La lógica discursiva de Podemos es muy sencilla. Se ajusta a una arquitectura de corte estructuralista, basada en categorías discutibles que toman cuerpo a través de oposiciones binarias. Por ejemplo, gente decente frente a la casta. O lo nuevo frente a lo viejo. Esto último es uno de los ejes fuertes del discurso podemista.
Lo nuevo frente a lo viejo como mensaje seductor, implica por un lado la descalificación de todo lo existente con anterioridad a la aparición salvadora de Podemos. Nada vale excepto Podemos, surgido como un partido que en principio vendió el mensaje de que no era un partido sino un método. Nada vale, incluyendo el lenguaje de la izquierda, presentado como rancio y desfasado, frente a una neolengua que presume además de bondades pedagógicas. Nada vale, tan siquiera la distinción entre izquierda y derecha que los ideólogos podemistas se han apresurado a presentar como inútil y anacrónica...
Todo cuanto había era casta de una forma u otra, todo estaba corrupto... Es entonces cuando cobra sentido la mesiánica misión podemista: todo debe ser cambiado porque nada vale. Los que tenemos tendencia incontrolable al escepticismo, vemos en ello un ejercicio más de gatopardismo sistémico. Pero poco importa la opinión de los que vagamos por el páramo del escepticismo. Porque, de la misma forma que la gente vive con ilusión el momento de comprar un coche nuevo, o un teléfono móvil o cualquier otra cosa, también el simpatizante de Podemos muestra su euforia por un producto político que presume de nuevo, y que además se presenta como totalmente distinto a todo lo existente anteriormente.
La reproducción de la dominación política descansa siempre sobre el gatopardismo, sobre la necesidad de vender productos supuestamente nuevos, aparentemente renovados, que parecen romper con todo lo anterior. Lo que es válido para las marcas comerciales (la necesaria renovación periódica del formato y de la publicidad) lo es también para las marcas de la política sistémica. Después de todo, en uno y otro caso, se trata de vender una mercancía. Y en uno y otro caso se necesitan medios desde los cuales se lanza una incisiva campaña publicitaria, que es la clave del éxito.
Sin embargo, lo cierto es que poco "nuevo" existe en Podemos. Para empezar, una buena parte de sus seguidores han sido votantes del PSOE y, por tanto, son co-responsables de las políticas desarrolladas por este partido, ya que fueron sus votos quienes las permitieron. Pero tampoco sus líderes son nuevos en política. Izquierda Anticapitalista (núcleo primigenio de Podemos) tiene ya bastante recorrido en el circo político. Pablo Iglesias Turrión trabajó para IU como fontanero electoral, lo mismo que Juan Carlos Monedero (asesor de Llamazares en la época más gris de Izquierda Unida). Tampoco la estructura de partido que Podemos está diseñando es tan distinta a la de otros partidos existentes... Pero lo importante es que la gente vive la ficción de que todo es nuevo en Podemos y que todo lo anterior es viejo y no vale. Juan Carlos Monedero lo ha expresado tajantemente en un tuit, en el que no se libra ni el 15M:
Resulta contradictorio que algunos líderes de Podemos afirmen que el ADN del partido está en el 15M, mientras que su principal ideólogo (Monedero) venga a descalificar dicho movimiento por ser parte del régimen del 78.
La presunción de virginidad política es sin duda el punto fuerte de Podemos. Reconozcamos que eso vende en el tiovivo electoral. Podemos está al margen del "mancillamiento" que supone formar parte de lo existente hasta la fecha ("todo viene del régimen del 78"... salvo Podemos). La metáfora es válida aunque os pueda parecer grotesca, ya que después de todo lo que Podemos está haciendo es presumir de virginidad política, de himen político; incluso Monedero presume de ello, lo cual, teniendo en cuenta sus antecedentes políticos, nos lleva a suponer que ha debido someterse a una himenoplastía política.
De momento a Podemos le funciona pasear su pureza política por los platós de TV y periódicos afines. Y podrá seguir haciéndolo hasta que en las próximos elecciones municipales, autonómicas y generales, se vea en la tesitura de tener que tomar decisiones y de tener que mojarse como se mojan los demás.
