La España del felipismo. Cotarelo con Alfonso Guerra (en el centro), verano de 1987. Fotografía: web de R. Cotarelo: ramoncotarelo.com |
"las redes se llenaron de manadas de comunistas atacándome"
(Cotarelo en modo llorón, en su blog)
Es un apóstol del clúster ideológico que forma la socialdemocracia y el socioliberalismo, pieza indispensable en la reproducción del status quo. En coherencia con ello, con frecuencia necesita dar rienda suelta a sus infectos fluidos de baba anticomunista. Goza hasta el éxtasis teresiano en su condición de Torquemada castigador de comunistas. Predicador del felipismo, fue pieza importante en la madeja clientelar desarrollada por el PSOE en la Universidad española a partir del 82, a consecuencia de la cual nuestra Universidad se transformó en algo parecido a una cofradía de estómagos agradecidos. Acudió raudo y veloz a defender la permanencia de España en la OTAN y la sumisión al Imperio...
Es Ramón Cotarelo. Eterno aprendiz de encantador de serpientes, muestra la vertiente más tóxica de la ideología dominante: "la socialdemocracia debe recuperar su discurso, esto es, tiene que explicar por qué las medidas que ha tomado, siendo neoliberales, son menos antisociales que las que tomaría la derecha", escribió en 2010 en la web del PSOE echando un capote al zapaterismo. Un apóstol de la socialdemocracia que, sin embargo, últimamente parece sufrir arrebatos de celos con los nuevos paladines de la iglesia socialdemócrata, Pablo Iglesias y su cuadrilla (qué paradoja que haya sido maestro y haya incubado a alguno de ellos, caso de Monedero, a quien le dirigió la tesis doctoral sobre "la falta de legitimidad" de la RDA). Y, a pesar de todo, no podemos negar que fue un buen docente y uno de los grandes de la Ciencia Política en nuestro país por méritos propios; al menos no seré yo quien incurra en el sectarismo silenciando esto, por mucho que, como comunista, me posicione en sus antípodas ideológicas.
Es Ramón Cotarelo. Eterno aprendiz de encantador de serpientes, muestra la vertiente más tóxica de la ideología dominante: "la socialdemocracia debe recuperar su discurso, esto es, tiene que explicar por qué las medidas que ha tomado, siendo neoliberales, son menos antisociales que las que tomaría la derecha", escribió en 2010 en la web del PSOE echando un capote al zapaterismo. Un apóstol de la socialdemocracia que, sin embargo, últimamente parece sufrir arrebatos de celos con los nuevos paladines de la iglesia socialdemócrata, Pablo Iglesias y su cuadrilla (qué paradoja que haya sido maestro y haya incubado a alguno de ellos, caso de Monedero, a quien le dirigió la tesis doctoral sobre "la falta de legitimidad" de la RDA). Y, a pesar de todo, no podemos negar que fue un buen docente y uno de los grandes de la Ciencia Política en nuestro país por méritos propios; al menos no seré yo quien incurra en el sectarismo silenciando esto, por mucho que, como comunista, me posicione en sus antípodas ideológicas.
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Cotarelo |
Algo le pasa a Cotarelo, abonado al desvarío y a una patética dialéctica cuando recibe críticas o se habla del comunismo, hasta el punto de que parece querer evocar al personaje del capitán Haddock cuando éste entraba en cólera en las aventuras de Tintín. Alguien en Twitter planteaba una explicación para los recientes exabruptos de Cotarelo: este verano se ha olvidado de poner el gorrito en la cabeza y, como todos sabemos, el sol del verano juega malas pasadas. No se debe descartar que sea eso. En ocasiones intuyo que debe llevar mal lo de envejecer, de ahí sus cotareladas en aumento, la subida del volumen de sus cariños verbales en negativo o incluso ese look pretendidamente juvenil que alguna fotografía muestra, y que en algún momento me ha hecho recordar el personaje de Aschenbach en las escenas finales de Muerte en Venecia. El antaño intelectual orgánico del régimen felipista, parece empeñado en ser una suerte de abuelo Cebolleta, el personaje creado por el dibujante Vázquez en los años 50.
Sospecho que a Cotarelo le va la marcha. Le encanta la provocación, el verbo hiperbólico, es un maestro del sofismo..., y por consiguiente pone a huevo, como decimos coloquialmente, la respuesta contundente. Él lo busca, le pone la trifurca... Pero no parece encajar bien que le lleven la contraria; ahí comienza a gruñir. El caso es que en estos últimos días, Cotarelo a bombo platillo ha querido dejar constancia del 'todavía sigo aquí, hacedme un poco de caso, por favor', con dos temas además que garantizan el interés: el anticomunismo y el asunto de los GAL. Hablaremos de lo primero y dejaremos el tema de los GAL para la segunda parte de la entrada.
