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domingo, 13 de diciembre de 2015

Mi recuerdo del famoso mitin de Fraga en Lugo en 1977. El día en que Fraga recurrió a un terrorista argentino de ultraderecha.




El franquismo ha sentado las bases para una España con más orden (...) Igual pasó con Napoleón. Al día siguiente de matarlo era un estropajo, pero cincuenta años después lo trajeron a París, es su héroe nacional y preside el Panteón de Hombres Ilustres.
(Manuel Fraga Iribarne, fundador del Partido Popular (PP),en El Faro de Vigo, 30-12-2007)


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Estamos en elecciones. Tiempo de mítines y de vendedores de crecepelo. Me viene a la cabeza una vivencia personal a la que ya me referí anteriormente en este blog (ver "ABC y la caverna mediática. 1ª parte: un rápido recorrido por las entrañas franquistas de la derecha española"): el famoso mitin de Fraga en Lugo, en mayo de 1977. La prensa de la derecha convirtió a Fraga en un valeroso héroe por los acontecimienos que voy a narrar. Pero la realidad fue otra muy distinta a cómo la contó la prensa del régimen. Yo estaba allí y doy testimonio personal de lo que realmente sucedió

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Eran tiempos revueltos en los que el ruido de sables se dejaba escuchar: el miedo a un golpe de estado sembraba de incertidumbre aquel momento de cambio. Nos faltaba la perspectiva histórica para entender que en realidad nos amenazaban como a niños pequeños: si no eres bueno, vendrá el coco y te comerá. Claro que a toro pasado es muy fácil opinar.

La extrema-derecha fascista mostraba un significativo vigor y fortaleza, además de contar con el apoyo y la protección de buena parte del aparato del Estado y de no pocos políticos de derechas convertidos en demócratas de la noche a la mañana. Los franquistas más travestidos se habían aupado al carro del poder representado por la UCD de Adolfo Suárez (Unión de Centro Democrático). Pero los más recalcitrantes y nostálgicos del franquismo, se quedaron con el núcleo duro de la derecha representado por la AP (Alianza Popular) de Fraga, quien unos años antes había afirmado que para legalizar la ikurriña (bandera vasca) tendrían que pasar por encima de su cadáver, o que se exiliaría si se legalizaba al Partido Comunista de España. Era aquella AP que después de 1989 se refundó en el actual Partido Popular (PP) y condujo a Aznar a La Moncloa.

En el seno de esta derecha representada por AP, empezó a producirse una fusión orgánica con la extrema-derecha, en un proceso que fue previo a la desaparición de la UCD. Resulta simbólico que en aquellos años la seguridad de los mítines problemáticos de Fraga (susceptibles de sufrir altercados) estuviese a cargo de militantes y/o ex-militantes de Fuerza Nueva y de los Guerrilleros de Cristo Rey, dos organizaciones fascistas caracterizadas por utilizar la violencia e incluso cometer atentados [1]. Lo sucedido aquella tarde-noche en el mitin de Fraga en Lugo, es un perfecto ejemplo de lo que estoy diciendo.

[1] Por otro lado, en aquellos tiempos, cada vez con más frecuencia, comenzó a darse un fenómeno curioso. Muchos jóvenes de estas organizaciones fascistas, simultáneamente eran miembros de las Nuevas Generaciones, la rama juvenil de AP. Hecho que refuerza la idea de que la extrema-derecha se estaba integrando dentro de AP. 

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El viernes 6 de mayo de 1977, tuvo lugar un mitin de Fraga en Lugo, en el Palacio de los Deportes de la ciudad. El 15 de junio iban a tener lugar unas decisivas elecciones generales, en lo que sería la legislatura constituyente en la que se redactaría y aprobaría la actual Constitución (la UCD obtuvo mayoría).

Dos días antes, el 4 de mayo, Fraga había comenzado su campaña electoral con un mitin en Vallecas (Madrid), barrio obrero y con un comunista en cada portal en aquel tiempo. A pesar de estar fuertemente custodiado por los antidisturbios, al terminar el mitin se produjeron enfrentamientos entre la policía y cientos de manifestantes antifranquistas que se habían concentrado para protestar por la presencia del franquista en el núcleo rojo de Madrid. La caravana de Fraga tuvo que abandonar Vallecas a toda prisa protegida por vehículos policiales.

Dos días después, a las 8 de la tarde, comenzaba la campaña de Fraga por Galicia, con un mitin en Lugo. Un amplio grupo de jóvenes lucenses, militantes y no militantes de la izquierda, acudimos dispuestos a reventar el mitin del partido que sabíamos que albergaba a lo peor de la caverna franquista. Apenas éramos un centenar. Ubicados en una de las gradas, comenzamos a increpar a cada uno de los oradores, según iban tomando la palabra. Fraga intervenía al final. 

