Nota añadida un año después, 21-1-2015
Se cumple un año de lucha de los trabajadores de Coca-Cola. Es la resistencia más prolongada por parte de los trabajadores españoles.
El boicot a los productos de Coca-Cola es una forma más de mostrar nuestra solidaridad de clase con los trabajadores de Coca-Cola.
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Marx contra Coca-Cola. Consumo y boicot como lucha de clases.
Publicado en este blog el 8-2-2014
El poder potencial de la clase trabajadora es de dimensiones extraordinarias, básicamente porque somos los productores y la inmensa mayoría de consumidores. Producción y consumo mueven el engranaje del sistema capitalista. El problema es que normalmente ese poder se queda en una mera realidad potencial, que no llega a expresarse en hechos. Entre los factores que impiden la materialización de tal fuerza potencial, destacan dos: la ausencia de conciencia de clase y -derivado de lo anterior- la imposibilidad de actuar como clase a través de la unidad de acción. Marx y Engels lo tenían claro, cuando escribieron el Manifiesto del Partido Comunista: ¡Trabajadores del mundo, uníos!
La unidad de respuesta es un tsunami contra el cual el sistema carece de defensas eficaces. Pero, para aspirar a una praxis política unitaria, previamente debe existir conciencia de clase. Este es el nudo gordiano. De ahí que resulte una aberración la negación de la lucha de clases y el ocultamiento del antagonismo básico entre dominantes y dominados, explotadores y explotados. En su lugar se nos habla de una difusa clase media, concepto ambigüo de la sociología sistémica que enmascara el antagonismo raíz. Ahora también hay quien prefiere distraer la atención hablando de gente "decente" frente a "indecentes", afirmando que la lucha de los trabajadores no es de derechas ni de izquierdas (Pablo Iglesias & Monedero). Pero, de la misma forma que los sindicatos deben ser sindicatos de clase, también los partidos de izquierda deben ser organizaciones de clase, lo cual descarta el interclasismo a la vez que afirma la identidad básica de la clase trabajadora por encima de su heterogeneidad.
Vivimos en una época en la que algunos instrumentos clásicos de presión de los trabajadores, han ido perdiendo operatividad. Sucede, por ejemplo, con la huelga. A pesar de todo, sin renunciar a tales herramientas, hemos de ser capaces de desarrollar nuevas estrategias de lucha y presión, o de dinamizar estrategias que ya no son tan novedosas pero que están poco extendidas.
Tradicionalmente, las estrategias de lucha de los trabajadores han girado en torno a la producción. Sin embargo es preciso también dinamizar estrategias que giran en torno al consumo. No es nueva la idea que habla de convertir el carro de la compra en un carro de combate, pero por desgracia está poco desarrollada en nuestra praxis social. Se trata de llevar la lucha de clases al terreno del consumo. El ejemplo más reciente lo estamos viviendo con Coca-Cola.
Coca-Cola Iberian Partners es el embotellador de los productos de Coca-Cola para España, Portugal y Andorra. Se formó en febrero de 2013 al integrarse las 8 embotelladores que existían en la península ibérica. En todal, fabrica y comercializa 24 marcas de bebidas y 69 productos de la matriz The Coca-Cola Company.
Algunos de los productos de la marca Coca-Cola |
A pesar de sus excelentes beneficios, aprovechando la reforma laboral del gobierno del PP, la compañía pretende cerrar 4 de las 11 plantas existentes, presentando un ERE "por causas organizativas y productivas" que afecta a 1.250 trabajadores. Los responsables de la compañía se justifican con lo de siempre: "El objetivo de la reestructuración es ganar eficiencia y competitividad", palabras mágicas utilizadas siempre por la patronal para justificar despidos, reducir salarios, incorporar trabajadores en condiciones de mayor precariedad, etc.
La respuesta de los trabajadores no se hizo esperar, pero en esta ocasión ha ido acompañada de un llamamiento al boicot a los productos de Coca-Cola. De esta forma, como ejemplo, la movilización de los trabajadores de la planta de Fuenlabrada en Madrid, en la primera semana de huelga, ha hecho que "las ventas de Coca-Cola en Madrid hayan caído en torno a un 40 por ciento" (Europa Press), gracias al apoyo de los consumidores, al que se han sumado muchos pequeños bares que han decidido dejar de servir productos de Coca Cola, mientras dure el conflicto entre la compañía y los trabajadores.
Desde el comité e empresa de la planta de Fuenlabrada, se afirma que la medida de la compañía "es una aplicación de la reforma laboral y una especulación pura y dura del mundo empresarial actual", ya que todas las plantas del grupo tienen beneficios: "consecuencia de un proyecto que se llama 20+20 de la compañía Coca-Cola a nivel mundial", el cual consiste en que la multinacional aspira a duplicar sus beneficios en una década, entre 2010 y 2020 (Europa Press). En el caso de la planta madrileña -igual que en los demás casos-, Coca-Cola Iberian Partners quiere cerrar la planta para reabrirla después pagando salarios inferiores y con condiciones laborales más precarias.
