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sábado, 19 de abril de 2014

El control sobre el futuro. Edward Snowden y la nueva era.


Imagen: Pejac 


El control sobre el futuro. Edward Snowden y la nueva era.
Autor: Elmar Altvater
Original: "Die Kontrolle der Zukunft. Edward Snowden und das neue Erdzeitalter", en Blätter für deutsche und internationale Politik, 04/2014, páginas 81-89.
Traducción al español: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: Blog del viejo topo (blogdelviejotopo.blogspot.com.es)
La imagen de cabecera es un añadido nuestro. Lo que aparece entre corchetes son aclaraciones de la traductora.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha técnica, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).



Esta traducción se está revisando y mejorando. Consulta en unos días la versión final.
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Foto: The Infamous Blue Tie (CC BY 2.0)
Al desvelarnos, hace un año escaso, las maquinaciones de la NSA norteamericana y del GCHQ británico,  Edward Snowden desencadenó un debate global acerca de la poderosa amenaza que suponen los servicios secretos. Snowden nos ha descubierto hasta qué punto la llamada Banda de los Cinco [The five Eyes], que son EEUU, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, vienen a espiar a la ciudadanía en todo el mundo; hasta qué extremo planetario ya se dedican a robar datos para almacenar y procesarlos conforme a sus fines, con lo cual acaban por aniquilar la privacidad de toda persona, tal y como se encuentra amparada por el art. 12 de la Carta de los Derechos Humanos de la Naciones Unidas. Pero, con ello, se ve amenazada además la libertad fundamental de opinión como base de toda actividad política y de resistencia contra aquellos que nos dominan y, por ende, la democracia misma.

Los servicios secretos suelen justificar el peligro público que suponen sus maquinaciones consistentes en obtener conocimientos a partir de la "nube" planetaria [NT1]: los encriptados teléfonos móviles de jefes de gobierno (como Angela Merkel o Dilma Rousseff), y la ya inabarcable masa de correos electrónicos (encriptados o no) de la ciudadanía; y todo ello con el argumento falaz de que tratan de descubrir a tiempo toda actividad terrorista y, por tanto, de garantizar el orden público y la seguridad. Pero el espiar al mundo entero es más que una gigantesca redada y captura de datos en la “World Wide Web” al supuesto servicio de la “seguridad”. Corresponde a la perfección a los esquemas de comportamiento y pensamiento, que están incidiendo en lo que llamamos “geo-engineering” (geo-ingeniería) de una nueva era de la humanidad. Con medios sumamente sofisticados se está instalando una “planetary stewardship[1], una eficiente gestión de control y management con poderes generales sobre todo el planeta, con el fin de dirigir no sólo los flujos de información, sino también los diversos y numerosos procesos críticos de nuestros tiempos –y todo ello en simultaneidad con el sistema capitalista reinante-.

Que el robo de datos se produce en todas partes del planeta Tierra -precisa y sistemáticamente allí donde se puede acceder a los discos duros y a la nube de datos-, es un hecho que la administración norteamericana ya está admitiendo abiertamente. Lo cual no les supone peligro alguno, ya que todo el mundo lo sabía y sólo esperaba tenerlo confirmado de modo oficial. Y que Obama no seguirá espiando a la canciller alemana de modo secreto como hasta ahora, que en su lugar el robo de datos se irá racionalizando y sofisticando, esto hasta nos puede resultar plausible. Pero de este modo el asunto no queda ni mucho menos resuelto. Demasiado bien se ajusta o acopla a los demás proyectos ideados por ese “arte de ingeniería planetaria” que en su conjunto recibe el nombre de “geo-engeneering”; ya no se trata solamente de seguir avanzando de modo lineal en  materia científica y tecnológica, un avance que, por otra parte, Alemania ya ha impuesto por ley en su desmedido afán de “acelerar el crecimiento económico”. 

Antes bien, el robo de datos por todo el planeta, cuyo descubrimiento le debemos a Snowden, nos viene a anunciar una nueva era, integrándose sin fisuras en otros proyectos de la “planetary stewardship” ideados con el fin de salvar los sistemas del planeta antes de que colapsen, y atajar los conflictos, levantamientos y revueltas que esto conllevaría. Como decía el presidente Obama en una entrevista en la segunda cadena pública alemana ZDF el 18 de enero de 2014: “Debemos averiguar lo que la gente piensa y hace”… Pero ¿por qué este inmenso esfuerzo que supone espiar a gran parte de la población mundial? ¿Para tenerla mejor controlada? ¿Para aniquilar en su germen cualquier brote de resistencia política? ¿Para poder no sólo interceptar las informaciones, sino además manipularlas de manera “interactiva”, tal y como ya se está haciendo en Internet mediante complejísimos algoritmos?


La manipulación mediática global. 

