Imagen: Alex Gross, "Spores", óleo, 2014.
Web: www.alexgross.com
Artista estadounidense nacido en Roslyn Heights, Nueva York (1968). Sus pinturas (óleos sobre lienzo) pertenecen a lo que se conoce como Lowbrow o surrealismo pop, surgido en los años 70 del siglo XX, en el marco de la llamada cultura underground.
"La realidad ha sido expulsada de la realidad"
(Jean Baudrilliard, El crimen perfecto, 1996)
"No quiero acordarme de nada. Nada. Y quiero ser rico. Ser alguien importante. Como un actor."
"No quiero acordarme de nada. Nada. Y quiero ser rico. Ser alguien importante. Como un actor."
(El traidor Cypher pidiendo ser conectado de nuevo a Matrix)
Are you happy?
¿Quién ha dicho que el capitalismo es barbarie? ¿Será? Y si así fuese (seguro que sí), ¿acaso es incompatible vivir en la barbarie y ser feliz? ¿De qué depende la felicidad? ¿Qué es la felicidad? ¿Puede el esclavo ser feliz con sus cadenas? ¿Percibe las cadenas? ¿Vivimos realmente en un mundo feliz? ¿Qué extraña ilusión, creada por los magos ilusionistas del Poder, nos hace manifestar nuestra condición de seres felices? ¿Será la alienación la receta mágica para ser feliz? ¿Será el conformismo y la sumisión, requerimientos para alcanzar el nirvana mundano de la felicidad? ¿Será que, para ser feliz, es preciso dejar de plantearse preguntas como las anteriores, reducir la conciencia a niveles rudimentarios?
En caso de que no seas feliz, has de saber que perteneces a una minoría planetaria de 'amargaos' que forman una especie social rara. ¡Vamos, que eres un pringao! Bueno... al menos eso es lo que habría que deducir de la última encuesta anual de la todopoderosa y prestigiosa WIN/Gallup International, una de las entidades líderes en el campo de los estudios estadísticos sobre la opinión pública (en los apéndices finales encontrarás un apartado dedicado a esta corporación).
Una de las preguntas contenidas en la encuesta (con datos referidos al año 2014 y dados a conocer el 30 de diciembre de ese año), en concreto la pregunta "Q3", tiene por objeto conocer el nivel de felicidad de los ciudadanos del mundo. La pregunta fue:
Las conclusiones son contundentes. La propia corporación utiliza como titular el siguiente: "Un mundo más feliz en 2014", y así resume las principales conclusiones:
Por supuesto que aparecen diferencias regionales (en detalle véase más abajo en el desglose que realicé). Los africanos son los más felices seguidos de los asiáticos, mientras que los europeos occidentales somos los más amargados e infelices (excepto los nórdicos). Esto se repite en las respuestas a otra pregunta, sobre si 2015 será mejor o peor: nuevamente los africanos son los más optimistas (75% cree que será mejor), y los europeos occidentales los más pesimistas (el 74% opina que 2015 será peor que 2014).
Veamos más en detalle los resultados.
Datos detallados de la encuesta anual 2014 de WIN/Gallup International, en relación con la pregunta nº 3: "En general, ¿se siente personalmente muy feliz, feliz, ni feliz ni infeliz, infeliz o muy infeliz sobre su vida?"
Los datos en bruto se pueden consultar en la web de Win/Gallup. Son 65 archivos en formato pdf (uno por cada país considerado en la encuesta) en cada uno de los cuales están todas las tablas de datos de cada pregunta, desglosados por variables de género, edad, ingresos, estudios y empleo.
Estos datos primarios no permiten ningún tipo de análisis comparativo, con lo cual es preciso elaborar una matriz de datos con lo que nos interese, picando con paciencia en dicha matriz los datos de los 64 ficheros. Es lo que hemos hecho. En concreto, seleccionamos la pregunta indicada y picamos los totales y los datos parciales desglosados según la variable género (no consideramos las demás variables para no desviar la atención de lo más importante). La que sigue es la matriz general que elaboramos (es nuestra, no de Gallup). Para verla en tamaño correcto, pincha sobre la imagen:
[Nota importante: tanto en esta matriz de datos como en las tablas que siguen, el valor "--" señala una cantidad inferior a 1%]
De esta matriz hemos seleccionados los datos que aparecen en las siguientes dos tablas: los totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor "felicidad" (tabla 1) y lo mismo pero de mayor a menor "infelicidad" (tabla 2).
Según la encuesta, los habitantes de Fiji y de Colombia son los más felices. Casi todo el mundo se considera feliz en esos dos países. En el otro extremo, Irak y Grecia. Si vamos a la tabla de "infelicidad", nuevamente la población de estos dos últimos países junto con la de Líbano, aparece como la que más expresa o reconoce infelicidad; en el otro extremo de la escala, está Azerbaijan (menos de un 1% dice ser infeliz), finlandeses y saudíes.
Si nos vamos a la media, o bien nos basamos en una simple media aritmética o, más razonable, utilizamos la propia media ponderada que facilita la entidad encuestadora. Los porcentajes medios absolutos que facilita WIN/Gallup en su informe para los medios, suponemos que están ponderados en función de los tamaños de las muestras y del tamaño de la población de cada país considerado:
WIN/Gallup no facilita el desglose de esta media por hombres y mujeres, pero en el cálculo que hemos llevado a cabo nos salen casi dos puntos de mayor felicidad en las mujeres que en el caso de los hombres, y prácticamente el mismo porcentaje en el caso de la infelicidad (cinco décimas superior en los hombres).
¿Un mundo feliz? Eso parece... ¿o no? Luego nos detendremos a comentar algo sobre la idea cultural de felicidad y las limitaciones que conlleva el estudio cuantitativo de este tipo de conceptos.
Hemos agrupado los datos de las tablas 1 y 2 por grandes áreas regionales mundiales. El resultado es el siguiente conjunto de tablas:
Puede ser discutible que hayamos incluido Armenia aquí, pero nos ha parecido lo más correcto de cara a las comparaciones.
Los datos dan para interpretaciones de todos los gustos, así que anímate a dejarnos tu opinión en los comentarios. Personalmente, me llama la atención los porcentajes discretos de gente feliz en Alemania (supuestamente el país europeo con una economía más potente), Francia e italia (en el grupo de los países con menos gente satisfecha en la vida.
