Referencia documental del artículo
"La paz en lugar de la OTAN” ("Frieden statt NATO"), conferencia de Oskar Lafontaine en la XX Conferencia Internacional de Rosa Luxemburgo, 10 de enero de 2015, en la sociedad científica Urania Berlín (Berlín, RFA).
Publicado en alemán por JungeWelt el 14-1-2015 con el título "Contra toda participación bélica" ("Gegen jede Kriegsbeteiligung").
URL fuente alemana: https://www.jungewelt.de/2015/01-14/023.php
Traducción al español para blogdelviejotopo: Tucholskyfan Gabi.
Fuente de esta traducción: blogdelviejotopo.blogspot.com.es, 16-1-2015.
Uso de esta traducción: licencia CC BY-SA. Reproducir esta ficha documental, conservando los enlaces (hipervínculos) que figuran (tanto a este blog como a la fuente en alemán).
Negrita y cuadros de texto: son añadidos nuestros.
* * *
Contra la participación bélica [La paz en lugar de la OTAN]
Oskar LafontaineTraducción del alemán: Tucholskyfan Gabi (blog del viejo topo)
Si fuera el
caso que los periodistas y políticos estuvieran obligados a participar
activamente en las intervenciones militares, la pesadilla, el espectro bélico
acabaría rápidamente.
Oskar
Lafontaine en su intervención en la XX Conferencia Internacional de Rosa
Luxemburgo, el 10 de enero de 2015, en Berlín.
"Siendo la política exterior en su conjunto un montaje mentiroso, es nuestro deber irrumpir en esas mentiras, si realmente pretendemos avanzar hacia una política exterior de paz" (Oskar Lafontaine). Imagen: Lafontaine durante su intervención en la XX Conferencia Internacional de Rosa Luxemburgo, en Berlín el pasado 10 de enero. Foto de Andreas Domma. |
Esta mañana
escuché en la radio France Inter un debate sobre lo sucedido en Francia, sobre
los atentados terroristas y los asesinatos perpetrados. Hubo quien hablaba
sobre el perfil-tipo de esta gente delincuente que, como era de esperar, se
presentaba así: joven, varón, de religión musulmana, en términos sociales o
bien marginado o bien perteneciente a un grupo profesional que le sirve de
tapadera, etc., etc. No me he molestado en seguir escuchando, ya que se me pasó
por la cabeza pensar que en el mundo entero tenemos terroristas cuyo perfil de delincuente en todas partes
viene a ser el mismo: carente de amor al prójimo, carente de amor a la vida. Y
si no somos capaces de llevar el debate preguntándonos por dónde se
extiende el terrorismo; y si no somos
capaces de llevar el debate preguntándonos si también en nuestro tan buenista Occidente
existe una responsabilidad en relación con los atentados terroristas; si no
somos capaces de plantearnos en qué consiste el terrorismo, jamás seremos
capaces de llevar un debate razonable ni llegaremos a resultado alguno.
Marginación
e impotencia.
Durante
largos años de mi presencia en el Parlamento alemán, el Bundestag, una y otra
vez le he rogado a la canciller Merkel que me definiera el ‘terrorismo’. “Usted
pretende combatir el terrorismo”, le decía, “por favor, díganos qué es el
‘terrorismo’, porque sin saberlo no podremos combatirlo”. Nunca obtuve ninguna
respuesta, y eso tiene su por qué. Tiempo después, uno de estos funcionarios ha
ideado la llamada ‘Ley antiterrorista’ según la cual y, por favor, escúchenme
bien, el terrorismo es el ilegítimo recurso a la violencia con el fin de
conseguir objetivos políticos. Menos mal que hay risas. Exponiéndolo así en el
Bundestag, pregunté: “¿Sabe usted
lo que acaban de acordar? Ustedes acaban de determinar (había transcurrido poco
tiempo desde la Guerra de Irak) que Bush, Blair y todos los demás que han
estado a favor de esta guerra, son terroristas”.
Quisiera explicárselo mediante
este ejemplo: si no aprendemos que al
menos en el mundo árabe a Bush se le considera un gran terrorista, por los
cientos de miles de personas que fueron asesinadas a causa de su errónea valoración,
entonces en Occidente jamás podremos determinar cómo hay que combatir el
terrorismo, jamás.