Criticar la manipulación mediática y luchar activamente contra ella en 1968, hace ahora casi cincuenta años, era señal de una reactivación democrática. La campaña “expropiad a Springer” [NT2] no sólo iba dirigida contra el poder manipulador de los medios, o contra la “Hetzmasse”, la “masa de acoso”, como dijera Elias Canetti [NT3] [2].  Ya entonces, se sabía que la manipulación de los medios constituye un elemento irrenunciable para mantener y asegurarse el dominio a nivel global. En 1964, hace cincuenta años, los militares brasileños levantaron una cruel dictadura; seguida por la de Pinochet en Chile en 1973; y luego por el golpe militar en Argentina. Los respectivos regímenes asesinos recibieron ayuda y soporte material y político de la CIA,  los servicios secretos de EEUU, y figuras políticas de renombre, como Henry Kissinger, se mostraron sumamente útiles y dispuestos en estos negocios mortales. Suprimir, perseguir y asesinar a los opositores, sindicalistas, políticos de la izquierda, artistas y clérigos, ya en aquel entonces se coordinaba desde los servicios secretos de las dictaduras militares latinoamericanas; y en el marco de la “operación Condor”, en Chile, con la activa ayuda de los EEUU. Igualmente entonces, el argumento para semejante brutalidad represora era que debían defenderse ante el terrorismo.

Cederles a los servicios secretos la defensa de la democracia resulta, por lo tanto, sumamente negligente.  Entonces “desaparecieron” decenas de miles de personas y hasta el día de hoy quedan crímenes sin aclarar y superar. Casi medio siglo después, el exigir o tan siquiera esperar de parte de los servicios secretos de EEUU y Gran Bretaña, que ante el “affaire NSA” se muestren reflexivos y colaboradores, no sería más que una actitud desesperada, lo que significaría que no hemos sabido aprender nada de la historia; un gesto que no estaría a la altura de la dramática violación de los Derechos Humanos en la actualidad.

Y es que mediante los avances en tecnología informática en esa nueva era, los servicios secretos acceden a aquellos conocimientos y datos digitalizados con los que pueden controlar la suerte de toda la humanidad. Hoy en día, estos servicios tienen muchas más facultades que hace medio siglo. Desde su exilio ruso, Edward Snowden nos explica: “El mayor problema consiste en la nueva técnica de vigilancia general de las masas, con la que los gobiernos pueden recoger billones y billones de datos de comunicación de personas inocentes” [3].

Pero aun así, esta recogida de datos, a mucha gente de izquierdas, se le antoja un teatro absurdo, y en vez de incitar a una campaña para expropiar esos ladrones de datos, a lo sumo apenas provoca comentarios desganados como: “¡Allá ellos, que se ahoguen en su marea de datos, que derivan a su disco fijo!” Semejante cinismo (ingenuo) no está a la altura de los actuales intentos de controlar y hacerse con la totalidad de conocimientos en el mundo. No hay que olvidar que ese afán de acaparar datos combina a la perfección con las estrategias del “geo-engineering” global, que ya hemos referido y que ya lleva tiempo aguardando su momento, no solamente para combatir el terrorismo, sino para superar la crisis energética global, la de la escasez de alimentos que se avecina dado el constante crecimiento de la población mundial. 

Para prevenir el colapso climático, se nos ofrece, por ejemplo, lo que se llama “Solar Radiation Management”, consistente en transportar azufre a la estratosfera superior con el fin de reducir la radiación ultravioleta y, de este modo, el calentamiento global. A causa de la aportación de azufre, el cielo quedaría teñido de amarillo, lo que podría provocar no pocas depresiones. Alexander von Humboldt ya nos había advertido sobre los efectos, individuales y sociales, que pueden causar las injerencias en la naturaleza [4].

Mientras tanto, se está combatiendo la crisis energética mediante grandes plantaciones de cultivos energéticos en África o Latinoamérica; mediante plantas de energía solar en el Sáhara (Desertec); o mediante reactores de fusión, cuyos partidarios siguen soñando con una fuente energética inagotable, pero que se encontraría en la Tierra, en nuestro vecindario inmediato, y no como el reactor de fusión llamado “Sol” a “una distancia de seguridad” (como lo expresó Hermann Scheer [5], lamentablemente fallecido antes del tiempo) de 146 millones de kilómetros. Mediante esa nueva “revolución verde”, podríamos combatir el hambre de cientos de millones de personas en el mundo.

Resumiendo, la finitud de los recursos, que Richard Heinberg llama “Peak everything[6], sería superable según los geo-ingenieros, pero a un precio muy alto a saber, a cambio de una “huella ecológica” cada vez más grande, que dejaría unos sistemas ecológicos degradados y que acabaría por romper todos los “planetary boundaries[7] [los límites del planeta], con unas consecuencias aún inconcebibles para el hombre y la naturaleza. Por lo tanto, en esta tarea colectiva, que ya implica a grandes grupos de empresas y estados, no debemos renunciar  a una cosa fundamental e irrenunciable:  el control sobre las informaciones y, con ellas, sobre las personas.


Antropoceno o “capitaloceno”.