En cualquier caso, la tabla europea contrasta contundentemente con las tablas del resto de los países que hemos agrupado por grandes regiones mundiales:
¿Optimismo latino frente a pesimismo anglosajón? EE.UU. ocupa el último puesto en "felicidad" de los países americanos considerados en la encuesta, seguido de Canadá. También en el porcentaje de personas que se declaran infelices, EE.UU. se lleva la guinda. En el extremo, el optimismo desbordante de los colombianos (90% de gente feliz).
Puede chocar que el continente más depauperado y castigado por las enfermedades, plagas, pobreza, sequías, guerras, explotación neo-colonial, etc., sea el más feliz en la lista considerada por WIN/Gallup. Cierto que la encuesta únicamente considera 3 países africanos, de los cuales solo dos son subsaharianos. Pero aún así, es un dato interesante. Haré mención a ello en mis comentarios finales.
He considerado oportuno agrupar a los países de Oriente Medio en una categoría propia. El arrasado Irak (antaño un país con un nivel de vida medio bastante elevado y que gozaba de cierto sosiego social), ocupa el primer puesto de los menos felices y de los más infelices. Resulta también interesante comparar y valorar los datos de Israel y Palestina: dan para realizar interpretaciones de lo más variadas.
Hong Kong, Corea del Sur y Japón (además de Malasia), a pesar de su elevado desarrollo son quienes presentan un porcentaje más bajo de gente feliz entre los países asiáticos. La "prosperidad" capitalista de Hong Kong no parece hacer especialmente feliz a sus ciudadanos. Algo parecido podemos decir de Corea del Sur.
Sorprende también el dato de India (el tercero en el ranking de felicidad de los asiáticos, y el séptimo de los 65 países de la encuesta). Es verdad que India es una potencia económica (no solo económica), pero también es cierto que es un país de pobreza, miseria y desigualdades sociales extremadamente radicales. Como luego comentaré, los factores culturales (religiosos y de otra índole) influyen en la percepción y expectativas de la gente. El conformismo o inconformismo tiene una base cultural que es necesaria tener en cuenta para comprender estas cosas.
Filipinos y azerbaijanos son los más felices. En el caso de Azerbaijan, menos del 1% de la gente de la ex-república soviética se declara infeliz.
En cuanto a la última tabla, Australia muestra valores semejantes a los europeos y de América del Norte, mientras que Fiji ofrece el mayor porcentaje de gente feliz de los 65 países de la encuesta de WIN-Gallup. Habrá que emigrar a Fiji.
Papúa Nueva Guinea, es un país muy desconocido para los europeos. Las zonas urbanas principales están entre las zonas más peligrosas del mundo, de mayor inseguridad, delincuencia y violencia, algo que poca gente sabe. Obviamente, fuera de las ciudades la vida es menos violenta. Los procesos de modernización han transcurrido de tal forma que los cambios han sido socialmente traumáticos no pocas veces. A pesar de todo, la encuesta nos presenta un país en el que el 70% se manifiesta "feliz".
Si agrupamos todos los datos anteriores en 6 grandes áreas regionales, los resultados son los que vemos en la tabla anterior. África se nos presenta como el "continente feliz", mientras que Europa es el que ofrece un porcentaje más bajo de gente feliz. Si vamos a los porcentajes de personas que se consideran "infelices", en este caso la palma se la lleva Oriente Medio, seguido de Europa, mientras que los asiáticos serían lo que presentan un porcentaje más bajo de gente que se considera "infeliz".
¿Tiene credibilidad la encuesta de WIN/Gallup International?
La magia de los números y la manipulación
La gente manifiesta una tendencia a otorgar credibilidad por defecto a todo análisis que sea presentado en formato matemático, es decir, en cifras (léase estadística). Nos parece como más "científico", "objetivo", "real". Esta tendencia se manifiesta incluso en un sector amplio de investigadores de los departamentos de ciencias sociales, para quienes lo cuantitativo viene a ser no solo incuestionable sino también excluyente. Pero también en las instituciones públicas, quienes sistemáticamente tragan de forma acrítica con todo lo que sean estadísticas: es la magia de los números, la seducción de las matemáticas. Frente a esto, tenemos el desprecio o la infravaloración del abordaje cualitativo en el análisis social.
Como antropólogo suelo trabajar más con técnicas cualitativas que cuantitativas, pero mi pragmatismo me lleva a utilizar también las segundas: no existen técnicas malas a priori, solo usos malos o inadecuados de las técnicas; en función de los objetivos y características de la investigación, debemos seleccionar las técnicas más adecuadas en cada momento.
Los estudios estadísticos se prestan desde luego a un alto grado de manipulación (cualquier técnica cuantitativa de análisis). Quien haya trabajado con estas técnicas lo sabe. En especial lo que tenga que ver con aspectos políticos. Recientemente tuve ocasión de leer un interesante artículo del Collectiu Contrastant, traducido al castellano y divulgado por Kalinda Marín (@kalindama) en librosrojos.wordpress.com, sobre cómo se manipulan las encuestas contra IU. Estamos acostumbrados a ello. Cierto tipo de encuestas, por ejemplo las electorales, nunca son inocentes: tienen por objeto producir discurso, orientar la opinión y el comportamiento social en una dirección u otra.
¿Se puede analizar la felicidad con encuestas?
Lo anterior nos conduce a plantearnos si resulta factible plantear un análisis del grado de felicidad en el mundo, a partir de una encuesta como la de WIN/Gallup. Contaré una anécdota.
Hace años me ofrecieron participar en un estudio internacional liderado por una universidad estadounidense de prestigio. El objeto era analizar el grado de "felicidad y satisfacción conyugales" en el mundo, a partir de una encuesta que se haría -ya se estaba realizando- en un amplio número de países de todos los continentes. Dado que yo hacía trabajo de campo en el norte de Mozambique, un colega me pidió que pasara el cuestionario en la aldea en la que trabajaba. No me gustaba la idea, pero era un favor personal lo que me estaban pidiendo, así que le dije que me enviase el cuestionario. Una buena parte de las preguntas rozaba el delirio. Por ejemplo, me veía preguntándole a una mujer musulmana, campesina y macua (mi área de trabajo era de población macua o makhuwa), cosas como si se sentía satisfecha después de realizar el coito con su marido. Evidentemente rechacé participar en aquel estudio, que rebosaba etnocentrismo por todas partes y que conllevaba todo un cúmulo de sesgos.