Simpatizantes y líderes de Podemos le han echado en cara a IU las decisiones tomadas en Andalucía, Extremadura y Asturias a la hora de tener que votar para formar gobierno. Han sido críticas muy oportunistas y cargadas de demagogia, porque en circunstancias como las que se dieron en estas comunidades, solo hay tres opciones posibles para una fuerza parlamentaria. En cada una, IU ha seguido una opción diferente. Pero al final, da igual la opción que se siga, ya que será criticada en un ejercicio de demagogia política (ver mi entrada "Cómo ser un imbécil integral y no morir en el intento", escrita después de haber discutido con un simpatizante de Podemos).
Sin embargo, dentro de un tiempo Podemos se verá ante esa misma tesitura y muchos simpatizantes tendrán que tragarse sus palabras (igual que sus líderes, especialmente Monedero y Errejón, que son los que más han incidido en sus críticas a IU en este tema, al contrario que Pablo Iglesias Turrión, quien ha optado por mostrarse más discreto y prudente en la cuestión señalada).
En relación con este tema, recientemente en un programa de Cuatro TV, en el que participaban Íñigo Errejón (Podemos), Tania Sánchez (IU) y Juan Segovia (PSOE), tanto el presentador como Juan Segovia pusieron contra las cuerdas a Errejón con una pregunta envenenada: ¿apoyaría Podemos un gobierno del PSOE si se necesitase de sus votos para impedir un gobierno del PP?
La pregunta es del todo pertinente, ya que esa situación se producirá en muchos ayuntamientos, en comunidades autónomas y quizás a nivel de elección de gobierno central. IU ya ha tenido que enfrentarse al problema como dije, optando por tres soluciones distintas que son además las que hay (no hay otras). Sin embargo, Errejón evitó en cuatro ocasiones tener que contestar a la pregunta, echando mano de una retórica que no venía a cuento y yéndose por las ramas (lo que llamamos echar balones fuera). Y es que tener que contestar sin ambigüedad, quizás habría sido incompatible con la presunción de himen político del que tanto alardea Podemos y que tanto seduce a sus simpatizantes. Pero eso a Podemos se le acabará cuando tenga concejales y diputados y se vea obligado a mojar el culete, igual que se lo mojan los demás. Será divertido ver cómo muchos cambian entonces su discurso.
Blog del viejo topo
Nota añadida después de la publicación de la entrada.
José Ignacio Torreblanca (Profesor de Ciencia Política en la UNED) publica hoy 24-9-14, un incisivo y certero análisis de las razones que impulsan a Podemos a no concurrir con sus siglas a las próximas elecciones municipales. Recomiendo la lectura de este artículo, que lleva por título "¿Desconfía Podemos de la ciudadanía?" (pulsar en el hipervínculo anterior para acceder).
Nota añadida después de la publicación de la entrada.
José Ignacio Torreblanca (Profesor de Ciencia Política en la UNED) publica hoy 24-9-14, un incisivo y certero análisis de las razones que impulsan a Podemos a no concurrir con sus siglas a las próximas elecciones municipales. Recomiendo la lectura de este artículo, que lleva por título "¿Desconfía Podemos de la ciudadanía?" (pulsar en el hipervínculo anterior para acceder).
¡Muy bueno lo de la himenopastia política de Juan Carlos "El matarreyes" monedero"!
ResponderEliminarNo tan divertido resulta comprobar como los conversos no están dispuestos en ningún caso a concederles a los demás el margen de maniobra que se han concedido a sí mismos.
Y como urgen a los demás a asumir sus posicionamientos, planteamientos y/o decisiones (de los conversos), que tanto les ha costado alcanzar, "ipso facto" y sin mayor dilación, cuando resulta evidente (a la vista de las trayectorias políticas de algunos de esos conversos) que a ellos le llevó años consolidarlos. Y digo "ipso facto" porque parece como si pretendiesen ahorrarles a otros , por su propio bien, la penosa "travesía del desierto" de imprescindible realización hasta llegar a sus mismas conclusiones.
Vamos, que conversos sí, pero con unos corazones que a duras penas caben en sus respectivos pechos. ¿Serán también nuevos y fruto de sendos trasplantes?
Con que facilidad mientes una vez detrás de otra. Haces aseveraciones gratuitas, cayendo en la falsedad con una naturalidad que asusta y asquea.
ResponderEliminarQuizás sería más provechoso y razonable argumentar y señalar dónde están esas supuestas "mentiras", ya que en ausencia de argumentos tus acusaciones suponen una forma de insulto. Te limitas a descalificarme pero sin entrar en razones, en argumentos... Así no se va a ningún sitio.