Compitiendo con Marhuenda a ver quién suelta el exabrupto anticomunista más pachanguero. Con un acentillo de humor...
Haces unos días Cotarelo en su Twitter declaraba: "El comunismo es la única tiranía que tiene defensores entre sus potenciales víctimas". Imaginamos a Marhuenda enfadado diciéndole: '¡oye, no me copies!'.
Le cayeron algunas, pero no llamando suficientemente la atención pasó a ser más contundente. Y entonces... llegó aquel fatídico ocaso en el que nos encontramos los malvados forajidos comunistas con el marshal Cotarelo en el O.K. Corral tuitero.
El hilo empezó con un miserable tuit de un canalla fascista, que responde al nick de @Stupidity_Kill. Decía éste: "@ramoncotarelo Lo que necesitamos son muchos como tu. Para rellenar las fosas que habeis vaciado estos ultimos años". Los fascistas son una plaga mucho más abundante de lo que queremos creer. Comparto la reacción de enfado de Cotarelo y considero pertinente y justificado que plantease la denuncia de esa escoria humana. La policía y fiscalía han reprimido a tuiteros por cosas que no dejan de ser tonterías al lado de ese tuit. Por alguna razón difícil de entender, parece que los fascistas tienen carta blanca y disponen de patente de corso en esta España gobernada por los neofranquistas del PP.
El caso es que un camarada, @_rubot, desde el sarcasmo le dijo a Cotarelo a propósito del canallesco tuit de @Stupidity_Kill.: "pues es de los tuyos, anticomunista". Y no le falta razón a @_rubot, ya que lo que hizo fue visibilizar una realidad: el vínculo anticomunista compartido por esa progresía socioliberal que encarna Cotarelo y la extrema-derecha más fascista y casposa. Aprovechando el tuir de @_rubot, otro tuitero -@rojoeconomista- en diálogo con el primero, recordaba una conocida cita de Sartre: "un anticomunista siempre será un perro", añadiéndole "por mucho que se cambie el collar". La réplica de Cotarelo a este último tenía su cierta intencionalidad de humillación personal, al destacar el tuit:
Consideré oportuno replicarle con el siguiente tuit, retomando sus propias palabras:
Mi tuit provocó que Cotarelo me bloquease automáticamente. ¡Qué poca cinturita tiene usted, Ramón! Sobre Sartre, ni el personaje ni su obra son referencias que yo considere dignas de reivindicar (al contrario). Doy por sentado que Cotarelo conoce perfectamente (supongo) el ensayo de Sartre sobre Merleau-Ponty al cual pertenece la cita. Es evidente que Cotarelo debía/podía haber dirigido su dardo al filósofo francés, más que al tuitero que recordaba la célebre frase. En cualquier caso sorprende que le haya molestado que se utilice el mismo sarcasmo al que él había recurrido. No obstante no fui el único en ser bloqueado: de manera compulsiva comenzó a bloquear a todo el que le ponía un "pero", calificando de "jauría" al que no le siguiese la corriente. Tras decir "Estoy cansado de la jauría", Cotarelo nos brindó una divertida lluvia de bloqueos, desenfundando su revólver y apretando el gatillo del block, quizás sintiéndose el marshal Wyatt Earp en el tiroteo del "O.K. Corral". Ahora entiendo porqué la cabecera de su Twitter está ocupada por un fotograma de la película Tombstone, que revive este mítico tiroteo en el antiguo y lejano Oeste.
Ramón Cotarelo, alias Wyatt Earp, el más rápido en el O.K. Corral del Twitter. Cabecera de su cuenta en Twitter. |
Pero retrocedamos unos días atrás a este ya legendario enfrentamiento del marshal Cotarelo en el O.K. Corral tuitero. El pasado 11 de agosto, había publicado en su blog un artículo reivindicando sutilmente el anticomunismo. Aunque muy adornado de florituras retóricas, falacias y tópicos, en esencia dicho artículo venía a suponer una reivindicación del anticomunismo. Mal que le pese a Cotarelo, su artículo pasó bastante desapercibido en los círculos comunistas de las redes sociales. La mayoría de quienes nos consideramos comunistas, adoptamos la actitud de pasar olímpicamente como respuesta, lo cual -quizás, no lo sé- pudo provocarle cierta frustración. Quizás hubiera algunas personas que le saltaran en las redes sociales, pero no fue una reacción significativa.
Y llegamos las manadas de comunistas...