Quiero decir con el ejemplo, que hay dimensiones sociales que se resisten a ser analizadas con este tipo de técnicas. Sobre todo conceptos que se manifiestan en campos semánticos muy amplios, contradictorios, difusos, cambiantes... Conceptos sujetos a una polisemia tremenda, caso de la idea de "felicidad". Pero además, es preciso tener en cuenta que dimensiones humanas que a priori son universales (ejemplo, el anhelo de felicidad) se concretan en formulaciones culturales específicas, locales, diferentes. De la misma forma que, en las respuestas a una encuesta como la que centra nuestra atención, están actuando mecanismos culturales no universales; por ejemplo, en muchos lugares está mal visto mostrarse o manifestarse feliz; en otros ocurre lo contrario: está mal visto mostrarse o manifestarse infeliz. Desde este punto de vista, la encuesta de WIN/Gallup resulta muy etnocéntrica.
Así pues, ¿es imposible analizar esta cuestión con técnicas estadísticas? Es muy difícil, aunque se podría hacer a un elevado coste por los recursos humanos que exigiría movilizar. Previamente deberíamos fijar todo el vasto campo de dimensiones que tienen que ver con la idea de felicidad y luego transformarlas en items operativos o preguntas muy concretas y específicas (nos saldrían docenas y docenas de preguntas). Obviamente, esto no es lo que hizo WIN/Gallup, cuyo reduccionismo al plantear la pregunta viene a ser un sesgo de partida muy grande.
Me viene a la cabeza algo que Alfonso Ortí escribió hace muchos años (1):
No entro a analizar los parámetros técnicos de la encuesta, ya que sería extendernos demasiado.
¿Entonces..?
(Re)producir discurso dominante a través de la realización de encuestas. Vendiendo las bondades del capitalismo.
Decíamos que cierto tipo de encuestas son generadoras de discurso (dominante), y que en este sentido constituyen una forma más de control social a través del control de la opinión pública.
El mensaje implícito y/o explícito de la WIN/Gallup es muy claro: A) vivimos en un mundo feliz, B) vivimos incluso en un mundo más feliz que el año anterior. Teniendo en cuenta que vivimos en un mundo capitalista (en su fase neoliberal además), habrá que deducir que el capitalismo produce felicidad o, al menos, no impide que la gente sea feliz (viene a ser lo mismo o parecido).
En este sentido, ese mensaje rotundo viene a reforzar la naturalización del capitalismo, en tanto que sistema "natural", el único viable y que además es portador de felicidad humana. Parece que estamos hablando de Matrix, ¿verdad?
Es evidente la tremenda carga de profundidad ideológica que contiene la encuesta; en concreto, la pregunta que estamos considerando. Obviamente, WIn/Gallup es una entidad sierva del establishment. Tanto es así, que en la encuesta de 2013 tuvieron un desliz (?) al preguntar cuál era el país del mundo que se consideraba una mayor amenaza para la paz mundial (ver "¿Qué país representa la mayor amenaza para la paz en el mundo?"). El resultado colocaba a EE.UU. en la picota, con lo cual al año siguiente (2014) la pregunta fue eliminada (demasiado incorrecta políticamente).
Y a pesar de todo, resultaría ingenuo ignorar los resultados de la encuesta.
Pese a las críticas que he realizado y a todos los sesgos que queramos señalar, es indudable que la encuesta desvela orientaciones creíbles. Desde nuestro sentido crítico de izquierdas, vemos un mundo en sangrienta guerra, una barbarie extendida por toda la faz de la tierra y además en incremento; vemos explotación del hombres por el hombre, miseria, hambre, violencia, injusticia, desigualdad extrema y en aumento..; constatamos un grado de destrucción medioambiental y de agotamiento de recursos hasta el extremo de darnos cuenta de que el planeta está al borde del abismo... En definitiva, contemplamos un caos dentro del cual se nos hace difícil imaginar que la gente pueda ser feliz. Nuestro lema "Socialismo o barbarie", conlleva la idea según la cual dentro del capitalismo solo hay infelicidad y que nadie puede sentirse satisfecho llevando una existencia trágica. Pero... ¿es realmente así?
Una forma de verlo...
Comentando la encuesta con compañeras de investigación, les preguntaba: ¿a cuánta gente realmente infeliz hemos conocido en Timor, Indonesia o Mozambique? (lugares en los que realizamos trabajo de campo). Lo que personalmente he llegado a ver, viviendo en suburbios urbanos que rozan la condición extrema sub-humana, o en aldeas remotas sin ningún tipo de comodidades ni de lujos, es que la tendencia al conformismo, a la resignación, a aceptar la situación personal..; el consuelo de ver que los demás están igual o, muy importante, el narcótico social que supone disfrutar del consumismo, son catalizadores de satisfacción o, cuando menos, neutralizan y aplacan la insatisfacción. Habrá que piense que es absurdo hablar de consumismo y de pobres, pero hay países en los que poder comprar una simple bicicleta es equiparable a la satisfacción que experimenta el magnate que se compra un ferrari en un país como el nuestro. Es decir, la dosis de consumismo que inyecta el capitalismo entre los "pobres", nos podría parecer insignificante a los que estamos en mejor situación, pero es suficiente para garantizar el conformismo y la aceptación del status quo. Cierto que, para que funcione el dispositivo de dominación, como cualquier droga, la dosis cada vez tiene que ser más grande (una contradicción más del capitalismo).
Me parece interesante comentar aquí que lo que he percibido en países de la "periferia" (en lo que antes se llamaba "Tercer Mundo"), es que cuanto más se mantienen las estructuras sociales tradicionales (campesinas en su mayor parte, y que priman lo colectivo frente a lo individual), mayor es el grado de satisfacción de la gente; por el contrario, es en la descomposición de esas estructuras y en los llamados "procesos de modernización" que van acompañados además de la emigración a las ciudades, donde comienza a aflorar la insatisfacción. En este último caso, lo colectivo pierde peso en beneficio del individualismo: el grupo deja paso a la soledad del individuo, la solidaridad grupal es sustituida por la ley del más fuerte y las obligaciones con la comunidad van desapareciendo en beneficio del cada cual que se busque la vida. En términos marxistas: es la penetración de las relaciones capitalistas de producción en esos países.
