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domingo, 12 de enero de 2014

Reflexiones en torno al sindicalismo hoy (2 de 3). Algunos datos y conceptos para el debate social.


Charles Chaplin, en Tiempos Modernos (1936). En esta película clásica, Chaplin lleva a cabo, en clave de humor, una aguda crítica social, entre otras cosas de la alienación y deshumanización sufridas por los trabajadores en el sistema productivo industrial.

Dedicamos esta segunda parte a presentar una serie de datos cuantitativos generales, que nos servirán de marco para plantear el debate sobre la crisis del sindicalismo, en la tercera parte del artículo. Son datos que permiten visualizar en cifras una parte de la realidad del sindicalismo en España, desde la legalización de los sindicatos. Digo "una parte de la realidad" porque, como trataré de explicar en la 3ª entrega de esta entrada del blog, estoy convencido que los datos cuantitativos si bien nos permiten ver con nitidez algunas dimensiones, también tienden a enmascarar o difuminar otras. Por este motivo considero que cualquier discusión sobre los problemas del sindicalismo, no puede limitarse a este tipo de información; pero tampoco puede pasarla por alto e ignorarla.

Los datos que siguen se contextualizan en el marco global del sindicalismo en Europa, con alguna referencia a América Latina. Previamente, dado que no todas las personas tienen claras estas ideas, recordaré algunos conceptos importantes que nos permitirán una más ajustada lectura de esta información cuantitativa.


Algunos conceptos relacionados con los indicadores de la fortaleza sindical

Para evaluar el estado de salud de los sindicatos de un país, su fortaleza negociadora y su capacidad para influir en las relaciones laborales, suelen utilizarse - entre otras muchas cosas que no mencionaremos - algunos indicadores como referentes cuantitativos.

La tasa de sindicalización o densidad sindical (TS o DS). 

Es un indicador que señala la cantidad de trabajadores afiliados a sindicatos en relación con un universo determinado, que suele ser - cuando no se especifica otra cosa - el total de la población con empleo remunerado. También se puede calcular en función de la población activa total (empleados y desempleados que buscan de empleo) o con otros universos que incluyan, por ejemplo, a los trabajadores jubilados (ya que como perceptores de pensiones y servicios tienen intereses que entran dentro del campo de funciones de los sindicatos); se puede incluir o excluir a los trabajadores autónomos, etc. A mayores, podemos considerar el universo relativo sólo a la economía formal o incluir la informal; en muchos países se incluyen o no a los campesinos...  

Es decir, la TS o DS como herramienta pretende medir la densidad sindical, o sea, la relación entre la afiliación real y la afiliación potencial. Pero el problema reside en definir e interpretar cuál es ese conjunto potencial afiliable. La metodología de elaboración del indicador no es la misma en todos los países y las estadísticas de afiliación en ocasiones son poco fiables en algunos sitios. Por este motivo, la comparación de la TS entre países no deja de estar sujeta a la controversia derivada de sesgos que son difíciles de solucionar (Trajtemberg y otros, 2008: 14 y ss.).

De acuerdo con los enfoques inspirados en la teoría de Olson (Olson, 1971), la TS o DS permite medir  el poder sindical de las organizaciones, ya que los recursos económicos de un sindicato en buena parte proceden de ingresos de sus afiliados (principal fuente de financiación).

La TS también aporta cierta información sobre la capacidad de movilización de un sindicato (1) ante un conflicto laboral que se presente, como señalan muchos autores. Sin embargo, hay también quien cuestiona lo anterior, ya que un sindicato con baja densidad sindical puede tener una alta capacidad de movilización de cara a una huelga, ya sea porque sus miembros sean muy activos o porque el sistema de organización sea muy eficaz; y viceversa, una alta densidad sindical puede ir acompañada de baja capacidad de movilización (Trajtemberg y otros, 2008: 16).

El caso francés es muy ilustrativo a este respecto. El sindicalismo galo históricamente ha presentado una bajísima TS y actualmente ocupa el último puesto del ranking europeo (un 8%). Sin embargo, los sindicatos franceses se caracterizan por una elevada capacidad de movilización.

