Mi bar de barrio, de pueblo, es peculiar. Tan peculiar que parece un calco de tantos otros esparcidos por todas partes (esto, por supuesto, retranca propia de los que vivimos a este lado del telón de grelos). Lo lleva una pareja mayor. Ambos fueron emigrantes en Inglaterra. Emigrantes, como buenos gallegos. Lo cual no quita para que ahora sean dados al comentario xenófobo contra los inmigrantes. También contra los catalanes ("no hay uno bueno"). Y también contra los vascos (tampoco hay uno bueno). Aunque los musulmanes todavía son peores que los vascos y los catalanes. Rusos y alemanes también son malos, muy malos. La lista de la maldad universal es interminable y últimamente su baba ácida recae con especial intensidad sobre el gobierno venezolano; y es que la agenda de los medios es la que dirige su melodía de ira social.
Siempre han sido dos laboriosos y esforzados currantes, de los que hacen bueno el tópico de que los gallegos trabajan como burros. De origen rural y humilde, como burros trabajaron para otros en Inglaterra. Y como burros siguen trabajando ahora para sí mismos. Lo cual no quita para que tengan en un pedestal a Margaret Thatcher ("la mejor política de todos los tiempos", "los ingleses eran felices con ella"). El otro día discutí con la mujer, mientras el canal Antena3 emitía el nauseabundo programa En tierra hostil, dedicado a Venezuela:
- "No hagas caso a lo que veas en la TV", le dije.
- "¡¿Vas a saber tú más que los que hacen esos programas?! Si lo dice la TV es que es verdad", me respondió.
- "Ahí me has dado y me callas la boca", contesté zanjando la absurda discusión.
- "No hagas caso a lo que veas en la TV", le dije.
- "¡¿Vas a saber tú más que los que hacen esos programas?! Si lo dice la TV es que es verdad", me respondió.
- "Ahí me has dado y me callas la boca", contesté zanjando la absurda discusión.
Tampoco entienden que sea comunista. "Siempre hubo ricos y pobres y siempre los habrá; tiene que ser así"; "si no fuera por los ricos no habría trabajo"; "¿A tí te gustaría ganar lo mismo que uno que no estudió?"... Voy mayor ya para irritarme con ese catecismo del Poder; lo llevo escuchando desde que tengo uso de razón política. Ese 'siempre fue así' es la plegaria principal, el padrenuestro con el que los sacerdotes del Poder narcotizan las conciencias. Es clave en la naturalización de la barbarie. No deja de sorprenderme el papel de las palabras rituales en el juego de la dominación política.
A veces él o ella hacen coro con algunos clientes, siempre al hilo de las noticias que van saliendo por el canal de TV de turno. Son gente humilde, trabajadores, algunos sin empleo... Así, no hace mucho, cuando los gerifaltes que dirigen los medios ordenaron abrir fuego propagandístico contra los 'peligrosos' palestinos, otro humilde currante que acostumbra a pasear su robótica presencia por el bar -condenado por la bondad del sistema a no poder jubilarse-, concluía: "a esos [a los palestinos] había que matarlos a todos". Aquella tarde-noche, al escucharlo, la sangre tiñó de rojo mis ojos, mis dedos se convirtieron en garras, los dientes en afilados colmillos, el color de mi piel se volvió verde y a grito de troglodita paleolítico contesté al palestinocida potencial desde el otro extremo del local. Un prolongado e incómodo silencio sepulcral recorrió el bar, antes de empezar a sentirme ridículo y recuperar mi apariencia normal. El rubor me impide reproducir aquí cuál fue mi contestación.
La visita al bar acaba siendo para mí un ritual de confirmación de la hegemonía aplastante que ejerce la ideología dominante y de la alienación de la masa social. Pero a mi bar de barrio, de pueblo, tan peculiar que no tiene nada de peculiar, le agradezco que sea mi punto de conexión con los medios sistémicos. La poca televisión convencional que veo y la escasa prensa sistémica que leo, son actividades que realizo cuando lo visito. Así que para mí es una especie de eslabón personal con los medios del capital. No deja de tener gracia: en un tiempo/espacio que me resulta liminal, termino por adoptar un comportamiento normalizado como consumidor de basura des-informativa.
Ni dueños ni clientes tienen algo de raro. Responden al perfil del ciudadanito medio domesticado. Son los habitantes de la nueva caverna de Platón, sombras dotadas de corporeidad biológica y de la facultad de emitir sonidos.
En ocasiones, mi paso por este espacio/tiempo ritual llamado bar, me hace pensar en una frase de la serie estadounidense de TV, The Bridge (El Puente), cuando el policía mexicano (Marco Ruíz, el actor Demián Bichir) le comenta a su colega de El Paso (Sonya Cross, la actriz Diane Kruger) refiriéndose al lumpen mexicano: "Los esclavos no aspiran a ser libres; solo aspiran a convertirse en amos".
Y mañana, hoy, elecciones en Andalucía. A veces sospecho que empiezo a sufrir cierta dosis de frigidez política. No es bueno. No. Acaso sí sea humanamente comprensible, al menos entre aquellos que pensamos que existe la vida política más allá de las urnas. Pero eso... es otra historia. Hoy solo quería hablar de mi bar, mi bar de barrio, de pueblo, espejo del ciudadanito normal que nunca tiene culpa de nada (sarcasmo, por supuesto).