Otra forma de verlo...
Influyen, por supuesto, los factores culturales y en especial los religiosos. De ahí la crítica hecha a la religión desde el marxismo, al contemplarla como "opio del pueblo". No es casual que el fervor religioso, lejos de disminuir, haya aumentado en el mundo (en la mayoría de las religiones). Religión y resignación social a menudo van de la mano. En los años en los que pasé en el norte de Mozambique, fue testigo del impresionante crecimiento del integrismo islámico a través de la organización Africa Muslims Agency (sus orígenes hay que rastrearlos en Arabia Saudita, aunque creo que la sede central está en Kuwait). Supone una progresiva reconversión de musulmanes tradicionales (una forma de Islam muy pragmática, tolerante y basada en el sincretismo con las creencias pre-islámicas) en musulmanes integristas defensores de la Sharia como ley única. Esto supone que se está reislamizando toda África oriental (no solo Mozambique). El caso es que African Muslim Agency captaba seguidores sobre todo entre los sectores más empobrecidos, marginados, insatisfechos y desesperados (incluyendo a muchísimas mujeres en situación de extrema vulnerabilidad), que veían en la religión la única vía de escape. Este tipo de cosas (o parecidas) podemos verlas por todos los continentes y con distintas religiones.
Y otras forma más de verlo...
Es posible también que haya que pensar que sentirse satisfecho con la vida que se lleva, necesariamente no implique estar "alienado". Uno puede encontrar su felicidad en cosas muy diversas aun viviendo en un sistema tan atroz como es el capitalismo. Los amigos, la familia, las pequeñas cosas... a veces son las que nos llenan. Y esto no tiene por qué significar que seamos más o menos rebeldes, más o menos anticapitalistas. Pasarse la vida amargado es realmente duro, y resulta muy humano que busquemos cierto grado de felicidad /satisfacción en lo que tenemos a mano, por poco que pueda parecer (y lo poco a veces es mucho). No deja de ser inteligencia afectiva, emocional... ¿Un revolucionario anti-sistema, tiene que ser un amargado por definición? Por supuesto que no. La propia lucha puede ser un ingrediente de su felicidad personal.
Y podríamos seguir...
Todo esto viene a cuento porque, como decía, los resultados de la encuesta (si los tomamos como una simple orientación y pese a las críticas que podamos hacer), me parecen creíbles.
Una reflexión final sobre la vieja Europa
Somos el continente menos feliz, según la encuesta. Es posible que así sea. Hay otros datos que lo corroboran, como por el ejemplo la tasa de suicidios. El capitalismo genera anomia y cuanto más se desarrolla, más anomia. Capitalismo es sinónimo de individualismo y de competencia salvaje, rasgos que actúan en beneficio de la producción y consumo. Pero si la cuestión se resolviese de forma tan mecanicista, ¿por qué no ocurre lo mismo en el capitalismo más salvaje de los asiáticos? Es evidente que intervienen también factores de tradición cultural e histórica.
Menciono lo anterior porque estoy convencido de que difícilmente en un futuro cercano, el capitalismo encontrará contestación en Asia o en África. Y aunque el futuro sea lúgubre para todo el planeta, sospecho que nuestro viejo continente es el único espacio donde existen unas mínimas posibilidades de rebelión contra el sistema, por remotas que sean (junto con América Latina, por supuesto). Pero esa, es otra historia.
En caso de que no seas feliz, has de saber que perteneces a una minoría planetaria de 'amargaos' que forman una especie social rara. ¡Vamos, que eres un pringao! Bueno... al menos eso es lo que habría que deducir de la última encuesta anual de la todopoderosa y prestigiosa WIN/Gallup International, una de las entidades líderes en el campo de los estudios estadísticos sobre la opinión pública (en los apéndices finales encontrarás un apartado dedicado a esta corporación).
Una de las preguntas contenidas en la encuesta (con datos referidos al año 2014 y dados a conocer el 30 de diciembre de ese año), en concreto la pregunta "Q3", tiene por objeto conocer el nivel de felicidad de los ciudadanos del mundo. La pregunta fue:
En general, ¿se siente personalmente muy feliz, feliz, ni feliz ni infeliz, infeliz o muy infeliz sobre su vida?Las respuesta posibles forman pues 5 categorías (ó 6 si incluimos el "no sabe/ no contesta"). Categorías que dibujan una escala de mayor a menor felicidad, aunque solo las dos primeras ("muy feliz" y simplemente "feliz") delimitan el universo de personas que dicen gozar de la felicidad.
Las conclusiones son contundentes. La propia corporación utiliza como titular el siguiente: "Un mundo más feliz en 2014", y así resume las principales conclusiones:
- El 70% de los que respondieron a la encuesta en 65 países de todos los continentes, afirman ser felices (muy felices o simplemente felices).
- Solamente el 6% de los encuestados expresa ser infeliz.
Por supuesto que aparecen diferencias regionales (en detalle véase más abajo en el desglose que realicé). Los africanos son los más felices seguidos de los asiáticos, mientras que los europeos occidentales somos los más amargados e infelices (excepto los nórdicos). Esto se repite en las respuestas a otra pregunta, sobre si 2015 será mejor o peor: nuevamente los africanos son los más optimistas (75% cree que será mejor), y los europeos occidentales los más pesimistas (el 74% opina que 2015 será peor que 2014).
Veamos más en detalle los resultados.
Datos detallados de la encuesta anual 2014 de WIN/Gallup International, en relación con la pregunta nº 3: "En general, ¿se siente personalmente muy feliz, feliz, ni feliz ni infeliz, infeliz o muy infeliz sobre su vida?"
Planearán vender la vida
y la muerte y la paz,
¿le pongo diez metros, en
cómodos plazos, de felicidad?
(Pablo Guerrero, canción "A cántaros", 1972)
y la muerte y la paz,
¿le pongo diez metros, en
cómodos plazos, de felicidad?