Conseguimos ahogar las palabras de los tres oradores que intervinieron antes de que lo hiciese Fraga. Especialmente duros fuimos con Antonio Pedrosa Latas, un fascista local que había sido fundador de Falange Española en Lugo en 1934 junto a José Cedrón del Valle, implicado en la represión de la post-guerra. En aquel momento, Pedrosa Latas, candidato al Senado por AP, todavía era consejero nacional del Movimiento, el partido fascista de Franco. Pedrosa Latas se quejaba en aquellos tiempos de que la Universidad era un "búnker marxista"El palco de los oradores era la viva imagen del franquismo dispuesto a sobrevivir poniéndose una chaqueta de demócratas de toda la vida.

Por último tomó Fraga la palabra y entonces tuvieron lugar los hechos que la prensa sistémica siempre ha ocultado


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El relato según la prensa del régimen y Pedro J. Ramírez

El diario que había sido el medio de los sindicatos verticales del franquismo, Pueblo, informó así de los hechos (fuente: Hemeroteca Fundación Juan March):
El acto político se había iniciado (...) con la intervención de tres oradores (...). A ninguno de los tres prácticamente se les había podido entender nada. Un grupo de unos 250 jóvenes que se habían mezclado entre el público en una de las gradas del recinto deportivo con sus gritos, había conseguido anular por completo la intervención de los oradores. Se habían escuchado frases y gritos de «Galicia, ceibe y socialista»; «Fraga, Fraga, Galicia no te traga»; «Galicia, ceibe y popular»; «Amnistía total»; «Montejurra, Montejurra» y «Vitoria, Vitoria», así como «Vosotros, fascistas, sois los terroristas». 
Durante la intervención de los tres oradores estos gritos y silbidos se habían convertido en auténticos protagonistas, y estaban a punto de echar a pique el acto. Y le tocó el turno al líder de Alianza Popular, Manuel Fraga Iribarne.Fraga, con cara sonriente, esperó unos instantes que cediese el griterío, en el que se podían escuchar voces de «Fraga, asesino» y «Justicia popular», el resto del público, la mayoría, aplaudía, pero los alborotadores se hacían oír más y mejor. Y entonces Fraga se acercó al micrófono y dijo, dirigiéndose a los alborotadores: «Debo advertirles que cada grito que dan es un voto más para Alianza Popular», entonces los gritos y los aplausos arreciaron. Y se pudo oir cómo Fraga decía: «Espero que se callen, y si no, tendremos que ir a por ellos», y en este instante se despojó de la chaqueta, saltó a la pista del Palacio Municipal de los Deportes y se dirigió a la grada de la que procedían los gritos. Detrás de él, uno de sus hombres en Lugo, el periodista Alfredo Sánchez Carro, y nadie más, o casi nadie, porque el resto se había quedado casi paralizado por la sorpresa. Pero Fraga y el periodista fueron suficientes. En unos segundos la grada quedó vacía. Todos los alborotadores abandonaron, utilizando puertas y otros lugares por los que se podía acceder a la calle, el pabellón. 
Con la misma rapidez que se había producido este hecho, Fraga retornó al estrado, y con absoluta normalidad y tranquilidad dirigió la palabra a los 3.500 lucenses que todavía quedaban en el recinto deportivo.
Francisco Rivera Cela, padre de Marta Rivera, la actual candidata de Ciudadanos (C's) por Lugo, en su crónica enviada al ABC, narraba los hechos en una línea parecida (fuente: Hemeroteca Fundación Juan March):
El líder de «Alianza Popular», don Manuel Fraga Iribarne, en el curso del acto de presentación de este grupo político en el Pabellón de Deportes de Lugo, logró desalojar a unas setecientas cincuenta personas que ocupaban parte de los graderíos y que con repetidos gritos interrumpían y acallaban a los oradores. 
(...) Cuando Fraga iba a hacer uso de la palabra se produjeron numerosos gritos recordando los sucesos de Montejurra y Vitoria, y algunas frases injuriosas. Entre los gritos se oyó a Fraga decir: «Espero que se callen; si no, tendremos que ir a por ellos.» Instantes después Fraga se quitó la chaqueta y, seguido por otra de las personas que ocupaba el estrado, se dirigió hacia la grada donde estaban situados los alborotadores; que desaparecieron como por arte de magia. La actitud del señor Fraga fue vitoreada por los asistentes. (...)
35 años después, el 17 de enero de 2012, tras la muerte de Fraga, en El Mundo Pedro J. Ramírez, narraba de la forma que sigue, los hechos en un artículo laudatorio del dinosaurio franquista. El relato de Pedro J. está basado en la propia narración de Manuel Fraga (fuente: diario El Mundo, 17-1-2012, pág. 12, "La tarde en que Fraga se quitó la chaqueta"):


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¿Qué sucedió realmente?