EliminarUn saludo.
un poco de humor…
ResponderEliminarEste multitalento híbrido en alemán se llamaría
"eierlegende Wollmilchsau", un cerdo que además de poner huevos da leche y lana.
La cuestión es si nos hace falta...
Demoledor el análisis de José Ignacio Torreblanca, Profesor de Ciencia Política en la UNED, en su artículo "¿DESCONFÍA PODEMOS DE LA CIUDADANÍA?". Algunos párrafos:
ResponderEliminar.
"Según nos anuncian los líderes de Podemos, su decisión de no concurrir con sus siglas a las próximas elecciones municipales es una decisión inspirada en estrictos cálculos electorales y de estrategia política. Utilizando el lenguaje típico del marketing político que tantos partidos han adoptado en las últimas décadas, Podemos nos anuncia su deseo de preservar la “marca” de su eventual desgaste (curioso ejemplo de sumisión de la política a la lógica de mercado) así como de “minimizar riesgos y de maximizar oportunidades” (otro ejemplo de la introducción del lenguaje típico de la mercadotecnia en la política).
Nada que criticar al hecho de que Podemos esté dirigido por actores racionales que buscan maximizar el beneficio electoral en un mercado competitivo, pero la verdad, cuesta reconciliar esta visión tan fría y descarnada de la política con las continuas apelaciones de los líderes de Podemos a reinventar la democracia, poner patas arriba el sistema y acabar con la “casta” que oprime al pueblo y le roba su futuro y libertades.
(...)
“Venimos”, dicen sus líderes “a terminar con el caciquismo, los enchufes y el secuestro de la democracia. Y a inaugurar la transparencia y la honestidad”. Pero de forma sorprendente, renuncian a lograr el poder y a gobernar, ¿La justificación? “Debemos reconocer”, confiesan “que preferimos no concurrir a las elecciones municipales que hacerlo sin ofrecer a los ciudadanos plenas garantías a su confianza y su voto”.
Muy sorprendente. ¿De verdad todo el proceso asambleario puesto en marcha en barrios y municipios mediante los llamados “círculos” no es capaz de lograr encontrar ciudadanos y ciudadanos honestos que puedan formar candidaturas y presentarse para cambiar el sistema? ¿No es esto un jarro de agua fría para esos ciudadanos a los que se invita a protagonizar el cambio y que llevan meses debatiendo en las plazas y locales? ¿No habíamos quedado en que la vieja democracia representativa iba a ser sustituida por la democracia participativa y que la ciudadanía iba a tomar la palabra? ¿De verdad que entre el millón doscientos mil votantes de Podemos en las europeas no es posible encontrar dos o tres mil candidatos a concejales que puedan abrir las ventanas de nuestros anquilosados gobiernos municipales y enseñar a la “casta” el camino de salida? Parece que no. El resultado es que el mensaje de Podemos es que por razones de estrategia electoral los ciudadanos tendrán que esperar a 2018 para lograr limpiar la política municipal.
¿Qué explica realmente esta extraña decisión? (...) Así que, pese a lo que digan sobre la ciudadanía, la vieja Grecia, el ágora y la democracia asamblearia, los dirigentes de Podemos se comportan como cualquier líder clásico de un partido político clásico: prefieren gobernar desde arriba a ser gobernados desde abajo. (...)"
.
Art. completo en http://blogs.elpais.com/cafe-steiner/2014/09/desconfia-podemos-de-la-ciudania.html
En el artículo de Torreblanca que acabo de citar, y muy en relación con lo que menciono en esta entrada:
ResponderEliminar"(...) a diferencia de las elecciones europeas, donde no se elegía gobierno (...) la política municipal está estructurada de manera que un solo concejal puede dar la mayoría a un grupo u a otro. Como sucedió en la Italia del Movimiento 5 Estrellas de Beppo Grillo (...) los concejales de Podemos tendrían que decidir si apoyan a Izquierda Unida (a quien quieren suplantar), al PSOE (a quien quieren destruir) o se abstienen (facilitando el gobierno al PP). Todas esas decisiones enajenarían a alguien, serían difíciles de explicar y dejarían insatisfechos a muchos. Peor aún, no serían coherentes ni homogéneas: en el Ayuntamiento A votarían a Izquierda Unida, en el Ayuntamiento B se abstendrían para que no gobernara el PP y en el Ayuntamiento C podrían buscar una coalición con el PSOE. Sí, gobernar es elegir, y elegir es arriesgarse, a eso eso refieren con proteger la “marca”.
http://blogs.elpais.com/cafe-steiner/2014/09/desconfia-podemos-de-la-ciudania.html
Buenos días,
ResponderEliminardisculpe el comentario anónimo, soy un lector habitual y espero poder darme de alta en los comentarios en breve. Me llamo Carlos y soy de Sevilla.
