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jueves, 15 de diciembre de 2016

Haciendo memoria. De incubadoras y bebés para hacer la guerra contra Irak


George H. W. Bush había sido director de la CIA antes de llegar a la Presidencia de EE.UU. Conocía bien el uso de la manipulación informativa como arma de guerra. El montaje de la niña Nayirah Nasir Al-Sabah, hizo llorar a toda América y, al día siguiente, Bush tenía carta blanca para ir a la guerra.


El método de presentación de las guerras en los medios de comunicación occidentales sigue un patrón predecible y deprimente: la primera etapa, la crisis; la segunda etapa, la demonización del líder del enemigo; la tercera fase, la demonización del enemigo como individuos; y la cuarta etapa, atrocidades. Phillip Knightley

El ex funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores británico Carne Ross, que fuera responsable de las sanciones contra Irak, me confesó en su momento: “Alimentamos a los periodistas con noticias de inteligencia convenientemente esterilizadas, o bien silenciamos toda información. Así funciona esto" John Pilger


Cuenta John Pilger que el mayor éxito de Edward Bernays, el padre de la propaganda moderna, fue convencer "a la población estadounidense para que aceptase la masacre que significó la Primera Guerra Mundial". Acaso toda la manipulación y montaña de mentiras que estamos viviendo y viendo ahora en relación con Siria, tenga que ver con que se nos esté preparando psicológicamente para una guerra a gran escala. Algo parecido lo vivimos con Libia y, anteriormente, con la guerra en Yugoslavia. Pero hay un caso anterior más nítido todavía, que fue el de la primera guerra del Golfo. En su legitimación, hubo un episodio de propaganda que fue decisivo: el de las incubadoras de Kuwait.
El caso de las incubadoras de Kuwait es hoy en día un clásico de la propaganda y manipulación informativa con finalidad bélica. Transmitida en horario de máxima audiencia, la intervención de la niña Nayirah Nasir Al-Sabah hizo llorar a América y, al día siguiente, Bush obtenía luz verde y todos los apoyos para ir a la guerra. Recordemos aquel episodio actualizando un fragmento de una entrada publicada anteriormente en el blog. 


De incubadoras y bebés para hacer la guerra contra Irak
"Cuando estuve allí, vi a unos soldados iraquíes con sus pistolas en la sala dónde estaban los bebés en sus incubadoras. Sacaron los bebés de las incubadoras, se llevaron las incubadoras y dejaron a los bebés en el suelo frío para que muriesen".
Quien así hablaba era una adolescente kuwaití, de nombre Nayirah Nasir Al-Sabah, de 15 años. Entre estremecedores sollozos se dirigía a un comité de congresistas de EE.UU. para narrar una barbarie inhumana de la que decía haber sido testigo con sus propios ojos, en el hospital Al-Addan de Kuwait donde decía que trabajaba. Ante las cámaras, con voz entrecortada por el llanto medio reprimido, Nayirah desvelaba al mundo la muerte de 312 bebés, que los malvados soldados iraquíes habían dejado morir de frío y hambre. El mundo no necesitaba más pruebas del carácter demoníaco y sanguinario de Sadam Huseim. Si alguien tenía dudas de la necesidad de mandar a las tropas imperiales a la guerra contra Irak, después del testimonio de Nayirah sus dudas se convirtieron en deseo entusiasta de que los marines norteamericanos liberaran a Kuwait, a Irak y al mundo de aquella encarnación del diablo y del mal llamada Sadam Husseim. La opinión pública estadounidense e internacional cerró filas con el presidente Bush. Sadam Husseim era el personaje más odiado del planeta, equiparado a Hitler, y la guerra contra Irak se vendía en los medios de comunicación como un imperativo moral en nombre de la Humanidad.

Y las acciones del complejo industrial militar de EE.UU. se dispararon en las bolsas... Pero ese es otro tema.