En definitiva, la TS o DS es un indicador que hemos de manejar e interpretar con prudencia, debido a estas limitaciones que acabo de exponer.

La cantidad de acuerdos con el gobierno. 

Normalmente se producen a tres partes: sindicatos, patronal, gobierno (acuerdos relativos a la regulación del mercado de trabajo, formación, etc.). Siendo un aspecto central en las relaciones laborales y en el conjunto de estrategias y funciones de un sindicato, como indicador cuantitativo es muy débil y apenas aporta información, ya que lo importante no es si se alcanzan muchos o pocos acuerdos con un gobierno, sino el contenido de lo acordado. Lo menciono en este apartado porque he visto algún autor que lo hace, pero no considero que sea un ítem cuantitativo válido para calibrar la fortaleza sindical; en cambio, sí tiene importancia desde el punto de vista cualitativo cuando analizamos el valor y repercusión de aquello que se pacta.

La cantidad de convenios colectivos y la cobertura que alcanzan (TCN). 

Este último quizás sea uno de los indicadores que mejor pueden medir la influencia y fortaleza de los sindicatos y su papel en la negociación colectiva. La TCN indica el porcentaje de trabajadores cubiertos por los convenios laborales alcanzados por los sindicatos. Al respecto, es importante tener en cuenta lo que se menciona en el siguiente punto.

Modelos sindicales en función de la cobertura y representación

En este telegráfico repaso conceptual para no iniciados, es bueno recordar los dos grandes modelos que existen respecto a la cobertura de las mejoras alcanzadas por los sindicatos en sus negociaciones.

Por un lado, tenemos el modelo por el cual las mejoras alcanzadas por las organizaciones sindicales cubren únicamente a los trabajadores afiliados. Es el sistema, por ejemplo, de RU.

Por otro lado, está el modelo en el que los convenios resultado de la negociación colectiva, cubren a todos los trabajadores, estén afiliados o no. Es el modelo que tenemos en España y que existe en la mayor parte de Europa. En dicho sistema se aplica la condición de erga omnes, (locución latina utilizada en Derecho que significa "frente a todos" o "respecto de todos"): todos los trabajadores, estén afiliados o no, pasan a estar sujetos a las condiciones de trabajo, incluyendo condiciones salariales, alcanzadas en una negociación colectiva.


Cuadro 1


Según Aragón Medina y otros, "La principal objeción al modelo de monopolio sindical es que sólo es efectivo con la aplicación de cláusulas 'closed shop' que dejan la contratación de trabajadores en manos de los sindicatos, si bien su vigencia ha estado reducida a los países anglosajones. Tras su supresión legal a fines de los ochenta en Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia –que se unieron a la supresión décadas antes en EE.UU. e Irlanda-, en la actualidad sólo se mantienen en México y Corea (OECD, 2004)" (Aragón Medina y otros, 2011: 9)

Lo habitual en Europa es que la representación de los trabajadores en las empresas se lleve a cabo mediante dos canales básicos, aunque pueden existir otros secundarios: los comités de empresa o estructuras análogas y los sindicatos (Otaegui, 2012: 4). Son las dos formas de representación más generalizadas. Aunque lo habitual es que los sindicatos tengan una fuerte presencia en los comités de empresa, estos no tienen por qué estar compuestos por afiliados a sindicatos, de forma que los trabajadores pueden optar por elegir representantes independientes. A partir de esta circunstancia, la  socióloga Amaia Otaegui, establece una clasificación de cuatro tipos o formas de representación (Otaegui, 2012: 4-5):

Cuadro 2


Para una explicación más detallada, en la bibliografía se encuentra un link para descargar en pdf el trabajo de Otaegui. Cualquiera de estos sistemas tiene sus pros y sus contras, sus fortalezas y sus debilidades.  


Densidad sindical o tasa de sindicalización.