Hace ya tiempo que la nueva era lleva un nombre nuevo, propuesto por el climatólogo y Premio Nobel de Química Paul Crutzen; se quedó en bautizarla como "Antropoceno", que quiere decir que está "hecha por el hombre". Este término, empero, no es del todo nuevo. El geólogo italiano Antonio Stoppani se refería ya en 1873 al "antropozoico", con el cual venía a darle nombre a una verdadera revolución. Durante la era anterior, el Holoceno, predominaban las condiciones favorables climáticas de un periodo cálido, en las que, a diferencia de los cientos de miles de años anteriores,  se pudieron desarrollar civilizaciones humanas. La revolución neolítica que tuvo su origen haces unos nueve mil años en Mesopotamia y que generó al agricultor sedentario, únicamente fue posible durante el cálido periodo del Holoceno. Pero el progreso civilizatorio, cultural y tecnológico, que la "revolución prometea" (término creado por Nicholas Georgescu-Roegen) [8] trajo mediante la invención del fuego, también alentaba el mensaje bíblico (que así o similar encontramos en otras religiones monoteístas) del "dominium terrae", ¡someted la tierra! 

Este mensaje es casi tan antiguo como el neolítico. Pero no era practicable ni realizable a un nivel planetario hasta que no se produjera una segunda revolución prometea, la revolución industrial-fósil a finales del siglo XVIII. El "organismo mundial", al que se refería Alexander von Humboldt [9]pasa a ser entonces ante todo una mina de materias primas energéticas y minerales que hay que extraer, y un contenedor de basura en segundo lugar. Y esto no ha cambiado hasta hoy.

Las personas actúan siempre dentro de una constelación o formación social dada y, desde la era moderna, ésta se encuentra dominada por el factor capitalista y el enfoque europeo [10]Deberíamos pues precisar llamando al Antropoceno "Capitaloceno o Capitalozoico". Hoy en día,  venimos registrando cada vez más consecuencias nefastas de esta centricidad: El "organismo mundial" se resiente crujiendo bajo los excesos y extralimitaciones que supone la explotación capitalista del globo, por parte de unos grupos empresariales cada vez más gigantes y potentes; con la consecuencia de que su dominio sobre los pobres y explotados en el mundo resulta más y más asegurado y consolidado, al igual que  las estructuras capitalistas por medio de los servicios de seguridad  privados y públicos. 

En este contexto planetario, el robo de datos perpetrado por la NSA y los "Cinco Ojos" realmente supone un atentado contra los derechos civiles y humanos, máxime cuando el presidente del hoy único "super-poder" nos avisa que la colección de datos y su uso en favor de los intereses de seguridad de los EEUU irán a más. Siendo realistas, ¿quién hubiera esperado otra cosa de él?, ya que hasta el más poderoso representante del Capitaloceno, esclavizado a su vez en la dinámica capitalista del valorizar y comercializar, se debe únicamente a los intereses de su país. A esta búsqueda de enriquecimiento, al ser posible infinito, y en ambos sentidos material e informático,  se opone, sin embargo, la finitud en tanto que fundamento de toda vida en la tierra. 


La nave espacial Tierra y los tres sistemas terrestres: energía, materia y conocimiento.

En su texto "Para la paz perpetua (Zum ewigen Frieden)" [11] escribe Emanuel Kant en 1795:
[...] "en la finita superficie de la tierra, los hombres no pueden extenderse infinitamente al tratarse de una superficie esférica, por lo que tienen que soportarse unos a otros [...] y sólo gozan de un derecho de visita, que corresponde a todos los seres humanos por igual, y que se ofrece a la sociedad en virtud del derecho de propiedad común de la superficie de la Tierra" [...].
Esto no quiere decir otra cosa que los hombres están obligados, por su condición natural y finita de "visitantes/huéspedes", a respetar las reglas del derecho nacional e internacional. Y volviendo a citar a Kant: 

[...] "cuando digo que la naturaleza quiere que ocurra esto o aquello no significa que la naturaleza nos imponga un deber de hacerlo (pues esto sólo puede imponerlo la razón práctica libre de coacción) sino que ella misma lo hace, querámoslo nosotros o no (fata volentem ducunt, nolentem trahunt) [El destino guía a quien se somete, arrastra a la fuerza al que se resiste: Séneca] [...] [12]
Pero es precisamente esa obligación moral la que se incumple al no respetarse los límites tal y como existen en nuestra superficie esférica llamada Tierra. Y entonces se trata de continuar la política con otros medios, hasta el extremo de transgredir, descaradamente, los límites que nos establecen el derecho internacional y los derechos humanos para convivir en la Tierra, no por último en el ámbito de la comunicación e informática. Y es que la lógica de la acumulación y el acaparamiento capitalista no se llevan nada bien con la moral kantiana y su reglamento en función de los límites que nos impone el planeta Tierra. Se opone claramente a la visión de una "Paz perpetua". 

La principal limitación de todo sistema terrestre conforma un marco que ya nos proyecta el heterodoxo economista norteamericano Kenneth Boulding en su  famoso artículo "La Economía futura de la Tierra como un Navio Espacial", que data de 1966 [13]. La evolución de la vida - y en particular la del hombre y su civilización en la Tierra - , sostiene Boulding, depende de tres sistemas terrestres, a saber: el suministro y desecho energético, los flujos materiales y el saber o conocimiento. 

