Mujeres combatientes del ELAS, el Ejército de Liberación del Pueblo, la guerrilla liderada por los comunistas que tuvo un papel decisivo en la expulsión de los invasores nazis de Grecia. Fuente de la referencia aquí. |
Comentario previo del blog
Si buscáis por "guerra civil griega" en la Wikipedia en castellano, lo primero que os dirá la popular enciclopedia es que fue un caso de "insurrección comunista" porque el KKE no quería participar en las elecciones ni deponer las armas. Sí, pero así expresado es una verdad a medias, una sutil forma de negar legitimidad a los comunistas griegos de entonces. Y es que a menudo la Wiki resulta más tendenciosa de lo que la gente cree. William Blum dedica este capítulo de su libro a la intervención anglo-americana en Grecia. Como complemento, al final encontrarás un apéndice del blog del viejo topo, resumiendo cronológicamente las principales secuencias de la guerra civil en Grecia.
Es imposible entender esta etapa sin hablar de los intereses que RU y EE.UU. defendían en la región, lo que a su vez nos lleva a abrir el baúl de sus trapos sucios, como por ejemplo convertir en aliados y amigos a muchos torturadores y asesinos colaboracionistas de los nazis. También es imposible entender el desarrollo de los acontecimientos si previamente no consideramos las derivaciones de los acuerdos de Teherán (28 de noviembre - 1 de diciembre de 1943) y Yalta (4-11 de febrero de 1945), en relación con las áreas de influencia establecidas y el compromiso de no intervención de cada bloque en el espacio del otro bloque. En función de estos acuerdos, Grecia debía permanecer bajo la hegemonía occidental. En efecto, en Grecia fue la primera vez que se constató que la URSS respetaría los acuerdos, aunque eso significase dejar a los comunistas griegos en las garras de los nuevos invasores extranjeros bajo pabellón británico y estadounidense.
Esto último, como en alguna ocasión he recordado, marcó el devenir de los partidos comunistas de la Europa occidental, al dejar claro que cualquier insurrección revolucionaria no contaría con el apoyo de Moscú. Lo que a su vez obligó a estos partidos a circunscribirse al estéril marco de la democracia burguesa, algo que los más hiperbólicamente críticos de esta vía política de los PC,s de la Europa occidental pasan por alto. Mucho años después, volvió a repetirse esa inhibición soviética, cuando los comunistas de un país occidental activaron la vía revolucionaria al Socialismo: fue en Portugal con el PREC, después de la "revolución de los claveles".
Por otro lado, la intervención de EE.UU. en Grecia fue la primera aplicación de la Doctrina Truman, promulgada para intervenir en aquellos países que podrían seguir una evolución hacia un sistema socialista.
Por todo ello, este capítulo del libro de Blum no solo interesa para saber qué sucedió en Grecia en el período considerado, sino que además, a partir del caso griego del KKE, alienta la reflexión en torno a los escasos márgenes de maniobra que le quedaron a los partidos comunistas occidentales, condenados a vagar por las instituciones de la democracia burguesa.
Siglas importantes para seguir el texto de Blum:
- ELAS: Ejército de Liberación del Pueblo, fundado entre 1941 y 1942 por iniciativa del Partido Comunista griego, "con el propósito de organizar y coordinar a escala nacional el abastecimiento de la población sometida y la resistencia armada contra el ocupante" (Rodríguez Milán). Fue la única fuerza que combatió a los nazis durante la ocupación, consiguiendo finalmente su expulsión. Solo entonces llegaron las tropas británicas.
- EAM: Frente de Liberación Nacional, ala política del ELAS; adoptó el clásico formato de "frente popular", agrupando a diferentes organizaciones políticas y sindicales de la izquierda griega.
@VigneVT
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Referencia documental:
William Blum: "De cuna de la democracia a estado cliente. Grecia: de 1947 a inicios de la década de 1950", en Asesinando la esperanza. Intervenciones de la CIA y del ejército de los Estados Unidos desde la II Guerra Mundial, cap.3, pp. 40 a 46. Editorial Oriente, Santiago de Cuba (Cuba), 2005 (original en inglés: William Blum, Killing Hope: U.S. Military and CIA Interventions Since World War II, Common Courage Press, 2004).
Fuente de digitalización y correcciones (cítese y manténgase el hipervínculo): blog del viejo topo
Imágenes, negrita y apéndice final complementario: son un añadido nuestro.
Para acceder a otros capítulos publicados en el blog, véase al final los hipervínculos en el índice del libro.
3. GRECIA. DE 1947 HASTA INICIOS DE LA DÉCADA DE 1950
De cuna de la democracia a estado cliente
Jorge Semprún es español, francés, novelista y guionista de cine, antiguo comunista, antiguo prisionero en Buchenwald. Se encontraba en el terrible campo de concentración nazi en 1944 cuando escuchó las noticias junto a otros camaradas de partido:
Los guerrilleros de ELAS/EAM pudieron haber sido rudos y vengativos con los griegos que no cooperaron con ellos o que eran sospechosos de colaborar con los alemanes, pero también habían proporcionado otro ejemplo dramático de los efectos liberadores de un mundo en guerra: se echaron a un lado las anquilosadas instituciones de la vieja Grecia y en su lugar se levantaron comunidades que, al menos en apariencia, eran dirigidas por sus residentes locales; se crearon mecanismos e instituciones que podrían haber sido las precursoras de una sociedad griega regenerada después de la guerra; se ofrecía educación, quizás impulsada por la propaganda, pero de todas formas educación para los analfabetos; se constituyeron batallones de mujeres, amas de casa- que por primera vez se emancipaban del control de sus esposos... un fenómeno, en fin, que se expandió en forma irresistible hasta que EAM llegó a contar con casi dos millones de griegos de una población de siete millones (2).
Este no era el tipo de orden social que calmaría las úlceras de los británicos resentidos (entre ellos Winston Churchill), quienes por mucho tiempo habían contemplado a Grecia como su propiedad privada. El Gran Hombre estaba decidido a restaurar al rey griego a su trono con todas sus implicaciones, y los militares británicos no perdieron tiempo en instalar un gobierno con tales fines. Monárquicos, quintacolumnistas y conservadores de todas clases se encontraron en posiciones de poder politico y a la cabeza del nuevo Ejército griego y la policía, mientras los miembros de ELAS/EAM iban a parar a la prisión o terminaban muertos (3).
En los primeros días de la guerra mundial, cuando derrotar a los nazis era el principal objetivo de los Aliados, Churchill se había referido a ELAS como “esas gallardas guerrillas”, y los seguidores de ELAS habían dado la bienvenida a los británicos en noviembre de 1944 con letreros que decían: "Saludamos al bravo ejército inglés. EAM” (4).
Pero en los meses siguientes estalló la lucha entre ELAS y las fuerzas británicas y sus aliados griegos, muchos de los cuales habían sido enemigos de ELAS durante la guerra y, en el proceso, colaboradores de los alemanes; otros simplemente habían servido a los alemanes (El secretario de Relaciones Exteriores británico, Ernest Bevin, reconoció en agosto de 1946 que 228 miembros en servicio activo en el nuevo Ejército griego, habían pertenecido anteriormente a los batallones de seguridad nazi cuya tarea principal había sido acabar con los combatientes de la resistencia griega, y con los judíos) (5). La campaña contra ELAS recibió luego apoyo de la Fuerza Aérea de EE.UU. y de su Marina, las cuales transportaron más de dos divisiones británicas hacia Grecia (6). Durante todo este tiempo continuaba la guerra contra los alemanes en el resto de Europa.
A mediados de enero de 1945, ELAS acordó un armisticio, que tenía en verdad mucho de rendición. Hay discrepancias entre los historiadores acerca de si ELAS había sido derrotado militarmente o si la jerarquía comunista de ELAS/EAM recibió la orientación de Stalin de deponer las armas. Este último caso guardaba coherencia con el acuerdo entre Stalin y Churchill en octubre de 1944 que distribuía las esferas de influencia de ambas potencias en Europa del Este. En este cínico juego de monopolio (según reconoció el propio Churchill), Grecia había sido concedida a Gran Bretaña. Churchill escribió más tarde que Stalin “había respetado en forma estricta y fiel nuestro acuerdo de octubre, y durante las largas semanas de combates con los comunistas en las calles de Átenas no hubo ni una palabra de reproche por parte de Pravda o Izvestia” (7). Ni tampoco, como hizo notar Semprún, por parte de Radio Moscú.
"Es esencial recordar [ha señalado el profesor D. F. Fleming en su destacada historia sobre la Guerra Fría] que Grecia era el primero de los estados liberados que se veía obligado por la fuerza, en forma abierta, a aceptar el sistema político de la gran potencia de ocupación. Fue Churchill quien actuó primero, y Stalin quien siguió su ejemplo en Bulgaria y luego en Rumanía. aunque con mucho menos derramamiento de sangre" (8).