Los datos de la TS o DS varían de unas fuentes a otras, sobre todo cuando se refieren a períodos muy anteriores. Tratándose de un artículo de divulgación, no vamos a entrar en las razones metodológicas que provocan esta cierta disparidad de cifras. Únicamente señalar que son datos orientativos que permiten interpretar proyecciones y tendencias.

Uno de los más prestigiosos expertos sobre el tema, Pere Beneyto (2010), nos ofrece en el trabajo que hemos consultado una tabla que permite ver la evolución de la TS o DS en España, desde la legalización de los sindicatos en 1977 hasta el final de la primera década del siglo XXI:  

Tabla 1

Como podemos observar, la afiliación a los sindicatos nunca ha sido masiva en nuestro país, tan siquiera en los momentos fuertes de los sindicatos tras su legalización. En el boom de afiliación generado por la legalización de las organizaciones sindicales (28 de abril de 1977), apenas se llegó a pasar ligeramente de un 18%. Esto, en mi opinión, viene a desmitificar la imagen que a veces difunden algunos sectores de la izquierda, por la cual habría existido un sindicalismo muy fuerte en los momentos previos e inmediatamente posteriores a la legalización. Algo semejante viene a decir Beneyto (2008: 296) cuando afirma: "es algo más que un tópico referirse al boom afiliativo experimentado por los sindicatos en los meses posteriores a su legalización (abril de 1977), que habría llegado a situar las tasas correspondientes en niveles medioaltos, al menos en algunos sectores y regiones industriales (Pérez Díaz, 1981). Aquello fue considerado en su momento como «la gran ocasión perdida» (Sagardoy, 1982) y el comienzo del declive sindical; si bien estudios posteriores han permitido relativizar tanto las dimensiones del crecimiento inicial como las de su crisis posterior".

La serie estadística nos presenta una caída significativa en los años 80, seguida de una recuperación en los 90 y en la primera década de este siglo, al final de la cual se alcanza la máxima cota de DS o TS. Este último dato es muy significativo, ya que en la última década viene hablándose mucho de crisis de los sindicatos  y, sin embargo, encontramos con que en 2009 se alcanza la máxima tasa de afiliación. Tendremos oportunidad de diseccionar el sentido de este dato en la tercera parte de la entrada.

Deseo subrayar tres cosas sobre la actual TS española. Recientemente se han difundido en los medios informaciones sobre la TS actual en los países de la OCDE. Ha sido una noticia que ha llegado a ser portada en los periódicos. Al respecto:
1º) Por un lado, la información difundida en los medios procede del Instituto de Estudios Económicos (IEE), cuyos datos son un cocinado de fuentes de la OCDE. El Instituto de Estudios Económicos es una entidad privada vinculada a la gran patronal y que tiene por misión la defensa de las políticas neoliberales. Forma parte de ese entramado ideológico en el que está también la FAES. En más de una ocasión ha conseguido meter en los medios informaciones completamente sesgadas, manipuladas y tendenciosas. En este sentido, la información difundida hay que cogerla con pinzas.
2º) Según esos datos, la TS en España habría caído hasta un 15,9%, lo que supondría una caída significativa. Es evidente que sí se ha producido un descenso en estos últimos 3 ó 4 años. Sin embargo, para establecer con precisión el alcance de este descenso, habría que considerar los datos obtenidos con la misma metodología que la utilizada en la última serie conocida. Desconozco si los datos de la OCDE son metodológicamente homologables a los utilizados por Beneyto en el período anterior, como también desconozco el alcance del cocinado preparado por el IEE.
3º) Quiero subrayar la manipulación soez e intencionada que los medios conservadores han hecho de los propios datos del IEE. Por ejemplo, Intereconomía lo ha presentado con el siguiente titular: "La afiliación sindical en España, entre las más bajas del mundo". La OCDE está compuesta por 34 países (la mayoría europeos), no por todos los países del mundo. 

