Reproduzco un artículo sobre Podemos publicado en Canarias Semanal por Manuel Medina.
Cada vez son más frecuentes los apuntes críticos sobre este partido, pero de todo cuanto leo no encuentro nada o casi nada que no se haya dicho y publicado ya en este blog anteriormente, y además desde hace tiempo. A veces hasta da la impresión de que inspiramos a más de uno. Por supuesto que hubo más gente que enseguida trazó la línea crítica. Me viene a la cabeza, por ejemplo, Ángeles Díez, autora de uno de los mejores artículos críticos que sobre Podemos se escribieron en los primeros momentos de su lanzamiento: "Podemos, un fenómeno mediático que pretende ser político" (reproducido en este blog y publicado inicialmente en el blog del cubano Iroel Sánchez, La pupila insomne).
Cada vez son más frecuentes los apuntes críticos sobre este partido, pero de todo cuanto leo no encuentro nada o casi nada que no se haya dicho y publicado ya en este blog anteriormente, y además desde hace tiempo. A veces hasta da la impresión de que inspiramos a más de uno. Por supuesto que hubo más gente que enseguida trazó la línea crítica. Me viene a la cabeza, por ejemplo, Ángeles Díez, autora de uno de los mejores artículos críticos que sobre Podemos se escribieron en los primeros momentos de su lanzamiento: "Podemos, un fenómeno mediático que pretende ser político" (reproducido en este blog y publicado inicialmente en el blog del cubano Iroel Sánchez, La pupila insomne).
Fuimos de los primeros en quitarle la careta al partido de Pablo Iglesias y en reaccionar ante su lanzamiento por parte de medios muy vinculados al capital, comenzando por el artículo Las lentejas de Pablo Iglesias. Éramos pocos y parió la abuela (publicado hace más de un año, el 16 de enero de 2014, inmediatamente después de que se hiciese público la aparición de Podemos). Nos adelantamos a la mayoría al advertir que Podemos era un producto de marketing mediático contra Izquierda Unida y para frenar la movilización social y canalizar el descontento. También en subrayar su carácter de partido atrápalotodo; en denunciar el ninismo (ni de derechas ni de izquierdas); la pseudo pedagogía política como justificación política; el parangón con el PSOE pre-82 y el trasfondo gatopardista del sistema; la relación existente entre el apoyo de los medios del capital a Podemos y la necesidad que tiene el sistema de recomponer un desgastado y desprestigiado espacio socialdemócrata-socioliberal, etc. Pocas críticas se han hecho que con anterioridad no fuesen expresadas aquí.
El artículo de Manuel Medina, escrito con un estilo que me ha gustado, contiene expresiones y algunas metáforas que representan muy bien la realidad de Podemos. Termina con un párrafo final que es merecedor de reflexión. La negrita y cursiva son del propio autor del artículo; la viñeta sobre Monedero también pertenece al original..
Fuente: Canarias Semanal, 13 marzo 2015
La enigmática ideología política de Podemos. Apuntes sobre una trayectoria sinuosa
Manuel Medina / Canarias Semanal
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Fuente: Canarias Semanal, 13 marzo 2015
La enigmática ideología política de Podemos. Apuntes sobre una trayectoria sinuosa
Manuel Medina / Canarias Semanal
Los muñidores de Podemos parecen irse aclarando
ideológicamente. O mejor dicho, aclarando a los numerosos daltónicos de este
país cuál es el color de la piragua en
la que navegan políticamente.
La verdad es que los "Complutense boys" han ido
dejando, a través de los poderosos canales de televisión que los
promocionaron, una vaporosa estela
de ambigüedades, contradicciones y
abstracciones ideológicas, cuyo
exclusivo objetivo ha sido lograr la confusión tanto del personal de la diestra
como de la siniestra. A la vista está que ese objetivo ha sido ampliamente
cubierto, de acuerdo con lo que indican
las encuestas sobre el origen social y político de sus potenciales votantes.
La técnica utilizada por estos disidentes de
IU no es novedosa, ni ingeniosa. En la historia del marketing electoral estos
procedimientos engañosos han sido empleados, con mejor o peor fortuna, en no
pocos países y circunstancias históricas.
