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"Nosotros acusamos a Israel de las masacres de Chatila y Sabra. No carguemos estos crímenes sobre la espalda de sus sicarios, los kataeb. Israel es culpable de haber introducido en los campamentos dos compañías de kataeb, de haber dado las órdenes, de haberlos animado tres días y tres noches, de haberlos pertrechado, de haberles dado de beber y de comer, de haber iluminado el campamento por la noche” (Testimonio recogido en Cuatro horas en Chatila, de Jean Genet)
Entre el 16 y 18 de septiembre de 1982, con el apoyo militar y la complicidad de Israel, las milicias cristianas de la Falange Libanesa entraron en los campamentos palestinos de refugiados de Sabra y Chatila. Durante 40 horas las milicias cristianas violaron, torturaron y mataron en una orgía de terror considerada como uno de los crímenes más horrendos del siglo XX. Los campamentos estaban "rodeados y sellados" por las tropas israelíes. No había escapatoria. En Sabra y Chatila no había milicianos de la OLP. Tan solo había niños, mujeres y ancianos, sin ninguna posibilidad de defenderse.
Antecedentes
En aquel verano, el 6 de junio de 1982, el ejército israelí invadió Líbano, comenzando una guerra contra la resistencia palestina y libanesa. El mando militar estaba a las órdenes de Ariel Sharon, ministro de Defensa de Israel. El momento culminante de la invasión israelí fue el prolongado e intenso bombardeo de Beirut, que buscaba aplastar la resistencia de la OLP. Se calcula que la acción bélica de Israel causó alrededor de 18.000 muertos y 30.000 heridos, en su mayor parte civiles.
Después de dos meses de combates y asedio y de resistencia numantina de la OLP, "el mediador norteamericano Philip Habib logra el compromiso de la OLP de desalojar Beirut-Oeste a cambio de garantizar la protección internacional para la población palestina de los campos de refugiados situados en la periferia sur de la ciudad, los de Sabra y Chatila entre otos (...). Los combatientes palestinos abandonan la capital libanesa el 1 de septiembre, y el 10 de septiembre lo hace la fuerza multinacional desplegada." (2).
Los combatientes palestinos debían irse, a cambio de la protección y seguridad de los civiles refugiados. Era el pacto. En efecto, el 1 de septiembre se completa la evacuación de las milicias de la OLP y diez días más tarde se marcha la fuerza multinacional. Los refugiados palestinos, en su mayoría niños, mujeres, ancianos y enfermos, quedaban indefensos, confiando en la seguridad que les habían prometido.
La masacre
El primer cadáver que vi era el de un hombre de unos cincuenta o sesenta años. Habría tenido una corona de cabellos blancos si una herida (un hachazo, me pareció) no le hubiera abierto el cráneo. (Jean Genet, Cuatro horas en Chatila)
Con la mentira, esgrimida como disculpa, de que quedaban combatientes palestinos en los campos de Sabra y Chatila (lo que luego se demostró que era una falsedad), el día 12 de septiembre Ariel Sharon dio orden a los jefes militares israelíes de "rodear y sellar" los campos. Primero los bombardearon. Luego, del 16 al 18 de septiembre, animaron y permitieron que sus aliados, los cristianos de la Falange Libanesa (extrema derecha que había tomado el nombre del partido fascista español Falange Española de las JONS), entraran a machete en los campos: "mientras el ejército israelí ilumina día y noche los campamentos con potentes reflectores, impide la huida de sus residentes y presta sus excavadoras para enterrar a los masacrados o demoler las viviendas, los falangistas torturan, violan y matan a una cifra de civiles palestinos y libaneses que puede alcanzar los 3.500" (3).
Días más tarde, el 22 de septiembre de 1982 Según unas declaraciones hechas por Ariel Sharon en el Knesset o parlamento israelí, la decisión de que las milicias de la Falange Libanesa entraran en Sabra y Chatila había sido tomada al mediodía del día anterior (día 15), dando al mando israelí las siguientes instrucciones: "se prohíbe a las fuerzas del Tsahal [ejército israelí] entrar en los campos de refugiados. La 'limpieza' de los campos la llevarán a cabo las Falanges o el ejército libanés" (4).
El general Sharon se desplazó para estar presente y dirigir en persona la operación, instalándose en una zona bajo control israelí. Sharon, "desde la azotea de un edificio de seis plantas podía observar claramente la ciudad y los campos de Sabra y Chatila" (5), "rodeados y sellados" por el ejército de Israel, como declaró Sharon.
Aquella mañana del día 16, los mandos militares israelíes comunicaban a sus subordinados: "los Falangistas y el ejército libanés llevarán a cabo la búsqueda y limpieza dentro de los campos" (6). Al mediodía la Falange Libanesa recibía la autorización del mando militar israelí; a media tarde los primeros falangistas entraban en Chatila. El general israelí Amir Drori telefoneaba a Ariel Sharon para comunicarle: "nuestros amigos están entrando en los campos. Hemos coordinado su entrada"; Sharon respondió: "¡Enhorabuena! Se aprueba la operación de nuestros amigos" (7).