En primer lugar, ni éramos los 250 que decía Pueblo, ni los 750 que publicó el ABC y que repite El Mundo. Creo que tan siquiera sobrepasábamos el centenar de jóvenes de diferentes edades y pocos éramos los que teníamos esa edad de 16-17 años que subrayó el diario Pueblo

En segundo lugar, las consignas descritas por Pueblo se corresponden efectivamente a lo que gritábamos. Con menos detalle descriptivo aparecen en las otras dos fuentes mencionadas. Y verídico fue que Fraga gritó: "Si no se callan tendremos que ir a por ellos" y luego "¡A por ellos!", momento en que se quitó la chaqueta luciendo sus tirantes con la bandera rojigualda. 

Resulta infame la declaración de Fraga a Pedo J., según la cual nos habían pagado por reventar el mitin: "Probablemente porque les habían pagado 40 ó 50 duros, sólo por chillar", dijo Fraga. Como también era mentira que solo hubiese miembros de la Unión do Pobo Galego y de la Joven Guardia Roja; había jóvenes de todos los partidos de la izquierda local y también no militantes (hasta creo recordar, si bien no estoy del todo seguro, que cerca de donde yo estaba sentado se encontraba un jovencísimo Pepiño Blanco, año y medio más joven que yo y que ya entonces militaba en las Juventudes Socialistas).

A partir de aquí, el relato fraguista tergiversa todavía más lo que sucedió:
  • "Detrás de él, uno de sus hombres en Lugo, el periodista Alfredo Sánchez Carro, y nadie más (...). Pero Fraga y el periodista fueron suficientes". MENTIRA
  • "Como por arte de magia, los 700 reventadores habían desparecido (...). Todo había ocurrido en el tiempo que Fraga había necesitado para subir hasta lo alto del pasillo." MENTIRA
  • Dijo Fraga: "Apenas me siguieron 10 ó 12 y aquellos 700 cobardes huyeron como ratas"MENTIRA
La narrativa que presenta a un Fraga como un John Wayne actuando solo, dirigiéndose lleno de coraje y valentía al público que lo increpaba, y éste echando a correr "como ratas" (dijo Fraga), los "alborotadores" muertos de miedo solo con ver la cara del vaquero de Villaba, se convirtió en un episodio mítico que le valió a Fraga el calificativo de "el león de Villalba", otorgado por la prensa de la caverna. Pero no fue Fraga quien nos desalojó, sino el grupo de matones fascistas que Fraga llevaba a sus mítines para asegurar el orden, compuesto por más de esas 10 ó 12 personas que él dijo, posiblemente alrededor de 30 personas o más.

Dicho grupo, además de integrar a fascistas locales, estaba integrado por otros venidos de fuera de Lugo, posiblemente de Madrid. La mayoría eran miembros de las organizaciones fascistas Fuerza Nueva y Guerrilleros de Cristo Rey Sacando porras, cadenas, puños americanos y luchacos, cargaron contra no más de un centenar de jóvenes desconcertados que veían cómo los de las primeras filas comenzaban a recibir palos y golpes. Esto fue completamente silenciado por los medios. Incluso, el enviado de Cuadernos para el Diálogo, Abascal, ocultó lo sucedido.

Sin embargo, queridos lectores de esta galería topera, lo más significativo de todo era la identidad de la persona que lideraba y dirigía a los matones de Fraga: nada más y nada menos que Rodolfo Eduardo Almirón Sena. ¿Quién era aquel tal Almirón?


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¿Quién era Almirón? La relación de AP con el terrorismo argentino de ultraderecha





Almirón, un asesino de la ultraderecha argentina, jefe de la seguridad de Fraga entre 1981 y 1984. En el mitin de Fraga en Lugo, en 1977, dirigió a los matones de la extrema-derecha española contra el público que abucheaba a los oradores de AP. Foto superior: 1973, Perón saluda a Rodolfo Eduardo Almirón, guardaespaldas de Lopez Rega y miembro activo de la Triple A; en medio, Miguel Rovira, otro miembro de la Triple A. Foto inferior: la foto de Almirón en Montejurra en mayo del 76, es una de las pruebas que demuestra su participación en el atentado terrorista de la ultraderecha.