Sin embargo, es preciso reconocer que en
el Estado español los artífices de Podemos han encontrado un terreno
especialmente abonado para lograr el encandilamiento de los crédulos y de
otros, que sin serlo, actúan como si lo fueran. En efecto, el caldo de cultivo
para que las técnicas electoralistas de estos vendedores de crecepelo
fructificaran no venía propiciado solamente por la profundidad de una crisis
económica sin precedentes. También ha contribuido a crearlo la generalizada y
programada despolitización que ha dominado la sociedad española a lo largo de
los últimos 30 años de Monarquía franquista. Una población que ha carecido de referentes ideológicos durante
tanto tiempo está predispuesta a aceptar cualquier discurso político que finja
arremeter contra "los de arriba", aunque tales embestidas carezcan de
un proyecto concreto con voluntad política para cambiar las bases económicas
sobre las que se asienta esta sociedad.
EL
LERROUXISMO PODEMITA
La historia del siglo XX español nos proporciona algunos ejemplos en este
sentido. Durante la II República, cuando amplios sectores sociales identificaban, con razón, a la Iglesia
española con las clases explotadoras, el mero ataque a la jerarquía eclesiástica
era interpretado por no pocos ciudadanos como un ataque al sistema económico
que los oprimía. Esa extendida creencia popular facilitó que personajes como el
demagogo Alejandro Lerroux obtuvieran
una enorme popularidad entre la población. Con frases incendiarias como
“Levantemos el velo de las monjas para elevarlas a la categoría de madres!”
o “Romped los archivos de la propiedad y
haced hogueras con sus papeles para purificar la infame organización
social”, Lerroux lograba hacer cuajar en
favor suyo la ira popular existente
contra las clases dominantes. Pero Alejandro Lerroux no tenía entre sus
objetivos ningún proyecto de transformaciones revolucionarias, ni tampoco
ningún propósito de cambio social. Ello quedó palmariamente demostrado cuando
en julio de 1936 este pintoresco politico español terminó decantándose a favor
de Franco y de su golpe militar.
Con todas las distancias históricas que
se deben tener en cuenta, algo de eso ha
ocurrido con Iglesias, Monedero y el resto los suyos. Contando con la enorme
proyección que de manera significativa le proporcionaron los medios de
comunicación, Pablo Iglesias logró señalar algunos de los males del
sistema político heredado de la
dictadura, muy evidentes para la población. Los primeros que aparecen ante la
sociedad española como culpables de la
situación que atraviesa el país son, evidentemente, los políticos que
forman parte del escaparate de las instituciones del Régimen. Ellos son la
primera "imagen" que el ciudadano común tiene de la corrupción y de
las trapisondas que cotidianamente aparecen en los medios. Iglesias no solo comprendió ese hecho - como
otros muchos - sino que, además, los
propietarios de los medios responsables de la construcción de la opinion publica de este país durante las
tres últimas décadas le proporcionaron el trampolín mediático para poder
decirlo. El "mensaje" de
Iglesias ha sido acogido con similar
entusiasmo al que en los años treinta generaban las furibundas diatribas de
Lerroux en contra una jerarquía católica estrechamente comprometida con los
poderosos. Adhesiones multitudinarias de ese tipo solo son posibles cuando un
importante sector de la población no
dispone todavía de instrumentos políticos que le permitan comprender que esa es
solo la fachada de un escenario, que los tramoyistas del sistema económico no
están a la vista aunque en realidad sean ellos los verdaderos dueños del "teatro".
¿CUÁL ES LA
IDEOLOGÍA DE PODEMOS?
Iglesias y los suyos, de forma calculada, han dirigido los tiros
hacia una parte no esencial del sistema.
Al igual que Lerroux en la década de los treinta, dirigen sus
dardos hacia una diana intencionadamente equivocada. Soliviantan la indignación popular
contra los políticos institucionales
que, al fin y al cabo, no son otra cosa más que los esbirros administrativos
del gran capital. Esa es la razón, y no
otra, por la que en reiteradas
intervenciones públicas
destacados "dirigentes" de Podemos tratan de salvar a
determinados banqueros de la quema. O precisan, diligentemente, que
"Podemos necesita a los ricos". O parlotean sobre la quimérica necesidad de construir un
capitalismo que defienda los "intereses nacionales". O vuelven del
revés algunas de sus ambiguas reivindicaciones iniciales, que podían parecer a
ojos de los que realmente mandan como excesivamente
"revolucionarias". Son sabedores de que los juegos de la confrontación tienen unos límites
marcados e infranqueables.