El escándalo vino mucho tiempo después, cuando la guerra emprendida por EE.UU. ya había arrasado Irak y teñido el desierto de sangre. Resultó que toda la historia era una burda mentira. Nayirah no solo no estaba en Kuwait cuando ella decía haber sido testigo, ni había trabajado jamás en un hospital como también dijo, sino que además resultó ser un miembro de la Familia Real de Kuwait, en concreto la hija del embajador kuwaití en Washington. 

La historia falsa de las incubadoras de Kuwait contó con el apoyo de Amnistía Internacional, que había validado y avalado la veracidad de los hechos narrados. ¿Quién se atreve a cuestionar los informes de AI? Tanto fue así que Bush senior, horas antes de iniciarse la operación Tormenta del Desierto con la que comenzaba la guerra, leyó el informe de Amnistía Internacional tirando de representación melodramática (ver "Right Stuff" de Alexander Cockburn en London Review of Books, 7-2-1991). La imparcialidad y prestigio de Amnistía Internacional para muchos quedó cuestionada para siempre. Se supo que la organización se había tragado sin contrastar (y sin intentarlo) un informe de un médico de la Media Luna Roja alojado en el Hotel Sheraton y que era un funcionario al servicio del gobierno kuwaití en el exilio.

Pero, ¿cómo fue posible aquel montaje, aquella escenificación de la adolescente hija del embajador kuwaití? Esto quizás sea la parte más interesante de aquella farsa. El discurso de la niña y su dramatización ante el comité de congresistas y las cámaras de TV, fue preparado y ensayado por una de las más importantes consultorías internacionales especializadas en relaciones públicas y servicios de marketing: la American Hill & Knowlton (Grupo WPP), con sede en Nueva York. Como si se tratase de una representación de teatro o una película, Hill & Knowlton escribió un guión y ensayó la puesta en escena con la "actriz", la niña Nayirah Nasir Al-Sabah. Sin duda, hubiera sido justo que la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood le hubiese concedido un triple Óscar: a la mejor actriz, a la mejor producción y al mejor guión.


American Hill & Knowlton: creamos una realidad paralela para
 que usted pueda montar cómodamente una guerra

¿Por qué una firma como Hill & Knowlton aceptó llenarse de mierda? Primero, diría que se dedican precisamente a llenarse de eso. Pero, segundo, lógicamente este tipo de corporaciones hacen tales trabajos sucios por dinero. Hill & Knowlton fue contratada por Citizens for a Free Kuwait  (Ciudadanos por un Kuwait Libre), una organización creada por el gobierno kuwaití en el exilio para influir en la opinión pública estadounidense, con el fin de crear un sentimiento favorable a la intervención militar de EE.UU., pero también para ejercer como lobby de presión en Washington. El contrato recibido por Hill & Knowlton incluía además la organización de reuniones de los medios de comunicación occidentales con Ciudadanos por un Kuwait Libre; el asesoramiento a sus abogados y la misión de mantener a la organización en contacto con las más influyentes gentes de negocios de EE.UU. (Jeffrey Goodell: "What Hill & Knowlton Can Do forYou, (And What It Couldn't Do for Itself)", en New York Times Magazine, 9 de septiembre de 1990). Hill & Knowlton firmó un contrato con Ciudadanos por un Kuwait Libre por valor de 10 millones dólares, que incluía el trabajo referido con la hija del embajador kuwaití (entre otros, Scott M. Cutlip: The Unseen Power, 2013; Phillip Knightley: "The disinformation campaign", en The Guardian, 4-10-2011).

Después de la guerra esta corporación fue acusada de difusión intencionada de información falsa para generar apoyos a la intervención militar, pero todo quedó en un escándalo de prensa con etiqueta de caducidad.