(Pablo Guerrero, canción "A cántaros", 1972)
"Para ser dichosa basta con tener buena salud y mala memoria"
(Ingrid Bergman)
Los datos en bruto se pueden consultar en la web de Win/Gallup. Son 65 archivos en formato pdf (uno por cada país considerado en la encuesta) en cada uno de los cuales están todas las tablas de datos de cada pregunta, desglosados por variables de género, edad, ingresos, estudios y empleo.
Estos datos primarios no permiten ningún tipo de análisis comparativo, con lo cual es preciso elaborar una matriz de datos con lo que nos interese, picando con paciencia en dicha matriz los datos de los 64 ficheros. Es lo que hemos hecho. En concreto, seleccionamos la pregunta indicada y picamos los totales y los datos parciales desglosados según la variable género (no consideramos las demás variables para no desviar la atención de lo más importante). La que sigue es la matriz general que elaboramos (es nuestra, no de Gallup). Para verla en tamaño correcto, pincha sobre la imagen:
Imagen 1: Matriz general de datos seleccionados (Pulsa en la imagen para verla) |
De esta matriz hemos seleccionados los datos que aparecen en las siguientes dos tablas: los totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor "felicidad" (tabla 1) y lo mismo pero de mayor a menor "infelicidad" (tabla 2).
Imagen 2. Tablas 1 y 2: totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor felicidad e infelicidad. |
Según la encuesta, los habitantes de Fiji y de Colombia son los más felices. Casi todo el mundo se considera feliz en esos dos países. En el otro extremo, Irak y Grecia. Si vamos a la tabla de "infelicidad", nuevamente la población de estos dos últimos países junto con la de Líbano, aparece como la que más expresa o reconoce infelicidad; en el otro extremo de la escala, está Azerbaijan (menos de un 1% dice ser infeliz), finlandeses y saudíes.
Si nos vamos a la media, o bien nos basamos en una simple media aritmética o, más razonable, utilizamos la propia media ponderada que facilita la entidad encuestadora. Los porcentajes medios absolutos que facilita WIN/Gallup en su informe para los medios, suponemos que están ponderados en función de los tamaños de las muestras y del tamaño de la población de cada país considerado:
Imagen 3: Porcentajes absolutos |
WIN/Gallup no facilita el desglose de esta media por hombres y mujeres, pero en el cálculo que hemos llevado a cabo nos salen casi dos puntos de mayor felicidad en las mujeres que en el caso de los hombres, y prácticamente el mismo porcentaje en el caso de la infelicidad (cinco décimas superior en los hombres).
¿Un mundo feliz? Eso parece... ¿o no? Luego nos detendremos a comentar algo sobre la idea cultural de felicidad y las limitaciones que conlleva el estudio cuantitativo de este tipo de conceptos.
Hemos agrupado los datos de las tablas 1 y 2 por grandes áreas regionales mundiales. El resultado es el siguiente conjunto de tablas:
Imagen 4. Tabla 3: países europeos de la muestra (29 países). Totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor felicidad e infelicidad. |
Puede ser discutible que hayamos incluido Armenia aquí, pero nos ha parecido lo más correcto de cara a las comparaciones.
Los datos dan para interpretaciones de todos los gustos, así que anímate a dejarnos tu opinión en los comentarios. Personalmente, me llama la atención los porcentajes discretos de gente feliz en Alemania (supuestamente el país europeo con una economía más potente), Francia e italia (en el grupo de los países con menos gente satisfecha en la vida.
En cualquier caso, la tabla europea contrasta contundentemente con las tablas del resto de los países que hemos agrupado por grandes regiones mundiales:
Imagen 5. Tabla 4: países de América de la muestra (9 países). Totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor felicidad e infelicidad. |
¿Optimismo latino frente a pesimismo anglosajón? EE.UU. ocupa el último puesto en "felicidad" de los países americanos considerados en la encuesta, seguido de Canadá. También en el porcentaje de personas que se declaran infelices, EE.UU. se lleva la guinda. En el extremo, el optimismo desbordante de los colombianos (90% de gente feliz).
Puede chocar que el continente más depauperado y castigado por las enfermedades, plagas, pobreza, sequías, guerras, explotación neo-colonial, etc., sea el más feliz en la lista considerada por WIN/Gallup. Cierto que la encuesta únicamente considera 3 países africanos, de los cuales solo dos son subsaharianos. Pero aún así, es un dato interesante. Haré mención a ello en mis comentarios finales.
He considerado oportuno agrupar a los países de Oriente Medio en una categoría propia. El arrasado Irak (antaño un país con un nivel de vida medio bastante elevado y que gozaba de cierto sosiego social), ocupa el primer puesto de los menos felices y de los más infelices. Resulta también interesante comparar y valorar los datos de Israel y Palestina: dan para realizar interpretaciones de lo más variadas.
Hong Kong, Corea del Sur y Japón (además de Malasia), a pesar de su elevado desarrollo son quienes presentan un porcentaje más bajo de gente feliz entre los países asiáticos. La "prosperidad" capitalista de Hong Kong no parece hacer especialmente feliz a sus ciudadanos. Algo parecido podemos decir de Corea del Sur.
Sorprende también el dato de India (el tercero en el ranking de felicidad de los asiáticos, y el séptimo de los 65 países de la encuesta). Es verdad que India es una potencia económica (no solo económica), pero también es cierto que es un país de pobreza, miseria y desigualdades sociales extremadamente radicales. Como luego comentaré, los factores culturales (religiosos y de otra índole) influyen en la percepción y expectativas de la gente. El conformismo o inconformismo tiene una base cultural que es necesaria tener en cuenta para comprender estas cosas.
Filipinos y azerbaijanos son los más felices. En el caso de Azerbaijan, menos del 1% de la gente de la ex-república soviética se declara infeliz.
En cuanto a la última tabla, Australia muestra valores semejantes a los europeos y de América del Norte, mientras que Fiji ofrece el mayor porcentaje de gente feliz de los 65 países de la encuesta de WIN-Gallup. Habrá que emigrar a Fiji.