Siempre me he preguntado e intentado plantearlo también en el Bundestag: “¿Cómo perciben ustedes el mundo? ¿Qué creen que pasa en los corazones de la gente joven al tener que presenciar cómo se aniquila a toda su familia, porque un dron se haya perdido en un festejo nupcial, donde muchas personas inocentes acaban pagando con sus vidas? Entonces, ustedes van y pasan al orden del día, pero si luego resulta que aquí se produce un atentado terrorista, la indignación es mayúscula”.
Siempre me he preguntado e intentado plantearlo también en el Bundestag: “¿Cómo perciben ustedes el mundo? ¿Qué creen que pasa en los corazones de la gente joven al tener que presenciar cómo se aniquila a toda su familia, porque un dron se haya perdido en un festejo nupcial, donde muchas personas inocentes acaban pagando con sus vidas? Entonces, ustedes van y pasan al orden del día, pero si luego resulta que aquí se produce un atentado terrorista, la indignación es mayúscula”.
Así no
podemos acercarnos al tema. Una condición previa debe ser que superemos por fin
esa doble moral, que viene a sostener las grandes equivocaciones de este mundo.
Marginación
e impotencia, éstas eran dos de las palabras que he leído en numerosos
comentarios en torno a la reflexión de que ambas han de provocar determinadas
reacciones; se trata de un fenómeno social ubicuo que no siempre podemos
localizar. Pero donde localicemos fenómenos de marginación y de impotencia,
siempre tenemos que contar con reacciones violentas. Y esto también vale decirlo para nuestra sociedad. Hay muchas personas que se sienten marginadas; hay
muchas que se sienten impotentes, en todos los países de este mundo, en todos
los sistemas de este mundo. Y en algún momento estas personas empiezan a creer
que se pueden defender u oponer mediante actos violentos. Y de esto cabe sacar
una sola conclusión, a saber, que hemos de construir unos órdenes sociales que
no marginen a nadie y que a nadie le hagan sentirse impotente ni perplejo. Y si
hablamos sobre terrorismo debemos concretar lo que entendemos por tal. Por
ejemplo, al condenar el asesinato, lo debemos condenar siempre, se cometa donde
se cometa, y con independencia de quien lo comenta. Y esta consciencia es la
que en gran parte está faltando en nuestra sociedad occidental.
Estos
sucesos que deberían dar lugar a una discusión sobre política exterior, tan
sólo admiten una única conclusión. Las guerras intervencionistas, esas guerras
terroristas, son la base que facilita que el terror se esté extendiendo por
todo el mundo. Si bien podemos hablar y dialogar sobre esto y aquello, pero
sobre una cosa no: si alguna vez – y debo discutir el caso de modo muy
hipotético – se brindara la ocasión de que Die Linke entrara a participar en un
gobierno federal, debe de quedar muy clara una condición y es que ese gobierno jamás debería
participar en guerra intervencionista alguna, jamás; esa condición sería fundamental
para nosotros.
¿Qué es lo
que piensan aquellos que acuerdan semejantes guerras? ¿Qué es lo que sienten?
¿Qué es lo que los lleva a encomendar la gesta militar a otros? ¿Es que se
imaginan tan siquiera lo que ello puede significar? Hoy en día, nuestra
respuesta no puede ser otra: aquellos que encomiendan la guerra a otros ya ni
tienen idea sobre los detalles que vienen a encargar, y menos aún tienen la
capacidad para reflexionar sobre lo que están haciendo. Aquí podemos remitir al
viejo Kant -y lo hago encantado- porque quiero llegar a la gente que aún no
piensa como pensamos nosotros. Este gente debería meditar por qué Kant, en su
escrito sobre ‘La paz perpetua’, viene a acertar en un pensamiento que
reproduzco en su sentido: “Si los que tienen que decidir, tuvieran que
sufrir la guerra en sus propias carnes, entonces no tomarían estas decisiones”.
Y cuando
me invade la ira, llego a decir: tan sólo nos haría falta un batallón de periodistas
a favor de una guerra intervencionista y otro compuesto de políticos a favor, y que se alistasen y movilizasen de inmediato al librarse una guerra de estas
características... entonces estoy seguro que la pesadilla ya habría terminado. Jamás llegaríamos a tener
ninguna intervención.
Ninguna
fortuna sin crimen.