"El ejército israelí tenía pleno conocimiento de lo que estaba ocurriendo en los campos hasta la mañana del sábado 18 de septiembre de 1982 y sus dirigentes estaban en continuo contacto con los jefes de la milicia que estaban perpetrando la masacre. Sin embargo, [los israelíes] no intervinieron en ningún momento. En vez de ello, impidieron a los civiles escapar de los campos e iluminaron estos durante toda la noche con focos lanzados desde sus helicópteros.
La cifra de víctimas fluctúa entre 700 (la cifra oficial israelí) y 3.500 (en al investigación realizada por el periodista israelí Amnon Kapeliouk). Nunca se podrá determinar la cifra exacta porque además de las aproximadamente mil personas enterradas en fosas comunes por el Comité Internacional de la Cruz Roja o en los cementerios de Beirut por sus familiares, una gran cantidad de cuerpos quedaron sepultados bajo edificios derribados con bulldozers por los propios miembros de la milicia. También cientos de personas fueron sacadas vivas de los campos en camiones, especialmente durante el 17 y 18 de septiembre, hacia destinos desconocidos y nunca regresaron."
La ONU emitió una resolución en la que se condenaba y calificaba lo sucedido como "un acto de genocidio". A consecuencia de las presiones internacionales, el gobierno de Israel se vio obligado a aceptar que los hechos fuesen investigados:
"El Informe de la Comisión Kahan (encabezada por el presidente del Tribunal Supremo de Israel en aquel momento, Eailan Kahan) determinó en su investigación (1983) las responsabilidades políticas y personales de los implicados israelíes (desde el primer Ministro Begin hasta los mandos oficiales del ejército israelí) y concluyó hallando responsable personal indirecto a Ariel Sharon en su calidad de ministro de Defensa y comandante de la operación del asalto a los campamentos. Las conclusiones del Informe Kahan determinaron la dimisión de Sharon pero no se inició acción legal alguna para procesarle." (9)
"¿Cómo comunicárselo a los parientes que se han ido con Arafat confiando en la promesa de Reagan, de Mitterrand, de Pertini, de no tocar a las poblaciones civiles de los campamentos? ¿Cómo decir que han dejado masacrar a los niños, a los ancianos, a las mujeres, y abandonado los cadáveres sin oraciones? ¿Cómo informarles de que se ignora dónde están enterrados?" (de Cuatro horas en Chatila, de Jean Genet) |
Notas
(1) Documento de la embajada palestina en Santiago de Chile: "25 Años a la Masacre De Sabra y Shatila". 15-9-2007
URL: http://www.embajadapalestina.cl/imagenes/informes/Sabra_y_Shatila.doc
URL: http://www.embajadapalestina.cl/imagenes/informes/Sabra_y_Shatila.doc
(2) Ibíd.
(3) Ibíd.
(5) Ibíd.
(6) Ibíd.
(7) Ibíd.
(8) Ibíd.
(8) Ibíd.
(9) Documento de la embajada palestina... Op. cit.
Documental de 22', sobre la matanza de Sabra y Chatila, basado en la oba de Jean Genet Cuatro horas en Chatila.
Cuatro horas en Chatila, de Jean Genet. Expresiva portada de la edición española, realizada por Paco Arnau (@ciudadfutura / ciudad-futura.net). Si quieres descargar en pdf la obra, pulsa en este enlace.
De http://www.rebelion.org/noticia.php?id=56355:
ResponderEliminar"La cifra de víctimas fluctúa entre 700 (la cifra oficial israelí) y 3.500 (en al investigación realizada por el periodista israelí Amnon Kapeliouk). Nunca se podrá determinar la cifra exacta porque además de las aproximadamente mil personas enterradas en fosas comunes por el Comité Internacional de la Cruz Roja o en los cementerios de Beirut por sus familiares, una gran cantidad de cuerpos quedaron sepultados bajo edificios derribados con bulldozers por los propios miembros de la milicia. También cientos de personas fueron sacadas vivas de los campos en camiones, especialmente durante el 17 y 18 de septiembre, hacia destinos desconocidos y nunca regresaron."
La milicia libanesa llamada Falange Libanesa tomó su nombre de la Falange española de José Antonio Primo de Rivera, siendo fundada también en los años 30 bajo el ideario fascista mussoliniano. Son cristianos de la secta maronita, iglesia que está bajo el auspicio, el control y la obediencia de la ICAR (iglesia católica, apostólica y romana), aunque tiene ritos propios y su liturgia se desarrolla en árabe y en un dialecto que proviene del arameo. Al igual que otros partidos fascistas, ha tomado con el paso de los años un nombre que intenta disimular su origen, llamándose Partido Demócrata y Social.
ResponderEliminarPobrecitos los hebreos... lo que da de si un holocuento como el vuestro, lastima que la historia la cuenten los vencedore...
ResponderEliminarLos muertos inocentes que se ocultan, son siempre un cuchillo de verdad que tarde o temprano se toma su venganza.
ResponderEliminarCreer o no creer, lo que simplemente se ve la frontera de los Israelitas desde 1060-2020 y su evolución a mas sin parar... Te das cuenta de quien dice la verdad sin mas.!¡
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