Papúa Nueva Guinea, es un país muy desconocido para los europeos. Las zonas urbanas principales están entre las zonas más peligrosas del mundo, de mayor inseguridad, delincuencia y violencia, algo que poca gente sabe. Obviamente, fuera de las ciudades la vida es menos violenta. Los procesos de modernización han transcurrido de tal forma que los cambios han sido socialmente traumáticos no pocas veces. A pesar de todo, la encuesta nos presenta un país en el que el 70% se manifiesta "feliz".
Imagen 8. Tabla 9: comparativa por grandes áreas regionales.Totales absolutos y totales por género, ordenados de mayor a menor felicidad e infelicidad. |
Si agrupamos todos los datos anteriores en 6 grandes áreas regionales, los resultados son los que vemos en la tabla anterior. África se nos presenta como el "continente feliz", mientras que Europa es el que ofrece un porcentaje más bajo de gente feliz. Si vamos a los porcentajes de personas que se consideran "infelices", en este caso la palma se la lleva Oriente Medio, seguido de Europa, mientras que los asiáticos serían lo que presentan un porcentaje más bajo de gente que se considera "infeliz".
¿Tiene credibilidad la encuesta de WIN/Gallup International?
"Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias"
(John Locke)
"La felicidad consiste principalmente en resignarse a su suerte, en querer ser lo que se es"
(Erasmo de Rotterdam)
La magia de los números y la manipulación
La gente manifiesta una tendencia a otorgar credibilidad por defecto a todo análisis que sea presentado en formato matemático, es decir, en cifras (léase estadística). Nos parece como más "científico", "objetivo", "real". Esta tendencia se manifiesta incluso en un sector amplio de investigadores de los departamentos de ciencias sociales, para quienes lo cuantitativo viene a ser no solo incuestionable sino también excluyente. Pero también en las instituciones públicas, quienes sistemáticamente tragan de forma acrítica con todo lo que sean estadísticas: es la magia de los números, la seducción de las matemáticas. Frente a esto, tenemos el desprecio o la infravaloración del abordaje cualitativo en el análisis social.
Como antropólogo suelo trabajar más con técnicas cualitativas que cuantitativas, pero mi pragmatismo me lleva a utilizar también las segundas: no existen técnicas malas a priori, solo usos malos o inadecuados de las técnicas; en función de los objetivos y características de la investigación, debemos seleccionar las técnicas más adecuadas en cada momento.
Los estudios estadísticos se prestan desde luego a un alto grado de manipulación (cualquier técnica cuantitativa de análisis). Quien haya trabajado con estas técnicas lo sabe. En especial lo que tenga que ver con aspectos políticos. Recientemente tuve ocasión de leer un interesante artículo del Collectiu Contrastant, traducido al castellano y divulgado por Kalinda Marín (@kalindama) en librosrojos.wordpress.com, sobre cómo se manipulan las encuestas contra IU. Estamos acostumbrados a ello. Cierto tipo de encuestas, por ejemplo las electorales, nunca son inocentes: tienen por objeto producir discurso, orientar la opinión y el comportamiento social en una dirección u otra.
¿Se puede analizar la felicidad con encuestas?
Lo anterior nos conduce a plantearnos si resulta factible plantear un análisis del grado de felicidad en el mundo, a partir de una encuesta como la de WIN/Gallup. Contaré una anécdota.
Hace años me ofrecieron participar en un estudio internacional liderado por una universidad estadounidense de prestigio. El objeto era analizar el grado de "felicidad y satisfacción conyugales" en el mundo, a partir de una encuesta que se haría -ya se estaba realizando- en un amplio número de países de todos los continentes. Dado que yo hacía trabajo de campo en el norte de Mozambique, un colega me pidió que pasara el cuestionario en la aldea en la que trabajaba. No me gustaba la idea, pero era un favor personal lo que me estaban pidiendo, así que le dije que me enviase el cuestionario. Una buena parte de las preguntas rozaba el delirio. Por ejemplo, me veía preguntándole a una mujer musulmana, campesina y macua (mi área de trabajo era de población macua o makhuwa), cosas como si se sentía satisfecha después de realizar el coito con su marido. Evidentemente rechacé participar en aquel estudio, que rebosaba etnocentrismo por todas partes y que conllevaba todo un cúmulo de sesgos.
Quiero decir con el ejemplo, que hay dimensiones sociales que se resisten a ser analizadas con este tipo de técnicas. Sobre todo conceptos que se manifiestan en campos semánticos muy amplios, contradictorios, difusos, cambiantes... Conceptos sujetos a una polisemia tremenda, caso de la idea de "felicidad". Pero además, es preciso tener en cuenta que dimensiones humanas que a priori son universales (ejemplo, el anhelo de felicidad) se concretan en formulaciones culturales específicas, locales, diferentes. De la misma forma que, en las respuestas a una encuesta como la que centra nuestra atención, están actuando mecanismos culturales no universales; por ejemplo, en muchos lugares está mal visto mostrarse o manifestarse feliz; en otros ocurre lo contrario: está mal visto mostrarse o manifestarse infeliz. Desde este punto de vista, la encuesta de WIN/Gallup resulta muy etnocéntrica.
Así pues, ¿es imposible analizar esta cuestión con técnicas estadísticas? Es muy difícil, aunque se podría hacer a un elevado coste por los recursos humanos que exigiría movilizar. Previamente deberíamos fijar todo el vasto campo de dimensiones que tienen que ver con la idea de felicidad y luego transformarlas en items operativos o preguntas muy concretas y específicas (nos saldrían docenas y docenas de preguntas). Obviamente, esto no es lo que hizo WIN/Gallup, cuyo reduccionismo al plantear la pregunta viene a ser un sesgo de partida muy grande.
Me viene a la cabeza algo que Alfonso Ortí escribió hace muchos años (1):
"Pero ese mismo reduccionismo analítico de la encuesta estadística -que para registrar como datos, las expresiones o enunciaciones verbales de los entrevistados, tiene que formalizarlas denotativamente en categorías o enunciados unívocos, de modo standarizado-, incapacita a la encuesta estadística, en principio, para captar y analizar en profundidad el discurso hablado (relativamente espontáneo y libre) de los sujetos encuestados."Y si algo está claro, es que la pregunta de WIN/Gallup nada tiene que ver con un enunciado unívoco.
No entro a analizar los parámetros técnicos de la encuesta, ya que sería extendernos demasiado.
¿Entonces..?
Imagen: Alex Gross, "Drones", óleo, 2014.