Ahora, si me
permiten, quisiera pasar al tema de esta conferencia “La paz en lugar de la
OTAN”, donde cabe que nos preguntemos qué es lo que defendemos, cuál es nuestra
convicción y cómo podemos contribuir a que se vaya generando la paz. Estoy
profundamente convencido, y creo poder decir según nuestra más profunda
convicción, que la paz en el mundo sólo podremos alcanzarla si logramos construir
un orden social que sea realmente democrático. Quiere decir un orden social
donde prevalezcan los intereses de la mayoría de la ciudadanía, ya que podemos
estar seguros, tal y como vimos en la guerra de Afganistán, tal y como se ve en
todas partas, de que la gran mayoría no acordaría guerra alguna, porque
supondría tener que mandar a sus hijos, a sus hombres y mujeres al combate. Y
es por ello que necesitamos sociedades democráticas, que en estos momentos no
existen en ninguna parte del mundo.
Y resulta
además que las sociedades democráticas están, estarían irresolublemente
vinculadas a un orden económico que tenga como centro el hombre, la persona. Un
orden que ya tuviera superado la explotación del hombre; en que el patrimonio
obtenido mediante el esfuerzo común, correspondiera a aquellos que se lo
hubieran trabajado. Pero vivimos en un orden social en que se enriquece una
minoría, por hacer trabajar la gran mayoría en beneficio suyo, cuando es así
que queremos un orden social, que deje el patrimonio en manos de aquellos que
lo hayan generado, y esto es la gran mayoría de la población. Tampoco es que
sea una reflexión nueva: siempre cuando mediante esta fórmula de reparto de
ingresos y patrimonio, se llegan a acumular los valores patrimoniales en manos
de unos pocos, se invalida toda democracia. Los grandes patrimonios son
incompatibles con la democracia, porque jamás se han podido generar
democráticamente.
Hasta qué
punto esto sigue siendo una lección pendiente hasta el día de hoy, lo vemos en
el hecho de que el Sr. Chodorkowski sea recibido en las sociedades occidentales
como un gran luchador por la libertad. Es para volverse loco. No se tiene que
ser marxista, sólo se tiene que haber leído a Balzac para saber que detrás de
cada gran fortuna siempre hay un gran crimen. Deberíamos pues dejar de alabar y
recibir a estos los criminales.
¡Ay, si el
SPD y Los Verdes pudieran comprender lo que ha sucedido en Ucrania! Como si lo
ocurrido tuviera que ver algo con la democracia, el haber sustituido una
oligarquía por otra nueva, y encima mediante un golpe de estado. Si realmente
estuviesen luchando por la democracia, podrían contar con nosotros, pero no
queremos ningún sistema oligarca que siga explotando brutalmente al pueblo.
A diferencia
del sacerdote que fue elegido presidente federal y de la hija de sacerdote que
es nuestra canciller, el papa de Roma sí se ha leído la Biblia y sabe qué dice.
No nos dice que debamos hacer guerras, sino que “amarás al prójimo como a ti
mismo” un mandamiento que para nada pega con la guerra ni la explotación. Este
es el mandamiento central, y está bien que el papa diga: ”estamos viviendo una
tercera guerra mundial y existen sistemas económicos que sin guerra no pueden
existir. Por ello se producen y venden las armas”. Esta es la verdad que, por
fin, alguien se atreve a pronunciar. Recibo de buena gana que el papa ya esté
divulgando este mensaje en todo el mundo.
Pero
nosotros, la izquierda no podemos decir: “Hay que esperar, esperemos a que se
dé otro orden económico”. Con ello nos íbamos a despedir de la política por el
resto del tiempo disponible. Antes bien debemos intentar aprovechar los escasos
márgenes operativos de que disponemos. Y tampoco tengo reparos en decir: “Si,
puede valer la pena reflexionar sobre una eventual participación en el
gobierno". Pero en tal caso, debemos saber y determinar exactamente lo que
queremos. Entonces, no vale retractarse, y la condición de base ya la he
mencionado. Y esta condición básica tendría mucho más alcance. Semejante
participación nuestra en el gobierno, si acaso, cabe pensarla si la actual
política exterior se reorienta y renueva sus fundamentos. Y esto quiere decir que
necesitamos que la OTAN se disuelva, necesitamos edificar una nueva estructura
de seguridad en Europa, incluida Rusia. Otra cosa es absolutamente inviable. Y
esto implica que cuidemos las buenas relaciones entre países vecinos. Implica
distensión. Implica ir hacia el otro, el vecino. Implica tomarse en serio sus
angustias y preocupaciones. El grado de degeneración que han alcanzado los
debates ya se muestra en la palabra “Putinversteher” [despectivo para la gente
que “entiende a Putin”]. Al hacer política exterior, en el fondo, hay que
tratar de comprender al otro. También debemos tratar de entender a Putin, si es
que queremos llegar a vivir en paz con él. Debemos convertirnos en
“entendedores de Rusia”, llegar a entendernos unos a otros, porque de otro modo
no vamos a poder generar paz alguna, amigas y amigos.