Una serie de gobiernos griegos se sucedieron bajo los auspicios de británicos y estadounidenses; gobiernos totalmente corrompidos en la moderna tradición griega, que continuaron aterrorizando a la izquierda y torturando a sus miembros en connotados campamentos de prisioneros en las islas griegas: gobiernos que no hicieron prácticamente nada para aliviar la miseria cotidiana del pueblo griego devastado por la guerra” (9). "Hay pocos ejemplos modernos de mal gobierno que se equiparen con éste“, observó el corresponsal jefe de CBS en Europa en aquel momento, Howard K. Smith (10).
En otoño de 1946 ocurrió lo inevitable. Los izquierdistas se fueron a las montañas a desarrollar la segunda fase de la guerra civil. Los comunistas se habían liberado de la presión de la mano de Stalin en sus gargantas, pues estaba en juego su propia supervivencia y todo aquello en lo que creían.
Los británicos se hallaban bajo el peso de su propia reconstrucción tras la guerra, y en febrero de 1947 informaron a EE.UU. que no podrían seguir manteniendo una gran fuerza armada en Grecia ni dar suficiente ayuda militar y económica al país. De este modo la tarea histórica de preservar la bondad y la decencia en la civilización occidental pasó a manos de los estadounidenses.
Varios dias más tarde, el Departamento de Estado citó al encargado de asuntos griegos en Washington y le informó que su Gobierno debía solicitar ayuda a EE.UU. Esto debía hacerse a través de una carta formal, un documento que, según se comprobó, sería escrito en esencia por el Departamento de Estado. El texto de la carta, informó más tarde el funcionario griego, “había sido redactado con miras a la mentalidad del Congreso [...] También serviría para proteger al Gobierno de EE.UU. contra acusaciones internas y externas por haber tomado la iniciativa de intervenir en un estado extranjero o de haber sido persuadidos por los británicos de recibir ‘de ellos un mal legado. La nota también serviría de base para conformar la opinión pública, lo cual estaba en estudio” (11).
En julio, en carta a Dwight Griswold, jefe de la Misión Americana en Grecia (AMAG), el secretario de Estado George Marshall decía:
Era tan dificil edulcorar este panorama que el presidente Truman, en su discurso ante el Congreso en marzo de 1947, al solicitar ayuda para Grecia sobre la base de la "petición" de ese país (el discurso de la “Doctrina Truman"), intentó prevenir las críticas admitiendo que el Gobierno griego “no era perfecto" y que “había cometido errores". Sin embargo, de algún modo, por medio de una alquimia ideológica bien conocida por el presidente, el régimen de Atenas era “democrático” y sus oponentes, los familiares "terroristas" (17).
No hubo mención de la URSS en este discurso en particular, pero en los dos años y medio siguientes se convirtió en un concepto proverbial el que los rusos estaban instigando a los izquierdistas griegos para secuestrar otro país "libre" y arrastrarlo a patadas tras el Telón de Hierro.
Los vecinos estados comunistas de Bulgaria, Albania y, en particular, Yugoslavia, en parte motivados por antiguas reclamaciones territoriales contra Grecia, dieron ayuda a los insurgentes, permitiéndoles establecer refugios en sus fronteras y entregándoles armas y municiones (aunque sea discutible si fueron cantidades considerables o meramente simbólicas). La URSS, sin embargo, a través de la persona de Josef Stalin, " se oponía abiertamente a dar ayuda a los “camaradas” griegos. En una reunión con dirigentes yugoeslavos a principios de 1948 (a pocos meses de la ruptura de Yugoslavia con la URSS), según describió Milovan Djilas, segundo al mando de Tito, Stalin se volvió hacia el ministro de Relaciones Exteriores, Edvard Kardelj, y le pregunto: “¿Usted cree en el éxito de la revuelta en Grecia?" Kardelj replicó: “Sí. si no aumenta la intervención extranjera, y si no se cometen serios errores políticos y militares". Stalin continuó, sin prestar atención a la opinión de Kardelj: "¡Sí.., sí..! No, no tienen posibilidad de éxito alguna. ¿Cree, usted, que Gran Bretaña y Estados Unidos —Estados Unidos, el país más poderoso del mundo- vayan a permitirle romper su línea de comunicación en el Mediterráneo? Tonterías. Y no tienen Marina. La revuelta en Grecia debe ser detenida, y lo antes posible" (18).
Los mayores cargamentos navales de asistencia militar bajo la nueva operación norteamericana, arribaron en el verano de 1947. (Antes se habían enviado también cantidades significativas al Gobierno griego mientras los británicos estaban todavía al frente.) Hacia fines de año, los militares griegos estaban sostenidos por completo por la ayuda norteamericana, incluyendo su alimentación y uniformes. El potencial bélico de la nación se transformó: las fuerzas armadas crecieron de manera continua; se les proporcionaron bombarderos, escuadrones de transporte, aeropuertos, bombas de napalm, rifles sin retroceso, patrulleras navales, redes de comunicación; muelles, vías férreas, carreteras, puentes; cientos de millones de dólares en abastecimientos y equipos, hasta acercarse a mil millones desde el fin de la guerra mundial, y varios millones más para crear una “reserva armada secreta”, unidad de combate compuesta principalmente por ex miembros de los batallones de seguridad nazi a los que se hizo referencia antes (19).
La Misión Militar de EE.UU. se hizo cargo del desarrollo de los planes de combate en sustitución de los ineficientes generales griegos. La Misión, según relató el escritor militar británico mayor Edgar O’Ballance, “siguió una linea dura e insistió en que todas sus recomendaciones fuesen ejecutadas de inmediato y en toda su extensión” (20). Eventualmente, más de doscientos cincuenta oficiales norteamericanos se encontraron en el país, muchos asignados a divisiones del Ejército griego para asegurar la obediencia de sus directivos; otros operaban a nivel de brigada; otros doscientos miembros del personal de la fuerza aérea y naval de EE.UU. se hallaban también en servicio activo en Grecia.
Todos los métodos y programas de entrenamiento militar eran “revisados, revitalizados e intensificados” bajo la supervisión norteamericana (21); unidades de infantería adquirían mayor movilidad y se les incrementaba el poder de fuego; unidades de comandos especiales se entrenaban en tácticas de lucha contra guerrillas; también se daba entrenamiento para la lucha en las montañas, reforzado por la entrega de cuatro mil mulas [sic] enviadas por EE.UU. a Grecia; ante la insistencia norteamericana se desalojaron sectores completos de población para privar a los guerrilleros de su base natural de operaciones y fuente de reclutamiento, tal como se haría en Vietnam veinte años más tarde.
“Tanto en la tierra como en el aire, el apoyo norteamericano se estaba volviendo cada vez más activo [observó C.M. Woodhouse, el coronel e historiador británico que había servido en Grecia en la segunda mitad de los 40] y la línea teórica entre asesoramiento, inteligencia y combate efectivo resultaba muy delgada” (22).
Durante varios días no habíamos hablado de otra cosa [...] Al principio algunos de nosotros pensamos que era mentira. Tenía que serlo. Una invención de la propaganda nazi para elevar la moral de su pueblo. Escuchábamos los boletines de noticias en la radio alemana, difundidos por los altavoces, y sacudíamos las cabezas. Un truco para elevar la moral del pueblo alemán, tenía que ser eso. Pero pronto tuvimos que enfrentarnos a la evidencia. Algunos escuchamos en secreto las transmisiones de los Aliados, que confirmaban las noticias. No había dudas: tropas británicas estaban realmente aplastando a la resistencia griega. En Atenas se combatía duramente, las tropas inglesas estaban recuperando la ciudad de manos de las fuerzas ELAS, distrito por distrito. Era una pelea desigual: ELAS no tenía ni tanques ni aviones.El Ejército británico había llegado a Grecia durante octubre y noviembre de 1944, en cuanto se retiró el grueso de los alemanes; una evacuación que se debía en gran parte al ELAS (Ejército de Liberación del Pueblo), fundado entre 1941 y 1942 por iniciativa del Partido Comunista griego, así como a su ala política EAM, con la participación de toda la izquierda en el espectro político, que incluía numerosos sacerdotes, e incluso algunos obispos, entre sus seguidores. Los guerrilleros habían luchado en grandes áreas del país contra los invasores nazis, quienes habían expulsado a los británicos en 1941.