Rodolfo Eduardo Almirón era un ex policía argentino miembro de la tristemente recordada Triple A (Alianza Anticomunista Argentina)organización terrorista de la ultraderecha argentina

Almirón había llegado a España en 1975 como escolta de López Rega. Gracias a sus buenos contactos obtuvo rápidamente la nacionalidad española. En aquel momento Fraga era ministro del Interior (de Gobernación se llamaba) con Arias Navarro. 

Vinculado desde su llegada con los grupos fascistas españoles de la época, se le llegó a vincular con los asesinatos de Montejurra de mayo de 1976, atentado llevado a cabo por la extrema-derecha; un plan del que siempre se ha dicho que era conocido y aprobado tanto por Fraga (ministro de Gobernación, el equivalente del ministro del Interior actual) como por Arias Navarro, presidente del gobierno [2]

Pese a ello, Almirón se convirtió a principios de 1981 en el jefe de la custodia personal de Manuel Fraga, ocupando el puesto hasta mediados de 1984. Son hechos que prueban esta vinculación entre AP/PP con la extrema-derecha en aquellos tiempos. Sin embargo, lo más asombroso de Almirón es que llegó a tener a su cargo el adiestramiento de los primeros escoltas de Felipe González [3]. A destacar también que cuando fue detenido en 2006 en la localidad de Torrent (Valencia) -el año en que fue extraditado a Argentina-, el apartamento en el que vivía estaba subsidiado por el gobierno del PP de la comunidad autónoma valenciana, cuyo presidente era entonces Francisco Camps, uno de los protagonistas de la trama de corrupción conocida como el Caso Gürtel

[2] Este atentado terrorista de la extrema-derecha fue relacionado posteriormente, por expertos en la materia, con la llamada Operación Gladio (Gladio fue una organización anticomunista de la OTAN durante la guerra fría) y con el origen de la trama de terrorismo de Estado que más tarde daría lugar a los GAL. Se sabe que tanto Rodolfo Eduardo Almirón (Triple A) como Stefano Delle Chiaie (Gladio), estaban presentes en Montejurra el día del atentado. 
[3] Existiendo una orden de captura internacional contra Almirón, en 1983 la revista Cambio16 hizo público que estaba en España trabajando de jefe de seguridad de Fraga. A Almirón se le investigaba por participar en secuestros y asesinatos en Argentina. Curiosamente su abogado defensor, tras saltar el escándalo a la prensa, fue... ¡Alberto Ruiz Gallardón!, delfín de Fraga en aquel tiempo y ex-ministro de Justicia del actual gobierno de Rajoy. En 2006 la presión mediática en Buenos Aires hizo que se actualizase la orden de captura internacional contra Almirón. Fue detenido a finales de 2006 en Valencia y extraditado a Argentina poco después. Encarcelado desde su llegada a su país de origen, murió en 2009 antes de que terminase su proceso judicial. 
Para los que no conozcan la figura del argentino Almirón, sugerimos dos enlaces para empezar: la entrada correspondiente en la Wikipedia y el artículo de Carlos Petroni "Mi encuentro con Rodolfo Almirón, jefe operativo de la Triple A", publicado en Rebelión.org el  29-02-2008. Para acceder a una información más completa y detallada que permita profundizar, puede consultarse www.elortiba.org/opena.html



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Tiempo de elecciones. Me ha parecido oportuno recordar aquellos hechos. Acudí aquel día con un colaborador ocasional de este blog, Barón Rojo (ver por ejemplo, su artículo "¿NOTICIA FALSA? Obama secuestrado en Viena"). Teníamos 17 años (yo todavía no los había cumplido), pero recordamos a la perfección lo sucedido.

El que fue llamado "el viejo león de Villalba" por aquellos sucesos de Lugo, no fue más que un cobarde cuyo único mérito era tener en nómina a un grupo de matones fascitas de Fuerza Nueva y Guerrilleros de Cristo Rey, liderados por un terrorista argentino de ultraderecha, al que había protegido y mimado desde su llegada a España dos años antes. Convertida AP en PP, este partido siguió protegiendo al terrorista argentino, en su nidito valenciano al calor de Francisco Camps.

