Nicolás Maduro, líder del PSUV |
El próximo domingo se celebran las primeras elecciones después del fallecimiento de Hugo Chávez. Serán algo más que una simple cita electoral, porque significará un verdadero referéndum acerca de si el pueblo venezolano reconoce a Maduro como el continuador de la obra del comandante Chávez y si realmente contará con suficiente mayoría social para continuar el proceso político comenzado por este último.
Es cierto que Venezuela no es a día de hoy una sociedad socialista. Muchos compañeros de la izquierda a menudo lo recuerdan cuando otros se dejan llevar más por el entusiasmo y por el deseo que por la razón. Venezuela no es una sociedad socialista y todavía está lejos de serlo.
Pero también es bueno recordar que al socialismo no se llega por un instante revolucionario - un hecho sincrónico - en el devenir histórico. Un proceso revolucionario es una dinámica que acaba concretándose en una transformación visceral de las relaciones de producción como epicentro del cambio, y de las estructuras políticas de forma derivada o paralela. Lo cual puede llevar mucho tiempo según los casos. Y en tanto que proceso, resulta siempre un suceso dotado de diacronía, de recorrido temporal amplio. Incluso la propia revolución rusa fue así. Como también la revolución cubana. Ocurre a veces que la imagen que muchos izquierdistas tienen en la cabeza de lo que es una revolución, se reduce a la toma de un palacio de invierno, a un momento fijo del tiempo. Esto no se ajusta a la realidad, aunque quizás sea lo más pintoresco e impactante. Es necesario pensar en términos de proceso, que puede ser muy corto o muy largo. Por eso, desde la teoría marxista se ha insistido siempre tanto en el concepto de transición y, por la misma razón, los historiadores marxistas (comenzando por el propio Marx) siempre han estado tan obsesionados con el estudio de las transiciones entre los diferentes modos de producción que hubo en la Historia.
Esto viene a cuento porque, si bien es verdad que Venezuela no es un país socialista, también lo es que inició con Chávez un proceso de transformación profunda que puede conducir al socialismo a la larga. Hay cimientos y el campo está abonado para ello. Como también puede producirse una involución, quedarse todo en un populismo de conveniencias generoso en la redistribución de recursos en favor de los más pobres, manteniendo la dominación de la burguesía capitalista; o incluso ni eso. Venezuela, Maduro, el PSUV... se enfrentan a su hora de la verdad.
Estoy seguro que el PSUV ganará las elecciones. Pero la cuestión importante es lo que sucederá después. No habrá tiempo muerto, pausa, período estático: palante o patrás, pero no será posible quedarse quieto. Si el movimiento bolivariano no avanza en el proceso de construcción del socialismo y renuncia a seguir dando nuevos y constantes giros de tuerca, a la larga se habrá terminado el sueño del cambio. Y hasta es posible, como le sucedió al peronismo después de la muerte de Perón, que el "chavismo" se rompa en facciones rivales - y ojo, con esto no estoy equiparando las figuras de Perón y de Chávez, ni mucho menos-. Es preciso la firme voluntad de seguir realizando transiciones hacia una meta final, que no puede ser otra que una Venezuela nítidamente socialista. No será fácil. Con paciencia pero sin pausa.
Maduro debe aprender a manejar los tiempos de las transiciones en el proceso que se avecina. Debe buscar el apoyo de los sectores más socialistas del PSUV, dándoles la máxima influencia y protagonismo en las tareas de gobierno. Menguar y minimizar con habilidad y sigilo la influencia de los sectores conservadores que, por oportunismo, se subieron al carro de Chávez cuando él vivía. Facilitar una convergencia definitiva con el PCV, porque aunque éste no sea un partido de masas como el PSUV, cualitativamente sus cuadros pueden aportar mucho. Solucionar de una vez por todas la cuestión indígena, dándole a los grupos indígenas motivos reales - y no meras palabras o leyes convertidas en papel mojado- para que se comprometan con el proceso de cambio. Implicar en mayor medida a la población afrodescendiente. Otorgar protagonismo a las mujeres sin incurrir en paternalismos patriarcales. Debe diezmar sin pausa el poder económico, político y social de la oligarquía.
Recordando a Chávez.
Una canción que le dedicó el mítico grupo
mexicano de Sinaloa, Los Tigres del Norte.
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Vigne, estoy de acuerdo en que Venezuela no ha llegado al socialismo. Puede ir camino de ello, se ha empezado a caminar, pero aún queda un camino muy largo. Por de pronto se ha eliminado mucha pobreza y se ha extendido la educación. Esto último es fundamental para cambiar la sociedad y llegar a una sociedad socialista.
ResponderEliminarEs verdad que el socialismo no se consigue haciendo una revolución que se lleve a cabo en poco tiempo. Lo que hay que hacer para llegar es cambiar la sociedad, las mentalidades y así acabar con las clases sociales. Y eso sólo se consigue con tiempo y educación.
Como dices, muchos compañeros se desesperan y quieren conseguir el socialismo ya, pero como muchas veces has escrito, es necesario una "masa crítica", y, por mucho que aparezca el descontento, estamos todavía lejos de ello.