A nivel europeo, encontramos de nuevo diferencias entre las fuentes. De hecho apreciareis algunas disparidades de unos autores a otros en las tablas que siguen. He optado por presentaros tres tablas comparativas de autores diferentes. En la tabla 2, he ordenado los datos que presenta Beneyto en su trabajo (2010) para que crear el ranking de afiliación con vigencia de 2009; podemos apreciar también la evolución entre 2003 y 2008 en dicha tabla. La tabla 3 (Otaegui, 2012) es una variante de la de Beneyto, con datos que serían vigentes en 2009; la autora toma como fuente la información extraída de Eurofound (European Company Survey2009). Por último, la tabla 4 extraída del trabajo de Hipólito Simón (2003), consideré oportuna incluirla porque presenta series más antiguas (desde comienzos de los 80), pero también para que veáis la disparidad de cifras que se produce en algunos casos, provocadas por las diferencias metodológicas entre unos trabajos y otros. 

En la comparativa europea, es importante tener en cuenta que las fuentes de datos son diversas. Como dice Otaegui (2012: 6): "en algunos países, las estadísticas de afiliación a los sindicatos se obtienen a través de encuestas sobre características de mercado de trabajo. En otros se basan en el número de afiliados publicados por los propios sindicatos. Los datos, especialmente cuando se basa en la afiliación sindical, no son siempre exactos, ya sea porque los propios sindicatos no publican estadísticas detalladas, ya sea porque las cifras incluyen a la población no activa como jubilados, estudiantes o desempleados."


Tabla 2
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Tabla 3



Tabla 4
Simón, Hipólito, J. (2003): "Tasas de afiliación sindical en Europa, 1980-1988"

¿Cómo interpretar estas comparativas?

Para empezar vemos que la tasa media de la UE es de un 23%, lo cual es una cifra bastante baja.

Por otro lado, vemos diferencias importantes entre unos países y otros. En la cola del ranking está un país que curiosamente siempre ha tenido un movimiento sindical fuerte: Francia (un 8%). Pero como decíamos al comienzo, la TS no es el único factor que mide la fortaleza sindical. En el país galo, a pesar de esta baja tasa de afiliación, los sindicatos tradicionalmente han mostrado una gran capacidad de movilización de los trabajadores, ya sea a través de convocatoria de  huelgas como a través de manifestaciones masivamente respaldadas (Otaegui, 2012: 7). Algo similar pasa en España, donde la TS de afiliación está por debajo de la media comunitaria, pero en cambio los sindicatos tienen una elevadísima presencia en los comités de empresa.  Es decir, la TS es un indicador importante de la fortaleza sindical, pero puede no serlo en función de otras características del sindicalismo de un país concreto.

A más de uno le llamará la atención la alta TS de los países escandinavos, que lideran el ranking europeo de afiliación. Como recuerda Otaegui (2012: 7), en los países escandinavos (lo mismo que en Bélgica, que también está muy por encima de la media europea), "las prestaciones por desempleo y otras prestaciones sociales se canalizan normalmente a través del sindicato". Esto explica parcialmente esta alta TS. De hecho en Suecia, los cambios recientes en el sistema de gestión de las prestaciones por desempleo, ha provocado un descenso en la sindicalización, lo que viene a ser muy significativo. Sin embargo, en líneas generales, en la Europa del norte parece existir una cultura sindical muy sólida, con independencia de estos factores que actúan de incentivo: "el nivel de sindicalización en los países nórdicos parece reflejar también que afiliarse a un sindicato es un componente natural del empleo, como se muestra por la proporción relativamente alta de los trabajadores/as sindicalizados (alrededor del 53% en Noruega), donde las prestaciones por desempleo no se pagan a través de los sindicatos" (Otaegui, 2012: 7). En algún caso, como Dinamarca, es frecuente que cuando nace un niño se le afilie ya al sindicato, ya que las organizaciones sindicales son muy activas en sus actividades sociales que incluyen clubs infantiles deportivos y recreativos.