Traducción al castellano del poema de Celso Emilio Ferreiro
Larga noche de piedra
El techo es de piedra.
De piedra son los muros
y las tinieblas.
De piedra el suelo
y las rejas.
Las puertas,
las cadenas,
el aire.
las ventanas,
las miradas,
son de piedra.
Los corazones de los hombres
que a lo lejos acechan,
hechos están
también
de piedra.
Y yo, muriendo
en esta larga noche
de piedra.
Herz aus Stein del grupo alemán 'Megaherz'
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=HyeyzlgluPk
Traducido por Kai Meni
Buenas, como Gallego que soy doy fé de todo lo que dices se cumple aún hoy día, la masa aborregada existe y no es sólo en la avanzada edad. Están tan domesticados con la Tv que no admiten otro tipo de pensamiento que no sea el expuesto en los telediarreos
ResponderEliminarUn saludo
Amigo Vigne, que buen retrato has hecho de la España de pedernal, hay gallegos extremadamente buenos, tambien los hay extremadamente pocos, algunos de esos pocos ya nos dejarón como Enrique Lister Forjan del que conservo una grán admiración, tambien Fidel Castro es de origen gallego, en la SEAT, tube buenos camaradas gallegos, pero todo eso, no desmerece la certeza de tu comentario ni el contenido certero del poema del amigo Ferreiro.
ResponderEliminarTranquilo, hoy ha comenzando el principio del fin con la derrota del bipartidismo en Andaluc... ah no, espera, que han vuelto a ganar.
ResponderEliminarMe inquieta ese aire de superioridad con el que escribes. Acaso piensas que no eres parte de la pantomima? Simplemente formas parte de los que se consideran superiores, del otro bando digamos. Piensas saber la verdad universal, saberlo todo, saber que ellos están equivocados. Despreciar a los que te rodean no te hace mejor persona.
ResponderEliminarYo no soy gallego, sino manchego, pero tu retrato social no es aquí ni un ápice menos válido. En ese bar tan típico y universal, en mi tierra, el periódico "por defecto" es La Razón. No por la ideología del dueño (que quizás también), sino porque es el que se demanda, y claro, los dueños quieren clientes.
ResponderEliminarLa convicción comunista vacila y tratabilla ante esta masa apenas reconocible como humana. Una convicción liberadora y libertadora... ¿de quién? ¿De quien no tiene el menor deseo de ser liberado? ¿De quien ni siquiera reconoce su cautiverio? Estamos perdidos, amigo. No se precisa más que un mínimo de lucidez para captarlo. Se comprende muy bien la postura del desilusionado Marat. Si algo se ha de mover, si algo ha de cambiar, será por vía de cataclismo. Y ante tanta inmundicia (incluída la del anónimo de la 1:01) uno casi lo desea.
Enhorabuena Vigne por esta entrada. Me ha gustado especialmente y espero volver a encontrarme con este tipo de entradas más a menudo.
ResponderEliminarEn cuanto a los que hablan de "superioridad" de tu discurso sólo les recomendaría leer a Byung-Chul y su planteamiento de la Psicopolítica. Cito la definición sencilla: "aquel sistema de dominación que, en lugar de emplear el poder opresor, utiliza el poder seductor, inteligente, que consigue que los hombres se sometan por sí mismos al entramado de la dominación. En este sistema, el sujeto sometido no es consciente de su sometimiento. La eficacia del psicopoder radica en que el individuo se cree libre, cuando en realidad es el sistema el que está explotando su libertad". Creo que es fácil seguir la conexión entre esta definición y la entrada de este blog.
No es "superioridad" sino análisis crítico de la realidad. El borreguismo lleva a que la ciudadanía no piense por sí misma, es mucho mejor que se lo den pensado y ya después opinar a voz en grito con la mano en el pecho jurando y perjurando que lo que pasa "es [únicamente] así", y si no estás de acuerdo es que estás contra el orden social. De esta forma se corrobora que efectivamente "la agenda de los medios es la que dirige su melodía de ira social", tal y como apuntas en la entrada.
Además, sin entrar en inútiles y tabernarias discusiones acerca de la verdad absoluta o de superioridad moral, esta entrada no deja de ser una opinión personal y una reflexión social. Cuando baje a tomarme un café al bar de la esquina, pensaré en ella.
Enhorabuena, reitero mi deseo de encontrarme más entradas como esta.
joder amigo, es prácticamente un episodio bíblico lo que narras. Yo lo titularía:" Descenso del apostol comunista al tabernáculo de los andrajosos alienados".
ResponderEliminarEl enemigo es el espejo.
ResponderEliminarVigne,gran artículo; que retrata fielmente a la mayoria de la población de cualquier lugar de España. Soy de origen manchego, aunque vivo en Valencia muchos años, y el retrato que haces del gallego es válido para el manchego, el valenciano y...me temo que para el resto.
ResponderEliminarSi hoy viviese Marx, no diria aquello de "la religión es el opio del pueblo", sino la televisión. Y esque, la mayoria de la gente es tremendamente perezosa a la hora de pensar, informarse, contrastar y sacar sus propias conclusiones.La única salida que veo,(la otra mejor olvidarse por ahora)esque algún dia, costruyamos el partido de clase, con medios de comunicación capaces de llevar otros valores y formas de entender la vida a la sociedad.
¡Mala cosa ese escepticismo! Os necesitamos como docentes. Por favor no te desanimes.
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