Pero Radio Moscú no había dicho nada y este silencio era interpretado de distintas formas. (1)
Los guerrilleros de ELAS/EAM pudieron haber sido rudos y vengativos con los griegos que no cooperaron con ellos o que eran sospechosos de colaborar con los alemanes, pero también habían proporcionado otro ejemplo dramático de los efectos liberadores de un mundo en guerra: se echaron a un lado las anquilosadas instituciones de la vieja Grecia y en su lugar se levantaron comunidades que, al menos en apariencia, eran dirigidas por sus residentes locales; se crearon mecanismos e instituciones que podrían haber sido las precursoras de una sociedad griega regenerada después de la guerra; se ofrecía educación, quizás impulsada por la propaganda, pero de todas formas educación para los analfabetos; se constituyeron batallones de mujeres, amas de casa- que por primera vez se emancipaban del control de sus esposos... un fenómeno, en fin, que se expandió en forma irresistible hasta que EAM llegó a contar con casi dos millones de griegos de una población de siete millones (2).
Este no era el tipo de orden social que calmaría las úlceras de los británicos resentidos (entre ellos Winston Churchill), quienes por mucho tiempo habían contemplado a Grecia como su propiedad privada. El Gran Hombre estaba decidido a restaurar al rey griego a su trono con todas sus implicaciones, y los militares británicos no perdieron tiempo en instalar un gobierno con tales fines. Monárquicos, quintacolumnistas y conservadores de todas clases se encontraron en posiciones de poder politico y a la cabeza del nuevo Ejército griego y la policía, mientras los miembros de ELAS/EAM iban a parar a la prisión o terminaban muertos (3).
En los primeros días de la guerra mundial, cuando derrotar a los nazis era el principal objetivo de los Aliados, Churchill se había referido a ELAS como “esas gallardas guerrillas”, y los seguidores de ELAS habían dado la bienvenida a los británicos en noviembre de 1944 con letreros que decían: "Saludamos al bravo ejército inglés. EAM” (4).
Pero en los meses siguientes estalló la lucha entre ELAS y las fuerzas británicas y sus aliados griegos, muchos de los cuales habían sido enemigos de ELAS durante la guerra y, en el proceso, colaboradores de los alemanes; otros simplemente habían servido a los alemanes (El secretario de Relaciones Exteriores británico, Ernest Bevin, reconoció en agosto de 1946 que 228 miembros en servicio activo en el nuevo Ejército griego, habían pertenecido anteriormente a los batallones de seguridad nazi cuya tarea principal había sido acabar con los combatientes de la resistencia griega, y con los judíos) (5). La campaña contra ELAS recibió luego apoyo de la Fuerza Aérea de EE.UU. y de su Marina, las cuales transportaron más de dos divisiones británicas hacia Grecia (6). Durante todo este tiempo continuaba la guerra contra los alemanes en el resto de Europa.
Un miembro de los "batallones griegos de seguridad", colaboradores de los nazis, ante el cadáver ahorcado de un hombre acusado de pertenecer a la Resistencia, durante la ocupación alemana. Fuente referencia aquí. El secretario de Relaciones Exteriores británico, Ernest Bevin, reconoció en agosto de 1946 que muchos miembros del nuevo Ejército griego apoyado por los británicos contra los comunistas del ELAS, habían pertenecido anteriormente a estos "batallones de seguridad". Lejos de ser juzgados y condenados, se convirtieron en fieles amigos y aliados de la política intervencionista de Churchill. |
Ataque británico, el 3 de diciembre de 1944, contra el Cuartel General del ELAS y EAM en Atenas. Fueron los primeros combates de las tropas británicas contra el EAM-ELAS, comenzando lo que se llamó la "Batalla de Atenas", en la que los aviones de la RAF llegaron a bombardear los barrios obreros atenienses bajo control del ELAS. Los británicos se reforzaron utilizando los Batallones de Seguridad que habían colaborado con los alemanes, renombrándolos con el nombre de "Batallones de la Guardia Nacional". Fuente de la foto aquí. |
A mediados de enero de 1945, ELAS acordó un armisticio, que tenía en verdad mucho de rendición. Hay discrepancias entre los historiadores acerca de si ELAS había sido derrotado militarmente o si la jerarquía comunista de ELAS/EAM recibió la orientación de Stalin de deponer las armas. Este último caso guardaba coherencia con el acuerdo entre Stalin y Churchill en octubre de 1944 que distribuía las esferas de influencia de ambas potencias en Europa del Este. En este cínico juego de monopolio (según reconoció el propio Churchill), Grecia había sido concedida a Gran Bretaña. Churchill escribió más tarde que Stalin “había respetado en forma estricta y fiel nuestro acuerdo de octubre, y durante las largas semanas de combates con los comunistas en las calles de Átenas no hubo ni una palabra de reproche por parte de Pravda o Izvestia” (7). Ni tampoco, como hizo notar Semprún, por parte de Radio Moscú.
"Es esencial recordar [ha señalado el profesor D. F. Fleming en su destacada historia sobre la Guerra Fría] que Grecia era el primero de los estados liberados que se veía obligado por la fuerza, en forma abierta, a aceptar el sistema político de la gran potencia de ocupación. Fue Churchill quien actuó primero, y Stalin quien siguió su ejemplo en Bulgaria y luego en Rumanía. aunque con mucho menos derramamiento de sangre" (8).
Una serie de gobiernos griegos se sucedieron bajo los auspicios de británicos y estadounidenses; gobiernos totalmente corrompidos en la moderna tradición griega, que continuaron aterrorizando a la izquierda y torturando a sus miembros en connotados campamentos de prisioneros en las islas griegas: gobiernos que no hicieron prácticamente nada para aliviar la miseria cotidiana del pueblo griego devastado por la guerra” (9). "Hay pocos ejemplos modernos de mal gobierno que se equiparen con éste“, observó el corresponsal jefe de CBS en Europa en aquel momento, Howard K. Smith (10).
En otoño de 1946 ocurrió lo inevitable. Los izquierdistas se fueron a las montañas a desarrollar la segunda fase de la guerra civil. Los comunistas se habían liberado de la presión de la mano de Stalin en sus gargantas, pues estaba en juego su propia supervivencia y todo aquello en lo que creían.
Los británicos se hallaban bajo el peso de su propia reconstrucción tras la guerra, y en febrero de 1947 informaron a EE.UU. que no podrían seguir manteniendo una gran fuerza armada en Grecia ni dar suficiente ayuda militar y económica al país. De este modo la tarea histórica de preservar la bondad y la decencia en la civilización occidental pasó a manos de los estadounidenses.
Varios dias más tarde, el Departamento de Estado citó al encargado de asuntos griegos en Washington y le informó que su Gobierno debía solicitar ayuda a EE.UU. Esto debía hacerse a través de una carta formal, un documento que, según se comprobó, sería escrito en esencia por el Departamento de Estado. El texto de la carta, informó más tarde el funcionario griego, “había sido redactado con miras a la mentalidad del Congreso [...] También serviría para proteger al Gobierno de EE.UU. contra acusaciones internas y externas por haber tomado la iniciativa de intervenir en un estado extranjero o de haber sido persuadidos por los británicos de recibir ‘de ellos un mal legado. La nota también serviría de base para conformar la opinión pública, lo cual estaba en estudio” (11).
En julio, en carta a Dwight Griswold, jefe de la Misión Americana en Grecia (AMAG), el secretario de Estado George Marshall decía:
Es posible que durante su estancia en Grecia usted y el embajador lleguen a la conclusión de que la efectividad de su misión estaría reforzada si se efectuara una reorganización del Gobierno griego. Si se alcanza esta conclusión, se espera que usted y el embajador sean capaces de procurar una reorganizáción tal, de ¡manera indirecta a través de sugerencias discretas y de otras formas, que incluso los líderes políticos griegos tengan la sensación de que la reorganización ha tenido lugar por ellos mismos y no por presiones externas. (12)El secretario también dio otras orientaciones a Griswold, un hombre del New York Times, más tarde conocido como “el hombre más poderoso de Grecia" (13):
Durante el curso de su trabajo, usted y los miembros de su misión encontrarán que ciertos funcionarios griegos no están, debido a su incompetencia, a la discrepancia con su política, o por alguna otra razón, prestando el tipo de cooperación necesaria para alcanzar los objetivos de su misión. En estos casos le resultará necesario sustituir a estos funcionarios. (14).Estas estrategias no fueron, sin embargo. las mas cínicas de las maniobras norteamericanas. Los funcionarios de Washington sabian bien que su nuevo cliente era tan venal y violador de los derechos humanos. que incluso norteamericanos anticomunistas firmes se sentían apabullados. Stewart Alsop era uno de estos. El 23 de febrero de 1947, el destacado periodista había cablegrafiado desde Atenas que la mayoría de los políticos griegos no tenían "más ambición que probar las provechosas delicias de la economía liberal a expensas de los norteamericanos” (15). Ese mismo año, un equipo de investigadores de EE.UU. encontró grandes cantidades de alimentos enviados como ayuda pudriéndose en almacenes en un momento en que se estimaba que el 75% de los niños griegos sufrían de mal nutrición" (16).