Disolver la
OTAN.
El primer
Secretario General de la OTAN, Lord Ismay, decía al poco de acabar la guerra:
“La OTAN ha sido creada para mantener a los rusos fuera, los americanos dentro
y a los alemanes abajo”. Por eso conviene que nos preguntemos si algo ha
cambiado hasta el día de hoy. Ya no resulta para nada plausible que todo
aquello que se lograra en años de política de distensión y entendimiento con el
Este [“Ostpolitik”] durante el gobierno de Brandt, se haya echado a perder. Digo
que podemos aprender de nuestra historia: Alemania necesita buenas relaciones
con Rusia, que es un interés fundamental nuestro. Entonces se decía que la paz
solamente se consigue conjuntamente, nunca unos contra otros. Y esto sigue
siendo vigente. Todo este parloteo sobre la guerra, todas estas sanciones no
hacen más que tensar la situación. Lo que necesitamos es una política de
distensión y mantener buenas relaciones vecinales en lugar de la política que
está aplicando Merkel a Rusia.
Y esto
quiere decir que un futuro gobierno en el que podríamos participar debería en
todo caso negarse a todo intento de ampliación de la OTAN hacia el Este. Y es
que este permanente intento de cercar a Rusia ha sido precisamente la causa de
las tensiones. Se había prometido no extender/ampliar la OTAN, ni acercarla a
las fronteras rusas. Esta promesa se ha incumplido. Cada conflicto tiene su
prólogo, y con el incumplimiento de esta promesa comenzó el conflicto de
Ucrania. La OTAN avanzaba cada vez más y se acabó diciendo que también se
necesitaba a Ucrania, que Ucrania debía pertenecer a la UE y a la OTAN. Y esto
se dirige claramente contra Rusia. Es una política completamente equivocada que
debe ser reemplazada por otra nueva de entendimiento con Rusia, si es que se
pretende alcanzar la paz.
Pero no sólo
se trata de que, de ningún modo, debamos ser co-responsables de extensión alguna hacia el Este, Se trata
también de no consentir que las tropas de la OTAN queden estacionadas a lo largo
de la frontera con Rusia. Parece que ya no están en su sano juicio. ¿Qué
razones tendríamos para estacionar tropas en la frontera con Rusia? Vienen a
contarnos las viejas bolas de la Guerra Fría y pretenden hacernos creer que
Rusia nos está amenazando.
Cuesta
creerlo, pero la OTAN se está gastando un billón en armamento, frente a los
88.000 millones de Rusia en 2013. Dadas estas desproporciones, deben de estar
locos afirmando que se sienten amenazados para justificar su determinación de
seguir armándose. ¡¿Cuánto tiempo se creen que pueden seguir metiendo estas
dementes bolas a la gente?!
Por esta
razón debemos abordar en este contexto otro punto más: hay que acabar sin falta
con las sanciones. No resulta tan difícil de entender que en un país que se
desestabiliza de este modo, entrando su economía en una espiral de turbulencias
y viéndose expuesto a crecientes peligros, en vez de aumentar la seguridad de este país no se logra sino que el desajuste vaya escalando más y más. Hemos de saber que
para la guerra moderna no sólo hacen falta tropas y artefactos técnicos, sino además medios
económicos. Hay que saber que el FMI no es otra cosa que el brazo alargado de
la política de EEUU. Al igual que la OTAN. Y siendo así, ambos deben ser
reformados y renovados a fondo. El FMI debe convertirse en una organización
democrática, debiendo cambiar toda su política. No puede ser que se emplee este
organismo al servicio de los intereses económicos de los EEUU desestabilizando
al mismo tiempo los países afectados. Pero esto es precisamente lo que está
pasando, amigas y amigos.
La RFA no es
un país soberano.