Para obtener energía nos servimos de la energía fosilizada que encontramos en vetas de carbón, yacimientos de gas natural y petróleo, en vez de aprovechar directamente energía eterna, la inagotable radiación solar. Se ve que la explotación energética en la Tierra no enfoca los 'flows' [los flujos] sino los 'stocks' [el almacenamiento]. Lo cual resultaba ser cómodo, por un lado, habiéndonos aportado durante los últimos 250 años un alto crecimiento y una riqueza considerable (dado que la cosecha energética a partir de los yacimientos fósiles era considerablemente más alta que la parte aprovechable de la energía solar). Por otro lado, la desventaja es más que evidente: los yacimientos fósiles son cada vez más expoliados, aun cuando se vayan encontrando algunos nuevos llamados "no convencionales". Además hay que ver que la combustión de los hidrocarburos y sus emisiones ya han convertido al planeta en un invernadero. Un pequeño aperitivo de lo que nos aguarda en un futuro no tan lejano ya nos lo están sirviendo los "sucesos climatológicos" de los últimos años, cuya vehemencia ya está alarmando a las compañías de reaseguro.

El segundo sistema lo conforman los flujos materiales, que se alteran cuando explotamos los almacenes de materia prima mineral. Empleando las sarcásticas palabras del filósofo Günther Anders, tratamos a la Tierra como si fuese una mina a explotar: todo lo que cabe explotar, se explota [14]. De los desechos, las emisiones, etc. nos ocupamos bien poco, mientras podemos deshacernos de ellos "en el jardín del vecino de al lado", y mientras su coste puede transferirse (externalizarse) en el precio de los productos al consumidor. Vemos pues que el planeta Tierra, muy al contrario de la advertencia de Kant, es explotado y expoliado sin piedad alguna, ya que sus visitantes o huéspedes carecen de título o autorización ni jurídica ni moral [15]. Este mismo principio de explotación máxima lo aplicamos asimismo a los recursos agrarios, las plantas, y hasta a los animales, a los que subyugamos, como dice Boulding, a nuestra mentalidad vaquera (cowboy), como si en esta "Nave espacial Tierra" no existieran límites naturales ni éticos. 

El tercer sistema en la metáfora espacial de Boulding es la informática. Esta se encuentra, por un lado, en permanente movimiento; el hombre adivina o descubre cosas desconocidas, adquiere conocimiento; en su curiosidad, vislumbra cosas nuevas; reconoce contextos y conexiones internas, para ir aumentando de este modo el grado de su conocimiento. Por otro lado, también se van olvidando cosas; se desaprende el manejo de aparatos caídos en desuso y se suele descartar todo lo que resulta obsoleto. De este modo ocurre que la base de los conocimientos, que el teólogo y filósofo francés Teilhard de Chardin y el geólogo ruso Vladimir Vernadsky denominaban "noosfera", consiste en un saber difuso, oscilante y en constante movimiento; mientras que el filósofo alemán Peter Sloterdijk se sirve de esta noosfera para argumentar que las esferas terrestres no están limitadas en absoluto y que, por tanto, cabría superar los límites del crecimiento haciéndolos crecer a su vez [16].

Eso último puede resultar factible durante algún tiempo: los límites de la biomasa al producir carbón vegetal en la Europa del siglo XVIII, en vías de industrializarse, quedaron superadas por la extracción del "bosque subterráneo" [17], las vetas de carbón o hulla. Hasta el día de hoy, se siguen extendiendo y ampliando los límites de las energías convencionales mediante la extracción de otras energías no convencionales llamadas "renovables". Y siempre llega el momento en que se establecen nuevos límites o parámetros, cuando debiera quedar ser claro que esta evolución no podrá ser infinita, aunque su final concreto será difícil de determinar desde la perspectiva de las generaciones actuales.


El conocimiento o saber, con y sin limites, y el sistema económico mundial o terrenal.

Únicamente la esfera del saber o conocimiento se encuentra en constante y fluctuante movimiento que se nos antoja infinito. Lo cual, sin embargo, no cabe decir lo mismo sobre el sistema informático, que no es infinito, o al menos no lo es si contemplamos el conocimiento puntual en cada momento, tal y como se encuentra tradicionalmente almacenado en los libros o los medios digitales (discos duros, servidores en la "nube" de forma "exosomática", y no "endosomática" en el cerebro humano. A una parte de este recurso de conocimientos e informaciones se puede acceder libremente (Open source, el principio Wikipedia); o puede comprarse a cambio de precios de mercado, si el conocimiento libre ("Die Gedanken sind frei [los pensamientos son libres]”) se torna exclusivo mediante patentes y disposiciones sobre los derechos de autor  o copyright, o sea cuando  de un bien público pasa a ser un bien privado. Y por otra parte, existe conocimiento que no es  accesible en absoluto, que se encuentra "envuelto en los corazones" o bien es guardado como "confidencial" (top secret) por unos poderosos monopolistas de la información.