Era tan dificil edulcorar este panorama que el presidente Truman, en su discurso ante el Congreso en marzo de 1947, al solicitar ayuda para Grecia sobre la base de la "petición" de ese país (el discurso de la “Doctrina Truman"), intentó prevenir las críticas admitiendo que el Gobierno griego “no era perfecto" y que “había cometido errores". Sin embargo, de algún modo, por medio de una alquimia ideológica bien conocida por el presidente, el régimen de Atenas era “democrático” y sus oponentes, los familiares "terroristas" (17).
No hubo mención de la URSS en este discurso en particular, pero en los dos años y medio siguientes se convirtió en un concepto proverbial el que los rusos estaban instigando a los izquierdistas griegos para secuestrar otro país "libre" y arrastrarlo a patadas tras el Telón de Hierro.
Los vecinos estados comunistas de Bulgaria, Albania y, en particular, Yugoslavia, en parte motivados por antiguas reclamaciones territoriales contra Grecia, dieron ayuda a los insurgentes, permitiéndoles establecer refugios en sus fronteras y entregándoles armas y municiones (aunque sea discutible si fueron cantidades considerables o meramente simbólicas). La URSS, sin embargo, a través de la persona de Josef Stalin, " se oponía abiertamente a dar ayuda a los “camaradas” griegos. En una reunión con dirigentes yugoeslavos a principios de 1948 (a pocos meses de la ruptura de Yugoslavia con la URSS), según describió Milovan Djilas, segundo al mando de Tito, Stalin se volvió hacia el ministro de Relaciones Exteriores, Edvard Kardelj, y le pregunto: “¿Usted cree en el éxito de la revuelta en Grecia?" Kardelj replicó: “Sí. si no aumenta la intervención extranjera, y si no se cometen serios errores políticos y militares". Stalin continuó, sin prestar atención a la opinión de Kardelj: "¡Sí.., sí..! No, no tienen posibilidad de éxito alguna. ¿Cree, usted, que Gran Bretaña y Estados Unidos —Estados Unidos, el país más poderoso del mundo- vayan a permitirle romper su línea de comunicación en el Mediterráneo? Tonterías. Y no tienen Marina. La revuelta en Grecia debe ser detenida, y lo antes posible" (18).
Los mayores cargamentos navales de asistencia militar bajo la nueva operación norteamericana, arribaron en el verano de 1947. (Antes se habían enviado también cantidades significativas al Gobierno griego mientras los británicos estaban todavía al frente.) Hacia fines de año, los militares griegos estaban sostenidos por completo por la ayuda norteamericana, incluyendo su alimentación y uniformes. El potencial bélico de la nación se transformó: las fuerzas armadas crecieron de manera continua; se les proporcionaron bombarderos, escuadrones de transporte, aeropuertos, bombas de napalm, rifles sin retroceso, patrulleras navales, redes de comunicación; muelles, vías férreas, carreteras, puentes; cientos de millones de dólares en abastecimientos y equipos, hasta acercarse a mil millones desde el fin de la guerra mundial, y varios millones más para crear una “reserva armada secreta”, unidad de combate compuesta principalmente por ex miembros de los batallones de seguridad nazi a los que se hizo referencia antes (19).
La Misión Militar de EE.UU. se hizo cargo del desarrollo de los planes de combate en sustitución de los ineficientes generales griegos. La Misión, según relató el escritor militar británico mayor Edgar O’Ballance, “siguió una linea dura e insistió en que todas sus recomendaciones fuesen ejecutadas de inmediato y en toda su extensión” (20). Eventualmente, más de doscientos cincuenta oficiales norteamericanos se encontraron en el país, muchos asignados a divisiones del Ejército griego para asegurar la obediencia de sus directivos; otros operaban a nivel de brigada; otros doscientos miembros del personal de la fuerza aérea y naval de EE.UU. se hallaban también en servicio activo en Grecia.
Todos los métodos y programas de entrenamiento militar eran “revisados, revitalizados e intensificados” bajo la supervisión norteamericana (21); unidades de infantería adquirían mayor movilidad y se les incrementaba el poder de fuego; unidades de comandos especiales se entrenaban en tácticas de lucha contra guerrillas; también se daba entrenamiento para la lucha en las montañas, reforzado por la entrega de cuatro mil mulas [sic] enviadas por EE.UU. a Grecia; ante la insistencia norteamericana se desalojaron sectores completos de población para privar a los guerrilleros de su base natural de operaciones y fuente de reclutamiento, tal como se haría en Vietnam veinte años más tarde.
“Tanto en la tierra como en el aire, el apoyo norteamericano se estaba volviendo cada vez más activo [observó C.M. Woodhouse, el coronel e historiador británico que había servido en Grecia en la segunda mitad de los 40] y la línea teórica entre asesoramiento, inteligencia y combate efectivo resultaba muy delgada” (22).
Los izquierdistas griegos se mantuvieron luchando por tres años. A pesar de sufrir numerosas bajas, siempre podían rearmar sus fuerzas, e incluso incrementarlas. Pero en octubre de 1949, previendo que sólo les esperaba mayor pérdida de vidas, ante una máquina destructiva infinitamente superior, los guerrilleros anunciaron por radio el “cese del fuego”. Era el fin de la guerra civil.
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Harry S. Truman, durante su intervención en el Congreso el 11 de marzo de 1947, para abordar la cuestión de la guerra civil en Grecia. Su discurso se conoció más tarde como la "Doctrina Truman", que defiende y justifica la intervención -por cualquier medio- en aquellos países en los que existiese el riesgo de una evolución política hacia el Socialismo, caso de Grecia. A partir de ahí, "los norteamericanos comenzaron a instalar bases militares en Grecia y Turquía y aumentaron el número de soldados en Europa occidental. Forzaron la expulsión de la influencia comunista con ayudas económicas en países como Francia, Italia, Bélgica y Dinamarca" (fuente). Grecia fue el comienzo de la aplicación de tal doctrina. |
La extensión de la hegemonía norteamericana sobre Grecia a partir de 1947 no puede ser objeto de exageración; hemos visto las directivas de Marshall a Griswold, y la forma en que EE.UU. manejó la campaña militar. Hay muchas otras manifestaciones del mismo fenómeno, daremos algunas como ejemplo:
En septiembre de 1947, el viceprimer ministro Constantine Tsaldaris aceptó disolver el Gobierno para formar una nueva coalición. Al hacerlo, expresó el New York Times, Tsaldaris había “cedido a los deseos de Dwight P. Griswold [...] del embajador [norteamericano] MacVeagh, y también del rey” (23). Antes de que Tsaldaris se dirigiera a la legislatura griega para exponer este asunto, MacVeagh se acercó a él para hacer un cambio en su discurso (24).
En los años siguientes, cada uno de los frecuentes cambios de primer ministro se produjo sólo después de considerables presiones norteamericanoa, cuando no por una exigencia directa (25). Un ejemplo de esto último ocurrió en 1950, cuando el entonces embajador Henry Grady envió una carta al primer ministro Venizelos en la cual amenazaba con cortar la ayuda norteamericana si no se reorganizaba el Gobierno. Venizelos se vio obligado a abandonar el poder (26). La influencia estadounidense también se hizo sentir con respecto a otras altas posiciones de la sociedad griega. Andreas Papandreou, quien más tarde se convertiría en primer ministro, ha escrito sobre este período que “los miembros del gabinete, dirigentes de partidos politicos y miembros de la oficialidad, todos hacían alusiones directas a los deseos o puntos de vista norteamericanos a fin de justificar o explicar sus propias acciones o posiciones" (27).
Antes de llevar a cabo nuevas represalias contra los disidentes en julio de 1947, las autoridades griegas se acercaron al embajador MacVeagh. Éste les informó que el Gobierno de EE.UU. no pondría objeción a “medidas preventivas si eran consideradas necesarias”. Con esta reafirmación, los griegos detuvieron a cerca de cuatro mil personas en una semana (28).
Un ejemplo de lo que podría llevar a un ciudadano griego a prisión es el caso de un miembro de EAM, sentenciado a dieciocho meses de cárcel por haber impreso comentarios considerados insultantes con respecto a Dwight P. Griswold. Se había referido a este último como “el representante oficial de una nación extranjera" (29).
“En la esfera económica [anotaba Andreas Papandreou] [Estados Unidos] ejercía un poder casi dictatorial durante los inicios de los cincuenta y se requería que apareciese la firma del jefe de la misión económica norteamericana junto a la del ministro griego de Coordinación en cualquier documento importante” (30).