Hoy día ya
no se trata únicamente de conquistar territorios, antes bien se trata de
conquistar mercados. Basta que miremos qué grupos empresariales ya han firmado
contratos con Ucrania. Sigue vigente el viejo veredicto que dice que toda
política exterior no es otra cosa que la constante lucha por materias primas y
mercados nuevos. Esto no nos hace falta, ni por medio de la guerra, ni tampoco
mediante otras inversiones financieras internacionales. También cabe comerciar
libremente sin necesidad de que el otro se tenga que poner de rodillas.
Un papel
decisivo durante muchos años, lo desempeñó la infraestructura de la OTAN. El
exigir la salida de esa infraestructura viene a
sinónimo de todo lo que acabo de exponer. Hasta ahora, la OTAN era el
instrumento para realizar la política ya definida de “mantener a los americanos
dentro, los rusos fuera, y los alemanes abajo”. Empleando las palabras de
Brzezinski, el que fuera consejero de Seguridad Nacional del gobierno
norteamericano bajo Jimmy Carter: mediante este instrumento, cabe ir
avasallando y/o convertir en tributarios
a los estados de Europa occidental y central.
Desde luego,
no debemos olvidar cual sigue siendo hasta el día de hoy la meta de la política
exterior de los EEUU, que Brzezinski mismo nos deja escrito. Su meta es mantener
y conservar su supremacía imperialista, ni de lejos contemplan el orden mundial democrático en el
que al tenor de la Paz de Westfalia pudieran participar todos los estados en
igualdad de condiciones. Todo lo contrario, y cito literalmente:
“Queremos defender la preponderancia de EEUU en todo el mundo y con todos los
medios a nuestro alcance”. Pero, como no puede ser de otra manera, se suele
instrumentalizar en la discusión pública esa leyenda, que nada tiene que ver
con la realidad, de que se trata de expandir la democracia, los derechos de la
mujer, los derechos humanos, en general. No y no, se trata de la ya referida
política, pura y dura, de poder.
Cualquier democracia auténtica que se precie iría tan lejos de exigirle
ni a su propio pueblo, ni a los otros, que asuman o soporten los sacrificios
que tal proceder conlleva. Y hacen bien. Aquí aprovecho para volver a decir que
para lograr un mundo pacífico hay que construir un sistema de sociedades
democráticas.
La
estructura de la OTAN es, si se quiere, la
piedra de toque a la hora de debatir los necesarios cambios para acabar con el
vasallaje y el deber tributario. En todas las guerras habidas se ha discutido
si debemos o no entrar a participar en ellas. Prácticamente, la R. F. Alemana
ha venido participando en todas las guerras que los Estados Unidos de América
han llevado a cabo, ya que en todas sus guerras han recurrido a instalaciones
norteamericanas estacionadas en Centroeuropa. En ningún momento estuvimos al
margen. Y mientras así siga la cosa, no somos un país soberano.
Hace poco
tuve el honor de coincidir en un debate televisado con la política de Los
Verdes, la Sra. Göring-Eckardt. Le pregunté cuál era su postura frente a las
guerras de los drones que parten desde suelo alemán. Constantemente quiso
esquivar esta pregunta. Pero ¿cómo cabe discutir la actual política alemana, si
obviamos esta pregunta? ¿Cómo cabe indignarse a causa del terrorismo si
simplemente excluimos el hecho de que, sin fundamento jurídico alguno, miles de
personas son asesinadas mediante drones que también son expedidos desde suelo
alemán? ¿Cómo cabe, tan siquiera, que de algún modo nos justifiquemos en
términos morales? Antes de señalarles a otros, debemos empezar con nosotros
mismos, dejando de que se use nuestro territorio para enviar drones asesinos
por todo el mundo.
Quien guarde
silencio sobre este asunto, haría bien en no intervenir en la discusión actual, ya que obviamente está midiendo por
un doble rasero. Por esta razón le estoy muy agradecido a Willy Wimmer por su reciente
comentario al respecto en JungeWelt, donde dijo: "Debemos llegar a
imaginarnos cómo se sienten a aquellos cuya familia entera es erradicada por
drones. No es otra cosa que terrorismo puro y duro. Y solamente seremos capaces
de combatirlo en todo el mundo si empezamos por nuestro propio terrorismo
doméstico".