Pero este conocimiento resulta determinante para el desarrollo de lo  que  sería el cuarto sistema terrestre, la economía. Un hecho que el economista Boulding no menciona ni parece haber percibido, quizás porque todos los procesos económicos tienen un doble carácter: tradicionalmente sólo se percibe como "economía" una de las facetas, que es el comercio de mercancías, la búsqueda de beneficio y rentabilidad. Pero en su otra faceta,  la economía supone siempre la transformación de recursos y materias primas que, en la actualidad, se extiende por todo el globo que, de este modo, (per)sigue la lógica totalmente capitalista: la permanente  valorización y explotación/comercialización de la naturaleza. Por lo tanto, acierta Boulding al escribir en los años sesenta del siglo pasado: "el origen de una máquina (es) ideado por un hombre, pero tanto su construcción como su implementación implican unos procesos informáticos que las personas atribuyen al mundo material. El acumular conocimiento [...] es la clave para todo desarrollo humano, y en particular, para el desarrollo económico"[18]. Pero este conocimiento debe observar ambas facetas o características de la actividad económica, a saber, los procesos materiales y energéticos dentro de los sistemas planetarios y  los principios económicos y, como no,  los intereses que los agentes económicos persiguen, puesto que el empleo del capital, la obtención de beneficio siempre forman parte (secundaria) de los procesos económicos. 

Ahora bien, nos enfrentamos a la paradoja que ya hemos mencionado: Los sistemas terrestres, todos ellos, son limitados, finitos; la noosfera no lo es, mientras permitamos que el conocimiento siga fluctuando u oscilando, mientras prescindamos de los bits y bytes almacenados en los servidores, discos duros y los acaparados por las NSA. Se trata de enormes archivos de datos,  y quien/es disponga/n de ellos llega/n a dominarlos incluyendo todas las aplicaciones, servicios, etc. que de ellos puedan derivar. La economía capitalista, sin embargo, está programada para expandirse constantemente, de ello ya se ocupan los mercados financieros con sus presiones que, a su vez, son transmitidas y reforzadas políticamente, por ejemplo, por la Troika. 

Pero si resulta que la economía depende tanto de la información, como no sólo lo supone Kenneth Boulding, el poder disponer de ella se convierte en una eminente ventaja competitiva, que por otra parte resulta rentable en términos políticos, puesto que de este modo cabe establecer y consolidar predominios (que no debemos confundir con la 'hegemonía' que requiere consenso) de unos sobre otros.  

Aunque la economía globalizada es un sistema terrestre, queda dividida o distribuida en emplazamientos nacionales que están compitiendo y luchando por una riqueza finita o limitada; en cuyo caso resulta indicado ir acumulando conocimientos, aunque no procedan de las escuelas, universidades, think tanks (grupos de reflexión) y laboratorios propios. Visto así, no pudo sorprender, pero sí alarmarnos, cuando Edward Snowden en la ya referida entrevista declara que los EEUU estaban espiando a gran escala a sus competidores; una actividad que seguramente tendrán en común con otros gobiernos y sus respectivos servicios secretos, aunque no con el mismo alcance planetario. 

La ocupación digital de tierras: la acumulación de conocimiento mediante la expropiación. 

El Gobierno de EEUU persigue a gran escala, y en perjuicio de sus competidores en Europa y otros lugares, una estrategia que el geógrafo social norteamericano David Harwey viene a calificar de "acumulación por desposesión" [19]. Hasta la fecha, este término se aplicaba a la "ocupación de tierras" en el ámbito internacional, y en relación con los recursos materiales y energéticos. Pero el inmenso robo de datos nos hace ver que debemos extender su aplicación a los procesos digitales de ocupación y expropiación de tierras. La captación de conocimientos y datos  almacenados por todo el globo, se está convirtiendo en principio y modelo empresarial, al que los estados se están consagrando en la competición entre lugares de emplazamiento. De esto forma parte el espionaje industrial, o sea, la obtención de todas las informaciones alcanzables sobre las estrategias, la competencia, los adversarios, etc. del espiado. Además hay que mencionar en este contexto el llamado brain drain, la fuga de cerebros exquisitamente formados desde sus periferias de origen a las metrópolis (que, por otra parte, se produce simultáneamente con los intentos de impedir el llamado "turismo social" o "migración por pobreza"), fenómenos que, a primera vista, supuestamente nada tienen que ver con el robo de datos por parte de la NSA y sus consortes. 

La nueva era, que ya ha sido objeto de múltiples libros [20], no ha arrancado nada bien. Snowden nos ha advertido de cómo la NSA y los "Cinco Ojos" están manipulando el sistema terrestre o mundial de la información. Intervenciones, todas ellas, que hacen peligrar la supervivencia de todos nosotros, máxime cuando ese arte de ingeniería planetaria se emplea con el fin de "estabilizar" el suministro energético y/o climático, como por ejemplo, mediante la formación artificial de nubes, cuyas consecuencias son imprevisibles. Semejantes tecnologías "end-of-the-pipe" [de final del proceso] llegarán a emplearse sin remedio, si no somos capaces de cambiar, sustancialmente, nuestros patrones de consumo y de producción y, no por último, los mecanismos de control político.