Antes de eso la administración estadounidense de la economía pudo haber sido aún más estricta. Un memorándum enviado desde Atenas el 17 de noviembre de 1947 por la Misión Norteamericana de Ayuda a Grecia al Departamento de Estado en Washington, decía en una de sus partes: “[...] hemos establecido un control práctico [...] sobre el presupuesto nacional, los impuestos, la emisión de divisas, las políticas de precio y salario y el planeamiento económico estatal, al igual que sobre importaciones y exportaciones, la política de cambio monetario y la dirección de la reconstrucción militar y gastos asistenciales” (31).
Estaba, además, la creación de una nueva agencia de seguridad interna, nombrada y diseñada a semejanza de la CIA (KYP en Grecia). En poco tiempo la KYP estaba desarrollando todas las prácticas preferidas por la policía secreta en todas partes, incluyendo la tortura sistemática.
A inicios de los 50, Grecia había sido moldeada como un cliente aliado de entera confianza para Estados Unidos. Era anticomunista de manera rabiosa y se integraba bien en el sistema de la OTAN. Envió tropas a Corea para apoyar la afirmación de EE.UU. de que no se trataba de una guerra norteamericana.
Es evidente que si la izquierda hubiese ocupado el poder, Grecia hubiera tenido una independencia mucho mayor de Estados Unidos. También habría sido independiente de la URSS, a la que la izquierda griega no debía nada. Al igual que Yugoslavia, que también comparte fronteras con la URSS, Grecia hubiera mantenido amistad con los rusos, pero habría seguido su propio rumbo.
Cuando en 1964 subió al poder un gobierno que acarició la idea novedosa de que Grecia era una nación soberana, EE.UU. y sus cohortes griegas extirparon con rapidez esta herejía, como veremos posteriormente [nota del blog: se trata del cap. 35: Grecia 1964-l974. “Gáguense en el Parlamento y en la Constitución”, dijo el presidente de Estados Unidos. Pulsa en el enlace para acceder].
William Blum
Notas
(1) Jorge Semprún: What a Beautiful Sunday! Londres, 1983, pp. 26-27; Semprún escribió los guiones de Z y La Guerre est Finie.
(2) Para un resumen de algunos de los textos acerca de ELAS y EAM ver Todd Gitlin: "Counter-Insurgency: Myth and Reality in Greece”, en David Horowitz, ed.: Containment and Revolution. Boston 1967, pp. 142-147. Ver también D. F. Fleming: The Cold War and its Origins 1917-1960. Doubleday & Co., New York, 1961, pp. 183-185; Howard K. Smith: The State of Eurape. Londres, 1950, pp, 225-230; William Hardy McNeill: The Greek Dilemma: War and Aftermath. U.S., 1947, passim.
(3) Para conocer sobre la totalmente inescrupulosa política británica en Grecia y sus tratos con colaboradores entre 1944 y 1946, Ver Fleming, p. 174-187; Smith, pp. 227-231 y 234; Lawrence S. Wittner: American Intervention in Greece 1943-1949. Columbia University Press, New York, 1982, passim.
(4) Cita de Churchill en Kati Marton: The Polk Conspiracy: Murder and Cover Up in the Case of CBS News Correspondent George Polk. New' ork, 1990, p. 23. Sobre el cartel de EAM existe un registro fílmico realizado por la Hearst Metrotone News el 3 de noviembre de 1944 (copia en poder del autor).
(5) Parliamentary Debates, House of Commons, 16 de octubre de 1946, columna 887 (aquí se hace referencia a la declaración de Bevin del 10 de agosto). Ver también Christopher Simpson: Blowback: America's Recruitment of Nazis and its Effects on the Cold War. New York, 1988, p. 81.
(6) Gitlin, p, 157; Wittner, p. 25.
(7) Winston Churchill: The Second World War. Vol. VI Triumph and Tragedy, Londres, 1954, pp. 198 y 255. Para mayores evidencias sobre la no intervención soviética ver Wittner, pp. 26-27.
(8) Fleming, p. 182; también ver Smith, p. 228.
(9) Ver fuentes relacionadas en las notas 2 y 3, y también James Becket: Barbarism in Greece. New York, 1970, p. 6; Richard Barnet: Intervention and Revolution. Londres, 1970, pp. 99-101; Edgar O’Ballance, The Greek Civil War, 1944-1949. Londres, 1966, pp. 155 y 167.
(10) Smith, p.232. Para tener una imagen completa de lo terrible del Gobierno griego en aquel período ver Marton: op. cit., passim. Este libro recoge la historia de cómo las autoridades griegas, con la aprobación de EE. UU. fabricaron un caso para probar que el corresponsal de CBS George Polk había sido asesinado por comunistas y no por el Gobierno, debido a que iba a revelar evidencias de la corrupción del primer ministro.
(11) Stephen G. Xydis: Greece and the Great Powers, 1944-1947. Institute for Balkan Studies, Thessaloniki, Grecia, 1963, p. 479. Información tomada de los archivos de la Embajada griega en Washington.
(12) Foreign Relations of the United States, 1947. Vol. V, U.S Government Printing Office, Washington, 1971, p. 222.
(13) New York Times Magazine, 12 de octubre de 1947, p. 10.
(14) Foreing Relations..., Vol. cit., pp. 222-223.
(15) Citado en Fleming, p. 444.
(16) Barnet, p. 109.
(17) Public Papers of the Presidents of the United States: Harry S. Truman, 1947. U.S. Government Printing Office, Washington, 1963, p. 177.
(18) Milovan Djilas: Conversations with Stalin. Londres, 1962, p.164. Djilas fue encarcelado en 1962 por divulgar secretos de Estado en este libro.
(19) Para mayores detalles acerca del esfuerzo militar norteamericano ver:
a) O’Ballance, passim.
b) Wittner, p. 242.
c) Informe de la CIA al presidente, marzo de 1948, anexos D y F, en Declassified Documents Reference System. Arlington, Va., 1977, documento 168A.
d) Memorándum interno del Departamento del Ejército, 15 de junio de 1954, DDRS 1980, documento 253C.
e) Simpson, pp, 81-82 (Reserva secreta del Ejército).
(20) O’Ballance, p. 156.
(21) Ibid., p. 173.
(22) Christopher M. Woodhouse: The Struggle for Greece, 1941-1949. Londres, 1976, pp. 260-261.
(23) New York Times, 28 de agosto de 1947, p. 1. 5 de septiembre, p. 1.
(24) Foreign Relations..., Vol. cit., p. 327.
(25) John O. Iatrides: “American Attitudes Toward the Political System of Postwar Greece”, en Theodore A. Couloumbis y John O. Iatrides, eds.: Greek-American Relations: A Critical Review. New York, 1980, pp. 64-65; Lawrence Stern: The Wrong Horse: The Politics of Intervention and the Failure of American Diplomacy. Times Books, New York, 1977, pp. 16-17.
(26) Philip Deane: I Should Have Died. Atheneum, New York, 1977, pp. 102, 103; Andreas Papandreou: Democracy at Gunpoint. Doubleday, New York, 1970, pp. 84-85.
(27) Papandreou, p. 80.
(28) New York Times, 13 de julio de 1947, p. 11.
(29) Ibid., 11 de septiembre de 1947, p. 19; 17 de octubre de 1947, p. 11.
(30) Papandreou, p. 5.
(31) Enviado por Horace Smith de AMAG; Archivos Nacionales de EE.UU., Record Group 59, citado en Michael M. Amen: American Foreign Policy in Greece 1944/1949: Economic, Military and Institutional Aspects. Peter Lang Ltd., Frankfurt, Alemania Occidental, 1978, pp. 114-115.
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(1) Jorge Semprún: What a Beautiful Sunday! Londres, 1983, pp. 26-27; Semprún escribió los guiones de Z y La Guerre est Finie.
(2) Para un resumen de algunos de los textos acerca de ELAS y EAM ver Todd Gitlin: "Counter-Insurgency: Myth and Reality in Greece”, en David Horowitz, ed.: Containment and Revolution. Boston 1967, pp. 142-147. Ver también D. F. Fleming: The Cold War and its Origins 1917-1960. Doubleday & Co., New York, 1961, pp. 183-185; Howard K. Smith: The State of Eurape. Londres, 1950, pp, 225-230; William Hardy McNeill: The Greek Dilemma: War and Aftermath. U.S., 1947, passim.
(3) Para conocer sobre la totalmente inescrupulosa política británica en Grecia y sus tratos con colaboradores entre 1944 y 1946, Ver Fleming, p. 174-187; Smith, pp. 227-231 y 234; Lawrence S. Wittner: American Intervention in Greece 1943-1949. Columbia University Press, New York, 1982, passim.