Un inciso
sobre las prácticas de escucha: que un gobierno, que en virtud de nuestra Ley
Fundamental viene obligado a proteger la libertad de sus ciudadanos, ni sea
capaz de decirle a un aliado: “no procede que nuestra ciudadanía entera sea
escuchada y espiada”, me parece señalar que el referido vasallaje y el deber
tributario aún puedan ser males menores. Y pregunto en qué se queda el concepto
de la libertad, al llegar a aceptar o tolerar la pérdida total de la privacidad
ciudadana a manos de un poder aliado, prácticamente sin hacer nada para
impedirlo.
La política
en materia de exportación de armas hay que cambiarla sin demora. Un primer paso
debe ser que suspender, de modo inmediato e irrevocable, los suministros de
armas en zonas de conflicto o tensión. El año pasado, nuestra canciller llegó a
decir, lo leí en dos ocasiones, que
Arabia Saudita es un aliado importante en la lucha contra el terrorismo. ¡Y luego
van y se excitan por los crímenes del Estado Islámico EI! Está bien que lo
hagan, pero también en Arabia Saudita se dan decapitaciones, lapidaciones, etc.
siendo una dictadura reaccionaria-autoritaria,
que aterroriza a su propia población. Por ello no procede declararlo
aliado en la lucha contra el terrorismo. Se trata de esa doble moral que nos
conduce a un mundo cada vez menos pacífico.
Un
mandamiento perverso.
En todos
estos esfuerzos de implicar e integrar a la R. F. Alemana en mayor medida en
esta política, se pretende justificarla mediante argumentos falsamente
humanitarios. Cada vez que se cometan en alguna parte del mundo crímenes – la
última vez en el conflicto entre el EI, el Estado Islámico, y los kurdos – se plantean y deciden que
deben intervenir manu militari por motivos humanitarios. Y siempre hay gente,
también entre la izquierda, en los sindicatos, las iglesias que pican y se
dejan engañar. El obispo protestante Wolfgang Huber publicó en el Frankfurter
Allgemeine Zeitung un artículo donde dice que el mandamiento ‘No matarás’
significa también ‘No admitirás que otros maten’, o dicho de otro modo: “Debes
intervenir militarmente allí donde existan conflictos”. Esa lógica
argumentativa la encontramos una y otra vez, y muchos se dejan convencer. Sin
embargo, existe un simple argumento en contra: si, ante los incontables
conflictos en el mundo, puedo elegir
entre salvar miles de vidas humanas sin llegar a matar a nadie, y salvar miles
de vidas humanas en una guerra, debiendo sacrificar en ella a otras cientos de
vida humanas, la decisión dónde debo empezar a prestar mi ayuda, no debería ser
tan difícil de tomar. Lo nefasto me parece ser que la ‘humanidad’ de esta gente
siempre despierte allí donde cabe llamar a las armas, pero nunca donde pueden
entrar a ayudar sin llegar a matar. Y en esto consiste la brutalidad de este
debate. De ello cabe inferir la adolescencia de nuestra sociedad, que prefiere
donar y dar menos para alimentar a los refugiados que para el suministro de
armas.
Voy
resumiendo: Winston Churchill, que era un gran cínico, dijo en una ocasión que
en tiempos de guerra la verdad alcanza un valor tan alto que se la debe vigilar
constantemente por una guardia de mentiras. Este cinismo es característica de
toda la política exterior, que empieza siempre por los conceptos y términos,
que en ningún otro medio se cuestionan ni se ponen en entredicho salvo en
JungeWelt. Se habla por ejemplo del Ministro de Defensa de EEUU, o de su
presupuesto de Defensa, etc., como si los Estados Unidos de America se tuvieran
que defender de alguien… ¡Una gran mentira! Toda su política exterior es una
construcción de mentiras, y a nosotros nos corresponde irrumpir en esta
construcción si realmente queremos avanzar a una política exterior pacífica,
queridas amigas, queridos amigos.
Lo puedo resumir
en una sola frase: también nosotros tenemos nuestra historia de la que debemos
aprender nuestra lección, aprender de las guerras mundiales y del fascismo. De
todo ello debe alimentarse ese impulso moral que nos obligue a hacer todo lo
que esté en nuestras manos para que el mundo se vuelva más pacífico después de
todo lo sucedido. Al terminar la guerra había una sentencia que no deberíamos
olvidar jamás -y lo digo contra todos aquellos que puedan dudar de ello, yo no
voy a apoyar ninguna otra política que no la observe - :
“De suelo
alemán, nunca jamás debe comenzar otra nueva guerra”.