Otro país con una fuerte tradición sindical, RU, vemos que ha ido experimentando un descenso significativo. Serían varias las causas que explicarían este hecho, pero sin duda ha tenidol un impacto negativo la supresión a finales de los 80 de las cláusulas 'closed shop', que dejaban la contratación de trabajadores en manos de los sindicatos.

Según Otaegui (2012: 7), en general y salvo las excepciones que aparecen en los cuadros, en la UE la tasa de sindicalización está disminuyendo: "El descenso es más pronunciado en los países de Europa Central y Oriental, debido principalmente a la reestructuración industrial y a un cambio importante en el papel de los sindicatos. La misma tendencia se observa en los países de Europa Occidental. En Alemania, por ejemplo, la principal confederación sindical, la DGB, ha perdido el 48% de sus miembros desde 1991, año en que alcanzó unos niveles de afiliación sin precedentes."

En este panorama comparativo se dan algunas tendencias cuando se desglosan los datos por variables. Comento algunas siguiendo el trabajo de Beneyto (2008: 293).

En relación con la variable de género, se apunta que las tasas de afiliación de las mujeres "son, en la mayoría de los casos, inferiores a las de los varones, constituyendo aproximadamente el 40% de la afiliación total, seis puntos por debajo de su participación en el conjunto de la población asalariada; si bien esta cuota se ha incrementado en casi tres puntos porcentuales en los últimos cinco años".

Si vamos a la variable de edad, los niveles más bajos en general los encontramos entre los jóvenes menores de 30 años, aunque hay algunas diferencias entre países.

En relación con la variable ocupacional, las tasas más bajas de afiliación suelen estar en los servicios privados, debido "a sus características estructurales (predominio de pymes y microempresas, sistemas de relaciones laborales débilmente formalizados, etc.)". En la industria se sitúan los niveles medios y en los servicios públicos los niveles más altos de afiliación.  La TS es siempre mayor en el sector público que en el sector privado, lo cual es interesante de cara al debate sobre el tema.

Respecto a los grupos ocupacionaleslos niveles más altos se dan entre los técnicos-profesionales y cuadros y también entre los trabajadores manuales cualificados. Los niveles medios se encuentran entre los administrativos y trabajadores no manuales. Por último, los niveles más bajos se dan entre los trabajadores manuales no cualificados.


La tasa de cobertura de la negociación colectiva (TCN)

Igual que lo que decíamos de la TS o DS, también las cifras de la TCN es necesario interpretarlas con mucha prudencia, ya que "los datos sobre negociación colectiva no son fiables en algunos países y, a veces, los acuerdos y convenios firmados hacen referencia solo a requisitos mínimos y, por tanto, su impacto en las condiciones laborales de los trabajadores/as es limitado" (Otaegui: 2012: 13).

Os presento dos tablas distintas. La tabla 5 presenta los datos agrupados por áreas de características similares en cuando al movimiento sindical se refiere, simultáneamente con la TS y la tasa de representación que tienen los trabajadores a través de los distintos procedimientos existentes (Beneyto, 2008: 290).  La tabla 6 ofrece el ranking europeo de mayor a menor en la TCN. 

Tabla 5



Tabla 6

La TCN es importante en muchos aspectos. Según Beneyto (2008: 290), "a través de los procedimientos de representación y cobertura negocial, el ámbito de intervención sindical puede llegar —en algunos casos— a multiplicarse por dos y por tres respectivamente, hasta consolidar el poder e influencia contractual de los sindicatos en los mercados de trabajo y sistemas de relaciones laborales e institucionales respectivos".

Según Otaegui (2012: 13-14), para interpretar estas diferencias es preciso tener en cuenta las peculiaridades de los distintos países. Por ejemplo, en Suecia, Finlandia y Dinamarca, los convenios se consideran obligatorios para todos los trabajadores de ese sector. En Bélgica los acuerdos firmados a nivel sectorial se extienden automáticamente a todos los trabajadores/as de la industria. En Italia, aunque la ley no explicita sobre sobre los acuerdos negociados en un sector, los tribunales suelen interpretar que tienen alcance colectivo. Podríamos seguir explicando estas especificidades, pero quien tenga interés especial en ello puede consultar el trabajo de Otaegui (pp. 13-14).