Y es que el grupo de universitarios de la
Complutense está constituido, ciertamente, por oportunistas, pero no por tontos. Son conscientes de que si
hurgan en determinadas áreas sensibles
del sistema se pueden encontrar con
hueso y, consiguientemente, sin televisión, sin medios y sin popularidad. Al
fin y al cabo, Podemos, en estos momentos,
no es más que una artificial burbuja mediática, sin una estructura
consistente y sin más apoyos que los virtuales,
que puede desaparecer en el mismo instante que los poderes reales,
dueños de esos medios, descubran en ella la más mínima capacidad
perturbadora.
Tanto Pablo Iglesias como quienes
integran su segunda fila se han dedicado
en los últimos tiempos a limar las aristas más
"provocativas" de su discurso político inicial. Iglesias, por
ejemplo, invitó solícito al nuevo monarca Felipe VI a que se presente a unas
elecciones para revalidar el puesto que ocupa porque, dijo, "está seguro
de que obtendría una amplia mayoría". Tales sugerencias son acompañadas
por razonamientos tales como que la contraposición histórica
república-monarquía no es esencial en el
momento que vive el país. Como si de un pavo real se tratara, Iglesias, pretencioso y egocéntrico, luce sus
plumas ante los medios, jactándose de que pronto concertará una reunión con el
Borbón para hablar de no se sabe qué cosas. Otro día nos sorprende con una
ristra de elogios hacia el Papa Francisco, silente colaborador de la sangrienta
dictadura militar argentina e inmisericorde fustigador de las mujeres que
abortan.
Este giro táctico de Pablo Iglesias y de
su "estado mayor" no carece de sentido. Una vez que se ha producido
el duro despegue de los primeros tiempos, la nueva formación requiere ganar
"respetabilidad social", hacer entender al poder fáctico que no
vienen a revolverlo todo, sino tan solo
a aparentar que lo hacen.
Ese es el sentido que tienen también las
recientes manifestaciones del segundo de Iglesias, su inefable lugarteniente Juan Carlos
Monedero. Según informa la agencia AFP, en unas declaraciones al programa
"Els Matins" de TV3, Monedero expresó su opinión acerca de la
clamorosa reivindicación independentista que tiene lugar en el seno de la
sociedad catalana. A propósito del
derecho a la autodeterminación de
Catalunya, Monedero resolvió el
problema con un par de abracadabrantes frases mágicas: «el sueño de comenzar de
nuevo puede ser atractivo, pero no es real».
El segundo de a bordo de Podemos,
sin abandonar el juego malabar de la
ambigüedad que lo caracteriza, agregó que «se debe reinventar España», para lo
que valoró «la libre elección de quienes la componen», precisando que «el derecho a decidir es una aventura más
amplia que un territorio concreto».
Según manifestó, las fuerzas soberanistas
«utilizan la independencia para estigmatizar» a la población, mientras que,
según él, «Podemos tiene un discurso honesto, que es una práctica igual en
Badajoz o Barcelona».
Al ser preguntado sobre por qué no
entiende la independencia como una opción real,
Monedero contestó con un "poderosísimo" argumento: "que
el Estado español lleva cinco siglos de
andadura conjunta».
Cuando desde el espacio de televisión se
le reprochó la ambigüedad que esta formación mantiene en múltiples áreas de su
programa político, el que fuera un estrecho asesor de uno de los coordinadores
más derechistas de IU tuvo la osadía de contestar que «si alguien me dice que
es de izquierdas no sé qué me está diciendo, mientras que sí entiendo la
realidad distinta de Barcelona o Madrid».
Como se puede observar, Podemos ha
entrado en su "fase adaptativa". Trata de buscar su acoplamiento en
el sistema. Carecen de la convicción y de la voluntad para cambiarlo, y por eso recurren al
principio lampedusiano de modificar algunas cosillas para que esencialmente
nada cambie.
Este tipo de finales de ciclo que estamos
viviendo se repite recurrentemente en nuestra historia, cada vez que una crisis
política o económica sacude las bases de nuestra sociedad. Las clases
poseedoras crean su propio "cuerpo de bomberos" al que encargan
apagar los fuegos sociales que amenazan con incendiar sus dominios. Unas veces, los "bomberos" son conscientes
del papel que están desempeñando. Otras veces no. Pero eso, a la postre,
importa poco. Lo fundamental son los efectos alcanzados. Y en el caso de
Podemos, no han logrado solamente, en
apenas un año, contribuir decisivamente a la desmovilización de los
trabajadores y el conjunto de la sociedad, sino también crear un espejismo de
ilusiones colectivas que cifran el fin
de nuestras desgracias en el acceso de la nueva formación a las instituciones
del establishment.