(4) Cita de Churchill en Kati Marton: The Polk Conspiracy: Murder and Cover Up in the Case of CBS News Correspondent George Polk. New' ork, 1990, p. 23. Sobre el cartel de EAM existe un registro fílmico realizado por la Hearst Metrotone News el 3 de noviembre de 1944 (copia en poder del autor).
(5) Parliamentary Debates, House of Commons, 16 de octubre de 1946, columna 887 (aquí se hace referencia a la declaración de Bevin del 10 de agosto). Ver también Christopher Simpson: Blowback: America's Recruitment of Nazis and its Effects on the Cold War. New York, 1988, p. 81.
(6) Gitlin, p, 157; Wittner, p. 25.
(7) Winston Churchill: The Second World War. Vol. VI Triumph and Tragedy, Londres, 1954, pp. 198 y 255. Para mayores evidencias sobre la no intervención soviética ver Wittner, pp. 26-27.
(8) Fleming, p. 182; también ver Smith, p. 228.
(9) Ver fuentes relacionadas en las notas 2 y 3, y también James Becket: Barbarism in Greece. New York, 1970, p. 6; Richard Barnet: Intervention and Revolution. Londres, 1970, pp. 99-101; Edgar O’Ballance, The Greek Civil War, 1944-1949. Londres, 1966, pp. 155 y 167.
(10) Smith, p.232. Para tener una imagen completa de lo terrible del Gobierno griego en aquel período ver Marton: op. cit., passim. Este libro recoge la historia de cómo las autoridades griegas, con la aprobación de EE. UU. fabricaron un caso para probar que el corresponsal de CBS George Polk había sido asesinado por comunistas y no por el Gobierno, debido a que iba a revelar evidencias de la corrupción del primer ministro.
(11) Stephen G. Xydis: Greece and the Great Powers, 1944-1947. Institute for Balkan Studies, Thessaloniki, Grecia, 1963, p. 479. Información tomada de los archivos de la Embajada griega en Washington.
(12) Foreign Relations of the United States, 1947. Vol. V, U.S Government Printing Office, Washington, 1971, p. 222.
(13) New York Times Magazine, 12 de octubre de 1947, p. 10.
(14) Foreing Relations..., Vol. cit., pp. 222-223.
(15) Citado en Fleming, p. 444.
(16) Barnet, p. 109.
(17) Public Papers of the Presidents of the United States: Harry S. Truman, 1947. U.S. Government Printing Office, Washington, 1963, p. 177.
(18) Milovan Djilas: Conversations with Stalin. Londres, 1962, p.164. Djilas fue encarcelado en 1962 por divulgar secretos de Estado en este libro.
(19) Para mayores detalles acerca del esfuerzo militar norteamericano ver:
a) O’Ballance, passim.
b) Wittner, p. 242.
c) Informe de la CIA al presidente, marzo de 1948, anexos D y F, en Declassified Documents Reference System. Arlington, Va., 1977, documento 168A.
d) Memorándum interno del Departamento del Ejército, 15 de junio de 1954, DDRS 1980, documento 253C.
e) Simpson, pp, 81-82 (Reserva secreta del Ejército).
(20) O’Ballance, p. 156.
(21) Ibid., p. 173.
(22) Christopher M. Woodhouse: The Struggle for Greece, 1941-1949. Londres, 1976, pp. 260-261.
(23) New York Times, 28 de agosto de 1947, p. 1. 5 de septiembre, p. 1.
(24) Foreign Relations..., Vol. cit., p. 327.
(25) John O. Iatrides: “American Attitudes Toward the Political System of Postwar Greece”, en Theodore A. Couloumbis y John O. Iatrides, eds.: Greek-American Relations: A Critical Review. New York, 1980, pp. 64-65; Lawrence Stern: The Wrong Horse: The Politics of Intervention and the Failure of American Diplomacy. Times Books, New York, 1977, pp. 16-17.
(26) Philip Deane: I Should Have Died. Atheneum, New York, 1977, pp. 102, 103; Andreas Papandreou: Democracy at Gunpoint. Doubleday, New York, 1970, pp. 84-85.
(27) Papandreou, p. 80.
(28) New York Times, 13 de julio de 1947, p. 11.
(29) Ibid., 11 de septiembre de 1947, p. 19; 17 de octubre de 1947, p. 11.
(30) Papandreou, p. 5.
(31) Enviado por Horace Smith de AMAG; Archivos Nacionales de EE.UU., Record Group 59, citado en Michael M. Amen: American Foreign Policy in Greece 1944/1949: Economic, Military and Institutional Aspects. Peter Lang Ltd., Frankfurt, Alemania Occidental, 1978, pp. 114-115.
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Apéndice del blog.
Repertorio cronológico de los momentos más significativos para comprender mejor este capítulo del libro de Blum.
Por Blog del viejo topo
1821. Nace el estado griego contemporáneo (Primera República griega, 1822-1832). La clase dirigente griega declara la independencia de Grecia del Imperio Turco, con Francia e Inglaterra como aliados. Período de guerras greco-turcas hasta 1929 (Tratado de Adrianópolis).
Repertorio cronológico de los momentos más significativos para comprender mejor este capítulo del libro de Blum.
Por Blog del viejo topo
1821. Nace el estado griego contemporáneo (Primera República griega, 1822-1832). La clase dirigente griega declara la independencia de Grecia del Imperio Turco, con Francia e Inglaterra como aliados. Período de guerras greco-turcas hasta 1929 (Tratado de Adrianópolis).
1832. Las potencias europeas imponen la monarquía en Grecia, con un rey prusiano, Otón de Baviera. Depuesto en 1862, el gobierno británico impuso como nuevo rey al príncipe Jorge (de la casa real de Dinamarca), dando comienzo una dinastía griega que, salvo intervalos de tiempo, se mantendrá hasta la abolición definitiva de la monarquía en Grecia en 1973.
1924. Segunda República Griega (1824-1935), tras celebrarse un referéndum en abril de ese año.
1935. Restauración monárquica.
1936-1941. Se instaura un régimen fascista en Grecia, con la dictadura del general Ioannis Metaxas, inspirado en el nacional-socialismo alemán.
1940, 28 de octubre. La Italia fascista invade Grecia desde Albania (ocupada por Italia desde abril de 1939). La invasión es rechazada por el Ejército griego y los italianos se retiran. Paradoja: un país fascista invadió otro país fascista.
1941, 6 de abril. El ejército nazi y de la Italia fascista comienza la invasión definitiva de Grecia, apoyados también por tropas búlgaras.
1941, septiembre. El 27 de septiembre de 1941, a instancias del KKE se crea oficialmente el EAM, Frente de Liberación Nacional, principal organización política de la Resistencia, adoptando un formato de "frente popular". Siete meses después se constituye oficialmente el brazo armado, el ELAS.
1941-1944. Primera fase de la guerra civil, coincidiendo con la ocupación germano-italiana. Enfrenta a la resistencia del ELAS-EAM con aquellos grupos conservadores, y monárquicos que también se oponían a la ocupación nazi (EDES, Liga Griega Nacional Republicana, y EKKA, Liberación Nacional y Social). Más tarde, el EAM acusó a EDES de colaboracionismo con las fuerzas de ocupación nazis. El enfrentamiento armado entre EDES y ELAS alcanza su momento álgido a partir de 1943. Dicha fase terminaría en septiembre-octubre de 1944 con la retirada de los nazis.
1942, abril. Se funda oficialmente en abril el ELAS, Ejército Popular de Liberación Nacional, como organización militar del EAM.
1944, marzo. El EAM forma un gobierno clandestino, conocido como "Comité Político de Liberación Nacional" o PEEA. Duró 6 meses.
1944, septiembre. A instancias británicas, los monárquicos griegos forman un gobierno de "unidad nacional" en el exilio (2 de septiembre de 1944) encabezado por Georgios Papandreu, con mayoría de monárquicos, conservadores e incluso ex-colaboradores nazis. ELAS/EAM no lo reconoce.
1944, septiembre. Los alemanes inician su retirada de la Grecia continental, provocada por los avances de la guerrilla del ELAS y del Ejército Rojo en el sureste de Europa (en avance por Bulgaria y Rumanía), para evitar verse envuelto en un callejón sin salida. La retirada se completa a principios de octubre. Esto pone fin también a la primera etapa de la guerra civil, con un breve período de calma.