Aún disponemos de cierto margen de tiempo para impedir esa ingeniería global, informando eficaz y exhaustivamente sobre sus consecuencias y secuelas, y mediante la debida resistencia política, que requiere mucho conocimiento y, sobre todo, autonomía y libertad informática; esto es, un mundo en que los cinco servicios secretos no roben los datos de todo el planeta. Lo que los seis servicios secretos de las dictaduras militares de América Latina perpetraron en materia de derechos humanos, en su "lucha contra el terror", junto con la CIA durante los años 60 y 70 del siglo pasado, nos debería servir hoy de advertencia y lección. 

Elmar Altvater

 
Notas de traducción
[NT1] "planetarische Cloud" en alemán ("planetary cloud", en inglés). "The Cloud" ("la nube") es una metáfora informática de uso habitual para hacer referencia a espacios de datos compartidos en Internet (ver art. "La nube en Internet"). Hoy en día, utilizamos ya de forma habitual el término "nube", en español. Altvater al hablar de "nube planetaria" se refiere a los servicios y datos en la Red. 
[NT2] Sirva este enlace al artículo "Axel César Springer" en El País del 25.01.1985, para documentar quien era Axel Springer en el paisaje mediático alemán. 
[NT3] "Masa de acoso", ver en la Wkipedia la entrada "Masa y poder", referida al libro puiblicado por Canetti en 1960 y al que también se refiere Altvater. El concepto también está muy bien explicado en el artículo de Adolfo Vásquez Rocca,  "Sloterdijk y Canetti", en concreto en el cuarto epígrafe titulado "Masa y poder: Canetti y su ajuste de cuentas con Freud", en enfocarte.com.

Notas
[1]  Cfr. Will Steffen et. al., "The Anthropocene: From Global Change to Planetary Stewardship", en AMBIO, 40/2011, pp. 739-761, Royal Swedish Academy of Sciences 2011 (www.kva.se/en)
[2]  Elias Canetti, Masse und Macht, [Masa y poder], Francfort/Mena, 1980.
[3]  Cita tomada del periódico Neues Deutschland, 25./26.01.2014.
[4]  Cfr. Christian Schwägerl, Menschenzeit. Zerstören oder gestalten? Wie wir heute die Welt von morgen erschaffen, Munich 2010, pp. 181 y ss. [Tiempo de los hombres. ¿Destruir o formar? De cómo crear hoy el mundo de mañana].
[5]  Hermann Scheer, Der energetische Imperativ. 100 % jetzt: Wie der vollständige Wechsel zu erneuerbaren Energien zu realisieren ist, Munich 2010 [El imperativo energético. 100 % ahora: De cómo realizar el cambio a las energías renovables].
[6]  Richard Heinberg, Peak Everything: Waking Up to the Century of Declines, Islandia 2007 [Pico para todo: Despertando en el siglo de las mermas].
[7]  Cfr. Johan Rockström, et. al. "Planetary Bounderies: Exploring the Safe Operating space for Humanity", en Ecology and Society, 2/2009, www.ecologyandsociety.org
[8]  Cfr. Nicholas Georgescu-Roegen, The Entropy Law and the Economic Process, Cambridge, Massachussetts, 1971; cfr. asimismo Elmar Altvater y Birgit Mahnkopf, Grenzen der Globalisierung, Münster 2007. En español: http://es.scribd.com/doc/49732359/ALTVATER-Elmar-y-Birgit-Mahnkopf-Las-limitaciones-de-la-globalizacion-pdf
http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n14/Clasicos2-Ignacio.pdf
[9]  Cfr. Schwägerl, op. cit. pp. 181ss.
[10] De ello se deriva asimismo el predominio patriarcal y de la raza blanca.
[11] Emanuel Kant, Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf, Stuttgart 1984, p. 21 [Para la Paz perpetua. Una reflexión filosófica].
[12] Kant, ibid, p. 30.
[13] Cfr. Kenneth E. Boulding, "Die Ökonomik des zukünftigen Raumschiffs Erde", en  Sabine Höhler y Fred Luks, Beam us up, Boulding! 40 Jahre "Raumschiff Erde", Vereinigung für Ökologische Ökonomie, Entradas e Informes, 7/2006, pp. 9-21. El libro de Boulding es comentado en:
 http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n14/Clasicos2-Ignacio.pdf
[14] Cfr. Günther Anders, Die Antiquiertheit des Menschen, 2 tomos, Munich 2002 [La antigüedad del hombre].
[15] El alcance del expolio se documenta en el Informe del Club of Rome: Ugo Bardi, Der geplünderte Planet. Die Zukunft des Menschen im Zeitalter schwindender Ressourcen, Munich 2013 [El planeta expoliado. El Futuro del hombre en la era de los recursos menguantes].
[16] Peter Sloterdijk, Wie gross ist "gross"? [¿Cuán grande resulta "grande"] en Paul J. Crutzen, Mike Davis, Michael D. Mastrandera et. al., Das Raumschiff Erde hat keinen Notausgang [La Nave Tierra no tiene salida de emergencia], Berlin 2011, pp. 93-112.
[17] Rolf Peter Sieferle, Der unterirdische Wald. Energiekrise und industrielle Revolution [El Bosque subterráneo. Crisis energética y revolución industrial], Munich 1982.
[18] Kenneth Boulding, op. cit., p. 12.
[19] Cfr. David Harvey, Der Neue Imperialismus [El Nuevo Imperialismo], Hamburgo 2007.
[20] Cfr. Schwägerl, op. cit.; Paul J. Crutzen, Mike Davis, et. al. Das Raumschiff Erde hat keinen Notausgang, Berlin 2011; Eckart Ehlers, Das Anthropozän. Die Erde im Zeitalter des Menschen [El Antropoceno. La Tierra en la Era del Hombre], Darmstadt 2008. 



