Escribía Jean Ortiz en "¿Y si el rey Juan Carlos estaba desnudo?", a propósito del Valle de los Caídos:
"el gigantesco memorial del "Valle de los Caídos" a la gloria de los "vencedores", donde está enterrado Franco - único parque temático fascista del mundo-, está siempre abierto a miles de visitantes, administrado por religiosos neo-fascistas, y se mantiene a costa de los contribuyentes españoles."
En efecto, es, como dice el profesor francés, de origen español, de la Universidad de Pau, se trata del "único parque temático fascista del mundo", un reflejo de la pervivencia del franquismo en el reino de Españistán. El revisionismo que la derecha está haciendo de nuestra Historia, hace revivir el fascismo español cuya memoria recibe lustre y brillo de sus herederos políticos, el Partido Popular (PP).
Dado que pronto se celebrará un nuevo 20N (aniversario de la muerte del dictador fascista Francisco Franco, y del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera), he considerado oportuno reproducir un fragmento del artículo de Diego Barcala, "La reserva franquista del Valle de los Caídos se mantiene gracias al nacionalismo catalán", publicado en la revista Mongolia nº 38, noviembre 2015, pp. 42 y 43. Creo honestamente que a los editores de Mongolia se les ha ido un tanto la pinza con el título, ya que toman la parte por el todo al hablar del nacionalismo catalán. Personalmente no siento simpatías por éste, pero creo que el título tergiversa un tanto el contenido del artículo, ya que estamos hablando de un sector del nacionalismo: de CiU y, más en concreto, de lo que era Unió Democràtica de Catalunya. Me ha parecido honesto realizar esta puntualización y es la razón por la cual introduzco el matiz en el título de la entrada.
Lo que sigue es el fragmento seleccionado. El resto del artículo no reproducido carece de interés. Os recordamos que la revista Mongolia solo se publica en papel.
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Diego Barcala, "La reserva franquista del Valle de los Caídos se mantiene gracias al nacionalismo catalán". Fragmento del artículo.
El prior administrador subirá al altar mayor a las 11 de la mañana y pedirá una oración «por los hermanos José Antonio Primo de Rivera y Francisco Franco» como fundadores de la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Y así se cumplirán 40 noviembres en la basílica del Valle de los Caídos sin que haya habido ley o Gobierno capaces de impedir que un país democrático siga honrando al dictador muerto desde el 20 de noviembre de 1975. La abadía benedictina mantiene imperturbable su espíritu fundacional de homenaje a una supuesta cruzada en defensa del catolicismo español, aquel que el propio Franco resumió el día de la inauguración en 1959:
«No sacrificaron nuestros muertos sus preciosas vidas para que nosotros podamos descansar. Nos exigen montar guardia fiel por aquello por lo que murieron».
Desde que aquel 20N de 1975 miles de ciudadanos nerviosos, tristes, curiosos o felices despidieron al dictador en el Palacio Real solo ha habido una oportunidad real de que España se sumara al resto de países europeos y mirara a los ojos a su pasado totalitario. Fue en 2007, en la negociación en el Congreso de los Diputados para elaborar la Ley de la Memoria Histórica. El artículo 16 se ocuparía del Valle de los Caídos y la propuesta de la izquierda era clara. Los restos de Franco y los monjes franquistas debían salir del recinto para facilitar que el inmenso cementerio y el resto de instalaciones fuesen un centro de memoria. Sin embargo, la ley corrió peligro de no ser aprobada y el Gobierno socialista se vio obligado a amarrar el apoyo de Convergencia i Unió (CiU), representada por Josep Antoni Duran i Lleida. El político democristiano pidió que los benedictinos se quedaran y que se recogiera en el texto que las creencias religiosas habían sido motivo de persecución en la Guerra Civil. «Lo tuvimos cerca. La propuesta era hacer lo que se ha hecho en Camboya, donde tienes un museo de los horrores de los Jemeres Rojos; lo hecho en Villa Grimaldi, en Chile; lo que se ha hecho en Argentina... Y esta es la propuesta que pactamos con el PSOE. Cuando estaba redactada y pactada hubo dos frenos. Una llamada que llega de CiU y Duran, que intercede para que esto no sea así... Sí, sí, eso es así... Y una llamada de la Moncloa que dice que esto no», explica Joan Herrera, entonces diputado de ICV en una reciente entrevista en Ara.
Fuentes de la negociación aseguran que la llamada de última hora que recibió Duran llegó de la abadía del Monasterio de Montserrat, perteneciente también a la orden benedictina y que había sido contactada para que mediara por parte de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La cuna religiosa del nacionalismo catalán salvó a la reserva espiritual del nacionalismo español. Montserrat y Cuelgamuros unidos por la «cruzada nacional», como llamó el franquismo a la Guerra Civil.
Fuentes de la negociación aseguran que la llamada de última hora que recibió Duran llegó de la abadía del Monasterio de Montserrat, perteneciente también a la orden benedictina y que había sido contactada para que mediara por parte de la abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La cuna religiosa del nacionalismo catalán salvó a la reserva espiritual del nacionalismo español. Montserrat y Cuelgamuros unidos por la «cruzada nacional», como llamó el franquismo a la Guerra Civil.
Finalmente el Artículo 16 quedó así:
«El Valle de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios públicos. En ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas, o del franquismo».
La concesión del PSOE a los nacionalistas catalanes tuvo consecuencias. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero comenzó y terminó su etapa con intención de reformar el Valle de los Caídos. Una comisión de expertos nombrada por el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, quiso ir más allá en 2011 y concluyó que los restos de Franco no pueden permanecer en el recinto si el objetivo es que el Valle de los Caídos sea un verdadero lugar de recuerdo a todas las víctimas. El informe recomendó el traslado del dictador, pero admitía un límite, la aprobación de la Iglesia: «Cualquier actuación del Gobierno en el interior de la Basílica exige una actitud de colaboración por parte de la Iglesia, que es a quien se ha confiado la custodia de los restos» de Franco y quien debe dar la autorización.
Uno de los redactores de este informe fue el padre Hilari Raguer, monje benedictino de la abadía de Montserrat (...).
[Extracto del artículo publicado este mes en la revista Mongolia, nº 38]
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Me viene a la memoria una de tantas afirmaciones de George Orwell (1984) que se están cumpliendo a rajatabla:
ResponderEliminar"El propio concepto de verdad objetiva está desapareciendo de nuestro mundo. Las mentiras se incorporan en la historia convirtiéndose en 'verdad'".
¡Muy bueno!
ResponderEliminarUn gran negocio llamado franquismo
ResponderEliminarhttps://www.diagonalperiodico.net/saberes/28387-gran-negocio-llamado-franquismo.html