Tres días más tarde, 14 de agosto, publicaba otro artículo, también en su blog, "Otro difamador comunista: Enrique González Duro", amplificando y exagerando la reacción a su post sobre el anticomunismo, afirmando: "El post había hecho pupa". Podríamos decirle: '¡que no Ramón, que no te hacemos tanto caso como crees y te gustaría!'. Tiró de victimismo y adoptó el papel de llorón: "las redes se llenaron de manadas de comunistas atacándome". ¡¡Oh, cielo santo! ¿De verdad? A lo mejor eso es lo que Cotarelo hubiera deseado, pero insisto en que debió de sentirse frustrado por el poco caso que recibió. De cualquier modo, Cotarelo no dice la verdad o al menos exagera con su afirmación. Eso si, aprovechó la película que él mismo se montó, para traducir a lenguaje de taberna el anticomunismo que había intentado plasmar de forma más elegante tres días atrás (a ver si así nos dábamos por aludidos y le hacíamos un poco de caso): esos "totalitarios", cargados de "desfachatez", "recitadores de consignas bovinas", "estúpidos", "matones y jenízaros" que "vierten odio"...
En ese segundo artículo citado, Cotarelo nos brinda una perla para enmarcar cuando habla del "modus operandi de esta doctrina" (se refiere al comunismo): "mentir a través de la propaganda y del control de los medios (...)". Para mear y no echar gota eso de que los comunistas tenemos "control de los medios" (decididamente, le ha dado el sol en la cabeza).
"El post había hecho pupa; nadie argumentaba en contrario, se limitaban a sacar a los matones y jenízaros de turno a insultar. En efecto, nada nuevo, bastante aburrido, así que procedí bloquear a todos lo energúmenos que acudieron en manada a verter odio y estupidez mezclados."
Como ya dije, "hizo tanta pupa" que pocos le prestaron atención. Pero lo curioso es su lamento de "nadie argumentaba en contrario". ¡Vamos a ver, ilustre! ¡¿Cómo diablos vamos a poder argumentar lo contrario de lo que dices, si no permites los comentarios de réplica en tu blog, y además nos bloqueas en las redes sociales!? ¡Ya hay que ser tramposo! Lo de Cotarelo viene a ser algo así: 'Me quejo de que no me replican con argumentos, pero no permito que estos sean expresados, con lo cual tengo razón al decir que no me replican con argumentos'. Reconozco que ignoraba que Cotarelo fuese familiar de los Hermanos Marx. Y en cuanto a lo de "procedí bloquear a todos lo energúmenos que acudieron en manada (...)", al menos en mi caso y en el de otros conocidos, el bloqueo no tuvo nada que ver con dicho artículo sino con los motivos expuestos más arriba. Cotarelo retuerce y manipula los hechos según le conviene.
El tema es que este otro artículo que Cotarelo dedica a Enrique González Duro, centrado en el caso de los GAL, le conduce a meterse -él solito- en un jardín de espinas. Su orgullo le conduce a amplificar algo que también habría pasado desapercibido, si Cotarelo no se hubiera empeñado en marear la perdiz. Veamos este asunto, muy polémico, en la segunda parte de la entrada.
Ir a 2ª parte
El tema es que este otro artículo que Cotarelo dedica a Enrique González Duro, centrado en el caso de los GAL, le conduce a meterse -él solito- en un jardín de espinas. Su orgullo le conduce a amplificar algo que también habría pasado desapercibido, si Cotarelo no se hubiera empeñado en marear la perdiz. Veamos este asunto, muy polémico, en la segunda parte de la entrada.
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Tiene que ser muy duro pasar años siendo el imprescindible Cotarelo, perejil de todas las salsas felipistas, para quedar reducido a dar opiniones en plan sermón dominical en internet. Si se le suma lo mal que muchos machos supuestamente alfa llevan lo del paso del tiempo y cumplir años, bastantes, pues ya es entendible lo de la insolación. De otro lado, no es nada distinto a lo que les ha sucedido a otros prohombres del felipismo que llegaron a estar en los aledaños o dentro del reducido grupo de 'los barones', algunos de los cuales han ido patinando hasta detenerse y establecerse a los pies de la extrema derecha. Me parece bien eso de que no hay mayor desprecio que la falta de aprecio, es una manera inteligente de actuar ante esta gente, que más parece se hayan convertido en el personaje que en su día interpretaron con bastante éxito, en vez de envejecer con la dignidad propia de una persona cuya conciencia está lo suficientemente sosegada y tranquila, sin necesidad de medicamentos. ¿Será eso?, ¿conciencia?, no sé, no sé.
ResponderEliminarSi un tipo que ha perdido su papel de figura descollante en el entramado psoeísta actúa con tal prepotencia, con esa demostración de lo pagado de sí mismo que está, que no será lo que hagan aquellos que aún, aunque sea en las sombras, siguen en los aledaños del poder dentro y fuera de ese partido. Pedro Sánchez no me cae especialmente bien, pero lo que tiene que estar pasando ante la hostilidad constante y la labor de zapa que sufre por parte de los felipistas. Vaya banda.
ResponderEliminarLe sucede como a Garcia Trevijano, no soportan la disidencia de su disidencia.
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