Obra de José Ángel Uberuaga, ‘Ube’.Foto: ‘Ube’. Tomada del diario deia.com |
Referencia documental
Original en gallego: Celia Fernández, "O caso De Gea e a España cañí".
Publicado en: Praza Pública, 22-6-2016.
URL: praza.gal/opinion/3412/o-caso-de-gea-e-a-espana-cani/ (ler en galego pulsando na ligazón)
Fuente de traducción al castellano: blog del viejo topo, 28-3-16.
Imagen cabecera: es un añadido nuestro. Negrita y cursiva: es del texto original.
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El caso De Gea y la España cañí.
Celia Fernández
La Eurocopa de este año de este año comenzó con el escándalo de la operación Torbe y la supuesta implicación en el caso de jugadores de fútbol, y en especial la del portero de la selección española De Gea. Este caso, como otros tantos, ponen de relevancia la hipocresía que sobre cuestiones como la explotación sexual o el tráfico de mujeres existe en los medios de comunicación, la aceptación social de estas cuestiones en España, y el machismo inherente en la comunicación en general y en particular en la deportiva.
Hablamos de aceptación social, porque la diferencia de cómo aconteció en Francia con el caso de Benzema (aun no condenado y por una cuestión diferente), en el caso de De Gea la situación fue bien distinta. Aunque tenemos en cuenta la presunción de inocencia, De Gea debería abandonar la concentración hasta el esclarecimiento del tema dada la gravedad de la cuestión y más con la implicación de menores.
Los periodistas, lejos de criticar la presencia de este jugador, aplauden, esconden, ignoran o hasta defienden e intentan desprestigiar a las testigos protegidas. Según las declaraciones y mensajes telefónicos de las testigos (a las que la policía da crédito) supuestamente De Gea empleó los servicios de esta red de proxenetismo para organizar "fiestas" en las que presuntamente él mismo participó. Para los medios de comunicación en España es más castigable que Piqué defienda la libertad de las personas para silbar el himno español (por lo que hubo debate sobre si Piqué debería abandonar la selección), que estar supuestamente relacionado con una red de proxenetismo. Pero ya sabemos que "Spain is different".
La hipocresía es mayor cuando en el grupo Mediaset llevan meses con una campaña contra la trata de mujeres y la esclavitud sexual, y resulta que después en programas como AR [nota traductor: AR es el programa de Ana Rosa] o en los de carácter deportivo no sólo restan importancia, sino que además intentan desvirtuar y desprestigiar a las víctimas. Muchos de los "opinadores profesionales" llegan a presentar a las víctimas como mentirosas o que tienen algún interés claro en mentir, y entre los argumentos preferidos está lo de perjudicar a la selección española en la Eurocopa, como si todo esto fuera producto de un complot y no de una investigación policial de meses.
Pero como ya dijimos, los medios de comunicación colaboraron en la invisibilización de este caso empleando la neolengua, restando importancia a los hechos y empleando eufemismos para suavizar el tema en tela de juicio. Algo muy común en los medios en cuestiones de género. No se habla de trata de blancas o tráfico de mujeres sino de "Operación Torbe"; no se habla de violación, sino de relaciones no consentidas; no se habla de prostitución o tampoco de la presencia de menores.
Pero tampoco podemos pedir más responsabilidad a los medios de comunicación que a los representantes políticos. El propio Ministro del Interior en funciones en unas declaraciones impresentables esperaba que este caso "no tenga efecto en el rendimiento de la selección en la Eurocopa".
Pero en esta crítica sobre los medios de comunicación no podemos dejar de hablar de la prensa deportiva, que parece vivir en una realidad paralela aislada de cualquiera avance en la igualdad de género. Prensa en la que muy a menudo no se respeta ni la mínima corrección política respeto de estas cuestiones, exacerbando en los comentarios y en los guiones el sexismo, la cosificación de la mujer como mercancía, o la reproducción de estereotipos con una naturalidad bochornosa.
Aún está en nuestra memoria el caso de Rubén Castro, hoy con condena en firme por violencia de género, en el que pudimos observar el mismo proceso en la comunicación de la cuestión con eufemismos, o intentando desprestigiar a la víctima, restando credibilidad a su relato. También hablamos de la presencia constante de los llamados "micromachismos" en forma de chistes o "sexualizando" las compañeras y deportistas. El periodismo deportivo normaliza la subordinación de la mujer, reproduce la "mística de la feminidad" a través de estereotipos de género trasnochados propios de una tasca oscura de siglos pasados.
Los medios de comunicación son una institución de socialización secundaria de importancia vital por su carácter masivo, y por lo tanto por la capacidad que tienen para transmitir y reproducir metamensajes que son interiorizados en ese proceso de socialización y por lo tanto interiorizados como parte de la "cultura". Cultura entendida como todos aquellos elementos que conforman la manera de entender nuestro entorno, el modo de proceder y las interacciones sociales, incluyendo las relaciones de "poder" entre hombres y mujeres.
Emplear en lo cotidiano a través de los medios un lenguaje sexista o no inclusivo, aceptar o restar importancia social a hechos como la Violencia de género, reducir a estereotipos a las profesionales, deportistas o en general a las mujeres, favorece la permanencia del actual sistema sexo-género sustentado en el patriarcado tradicional. Los medios de comunicación social tienen una responsabilidad y un papel importante en la construcción de una sociedad más igualitaria, más democrática y sin machismo.
"La larga esclavitud de las mujeres es la página más negra de la historia de la humanidad" (Elisabeth Cady Stanton, sufragista estadounidense).
Natural de Ferrol, Celia Fernández es socióloga, formada en la UDC (Universidade da Coruña). Es formadora en Igualdad de Oportunidades y experta en Planificación y desarrollo local. Pertenece a la Asociación Galega de Socioloxía (AGS). Ha publicado sobre ocio y sociedad industrial ("El surgimiento del ocio y la sociedad industrial", en Álvarez Sousa (coord.): Teoría Social y Turismo). Desde enero de 2014 colabora con Praza Pública, donde podemos seguir sus artículos escritos en gallego.
Para leer los artículos de la autora en Praza Pública, pulsa aquí. (índice de artículos de Celia Fernández).
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Otros artículos de la autora traducidos en este mismo blog:
Lamentablemente esto ha ocurrido desde que tengo noticias. En los años 50 y 60, cuando la oprobiosa, Gento en el Madrid y Kubala en el Barcelona tenían vía libre para todo. Evidentemente no salía en los medios de comunicación, pero se sabían muy mayoritariamente los hechos.
ResponderEliminarLo de Rubén Castro es una de las mayores vergüenzas que he visto, todo un estadio insultando a ella y alabándole a él. Patra mí esa actitud es de cierre del campo y una multa cuantiosa, que les duela. Es que además no sólo eran los hombres los que insultaban, es que también lo hacían las mujeres.