Sobre el tema de hoy como siempre me parece que tiene usted toda la razón. El primer comentario, aparte de grosero y con errores ortográficos, es injustificado y apostaría que proviene de algún simpatizante recientemente politizado que se ha sentido aludido.
Me siento muy identificado con sus argumentos y es un placer poder encontrar a una persona bien informada que es capaz de expresarlos en palabras claras y bien documentados.
La tesitura en la que se encuentra habitualmente IU es para hacer un estudio sociológico interesante. Por un lado ni puede pactar (Andalucía) ni puede abstenerse (Extremadura) sin que se conviertan en los mayores reformistas o en los peores traidores de la izquierda, según el caso, pero tampoco pueden permanecer en la eterna oposición porque los amantes del voto útil le arrinconan en el olvido de "nunca harán nada". Y por supuesto ninguno de sus críticos les apoya con el voto.
El asunto de Podemos y la no participación en los círculos tiene una explicación muy simple y la dijo o dio a entender Errejón hace dos días en el programa de Angels Barceló en Radio Anti-IU, perdón, en la Cadena Ser. La propaganda. Podemos vive principalmente de dos fuentes: el inexplicable apoyo mediático de las televisiones y el "boca a boca" de las redes sociales, donde posee legiones de voceadores gratuitos dispuestos a rebloguear al segundo todo meme sobre Podemos o sobre corrupción que caiga ante sus ojos (esto hay que reconocer que lo han conseguido de manera espectacular).
Si los círculos de los pequeños municipios se lanzasen a la aventura política, dado el especial carácter de la España profunda y las millares de peculiaridades regionales, culturales y de tejemanejes e intrigas particulares, podrían suceder en esos municipios extraños pactos, asociaciones mal vistas o decisiones que resultasen una propaganda muy negativa para Podemos.
Se excusan en la escasa preparación. Bien, supongamos que es cierto. Aún así, la negativa de la cúpula madrileña ¿no contradice ese “ADN Podemos” tan mencionado últimamente, el asamblearismo y la promesa del “empoderamiento” de “la voz del pueblo”? ¿No presumen de llevar a los ciudadanos un lenguaje muy claro y un mensaje muy sencillo? ¿Tan simples creen que son sus bases que no confían en que ese mensaje tan rebajado haya calado en ellos? ¿No es pobre considerar a tus bases como meros portadores de voto y poco más?
En fin. Desconozco, la verdad, el tiempo que debe haber entre las elecciones municipales y las inmediatas generales, pero por corto que sea, esa propaganda negativa influiría muy directamente en los resultados de su verdadero objetivo: las elecciones generales. La política a nivel de las Cámaras alta y baja, en especial la baja, es mucho más diáfana que la política regional o municipal y en ese ámbito resultaría menos complejo participar sin contradecir ese purismo del que presumen. Ese y no otro sospecho que es el motivo.
Un mal pensado podría incluso llegar a creer que los municipios no importan tanto a ese “círculo cúpula” como el previsible éxito electoral en el Congreso con numerosos escaños logrados. Pero no seamos malos.
Un saludo y gracias.
Estoy bastante de acuerdo con tu comentario.
EliminarMuchos políticos de todos los partidos, incluso del PP, han comenzado en los ayuntamientos de concejales. De ahí algunos han pasado a autonomías y al parlamento o senado. O sea se han fogueado en los problemas de la gente de la calle.
En Podemos pretenden empezar la casa por el tejado. Parten de cuadros universitarios de una determinada facultad, y desde allí quieren organizar a la gente. Cosa bastante rara.
Para mí que, además de la sospecha e incluso de la certidumbre de que están para dividir a la izquierda, me da la impresión que se creen los elegidos para "conducir al pueblo", o sea se consideran "casta".
Los últimos movimientos de PIT, que no Brad, proponiendo una estructura clásica de partido, avalan lo que pienso.
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