La estrategia de los trabajadores de Coca-Cola (la huelga) entra dentro de las estrategias clásicas que giran en torno a la paralización de la producción. Pero en esta ocasión consiguen la solidaridad de los consumidores que también son trabajadores. La actuación de estos, a partir de la conciencia y solidaridad de clase, puede llega a resultar un factor decisivo en la resolución del conflicto en favor de los trabajadores.
Es la lucha de clases proyectada sobre nuestra condición de consumidores. Un camino que debemos potenciar y desarrollar al máximo, concienciándonos de la necesidad de boicotear productos de compañías claramente hostiles a los intereses de los trabajadores. Esto no es nuevo, cierto; ni mucho menos (casi todo está ya inventado). Pero ya va siendo hora de tomar conciencia de que el carro de la compra puede ser un carro de combate. Así que... ¡¿qué tal si boicoteamos todos los productos de la marca Coca-Cola?! Es otra forma de mostrar solidaridad de clase.
Muy buen artículo. Me ha traído a la memoria el interesantísimo libro de Naomi Klein "No Logo: el poder de las marcas". 14 años después de su publicación sería interesante rescatarlo de la estantería y repasarlo de nuevo.
ResponderEliminarMe gusta la iniciativa del boicot de clase!!
No sólo hay que reflexionar sino también actuar. Yo me considero adicta a la cocacola y llevo dos semanas sin comprarla. Nuestra conciencia debe trasladarse a la acción.
ResponderEliminarReconozco que soy mucho de boikot....a Mercadona, a las tiendas que en huelga general presumen de abrir, a las pastas que publicitan comunicadores reacionarios....muchas, pero....a veces creo que la diferencia entre estas empresas "boikoteadas" por mi y otras que actuan igual o peor está en ....como no, la publicidad.....es decir si el dueño de Mercadona no fuera un bocazas y hubiera estado callado o hablara en ingles u otro idioma (Carrefour, alCampo, H&M, M&S....) pues no sabríamos que opina y seguro que opinan lo mismo....¡son capitalistas!....asi que algunas veces viendo que la gran masa sigue comprando en los lugares donde yo hago boikot creo que lo único que sirve es una justificación de mi propia conciencia y la de algún amigo tan mosqueado como yo.... buen artículo Vigne.
ResponderEliminarMuy buen articulo,sencillamente desarrollado,para mi, resulta pedadogico,la verdad.Pues ,si, lo tenemos fácil,no consumiendo, muy buena tactica ,dañina para los intereses de las multinacionales.
ResponderEliminarSi,tenemos que vernos con el "agua al cuello" para partir otra vez de cero y darnos cuenta que no "fuimos nuevos ricos",que somos !todoooos! clase trabajadora,nos tenemos que concienciar todos de ello_lo cual no es de mucho esfuerzo intelectual_Existe un capitalismo superespeculador, atroz ,con unas minorías que nos oprimen..lo estamos viendo...y a parte , completamente deshumanizados, sin una preparación integral que nos preste "defensa personal,criterio propio_ ante tanta agresión.Si,es necesario volver a Marx y a todos que nos alertaron en su momento de lo que a muchos nos parecía quimérico y negativamente utópico...¿o no?.
Reitero mis felicitaciones por el articulo con su temática tan necesaria.
http://intentadolo.blogspot.com.es/2014/02/un-proceso-constituyente.html
Un dato bastante relevante en este caso es la posición del PSOE. Anteayer Simancas propuso que el PSOE patrocinara un boicot a Coca-Cola, y la dirección se negó, dijo que eso era una postura personal.
ResponderEliminarEn estos tiempos tan poco productivos, tan especulativos, efectivamente les podemos dar por el lado de la demanda y consumo (elástico), negándonos. Para empezar, ya estaríamos obedeciendo a nuestra propia conciencia, que no sería poco... Y en masa, como bien dices, Vigne, podemos llegar a ser un tsunami. Ahora bien, esta estrategia colectiva no nos vale ante nuestras necesidades llamadas rígidas como es el consumo energético.
ResponderEliminar¡¡Un gran artículo!!
El problema que veo en este caso, es que los despidos se van a ejecutar con boicot o sin... El boicot lo único que logrará si se alarga mucho son más despidos en consecuencia de la bajada de ventas que comentabas... Yo propongo que se les ofrezca a los trabajadores recolocación, prejubilaciones y en el peor de los casos buenas indemnizaciones. Cada caso de cada empresa merece un análisis distinto y en este caso hay que pensar en las consecuencias que puede traer actos como un "boicot".
ResponderEliminarAnónimo, creo que te has equivocado de blog, esto no es el ABC ni cosa similar. El boicot fue una de las primeras armas de los trabajadores, dio muy buenos resultados pues les defendía con el arma que tenían y tienen (su número) frente al poder criminal de los empresarios codiciosos. Aceptar eso que dices de que "hay que pensar en las consecuencias..." es aceptar el mensaje del criminal mafioso: que nos convirtamos ya en sus esclavos.
EliminarUn acertado análisis. Cuándo los trabajadores se darán cuenta de su poder y de lo que ganarán cuando se lo tomen en serio.
ResponderEliminarYo llevo muchos años boicoteando a Coca Cola, una colaboradora con el régimen nazi de Hitler y en la destrucción de Siria: http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com.es/2012/10/los-intereses-economicos-detras-de-la.html
Un saludo Vigne.