1944, octubre. Comienzan a llegar los primeros efectivos militares británicos, con el desembarco en Patras, el 4 de octubre, de la 2ª Brigada Aerotransportada. Las urgencia y prisas de Churchill por desembarcar en suelo griego, no era algo motivado por impedir la retirada alemana, sino para tratar de evitar que el EAM-ELAS se hiciese con el control completo del país y, en especial, de Atenas (Carlos Caballero). Las órdenes de Churchill eran evitar a toda costa que el ELAS ocupase Atenas.
1944-1946. Segunda etapa de la guerra civil. Etapa muy corta, que comenzaría con la llegada a Grecia de los británicos y del gobierno monárquico formado en el exilio bajo la tutela y patrocinio británico.
1944, diciembre. El 3 de diciembre tienen lugar, en Atenas, los primeros combates entre el EAM-ELAS y las tropas británicas que apoyan la monarquía. Ese día los tanques británicos asaltan y arrasan el Cuartel General del ELAS en Atenas. Aviones de la RAF bombardean los barrios obreros de Atenas controlados por ELAS. En la batalla de Atenas, los británicos se refuerzan "utilizando los Batallones de Seguridad que habían colaborado con los alemanes", renombrándolos como "Batallones de la Guardia Nacional" (Carlos Caballero). Los enfrentamientos se extienden por toda Grecia. Los monárquicos consiguen mantener bajo su control Atenas y Salónica, pero el ELAS controla prácticamente el resto del país.
1944, diciembre. Presiones y fuertes críticas de importantes medios ingleses contra la campaña militar. Movilización de los sindicatos ingleses contra las brutalidades atribuidas a los paracaidistas británicos.
1945, enero. Las presiones obligan al gobierno británico a realizar una oferta de alto el fuego el día 7 de enero, proponiendo un armisticio. La URSS presiona al KKE y éste impone la aceptación del armisticio, firmado el 11 de enero. Período de pausa en la guerra civil.
1945, febrero. El 12 de febrero se firma el Pacto de Varkiza: el rey cede temporalmente el poder a un regente y su gobierno y el EAM-ELAS acuerdan la celebración de una consulta popular para decidir el modelo de organización del Estado.
1945, febrero-marzo. A pesar del acuerdo firmado, se inicia una escalada de persecución y represión contra los comunistas por toda Grecia, contras sus familias e incluso contra simples simpatizantes: "La espiral de violencia incluye palizas, ejecuciones, asesinatos, desapariciones, encarcelamientos masivos y confinamiento en campos de concentración. Además se condena a diez veces más guerrilleros del ELAS que a colaboracionistas, que precisamente son absorbidos por la derecha, encuadrados en el Ejército u otros cuerpos de seguridad del Estado y utilizados para sus operaciones de castigo" (Rodríguez Milán). Esto provoca la huída de los comunistas y simpatizantes a las montañas en espera de una solución. "Los miembros del desintegrado EAM-ELAS y sus simpatizantes, abandonados a su suerte y perseguidos con saña se encuentran con un dilema: esperar la detención en casa y morir, o huir a las montañas y combatir" (Ibíd.)
1946-1949. La solución nunca llegará. El gobierno es incapaz de controlar la caza de brujas contra los comunistas. Entre marzo de 1946 y octubre de 1949, tiene lugar la tercera fase de la guerra civil.
1946, octubre. A partir de octubre de 1946, la guerrilla comunista renace en el norte de Grecia como Ejército Democrático de Grecia (DSE), con 11.000 combatientes liderados por Marcos Vafiadisy, un veterano de la resistencia del ELAS contra los nazis. Desde el norte se espera poder recibir apoyo de Albania, Yugoslavia y Bulgaria, aunque luego la realidad no sería como el KKE había esperado.
1947, septiembre. El Comité Central del KKE huye a las montañas, después de haber sido ilegalizado.
1947, diciembre. El Comité Central del KKE crea el Gobierno Democrático Provisional (PDK), popularmente conocido como "Gobierno de la Montaña”.
1948, julio. Ruptura entre la URSS y Yugoslavia. El KKE se alinea con Stalin contra Tito, quien cierra la frontera con Grecia como respuesta, suspendiendo la ayuda a la guerrilla. La URSS, no obstante, tampoco se muestra partidaria de apoyar a la guerrilla comunista griega.
1949, marzo. El 1 de marzo, el KKE anuncia por radio la intención de crear una república socialista independiente en Macedonia, lo que suponía plantear la fragmentación de Grecia. En una sociedad griega fuertemente nacionalista, esto fue aprovechado por el gobierno como propaganda contra el KKE, presentando a los comunistas como traidores a la patria helénica (los comunistas son calificados de caballo de troya eslavo para destruir Grecia). Esto le hará perder mucho apoyo popular. Por otro lado, la ayuda militar masiva de EE.UU. y RU al gobierno desde el primer momento, y la falta de apoyo externo al KKE, acaba debilitando definitivamente su posición en la guerra.
1949, octubre. Finalmente, ante la imposibilidad de seguir manteniendo la lucha, el DSE anuncia por radio el alto el fuego; los sectores que quedaban abandonan Grecia por la frontera con Albania, asentándose luego en diferentes países del bloque socialista. La dirección del KKE se instala en Bucarest.
Fuentes:
Roberto Rodríguez Milán, "Confrontaciones civiles en la Europa mediterránea: Materiales para el estudio de la guerra civil griega", separata del nº 8 de Hispania Nova, Revista de Historia Contemporánea, 2008.
Ed Vulliamy / Helena Smith: "Atenas 1944: El vergonzoso secreto de Gran Bretaña", traducción al castellano realizada y publicada el 20-12-2014 por Viento Sur, a partir del original en inglés publicado en The Guardian ("Athens 1944: Britain’s dirty secret", 30-11-2014)
"Algunas cuestiones sobre la guerra civil en Grecia", en nodo50.org. Sin firma ni fecha.
Alexandra Dibízheva: "La guerra secreta de Gran Bretaña", en mundo.sputniknews.com, 12-8-2013.
Carlos Caballero: "Octubre de 1944: principio de la guerra fría", en www.oocities.org y El Mundo, 19-10-1994.
Roberto Rodríguez Milán, "Confrontaciones civiles en la Europa mediterránea: Materiales para el estudio de la guerra civil griega", separata del nº 8 de Hispania Nova, Revista de Historia Contemporánea, 2008.
Ed Vulliamy / Helena Smith: "Atenas 1944: El vergonzoso secreto de Gran Bretaña", traducción al castellano realizada y publicada el 20-12-2014 por Viento Sur, a partir del original en inglés publicado en The Guardian ("Athens 1944: Britain’s dirty secret", 30-11-2014)
"Algunas cuestiones sobre la guerra civil en Grecia", en nodo50.org. Sin firma ni fecha.
Alexandra Dibízheva: "La guerra secreta de Gran Bretaña", en mundo.sputniknews.com, 12-8-2013.
Carlos Caballero: "Octubre de 1944: principio de la guerra fría", en www.oocities.org y El Mundo, 19-10-1994.
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Índice del libro
(Los capítulos con hipevínculo están publicados en el blog; pulsa sobre ellos para acceder al contenido)
5. Corea 1945-1953: ¿fue todo lo que pareció ser?
6. Albania 1949-1953: el correcto espía inglés.
7. Europa del Este 1948-1956: operación factor fragmentante.
l0. Guatemala 1953-1954. Con el mundo por testigo.
11. Costa Rica. Mediados de los 50. Tratando de derribar a un aliado. Parte I.
12. Siria 1956-l957. Comprando un nuevo gobierno.
13. Medio Oriente 1957-1958. La Doctrina Eisenhower reclama otro patio para Norteamérica.
16. Guayana Británica 1953-l964. La mafia sindical internacional de la CIA.
20. Camboya 1955-1973. El príncipe Sihanouk camina en al cuerda floja de la neutralidad.
21. Laos 1957-1973. L’Armée Clandestine.
22. Haítí 1959-1963. Los marines desembarcan de nuevo.
23. Guatemala 1960. Un buen golpe merece otro.
24. Francia-Argelia. Años 60. L’état, c’est la CIA (El Estado es al CIA).
26. El Congo 1960-1964. El asesinato de Patricio Lumumba.
27. Brasil 1961-1964. Presentando el maravilloso mundo de los Escuadrones de la Muerte.
28. Perú 1960-1965. Fort Bragg se traslada a al selva.
29. República Dominicana 1960-1966. Deshacerse de la democracia para salvarla del comunismo.
32. Ghana 1966. Kwane Nkrumah se sale de la línea.
33. Uruguay 1964-1970. Tortura, tan norteamericana como el pastel de manzana.
36. Bolivia 1964-l975. Tras la huella del Che Guevara en la tierra del coup d´état.
37. Guatemala. 1962 hasta los 80. Una “solución final” menos publicada.
38. Costa Rica 1970-1971. Tratando de derribar a un aliado, parte II.
39. lraq 1972-1975. Las acciones encubiertas no deben ser confundidas con trabajo de misioneros.