Web: www.alexgross.com
Ésta es tu última oportunidad. Después de esto, no hay vuelta atrás. Toma la píldora azul: el cuento termina, despiertas en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja...
(Morpheus a Neo, en Matrix)
"Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace"
(Jean Paul Sartre)
"Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo"
"Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo"
(Sigmund Freud)
(Re)producir discurso dominante a través de la realización de encuestas. Vendiendo las bondades del capitalismo.
Decíamos que cierto tipo de encuestas son generadoras de discurso (dominante), y que en este sentido constituyen una forma más de control social a través del control de la opinión pública.
El mensaje implícito y/o explícito de la WIN/Gallup es muy claro: A) vivimos en un mundo feliz, B) vivimos incluso en un mundo más feliz que el año anterior. Teniendo en cuenta que vivimos en un mundo capitalista (en su fase neoliberal además), habrá que deducir que el capitalismo produce felicidad o, al menos, no impide que la gente sea feliz (viene a ser lo mismo o parecido).
En este sentido, ese mensaje rotundo viene a reforzar la naturalización del capitalismo, en tanto que sistema "natural", el único viable y que además es portador de felicidad humana. Parece que estamos hablando de Matrix, ¿verdad?
Es evidente la tremenda carga de profundidad ideológica que contiene la encuesta; en concreto, la pregunta que estamos considerando. Obviamente, WIn/Gallup es una entidad sierva del establishment. Tanto es así, que en la encuesta de 2013 tuvieron un desliz (?) al preguntar cuál era el país del mundo que se consideraba una mayor amenaza para la paz mundial (ver "¿Qué país representa la mayor amenaza para la paz en el mundo?"). El resultado colocaba a EE.UU. en la picota, con lo cual al año siguiente (2014) la pregunta fue eliminada (demasiado incorrecta políticamente).
Y a pesar de todo, resultaría ingenuo ignorar los resultados de la encuesta.
Pese a las críticas que he realizado y a todos los sesgos que queramos señalar, es indudable que la encuesta desvela orientaciones creíbles. Desde nuestro sentido crítico de izquierdas, vemos un mundo en sangrienta guerra, una barbarie extendida por toda la faz de la tierra y además en incremento; vemos explotación del hombres por el hombre, miseria, hambre, violencia, injusticia, desigualdad extrema y en aumento..; constatamos un grado de destrucción medioambiental y de agotamiento de recursos hasta el extremo de darnos cuenta de que el planeta está al borde del abismo... En definitiva, contemplamos un caos dentro del cual se nos hace difícil imaginar que la gente pueda ser feliz. Nuestro lema "Socialismo o barbarie", conlleva la idea según la cual dentro del capitalismo solo hay infelicidad y que nadie puede sentirse satisfecho llevando una existencia trágica. Pero... ¿es realmente así?
Una forma de verlo...
Comentando la encuesta con compañeras de investigación, les preguntaba: ¿a cuánta gente realmente infeliz hemos conocido en Timor, Indonesia o Mozambique? (lugares en los que realizamos trabajo de campo). Lo que personalmente he llegado a ver, viviendo en suburbios urbanos que rozan la condición extrema sub-humana, o en aldeas remotas sin ningún tipo de comodidades ni de lujos, es que la tendencia al conformismo, a la resignación, a aceptar la situación personal..; el consuelo de ver que los demás están igual o, muy importante, el narcótico social que supone disfrutar del consumismo, son catalizadores de satisfacción o, cuando menos, neutralizan y aplacan la insatisfacción. Habrá que piense que es absurdo hablar de consumismo y de pobres, pero hay países en los que poder comprar una simple bicicleta es equiparable a la satisfacción que experimenta el magnate que se compra un ferrari en un país como el nuestro. Es decir, la dosis de consumismo que inyecta el capitalismo entre los "pobres", nos podría parecer insignificante a los que estamos en mejor situación, pero es suficiente para garantizar el conformismo y la aceptación del status quo. Cierto que, para que funcione el dispositivo de dominación, como cualquier droga, la dosis cada vez tiene que ser más grande (una contradicción más del capitalismo).
Me parece interesante comentar aquí que lo que he percibido en países de la "periferia" (en lo que antes se llamaba "Tercer Mundo"), es que cuanto más se mantienen las estructuras sociales tradicionales (campesinas en su mayor parte, y que priman lo colectivo frente a lo individual), mayor es el grado de satisfacción de la gente; por el contrario, es en la descomposición de esas estructuras y en los llamados "procesos de modernización" que van acompañados además de la emigración a las ciudades, donde comienza a aflorar la insatisfacción. En este último caso, lo colectivo pierde peso en beneficio del individualismo: el grupo deja paso a la soledad del individuo, la solidaridad grupal es sustituida por la ley del más fuerte y las obligaciones con la comunidad van desapareciendo en beneficio del cada cual que se busque la vida. En términos marxistas: es la penetración de las relaciones capitalistas de producción en esos países.
Otra forma de verlo...
Influyen, por supuesto, los factores culturales y en especial los religiosos. De ahí la crítica hecha a la religión desde el marxismo, al contemplarla como "opio del pueblo". No es casual que el fervor religioso, lejos de disminuir, haya aumentado en el mundo (en la mayoría de las religiones). Religión y resignación social a menudo van de la mano. En los años en los que pasé en el norte de Mozambique, fue testigo del impresionante crecimiento del integrismo islámico a través de la organización Africa Muslims Agency (sus orígenes hay que rastrearlos en Arabia Saudita, aunque creo que la sede central está en Kuwait). Supone una progresiva reconversión de musulmanes tradicionales (una forma de Islam muy pragmática, tolerante y basada en el sincretismo con las creencias pre-islámicas) en musulmanes integristas defensores de la Sharia como ley única. Esto supone que se está reislamizando toda África oriental (no solo Mozambique). El caso es que African Muslim Agency captaba seguidores sobre todo entre los sectores más empobrecidos, marginados, insatisfechos y desesperados (incluyendo a muchísimas mujeres en situación de extrema vulnerabilidad), que veían en la religión la única vía de escape. Este tipo de cosas (o parecidas) podemos verlas por todos los continentes y con distintas religiones.
Y otras forma más de verlo...