ELMAR ALTVATER publicó este artículo en Blätter für deutsche und internationale Politik04/2014, pp. 81-89.
Traducido al castellano por tucholskyfan Gabi para el Blog del viejo topo.


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Comentario de la traductora sobre el autor del artículo:

Elmar Altvater
Nacido el 24 de agosto de 1938 en Kamen (Renania del Norte-Westfalia). Profesor universitario de ciencias políticas en el Instituto Otto-Suhr de la Universidad Libre de Berlín, antes de jubilarse el 30 de septiembre de 2004, aunque continúa colaborando con el Instituto y publicando.

Altvater cursó ciencias económicas y sociología en Munich; se doctoró con una tesis sobre "Problemas medioambientales en la Unión Soviética".

En el Instituto Otto-Suhr participó en colectivos de estudios socialistas, trabajando, entre otros, con Klaus Busch, Wolfgang Schoeller y Frank Seelow, y destacó como unos de los filósofos marxistas alemanes más importantes, claramente influenciado por las teorías económicas y políticas de la generación del 1968. Su análisis, centrado en la intervención del estado en la lógica de la crisis de acumulación de capital, es clave para la teoría marxista del estado conocida como "derivacionismo". Altvater sostiene que el estado desempeña cuatro funciones de mantenimiento general que los capitalistas no pueden asumir: proveer un sistema jurídico de base con leyes sobre la propiedad y el contrato; regular la lucha de clases entre trabajadores y propietarios del capital; hacer valer los términos del comercio internacional y de la expansión del mercado mediante la presencia militar y asegurar las infraestructuras.

Altvater es un reconocido crítico de la "economía política" y es autor de numerosas publicaciones sobre la globalización y críticas al sistema capitalista. Es el caso de su libro Las Limitaciones de la Globalización (1996), escrito con su compañera Birgit Mahnkopf.

Altvater apoyó a Los Verdes alemanes durante algún tiempo, en concreto, hasta la intervención militar en Kosovo, ejecutada, entre otros, por el estado alemán, entonces gobernado por una coalición entre el SPD y Los Verdes. Fue ese el momento en que empezó a distanciarse del partido de Los Verdes. Altvater fue entre 1999 y 2002 miembro de la comisión de investigación del Bundestag (Enquete-Kommission) sobre "Globalización de la economía mundial - Desafíos y respuestas". En la actualidad colabora con ATTAC y el Foro Social Mundial.


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Esta traducción todavia está en proceso de revisión.

8 comentarios:

  1. Gracias Gabi por el articulo seleccionado y traducido. Merece la pena leerlo con mucha calma y plantea muchas cuestiones que invitan al debate. Supongo que se irán comentando algunas de estas cuestiones.
    De momento felicitarte por el trabajo de traducción y aprovecho para comentar al público que nos lea, lo tremendamente difícil y complicado que es traducir este artículo (en general, traducir del alemán es difícil, pero este texto particularmente lo es más). A nuestra compañera Gabi, siendo alemana y hablando español perfectamente, le ha supuesto un trabajo y una dificultad tremenda la traducción. Teniendo en cuenta que además estamos en vacaciones de Semana Santa, que Gabi se haya brindado a traducir el artículo de forma tan inmediata (acaba de ser publicado en alemán), pues resulta muy meritorio y de agradecer. Nos sentimos orgullosos de tener a Gabi en esta galería topera. Gabi es nuestra "alter Maulwurf" y nos sentimos orgullosos de compartir esta humilde trinchera de resistencia con ella.

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    1. En mi ya larga vida me han llamado casi de todo, pero nunca, nunca "alter Maulwurf" :-)))... y confieso que me siento honrada.... c'est le ton qui fait la musique. Gracias!

      PD/ La siguiente traducción va estrechamente vinculada con esta: Una carta abierta del jefe del grupo editorial alemán SPRINGER a Eric Schmidt, jefe de Google, sobre las prácticas, invasivas y monopolistas, de este imperio.

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  2. Desde luego lo que dice Vigne es verdad. Este blog sería mucho peor sin Gabi.
    Este artículo es largo y difícil de abarcarlo en español, tiene mucha densidad y mucha profundidad. Es de suponer que traducirlo desde el alemán tiene que serr una tarea digna de un gigante, en este caso de una giganta. Enhorabuena Gabi.

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  3. Iré comentando algunas cosas, comenzando por las que me interesan más de cerca "académicamente", ya que el artículo está lleno de referencias a cuestiones abordadas por la Antropología.
    Comienzo aclarando un error de referencia cometido por Elmar Altvater. David Harwey no es estadounidense, sino británico (que yo sepa, salvo que esté en un lapsus).

