II Guerra Mundial al nacionalsocialismo pagando finalmente con su vida:
Cada uno llevamos en nuestro interior las normas (éticas y morales) que hacen falta, aunque las busquemos muy pocas veces. Puede que no lo hagamos, porque suelen ser las más rigurosas que existen.
[Wir haben alle unsere Maßstäbe in uns selbst, nur werden sie zu wenig gesucht. Vielleicht auch, weil es die härtesten Maßstäbe sind.]

Sr. Ganser le agradecemos el habernos concedido esta entrevista.


Daniele Ganser, doctor en Filosofía, es un historiador suizo, especializado en Historia Contemporánea a partir de 1945 y Política Internacional. Centra su investigación en temas relacionadas con la paz, la geoestrategia, las guerras encubiertas, la lucha por los recursos y la política económica. Es profesor de la Universidad de San Galo (HSG) impartiendo clases sobre historia y el futuro de los sistemas energéticos; y de la Universidad de Basilea donde enseña a postgraduados en materia de análisis de conflictos en torno a la lucha global por el petróleo. Dirige el Swiss Institute for Peace and Energy Research (SIPER) [Instituto Suizo para la Investigación por la Paz y Energía] con sede en Basilea.
Entre sus múltiples publicaciones, por mencionarse en esta entrevista, destacamos Los ejércitos secretos de la OTAN:, traducido y publicado en castellano por la Ed. El Viejo Topo (pulsa en el enlace para acceder al detalle del libro):

http://www.elviejotopo.com/web/libros_detalle.php?idLibro=255


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Las NachDenkSeiten publican esta entrevista en fecha de 20-01-2015
Fuente en alemán: http://www.nachdenkseiten.de/?p=24659

Una traducción de Tucholskyfan Gabi
para blogdelviejotopo

Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).


4 comentarios:

  1. Todas las religiones son obras humanas y, en el fondo, equivalentes; se elige entre ellas por razones de conveniencia personal o de circunstancias.

    - ibn Rushd / Averroes -

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  2. Una interesante reflexión sobre precisamente la necesaria reflexión, el análisis y la crítica con rigor hacia lo que los interesados medios de comunicación dicen. Vivimos en la era de la desinformación, no en la de la información.

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  3. El 'palabro' (Unwort/un-word) recién elegido por la Academia del Idioma Alemán para el año 2014 es

    Lügenpresse = Prensa mentirosa

    que algunos ya pretenden sustituir por

    Kampfpresse = Prensa combativa...

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  4. Gracias por tus impecables traducciones. Ah, y felicidades: me consta que profesionalmente eres un as en desvirtuar algunos prejuicios en algunos casos...

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