Siendo ministro del Interior (Gobernación) en 1976, Fraga prohibió la manifestación del Primero de Mayo, alegando "La calle es mía", una frase que refleja el fascista que Fraga siempre llevó dentro. Supo convertir a AP y luego al PP en un nido de franquistas. Porque el franquismo nunca ha muerto. Sigue vivo en el PP:

[Periodista] ¿Por qué le cuesta tanto al PP condenar el franquismo?
[Mayor Oreja] ¿Cómo voy a condenar lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles?
[Periodista] ¿No considera pertinente condenar el franquismo?
[Mayor Oreja] No, por muchas razones. ¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo si hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad? 
(Entrevista de La Voz de Galicia Mayor Oreja, Presidente del PP del País Vasco y ministro con el gobierno de Aznar, 14-10-2007)

Si hubo personas condenadas a muerte en el franquismo, era porque lo merecían
(Manuel González Capón, Alcalde del PP de Baralla, Lugo.
 El 26 de julio de 2013. Recogido en La Voz de Galicia



7 comentarios:

  1. Recuerdo el hecho. Recuerdo la campaña electoral. Y creo recordar que todos los periódicos, incluso EL País, las radios y la TVE dieron la noticia con la misma descripción, parecía una nota oficial
    Recuerdo que para senador AP presentaba a Arias Navarro, nada menos, año y medio después de anunciar llorando la muerte del dictador. En su espacio de propaganda electoral, este asesino (Carnicerito de Málaga)estaba nervioso y se le notaba, su gesto facial descompuesto, semipataleando debajo de la mesa. Vamos franquismo puro. Me da la impresión que hizo perder votoa a AP con su intervención. Y desde luego no fue elegido senador.

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  2. Igualmente recuerdo aquel día. Yo también estaba allí. El artículo es excelente, pero no comentas algo. Al conseguir "escapar" del pabellón, la gente se fue concentrando improvisadamente en los vinos. Cinco o seis iniciamos el salto con palmas y al grito de "Fraga pistoleiro", unas doscientas personas marcharon en manifestación hacia la Plaza de Santo Domingo, que era en donde tenían el local.
    Al día siguiente "El Prgreso" destacaba una foto en la que aparecían los cristales del local rotos tras haber sido apedreados. Por cierto, también recuerdo a Pepe Blanco, alias "Lupi" sentado cerca de mi.

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    1. ¡Coño! Yo estaba en la plaza de Santo Domingo en ese momento :) Tuvimos que estar juntos. Me alegro que me aclares lo de Pepiño. Siempre tuve en la cabeza de que estaba como dos o tres filas más abajo y a la izquierda de donde yo estaba, pero ya sabes cómo son estas cosas: pasan los años y empiezas a dudar de tus propios recuerdos. Me alegro que me saques de mis dudas :)

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  3. Yo tb recuerdo algunas cosas de ese día, y en el grupo que estaba sí teníamos entre 17 y 18 años, recuerdo el jaleo que armamos para reventar el mitin, pero en mi mente quedó grabada una imagen que no comentais, Fraga sacando una pistola, y toda la primera fila de hombres de traje levantándose para acallarnos, nadie mas vio la pistola? Si es así, entonces he creado un falso recuerdo. Montse

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    1. Pues no sabría decirte. Yo estaba en la parte superior del graderio, no recuerdo lo q dices pero pudiera ser. Sí recuerdo lo de las porras, luchacos y demás. Y recuerdo que después de salir del Pabellón fuimos a la plaza de Santo Domingo y rompimos los cristales de la sede de AP que estaba en la esquina, en frente de la calle Progreso.
      Éramos chavales (yo todavía no había cumplido los 17 años) frente a unos matones acostumbrados a aquellas cosas. Yo nunca había visto cargar a los fachas, fue la primera vez.
      Y luego toda la vida he creído recordar que un par de filas delante de donde yo estaba, estaba allí Pepiño Blanco, con un par de chicas de las Juventudes Socialistas. Pero comentándoselo posteriormente al compañero y amigo que estaba conmigo, él me dice no recordarlo. Con lo cual en ese detalle pues hasta tengo mi duda. Este compañero, que más tarde sería periodista, mirando material gráfico de aquel día años después, fue el que me indicó que Almirón estaba allí dirigiendo el servicio de seguridad de Fraga. Lógicamente cuando ocurrieron los hechos, ni él ni yo teníamos idea de quién era Almirón.
      Saludos Montse :)

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  4. Por poco tiempo, pero la afirmación no es correcta:
    Pedrosa Latas, candidato al Senado por AP, todavía era consejero nacional del Movimiento, el partido fascista de Franco.
    El Movimiento lo disolvió Suárez en abril de 1977. Un saludo.

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  5. ¿$oy yo el único que vio a Fraga con la pistola? Cuando lo cuento nadie me cree. Tenía 16 años entonces.

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