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  4. Y puestos a mencionar a Harvey, decir que es verdad que por un lado es geógrafo social, pero también antropólogo. La geografía social británica, al contrario que en España, está influenciada por la tradición antropológica. En cualquier caso, en los grandes teóricos sociales como Harvey (sobre todo en el caso de los anglosajones), las fronteras disciplinares se difuminan en su quehacer científico, lo cual es muy positivo.
    Harvey es un teórico que merece la pena seguir para aquellos que militan en la izquierda y que son activistas sociales. Fue uno de los padres en su día de la llamada "Geografía radical", que vino a revolucionar la Geografía. Siendo un teórico marxista, ha sido muy crítico con algunos aspectos del marxismo, al subrayar algunas lagunas y deficiencias importantes en el marxismo en relación con los procesos espaciales de dominación que tienen lugar en el capitalismo; pero es un tipo de crítica que debemos conocer los que reivindicamos el marxismo como marco téorico válido y con vigencia en la ciencia social. Hace más de 3 décadas publicó "Los límites del capital", una obra clave para entender el desarrollo del capitalismo tardío.
    Elmar Altvater menciona el concepto de "acumulación mediante la expropiación" y la obra "El nuevo Imperialismo", que Harvey publicó originalmente en 2004 y en la que desarrolla la idea de "acumulación por desposesión". Las ideas básicas pueden leerse en un artículo previo a la publicación del libro, artículo traducido al castellano y disponible en pdf aquí:
    http://investigacion.politicas.unam.mx/teoriasociologicaparatodos/pdf/Tradici%F3n/Harvey,%20David%20-%20El%20nuevo%20imperialismo%20Acumulaci%F3n%20por%20desposesi%F3n.pdf
    Lo que hace Harvey es analizar cómo es la nueva colonización que tiene lugar en el nuevo imperialismo, cómo es el nuevo expolio que se lleva a cabo en este mundo global, expolio salvaje que nos presenta el rostro del capitalismo más "caníbal" que hayamos conocido jamás:
    "Una mirada más atenta de la descripción que hace Marx de la acumulación originaria revela un rango amplio de procesos. Estos incluyen la mercantilización y privatización de la tierra y la expulsión forzosa de las poblaciones campesinas; la conversión de diversas formas de derechos de propiedad – común, colectiva, estatal ,etc.– en derechos de propiedad exclusivos; la supresión del derecho a los bienes comunes; la transformación de la fuerza de trabajo en mercancía y la supresión de formas de producción y consumo alternativas; los procesos coloniales, neocoloniales e imperiales de apropiación de activos ,incluyendo los recursos naturales; la monetización de los intercambios y la recaudación de impuestos, particularmente de la tierra; el tráfico de esclavos ; y la usura, la deuda pública y, finalmente, el sistema de crédito. El estado, con su monopolio de la violencia y sus definiciones de legalidad, juega un rol crucial al respaldar y promover estos procesos"
    Ejemplos de esta acumulación mediante desposesión:
    *Privatización del sistema jubilatorio.
    *Apropiación de los ahorros por parte de los grandes bancos ("El corralito argentino").
    Privatizaciones del sector telefónico, energético y de transporte. Que originalmente le pertenecian al Estado.
    *Estatización de deudas del sector privado. (Aumento de deuda pública).
    *Expulsión del campesinado en detrimento de las grandes corporaciones alimentarias.
    *Devaluaciones agresivas que permiten las transferencias de riquezas de un sector a otro.
    Para los que tengan poca paciencia, una lectura muy corta sobre el concepto: "La acumulación por desposesión" en http://www.taringa.net/posts/economia-negocios/10954228/Que-es-la-acumulacion-mediante-desposesion.html
    Otras cosillas muy breves y fáciles de leer (o escuchar en vídeo), en la web de marxismocrítico: http://marxismocritico.com/tag/acumulacion-por-desposesion/ .
    Sería interesante dedicar una entrada del blog al concepto de "acumulación por desposesión".

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  5. De Elmar Altvater, "¿Existe un marxismo ecológico?", en
    https://docs.google.com/document/d/1-FXNMf80HVWHMf7KDma473wj3rTOeDa6qqUuR1-teLs/edit
    Una síntesis en el blob marxismoecologico.blogspot.com.es: http://marxismoecologico.blogspot.com.es/2009/09/existe-un-marxismo-ecologico-elmar.html

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  6. Según informa RT http://actualidad.rt.com/actualidad/view/126193-nuevo-shock-informatico-amenaza-planeta
    el mundo puede estar al borde de un nuevo 'shock informático' muy parecido a la crisis financiera de 2008.
    ¿Alarmismo?

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  7. En estos días se publica en Alemania "Die globale Überwachung" del autor Glenn Greenwald 
https://www.munkdebates.com/debates/state-surveillance/speakers-con/glenn-greenwald
Muy significativo su título original: No place to hide (No hay sitio para esconderse) 


    http://www.deutschlandfunk.de/greenwalds-buch-die-globale-ueberwachung-sammelt-alles.1310.de.html?dram:article_id=285155

    Una reseña en inglés:
    http://www.motherjones.com/politics/2014/05/glenn-greenwald-no-place-to-hide-book-excerpt

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