Principales organizaciones europeas.

Como dato comparativo, reproduzco la siguiente tabla en el que aparecen las 15 principales organizaciones sindicales de Europa, junto con la evolución de su masa de afiliación entre 2003 y 2008:  


Tabla 7



Algunos datos comparativos con América Latina.

Para terminar y de manera muy breve, presentaré algún dato comparativo con otras regiones del mundo. Las dos tablas que siguen son una elaboración a partir de los datos comentados en la entrevista que El País realizó a la mexicana Elba Esther Gordillo, con el título Sindicatos fuertes, sindicatos débiles, el 16-12-2011. Dichos datos proceden del informe que presentó en 2010 la CSA (Confederación Sindical de las Américas) y que hizo suyo la OIT (Organización Internacional del Trabajo). Se basan a su vez en los informes oficiales de cada país, pero, como recordaba en la entrevista Elba Esther Gordillo, la CSA cuestiona las cifras de países como Argentina, Uruguay, Colombia y Nicaragua, ya que se considera que en realidad deben tener cifras superiores a las indicadas.


Tabla 8
Fuente: CSA, datos comentados por Elba Esther Gordillo en entrevista en El País.


Tabla 9
Fuente: CSA, datos comentados por Elba Esther Gordillo en entrevista en El País.


Como podemos observar, la TS o DS en Latinoamérica es mucho menor que en Europa. Son variados los factores que explican este hecho. Por ejemplo, para empezar, en América Latina el índice de asalariados sobre el total de trabajadores es muy inferior al caso europeo. Mientras que en ronda entre el 80% y el 90%, en Argentina, Chile y Uruguay es algo superior al 70%. En otros países, Perú, Bolivia y Colombia "la mitad de los que trabajan lo hace en relación de dependencia" (Gordillo, 2011). Según la CSA "la densidad sindical en relación con los asalariados sube al 42% en Argentina, 28% en Brasil, 22% en Venezuela y 18% en Nicaragua y Paraguay" (Gordillo, 2011).

*  *  *

Considerando estos datos contextuales pero también otras dimensiones que no se reflejan en las estadísticas (o que aparecen difuminadas por las cifras), en la tercera y última parte de esta entrada abordaremos en qué consiste la llamada "crisis del sindicalismo", cómo podemos interpretarla, cuáles son sus dimensiones y qué causas podemos señalar. Sin duda será la parte más polémica de las tres, ya que también hablaremos del antisindialismo en España, tanto en su versión más cavernaria o derechista como en su vertiente izquierdista. En este sentido expondré algunos tópicos frecuentes que han ido calando en el imaginario colectivo. Por último abordaré una cuestión que nos interesa sobre todo a los que somos afiliados a Comisiones Obreras y nos sentimos identificados con el llamado Sector Crítico del sindicato: ¿qué hacer?


Notas
(1) "La capacidad de movilización se define como la posibilidad de organizar a sus afiliados y efectuar acciones conflictivas en función de sus recursos económicos y del compromiso de los trabajadores" (Trajtemberg y otros, 2008: 16, siguiendo a Robinson, I. (1998) “Neoliberal restructuring and union political power in Canada”, mimeo).

Referencias y fuentes


Referencia para citar la fuente de este texto.- Autor: Vigne. Publicado en: blog del viejo topo. URL: blogdelviejotopo.blogspot.com


[Acceder desde aquí a la 3ª parte de la entrada] pendiente de publicación

3 comentarios:

  1. ¡Exhaustivo trabajo compañero.¡
    Saludos¡

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  2. Gracias por el esfuerzo de síntesis para proporcionar una amplia información y por la explicación de conceptos. El conocimiento debe ser la base de una opinión razonada.

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  3. La entrada es muy buena y tiene mucha información. Hay que digerirla. Ya he apredido de ella algunas cosas. Y desde luego hay que agradecer a Vigne su esfuerzo.

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