[“Von deutschem Boden darf niemals wieder Krieg ausgehen!”]
Nota de
redacción de JungeWelt: el próximo día 28 de enero 2015, JungeWelt publicará un suplemento
con las principales ponencias de esta XX Conferencia Rosa Luxemburgo; para
mediados de marzo 2015 se prevé editar una publicación que reúna todas las
aportaciones a la Conferencia, incluidos los artículos preparativos. Vídeo de este discurso de Oskar Lafontaine (Kurzlink.de/lafontaine):
Una traducción de Tucholskyfan Gabi
para blogdelviejotopo
Otros artículos o conferencias de Oskar Lafontaine traducidos del alemán y publicados en el blog del viejo topo:
- La izquierda y la guerra. Contra el intervencionismo de EEUU y la OTAN.
- Los mercados financieros desatados. Un análisis del capitalismo moderno.
Algunas entradas de este blog relacionadas con el tema
- La izquierda y la guerra. Contra el intervencionismo de EEUU y la OTAN.
- ¿Después del Tercer Mundo? Los fracasos de la modernidad y el advenimiento de la globalidad imperial (Arturo Escobar)
- Divide et impera. Una entrevista a Wolfgang Bittner
- El concepto del enemigo ruso. ¿El imperialismo reloaded?
- Carta abierta a Putin
- El escudo antimisiles y el ataque de risa de Putin
- Ilusionismo y dominación política (2 de 2). De la primavera árabe al invierno ucraniano.
- Manifiesto alemán "¿Otra guerra en Europa? ¡No en nuestro nombre!" Comentarios críticos al mismo.
- Difusión del Manifiesto de la Plataforma Global contra las Guerras. Comentario del blog.
- Entrevista: Vladímir Putin y el punto de vista ruso
- El discurso de Putin en Sochi (Club Valdai). Una lectura obligada y necesaria.
- Comentarios al discurso de Putin en Valdai
- Los medios y la OTAN: a propósito de Periodistas comprados (Gekaufte Journalisten), de Udo Ulfkotte.
Muchas gracias Gabi por esta traducción. Gran trabajo, la conferencia fue el día 10 y el 16 sale la traducción, y muy buena.
ResponderEliminarGrande Lafontaine. Estoy de acuerdo con él al 100 %. Ojalá Die Linke siga la línea que ha marcado Oskar y no se deje llevar por los cantos de sirena del poder.
Tremendo esfuerzo de traducción. Gracias Gabi. Enfatizo lo que dice Manuel: la conferencia tuvo lugar el día 10, el 14 lo publicaba JungeWelt y en las primeras horas del 16 conseguíamos tenerlo traducido y publicado en el blog.
ResponderEliminarEs imprescindible tomar nota de lo apuntado por Lafontaine y de una cosa muy importante: NI UN SOLO VOTO A PARTIDOS ATLANTISTAS. La gente se tiene que mentalizar que es una línea roja en la praxis política de los partidos y que posicionarse, activa o pasivamente, en defensa del atlantismo de la OTAN, supone apoyar el imperialismo y esta forma de terrorismo que encarna la OTAN. La izquierda es por su naturaleza anti-OTAN y esto hay que tenerlo muy cuenta cuando se vota.
Gracias, compañeros, no era para menos, la causa me hizo volar y mi paisano Oskar se merece este trato de favor y mucho más.
EliminarMuy bueno los razonamientos de Oscar Lafontaine que, desenmascara toda la hipocresia del capitalismo y el miitarismo de Occidente. Esto no habrá gustado a Merkel y demás lacayos del Imperio.Que tomen nota los alemanes a la hora de votar en las próximas elecciones si quieren sacudirse la tutela norteamericana de paso que les gobierna alquien decente politicamente hablando.
ResponderEliminarBuen artículo y, creo que buena traducción.
El próximo martes se presentará el Foro contra la Guerra Imperialista y la OTAN
ResponderEliminar"ESTAMOS EN GUERRA"
Es suicida aceptación de la fuerza bruta como único principio organizador del sistema internacional (Atilio Boron)
http://madrid.lahaine.org/el-proximo-martes-se-presentara
Con su edición del 28.01.2015, jungeWelt ofrecerá un suplemento especial sobre la XX Conferencia Internacional Rosa Luxemburgo.
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