La firma Hill & Knowlton siempre ha estado vinculada a todo un historial de campañas basadas en la manipulación y no suele hacer ascos a cualquier encargo si está bien pagado (el negocio es lo primero). Por ejemplo, cuando varias compañías del sector rechazaron el suculento encargo de la Conferencia Católica de Estados Unidos para hacer una campaña pública contra el aborto, Hill & Knowlton aceptó al momento (Jeffrey Goodell, op.cit.). También llama la atención que un vicepresidente de Hill & Knowlton, que fue uno de los organizadores de las audiencia en el Congreso para la Familia Real kuwaití,  fuese el mismo que había defendido anteriormente un informe que establecía un historial limpio sobre los derechos humanos en Turquía (cuando se estaba encarcelando todos los días sin juicio previo, torturando y matando), igual que defendió informes en favor del dictador Suharto de Indonesia (autor del asesinato de un millón de comunistas y simpatizantes del PKI, además de responsable del genocidio llevado a cabo en Timor Oriental).

Phillip Knightley (op. cit.) nos cuenta que la utilización de información falsa sobre masacres de bebés, tiene un largo recorrido en la propaganda bélica: "Sus orígenes se remontan a la primera Guerra Mundial, cuando la propaganda británica acusó a los alemanes de lanzar bebés belgas al aire para pincharlos en su caída con las bayonetas". Un relato que fue desempolvado y actualizado por la American Hill & Knowlton para la guerra del Golfo, situándolo en un moderno hospital de Kuwait, nos dice Knightley.

En definitiva, la farsa organizada por Hill & Knowlton con la adolescente Nayirah, resultó decisiva para convencer a los congresistas y a la opinión pública estadounidense de la necesidad de ir a la guerra. La historia de las incubadoras y la difusión en los medios de todo el mundo de la melodramática intervención de Nariyah ante los congresistas, hoy en día se considera uno de los casos más paradigmáticos de la manipulación y propaganda bélica.


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Ver también:

4 comentarios:

  1. Voy a referirme a dos aspectos de esta entrada.
    Uno es histórico. El Oriente Medio se repartió entre RU y Francia por el acuerdo Sykes-Picot, a gusto de ambos países. Así se separó Irak de Kuwait, para dificultar la salida del primero al mar y para separar dos campos petrolíferos. Por lo tanto Sadam, pese a que no era un santo, tenía razón.
    Otro tema son los extraordinarios medios de propaganda que utiliza EEUU. Voy a citar un ejemplo. A principio de los años 40 el pueblo estadounidense no estaba a favor de la intervención en la II GM. El gobierno encargó a Hollywood una película para cambiar esa opinión. La película fue "El Sargento York", de Gary Cooper como actor principal. Y como ni aún así consiguió cambiar mucho la opinión pública, tuvieron que armar lo de Pearl Harbour, que tiene un paralelismo con lo del 11-S de 2001. EEUU no es la primera vez que utiliza ese método.
    A lo mejor sería interesante escribir una entrada sobre todas estas cosas bajo una vista histórica.

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    1. Si, Manolo, sería muy oportuno revisar "estas cosas" a lo largo de la historia. Las "coincidencias" que podríamos descubrir...¡Goebbels se quedaría corto!

      Hoy en JungeWelt, un art. sobre las prácticas de H & K, con esta sentencia final de André Scheer:

      ==“Fake” - falsimedia son siempre los demás

      Puestos a atacar un gobierno de izquierdas, también en Alemania, los grandes medios se suelen ir forjando su propia “verdad”. ==

      https://www.jungewelt.de/2016/12-17/012.php

      Más que nunca, es necesario ayudar a las pocas iniciativas independientes como JungeWelt, una cooperativa que (malamente) se está financiando mediante sus socios. En 2017 irán publicando el "Granma" en alemán.

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    2. Esto son algunas de las mentiras desde hace poco más de un siglo:
      http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=6514

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  2. HOW WE WERE MISLED ABOUT SYRIA: AMNESTY INTERNATIONAL
    http://www.wrongkindofgreen.org/?s=amnesty+international

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