Para ilustrarse convenientemente sobre la
trascendencia del papel que juegan estos "bomberos sociales" al
lector le bastaría con acudir a las hemerotecas
y consultar una fecha y un nombre: 1982 y PSOE.
Manuel Medina / Canarias Semanal
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Comentario, por Vigne.
Hasta aquí el artículo de Manuel Medina. Subrayo varios aspectos:
Hasta aquí el artículo de Manuel Medina. Subrayo varios aspectos:
- La "credulidad" ingenua de su electorado y la "despolitización" de la masa social en el sentido de "carencia de referentes ideológicos" dice el autor (yo matizaría diciendo referentes ideológicos nítidamente de izquierdas). En la entrada "¿Hay razones fundadas para el pesimismo?" (20-10-14) hacía hincapié en este punto tan importante, ya que sin ello es imposible entender Podemos.
- Muy adecuado y acertado es lo que el autor denomina "lerrouxismo de Podemos". Es de las notas más interesantes del artículo e implica una comparación cuya validez es difícil de negar.
- La crítica a la focalización del discurso de Podemos en la corrupción de los políticos, recurso populista y oportunista cuyo efecto negativo está en que silencia quiénes son los verdaderos culpables de dicha corrupción: el capital, contra el cual Podemos se cuida mucho de cargar las tintas para no incomodar al status quo.
- El carácter de burbuja política, también apuntado en el blog del viejo topo en algunas entradas. Y, lo que es más importante, el recordatorio de que las burbujas pinchan: "Podemos, en estos momentos, no es más que una artificial burbuja mediática (...) que puede desaparecer en el mismo instante que los poderes reales, dueños de esos medios, descubran en ella la más mínima capacidad perturbadora."
- En algún momento apunté, en entradas anteriores, que la adaptación conservadora de Podemos supera ya a la que protagonizó en su día el PSOE 82 y eso que no gobiernan (ese giro, el PSOE lo dio al llegar al gobierno); y es que, ideológicamente, Podemos está incluso mucho más alejado de la izquierda de lo que estaba aquel PSOE del 82. A todo esto se refiere Medina al decir: "Podemos ha entrado en su "fase adaptativa". Trata de buscar su acoplamiento en el sistema (...) hacer entender al poder fáctico que no vienen a revolverlo todo, sino tan solo a aparentar que lo hacen".
- Muy acertado el final del artículo sobre el carácter apafuegos de Podemos (y necesariamente no tienen por qué ser conscientes de ello los seguidores de este partido):
"Este tipo de finales de ciclo que estamos viviendo se repite recurrentemente en nuestra historia, cada vez que una crisis política o económica sacude las bases de nuestra sociedad. Las clases poseedoras crean su propio "cuerpo de bomberos" al que encargan apagar los fuegos sociales que amenazan con incendiar sus dominios. (...) Y en el caso de Podemos, no han logrado solamente, en apenas un año, contribuir decisivamente a la desmovilización de los trabajadores y el conjunto de la sociedad, sino también crear un espejismo de ilusiones colectivas que cifran el fin de nuestras desgracias en el acceso de la nueva formación a las instituciones del establishment. Para ilustrarse convenientemente sobre la trascendencia del papel que juegan estos "bomberos sociales" al lector le bastaría con acudir a las hemerotecas y consultar una fecha y un nombre: 1982 y PSOE.
Pujalte (PP) |
A esos crédulos ingenuos que todavía siguen apostando por Podemos, les invitaría a reflexionar sobre unas declaraciones de un ilustre cafre del PP, Vicente Martínez-Pujalte, y de un periodista del establishment como es Iñaki Gabilondo:
Dice Pujalte: "hay una cosa que me gusta de PODEMOS, y es que son la institucionalización de la calle".
En una línea parecida, se manifestaba Iñaki Gabilondo en su programa en la SER el 3 de noviembre de 2014: "Si el crecimiento espectacular de Podemos refleja la magnitud de la ira ciudadana, ¿se imaginan esa ira ciudadana sin Podemos?, ¿se la imaginan descontrolada y suelta?, ¿se la imaginan en las calles? Los que ningunean a Podemos deberían valorar su contribución al encauzamiento de esa indignación en los márgenes de la democracia (...). ¿Se imaginan la ira ciudadana sin Podemos?"
¿Está o no está claro?
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