Es posible también que haya que pensar que sentirse satisfecho con la vida que se lleva, necesariamente no implique estar "alienado". Uno puede encontrar su felicidad en cosas muy diversas aun viviendo en un sistema tan atroz como es el capitalismo. Los amigos, la familia, las pequeñas cosas... a veces son las que nos llenan. Y esto no tiene por qué significar que seamos más o menos rebeldes, más o menos anticapitalistas. Pasarse la vida amargado es realmente duro, y resulta muy humano que busquemos cierto grado de felicidad /satisfacción en lo que tenemos a mano, por poco que pueda parecer (y lo poco a veces es mucho). No deja de ser inteligencia afectiva, emocional... ¿Un revolucionario anti-sistema, tiene que ser un amargado por definición? Por supuesto que no. La propia lucha puede ser un ingrediente de su felicidad personal.
Y podríamos seguir...
Todo esto viene a cuento porque, como decía, los resultados de la encuesta (si los tomamos como una simple orientación y pese a las críticas que podamos hacer), me parecen creíbles.
Imagen: Alex Gross, "T-Mobile", óleo, 2011.
Web: www.alexgross.com
Una reflexión final sobre la vieja Europa
Somos el continente menos feliz, según la encuesta. Es posible que así sea. Hay otros datos que lo corroboran, como por el ejemplo la tasa de suicidios. El capitalismo genera anomia y cuanto más se desarrolla, más anomia. Capitalismo es sinónimo de individualismo y de competencia salvaje, rasgos que actúan en beneficio de la producción y consumo. Pero si la cuestión se resolviese de forma tan mecanicista, ¿por qué no ocurre lo mismo en el capitalismo más salvaje de los asiáticos? Es evidente que intervienen también factores de tradición cultural e histórica.
Menciono lo anterior porque estoy convencido de que difícilmente en un futuro cercano, el capitalismo encontrará contestación en Asia o en África. Y aunque el futuro sea lúgubre para todo el planeta, sospecho que nuestro viejo continente es el único espacio donde existen unas mínimas posibilidades de rebelión contra el sistema, por remotas que sean (junto con América Latina, por supuesto). Pero esa, es otra historia.
* * *
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida?
Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
(Calderón de la Barca, La vida es sueño,
soliloquio de Segismundo sobre su vida y su suerte).
Escena de la película Matrix
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Decía que la encuesta de 2013 de WIN-Gallup resultó muy polémica por la pregunta sobre qué país se consideraba que era la mayor amenaza para la paz en el mundo. Los resultados no tienen desperdicio. Puedes verlos en:
Sobre la satisfacción personal en sociedades que nos gusta calificar de "atrasadas" o "primitivas", te invito a leer el siguiente texto de Sahlins, en el que este antropólogo, a contracorriente, viene a defender la idea de que son precisamente esas sociedades pre-capitalistas las verdaderas "sociedades de la opulencia" y no nuestro capitalismo de consumo:
Apéndice sobre WIn/Gallup International
Gallup International es la mayor red del mundo especializada en estudios sobre la opinión pública. Fue fundada por George Horace Gallup (Iowa, EE.UU., 1901 - Thun, Suiza, 1984) en 1947. Siendo todavía estudiante, Gallup empezó siendo el editor de un periódico universitario. Graduado y doctorado en Ciencias Políticas, inicialmente se vinculó a la investigación académica, pero enseguida abandona este ámbito para unirse (1931) a Young & Rubicam (Y&R), una empresa de publicidad desde la que Gallup impulsa los estudios de mercado. Sin abandonar Y&R hasta 1947, en 1935 fundó el American Institute of Public Opinion, con el objetivo (pionero en aquellos momentos) de llevar a cabo sondeos electorales en EE.UU. pero también otros estudios distintos que permitiesen conocer cuáles eran los gustos de la gente y la opinión de la masa social, tanto en aspectos políticos como de mercado.
El salto a la fama de Gallup se produjo en 1936, cuando predijo acertadamente que Roosevelt derrotaría a Alfred Landon en las elecciones presidenciales, con una encuesta basada en una muestra de solo 5.000 personas, frente a la encuesta de Literary Digest que había previsto lo contrario pese a encuestar a más de 2,4 millones de personas (2). Gallup también fue pionero en el desarrollo de técnicas de encuestas para medir la audiencia en el mundo de la Radio y la Televisión.
George Gallup, Time,3-5-1948 |
En 2010 GIA se fusionó con WIN (The Worldwide Independent Network), manteniendo la sede en Suiza. WIN/GIA es el mayor consorcio internacional de empresas de investigación de mercado, con miembros en 70 países. El prestigio del grupo le ha llevado a trabajar como consultores y asesores del Banco Mundial, Foro Económico Mundial, UNICEF, OMS, Banco Asiático del Desarrollo, Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, Unión Africana, ASEAN, BBC y una larga lista de organismos, empresas y gobiernos.
Iniciativas pintorescas: a partir de 1974, GIA empezó a llevar a cabo con la Fundación Kettering, el "Seguimiento Anual de Percepción de la esperanza y la desesperación en todo el mundo".
Desde 1977 realiza todos los años (al final de cada año) una encuesta (la "End of Year Survey") cuyos resultados son dados a conocer en enero y que viene a ser una forma de prestigiar el trabajo de la corporación. "El fin de la encuesta anual es ofrecer una ventana científica a los pensamientos y comportamientos de la población mundial", dice la propia entidad ("End of Year Survey: Giving the World a Voice"). El propio Gallup justificaba así la razón de ser de esta popular encuesta anual (ver fuente citada): "Si se supone que la democracia se basa en la voluntad de la gente, entonces alguien debe salir y descubrir lo que es la voluntad". Es obvio que WIN/Gallup International es una corporación muy vinculada al establishment.
Notas
(1) Alfonso Ortí: "La apertura y el enfoque cualitativo o estructural: la entrevista abierta o semidirecta y la discusión de grupo", en Manuel García Ferrando, Jesús Ibáñez y Francisco Alvira (compiladores): El análisis de la realidad social. Métodos y técnicas de investigación, pág. 174. Alianza Editorial, Madrid, 1986.
(2) Manuel García Ferrando, "La encuesta", en la obra colectiva señalada en la nota anterior, pág. 143.
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