40. Australia 1973-1975. Otra elección libre que muerde el polvo.
4l. Angola. 1975 hasta los años 80. El juego de póker de las grandes potencias.
42. Zaire 1975-1978. Mobutu y la CIA, un matrimonio hecho en el cielo.
43. Jamaica 1976-1980. El ultimátum de Kissinger.
45. Granada 1979-1984. La mentira, una de las pocas industrias surgidas en Washington.
46. Marruecos 1983. Una jugada sucia con vídeo.
47. Surinam 1982-1984. Una vez más el famoso cubano.
48. Libia 1981-1989. Ronald Reagan encuentra la horma de su zapato.
50. Panamá 1969-1991. Traicionando a nuestro suministrador de drogas.
52. Iraq 1990-1991. El holocausto del desierto.
54. El Salvador 1980-1994. Derechos humanos al estilo de Washington.
55. Haití 1986-1994. ¿Quién me librará de este cura revoltoso?
Notas
Anexo 1. Así es como circula el dinero.
Lo relatado en esta entrada me trae a la memoria unos planos de la película Novecento. Cuando al final del Fascismo Olmo Dalcò da la orden a los componentes de la Resistencia de entrega de las armas. Es una política similar a la que se proponía para la desmovilización de los comunistas griegos.
ResponderEliminarDespués del “Giro de Salerno” del PCI en Italia, donde se cambió la política de este partido para pasar a construir una república y luchar de forma pacífica en las elecciones, es similar.
El 14 de julio de 1948 se produjo un atentado contra Togliatti, un joven le disparó cuatro tiros al salir del Parlamento. Togliatti fue hospitalizado en estado grave, operado, tuvieron que hacerle una transfusión de sangre. El PCI y la CGIL convocaron huelga general, muchas fábricas fueron tomadas por los trabajadores. El clima era tal que el gobierno temía una nueva “Marcha sobre Roma”. Estando hospitalizado, desde la cama y en mal estado, Togliatti habló por radio, no había TV, al país pidiendo que se normalizara la vida en Italia.
He pensado muchas veces en ese momento que mencionas de Novecento, de las entrega de las armas :)
EliminarAlguna vez lo comentamos tú y yo. Soy d ela idea que los acuerdos de Yalta y demás, dejaron muy poco margen de maniobra a los partidos comunistas occidentales, y así lo expreso en el comentario previo. Y ahora es fácil criticarlos, pero en ese contexto de la guerra fría, ¿qué se podía hacer? Esto era Europa, no el Tercer Mundo. Los PCs occidentales lo sabían igual que la URSS (con Stalin y con los que vinieron después).
En relación con la entrada, ¿pecó de ingenuidad el KKE al esperar ayuda soviética? Quizás. Pero como siempre pasa, a toro pasado las cosas se ven distintas. Una vez me comentabas que si la URSS no apoyó al KKE no era porque le faltasen ganas a Stalin, sino porque respetó los acuerdos. Mucho menos lo respetaron, como decías una vez, los americanos y británicos.
Por cierto, tienes en borrador ya preparado el segundo capítulo que Blum dedica a Italia. Conociendo que eres un enamorado d ela historia italiana, seguro que te gustará leerlo.
Un abrazo, camarada y amigo Manolo :)
Tienes razón. A posteriori las cosas se juzgan de distinta manera. Conociendo el resultado de lo que se hizo...
EliminarSi lo que se hizo sale bien, se dice que era lógico hacerlo, quitando el mérito de haberlo hecho. Si no sale bien, se dice que los que lo hicieron cometieron tremendos errores. Como ahora dice A. Garzón que el PCE cometió errores en la transición. Fácil es decirlo ahora. Lo que hicimos, lo hicimos con la información y las circunstancias que había entonces. Si se hubiera hecho otra cosa no se sabe ni se sabrá nunca si hubiera sido mejor o peor.
Con respecto a lo de Grecia e Italia no cabe duda que los acuerdos de Yalta influyeron y mucho. Lo curioso, al revés de lo que se cuenta y se cree, es que Stalin y sus sucesores los cumplieron al pie de la letra, en Europa Occidental e Irán, y las potencias occidentales se los saltaron cuando les convino. No hay más que recordar en 1953 en Polonia y Berlín, o la entrada de la RFA en la OTAN, respondida por la URSS con el bloqueo de Berlín, o en 1956 en Budapest.
Lo que no cabe duda es que la URSS y los PC occidentales cumplieron lo pactado, no como la otra parte signataria de los pactos.
Excelente. Gracias por el capítulo y en especial por la documentación fuente del apéndice cronológico que lo acompaña.
ResponderEliminarSe cumplen los acuerdos alcanzados con la burguesía, ¿por miedo militar a los EEUU y Gran Bretaña?. ¿Los griegos eran poco comunistas o demasiado poco prosoviéticos? ¿No se mueve un dedo para intentar salvar la vida de miles y miles de correligionarios estando Yugoslavia (y otras fronteras afines) tan cerca? ¿Stalin y el PCUS eran simples nacionalistas con un leve barniz marxista y devotos del nombre de Lenin? ¿La bomba atómica asustaba más de la cuenta dado que la URSS no dispuso de ella hasta entrados en los cincuenta?
Preguntas todas con ellas con sustancia. Yo, por supuesto, puedo estar muy equivocado, pero siempre he tenido un pensamiento. Trataré de explicarme.
EliminarTal como siempre he visto a la URSS, tanto en el período de Stalin como en la época posterior. tengo la sensación de que siempre apostó por el muy largo plazo, tomando decisiones cuya repercusión en el corto plazo a menudo nos han chocado y que veces nos han parecido errores o incluso decisiones criticables. Tengo la impresión de que la URSS (igual que China) siempre actuó pensando que el tiempo beneficiaba el desarrollo del Socialismo en el mundo, y que el tiempo iba en contra del capitalismo. Y por tanto trataron de evitar siempre dar pasos en falso. ¿Hubiera beneficiado al desarrollo y expansión del Socialismo en el mundo, que Stalin se volcase con el KKE, pagando por ello el precio de una guerra con las potencias capitalistas, en la que posiblemente se llegasen a usar bombas atómicas? Posiblemente no.
Pensemos que el canalla de CHurchill llegó a proponer a EEUU usar la bomba atómica contra la URSS, acabada la II GM. Es tema complicado. Yo creo que los soviéticos apostaron por desarrollar las fuerzas productivas, por intentar desarrollar el bloque socialista sin entrar en las provocaciones de EEUU y sin dar motivos de provocación.
Estoy convencido que el juicio de la Historia, con el paso del tiempo, acabará siendo favorable a la URSS, con todos los errores, desaciertos y cosas que se quieran criticar. Y creo que debemos reivindicar ese pasado, a pesar de los errores y críticas que cada uno pueda señalar. El socialismo funcionó muchísimo mejor de lo que los enemigos dicen, y el desmantelamiento de la URSS fue una tragedia para la clase trabajadora del mundo. Estamos pagando las consecuencias.
Estoy muy de acuerdo con Vigne. Creo que la estrategia soviética contaba con ganar a largo plazo.
EliminarEn una guerra con Occidente a lo mejor gana la URSS o pierde, pero iba a ser muy costosa en vidas y bienes. Se pensó que a largo plazo los pueblos de occidente verían las ventajas del socialismo. Evidentemente el socialismo en Europa Occidental no hubiera sido como el de la URSS, como no fue igual el de la URSS y la RDA.
Estimados camaradas: coincido con vuestras apreciaciones, en realidad Stalin actuó con prudencia que es uno de los principios del arte político.
ResponderEliminarQué posiblemente tuvo ganas de intervenir es posible, ya que algo de esto le comentó a colegas franceses respecto al pais galo- lo leí en la edición francesa del libro de Geoffrey Roberts:"Las guerras de Stalin, 1929-1953) y buscaré la referencia concreta.
No creo que La URSS tuviese temor en absoluto al Poder militar de EEUU cuyas fuerzas terrestres eran ridículas comparadas con las soviéticas, en 1945 era inviable que EEUU utilizase la bomba atómica ya que carecían de misiles portadores ;sólo tenían la aviación estratégica pero está hubiese sido barrida nada más acercarse a la URSS ( excelente aviación soviética de pistón de alto techo operativo y los primeros Mig-1;de hecho La URSS ya había fabricado su primer avión a reacción en 1941, algo que poca gente sabe.)
Por lo tanto,La URSS era invulnerable desde el punto de vista militar, el problema es que el pais estaba exangue por la destrucción de la guerra y para servir de apoyo directo a los camaradas extranjeros.
Salud.